Capítulo 27: El futuro
Uno, dos, tres...
Ya perdí la cuenta. Uno tras otro entraba al salón de clases, cada uno con un folleto en manos y otros con rostros un poco ansiosos. No era mi caso, ya que tenía muy claras las decisiones de mi futuro de ahora en adelante. Sentados en el pasillo, Mínghào, Hyori, Mingyu, Mulán y yo, esperábamos a que nos llamaran.
Distintas universidades estaban ofreciendo becas para todos aquellos que dieran un discurso convincente o tuvieran buenas calificaciones. Mis notas no eran malas, de hecho, eran muy buenas. En este último periodo ocupe el puesto número tres. No me quejo de no ser el primero o el segundo, puesto que, considero que hay dos grandes chicas que los merecen mucho más que yo.
Taehyung sale del salón sosteniendo un papel en blanco y mirando a la nada. Sus ojos se cruzaron conmigo, así mismo, cayó de rodillas y dejó escapar un par de lágrimas que lograron preocuparme. Todos nos miramos con extrañez, pues no era común que Tae actuara así.
―Oye ¿Ocurre algo? ―preguntó Mingyu.
―Taehyung, está bien si no te aceptaron, siempre quedan otras opciones ¿De acuerdo? ―Mínghào posó una de sus manos sobre el hombro del chico.
―¡No es nada de eso! ―que ahora estuviera sonriendo, me preocupaba aún más, pues no sabía que Tae tuviera trastorno bipolar ―Es otra cosa.
―¿Te dieron una beca? ―preguntó Mulán.
El chico asintió, estirando el sobre que sostenía en manos. Se dejó caer a un lado de mí, apoyando su cabeza en mis piernas mientras escondía su rostro con ambas manos. Hyori empezó a leer en voz alta, anunciando que Kim Taehyung había sido becado completamente en la Universidad Nacional de Seúl. En dicha beca, él podía escoger la carrera que quisiera, puesto que estaba becado al 100% al ser un deportista destacado. Ninguno de nosotros dudó en felicitarlo, pues había que reconocer que la familia de mi amigo no contaba con todos los recursos para mandarlo a una gran universidad.
―¡Felicidades, Taehyung!
Mulán desordenó su cabello, así mismo, Mingyu le dijo que se sentía orgulloso, lo cual solo provocó que Tae llorara un poco más. Mingyu había sido nuestro amigo por años, pero era muy extraño que él dijera o hiciera algún cumplido para nosotros.
―¡Pasé! ―gritó Soohyun ―¡Iré a Stanford!
―¡¿Qué?!
Aquella expresión contenía muchas emociones, desde alegrías hasta desilusión. Para nadie era un secreto lo mucho que Taehyung soñaba con ir a la universidad con su novia y, bueno, creo que, estando en el lugar de mi amigo, yo no sabría qué decisión tomar. No esperaba obtener una beca, de hecho, espero más que se la den a Mínghào.
―Iré a Stanford, ahí estudiaré diseño ¿No estás feliz por mí? ―preguntó la chica de cabello corto.
―Claro que sí, pero ¿No estás triste por lo nuestro? Digo, nos distanciáremos ―la voz de Tae comenzó a bajar, demostrando que se encontraba un poco preocupado.
―Podemos mantenerlo, Taehyung. Una relación a distancia también funciona ―agregó Soohyun ―. Tú y yo podremos con esto.
―Yo, realmente no sé si funcione, Soo ―suspiró cabizbajo.
―Oye, no te desanimes ―rodeé sus hombros ―Mira, Soohyun tiene mucha razón.
―Lo sé, pero cuando conozca a personas nuevas se dará cuenta que no tengo nada para ofrecerle, más que esto ―observó con tristeza a su novia ―. Estoy feliz por ti, Soohyun, pero me preocupa que estando lejos dejes de quererme.
Tae ni siquiera dejó que su novia le dijera algo, le entregó la carta de la beca y corrió en otra dirección. Mingyu y yo nos acercamos a ella. Soohyun aplanó los labios y nos sonrió con tristeza. Mulán y Hyori trataron de animarla, sin embargo, ella prefirió buscar a Tae y tratar de hablar con él.
Siendo honesto, la actitud de Taehyung me parecía un tanto inmadura, puesto que, sin importar donde, si él y ella se quieren tanto como dicen, la distancia no será un obstáculo jamás. Pero entendía que lo desconocido también asustaba.
