Capítulo 9: La negación es el primer paso
―¡No pienso hacerlo! ―exclamó el pelinegro, tan fuerte que creí que mis tímpanos se romperían. ―¿Cambiaría en algo las cosas?
―¡Por supuesto, ser insípido!
―¡Deja de llamarme así, mierda! ―espetó, aún más molesto que antes.
―Sólo si admites que me necesitas.
MíngHào alzó sus cejas con suspicacia y galantería. Creo que no es buena idea que tomé esa actitud para con Kook, ya que, como bien había dicho cuando lo dejé entrar a mi habitación, había reflexionado en las palabras que le había dicho MíngHào cuando estuvimos en la escuela y reconoció que de verdad necesita cambiar de actitud y mejorar en otros puntos que él no considera importantes, pero que a mí parecer, son realmente necesarios.
Por otra parte, HyoRi y yo habíamos decidido no intervenir en la pequeña pero patética discusión que al par de chicos había iniciado. Era realmente tonto que discutieran por cualquier cosa. Aunque, MíngHào se lo tomaba todo con gracia, lo cual era lo que más molestaba al chico pelinegro que se encontraba de brazos cruzados en el rincón de mi habitación.
―Míngidiota, deja de acosar a JungKook ―mencionó HyoRi ―. Por si no lo sabes, él tiene a su amigo el mago-brujo y puede hacer un ritual satánico sólo para dejarte calvo.
―¿Hablas de MinGyu? ―el pelinegro enarcó una ceja con algo de curiosidad ―O sea que los rumores son ciertos.
―¡¿En serio puede hacer eso?! ―las alarmas estaban encendidas en el rostro de mi amigo.
Supongo que ese fue el momento en el que JungKook decidió actuar y tomar el miedo de mi amigo como algo a su favor. Asintió ante la pregunta que había hecho el contrario y comenzó a saturar su cerebro de miles de historias, las cuales ‒suponía‒ eran todas inventadas por él. MinGyu puede lucir aterrador, pero dentro de él se esconde un buen chico y me he dado cuenta por la manera en la que defiende a sus amigos. Ese día que le reclamó a MíngHào por el supuesto robo de la capitanía, aseguraba que se encontraba incluso más enojado que el mismísimo Jeon JungKook, pero dentro de sí, reconocía que el mérito llegó limpiamente a las manos de mi amigo.
―¡¡Basta!! ―les hablé a los tres chicos, porque incluso HyoRi se había puesto a la par de Kook y empezó a saturar el débil pensamiento miedoso de MíngHào ―Estamos en un asunto serio, me parece una completa falta de respeto que se estén tomando la situación tan folcloricamente cuando fue idea tuya, MíngHào ―el mencionado bajó la cabeza como si se tratara de un niño pequeño que recién estaba siendo regañado por su madre ―. En cuanto a ti, Jeon JungKook ―el mencionado se vio sorprendido por la inesperada seriedad de mis palabras y el gesto en mi rostro ―, no te caería nada mal una dosis de humildad. Sé que no es nada fácil, pero reconocer que necesitamos ayuda de otras personas, es algo importante para continuar.
―Pero-
―Pero nada ―corté el posible discurso narcisista que saldría de sus bonitos labios ―. Si no estás dispuesto a acabar con ese ego que te aleja incluso de tus amigos, no sé que estás buscando aquí.
―Hey, no dije que no estaba dispuesto, sólo necesito que me tengas paciencia, es todo ―se acercó con cautela, alarmado por mis últimas palabras ―. Bien, lo haré ―suspiró ―. Necesito ayuda ¿Qué debo hacer?
Oh, por dios. Sé que no debería sonreír triunfante en este momento, pero por primera vez me siento ganadora de algo, aunque, bueno... los resultados finales determinarán si hice un buen trabajo con él o qué. MíngHào prometió ayudarlo con los entrenamientos de lacrosse; por su parte, HyoRi iba a observar como el presunto dueño de la situación, tomaba la iniciativa de renunciar.
―Comienza por disculparte y amistarte con tus amigos ―su gesto fue de una completa burla. Estaba claro que no haría tal cosa, pero no estaba dispuesta a dejar pasar un día más ―. O empiezas por eso, o puedes irte de mi casa.
Aunque tuviera un rostro serio frente a él, mi interior rogaba para que no se fuera y aceptará la primera prueba. Él sólo levantaba las comisuras de sus labios con ironía, como si de verdad le incomodara el asunto de acercarse a sus amigos. Rechistó en más de una ocasión y me miraba con cara de "¿Es enserio, Mulán?", pero debía asegurarme de que estaba dispuesto a cambiar, y sus amigos eran la mejor prueba, ya que, si no era capaz de disculparse con ellos, no había manera de hacerlo cambiar.
―¿Te sientes asustado? ―preguntó HyoRi.
―¡Claro que no!
―Yo creo que sí ―susurró MíngHào, pero no tan bien, ya que, lo alcanzamos a escuchar ―. Escucha, si te queda grande la situación de tus amigos, busquemos algo más sencillo. Está claro que no eres bueno con los retos de gran magnitud.
―¡¿Qué coño estás diciendo?! ―su rostro se enfureció.
―Eso, que le temes a los desafíos grandes ―el pelinegro se cruzó de brazos frente a su pecho y negó con seriedad.
Entendía el objetivo de MíngHào, y ese era hacer uso de la psicología inversa para hacerlo recapacitar, aunque bien, tenía sus pro y sus contra. Un 50% se inclinaba a que iba a renunciar y el otro 50% giraba en torno a que aceptaría. Ambos se miraban con seriedad, pero al final, fue sólo uno quien se rindió.
―¡Bien, lo haré!
Realmente debo haber perdido la cordura como para aceptar la ayuda de ese grupito. Aunque, de alguna manera, debo reconocer que Mulán me sorprendió; jamás imaginé que podía llegar a ser tan intimidante si se lo proponía. En cierto punto, su gesto enojado se me hizo muy... atractivo.
¡Oh, demonios, JungKook!
Negué repetidas veces antes de atravesar la puerta del salón. Mulan y su amiga se encontraban en sus puestos de siempre y desde allá, me observaban detenidamente. La castaña me levantaba el pulgar y guiñaba su ojo para enviarme fuerzas, mientras que la peli-plata sólo se preparaba para verme fracasar, cosa que no le daría el gusto. Soy Jeon JungKook...
¡Vale, vale, lo capto! Esto debe cambiar.
Suelto un suspiro y me acomodo en el asiento disponible junto a MinGyu, pero éste no se inmuta en lo absoluto. Sigue con su vista pegada a esa historieta de terror de la que tanto había hablado. Carraspeo mi garganta para llamar su atención, pero sigue enfocado en su historieta. Hago el amago de retirar algún audífono, pero me doy cuenta que no lleva ninguno puesto y que está haciendo muy adrede, el acto de ignorarme.
―MinGyu ―toco su hombro ―. Eh, MinGyu, me gustaría que hablar-
―¡TaeHyung, debo preguntarte algo!
Me corta las palabras, poniéndose en pie y acercándose al recién llamado. Me sorprendo por lo verdaderamente idiota que debí haberme visto. Mis labios están semiabiertos, y mi rostro no disimula la indignación que siento en este momento. Me giro en busca de Mulán para informarle que ellos no quieren colaborar, pero ella solo levanta una hoja de papel con el siguiente mensaje:
❝Este es sólo el primer intento. No iba a ser sencillo, pero debes seguir intentándolo❞
Golpeo mi rostro a causa de la frustración, pero tiene razón. Rechacé muchas veces sus intentos por hablarme, es normal que ahora ellos estén en la misma postura que yo. Me doy ánimos a mi mismo y me digo que al final del día, acabaré hablando al menos con Kim TaeHyung.
En las siguientes horas de clase, no tuve ningún espacio para acercarme a ellos, sin embargo, agradezco por primera vez que el maestro de relaciones éticas, haya decidido organizar un trabajo en equipo. Al menos tendré la oportunidad de trabajar cerca y poder disculparme. Me pongo en pie y con mis libros en mano, me acerco a ellos para decirles que trabajemos juntos, pero es SooHyun quien se pone en pie y decide llamar a alguien más.
―¡Jay! ¡¿Quieres trabajar con nosotros?!
El mencionado asiente emocionado y pasa a un lado de mi, chocando su hombro con el mío. TaeHyung choca su mano con la de él y MinGyu prefiere mantenerse en silencio. Nuevamente me siento indignado.
―¿SooHyun? ―la chica levanta su vista y me mira con seriedad ―¿Puedes verme?
―Por supuesto ―se cruza de brazos ―. No soy ciega, mucho menos sufro de alguna enfermedad en mis ojos.
―Es bueno saberlo, pero... ¿Por qué me ignoraste? Viste que me iba acercando a ustedes para trabajar juntos y preferiste llamar a Jay, o sea, perdóname pero literalmente nadie quiere trabajar con él porque nunca hace nada.
―Lo siento, no te vi y ya es muy tarde para decirle que se vaya, a aparte, es vergonzoso. ―levanta los hombros y se gira para ver a los demás miembros del grupo.
―Ni modo, Kook, esta vez ganó el flojo de la clase.
Odio la sonrisa triunfal que se encuentra en el rostro de ese imbécil, pero solo por esta vez lo dejo pasar. Termino haciendo equipo con los estudiantes de más bajo rendimiento y eso solo me resulta humillante y vergonzoso. ¿Por qué mierda debo pasar por esto? That's not fair.
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He vuelto con las actualizaciones de esta historia, por fin.
He estado bastante ausente en todas partes debido a que la vida adulta ya no sólo me respira en la nuca, sino que, estoy comenzando a vivirla, por lo que, mi tiempo es más limitado. He iniciado con mi servicio social (un requisito fundamental aquí en México para poder graduarte de la universidad), y también he comenzado a moverme para ver lo de mi título universitario pues estoy a nada de poder decir que soy licenciada en psicología. Pronto podrán decir "la licenciada saco un nueva historia o actualizó un capítulo" JAJAJAJA. Pero sobre ese aspecto, ya les estaré actualizando más adelante, por ahora sólo puedo decirles que trabajo de ha gratis y, por ello mismo, no he tenido el tiempo para actualizar en el resto de mis historias (aunque he estado teniendo bastantes ideas para proyectos nuevos y demás cositas, así que, en algún momento les traeré un chingo de cosas nuevas y actualizaciones).
Sin embargo, mi meta para este mes es, por lo menos, subir todos los capítulos de esta adaptación. Ya he terminado de pasar todos los capítulos a un borrador, ahora sólo debo ir cambiando los nombres de personajes y algunos pequeños detalles, por lo tanto, mi meta es ir subiendo un capítulo por día, iniciando con hoy. No diré que lo prometo, pero haré mi intento.
Muchas gracias por esperarme y ojalá que la historia siga siendo de su gusto. Así mismo, los invito a leer la historia original y ya terminada en el perfil de mi bestie Gummipink ♥
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