―Ellos estarán bien ―susurró Mulán, rodeando mi torso con sus brazos ―. No te preocupes, Taehyung y Soohyun estarán bien.
―Lo sé ―rodeé sus hombros y recargué mi mentón sobre su cabeza.
Mis ojos se abrieron por la sorpresa, miraba las letras negras en aquella hoja de papel. Leí mil veces mi nombre, releí la palabra destacada en todo el texto. Siempre había sido mi sueño ingresar a esa universidad y ahora la oportunidad se presentaba frente a mis ojos. No obstante, tenía una segunda opción, pues la universidad de Seúl también me ofrecía exactamente lo mismo.
Miré a Mínghào, quien mantenía las comisuras de sus labios elevadas y parecía querer agujerar el pedazo de papel. Levantó la vista por escasos segundos y me observó incrédulo. Él no debería sorprenderse de nada, puesto que, aunque mi orgullo se lleve un golpe en la entrepierna, debía reconocer que éste idiota era muy buen jugador y era lo que ambas universidades estaban buscando. No tendría problemas con seguir jugando a su lado, después de todo, no era mentira cuando todos decían que éramos buenos jugando.
―¿Qué harás? ―me preguntó el pelinegro ―Digo, tienes dos grandes ofertas.
―Tú igual.
―Si, pero yo no tengo que decidir pensando en alguien más, Jeon.
Vale, no me había detenido a pensar en eso. Todo este tiempo había esperado la oportunidad de ir a la universidad que más quería y, justo cuando lo tengo, me asusta tomar la decisión equivocada y lastimar a quienes quiero. Quiero a Mulán, es mi novia, sin embargo, al otro lado de la puerta se encontraba mi futuro y eran dos difíciles caminos.
―Aun tienes tiempo para pensarlo, pero, aunque suene extraño, piensa en lo que deseas tú ―Mínghào palmeó mi hombro ―. Si Mulán te quiere tanto como dice, aceptará cualquier decisión que tomes y te apoyará sin importar qué.
―¿Tú ya tomaste una decisión? ―pregunté, a lo que el chico sonrió divertido.
―Stanford necesita de alguien como yo, por eso me ofrecieron una beca.
Que fácil resultaba para los demás, y que difícil estaba siendo esto para mí. Dentro de mí, aún conservaba la esperanza de que Mulán también pudiera ir a la misma universidad que yo, sin embargo, cuando salió de aquel salón, sus palabras fueron: «Iré a la universidad de Seúl»
Ahí supe que nada sería fácil y que, tanto ella como yo, debíamos tener una larga conversación, porque, por más en que yo mismo me insistiera en creer que debía pensar una decisión, sabía que me iría a Stanford.
Una semana después, se realizaron los exámenes finales del curso. Todos tenían al menos una opción, otros tenían dos y algunos sólo no tenían ninguna de las anteriores. Hyori y Mingyu irían a la universidad tecnológica, mientras que Mulán y Taehyung irían a la universidad de Seúl. De los demás, sólo Soohyun y Mínghào habían confirmado que irían a Stanford, sin embargo, yo aún mantenía el misterio sobre esas dos cartas.
Mis padres pensaron que lo mejor sería que fuera a Stanford, y realmente quería ir, sin embargo, me costaba mucho pensar en despedirme de ella. La observé reír, arrugar su nariz y ver como se divertía con Hyori. Sabía que, si me iría, extrañaría eso de ella. En cuanto a Tae y Soohyun, no habían podido arreglar nada y aunque la situación sea completamente absurda, Taehyung tomó la decisión de terminar con Soohyun.
―Él despertará y se dará cuenta que su decisión está errada ―comentó Hyori ―. Me encargaré de darle sus buenos golpes, Mingyu me ayudará ¿Verdad, cielo?
―A mí no me metas en tus asuntos ―el pelinegro se negó rotundamente ante las palabras de su novia.
―Eres el peor novio que he tenido ―negó la chica.
―Soy el primero que has tenido y también seré el último, Hyori ―levantó ambas cejas, dejando en evidencia que la había expuesto frente a todos.
Las mejillas de la chica se ruborizaron, a lo que Mingyu sólo pudo atraerla hasta su pecho y esconder su rostro de los demás. En definitiva, extrañaré todo esto, especialmente, el poder sentir las manos de Mulán acariciar las mías, justo como ahora.
―Te quiero ―susurró sólo para mí.
Y aunque mi corazón gritara a los cuatro vientos que también sentía lo mismo, sólo pude sonreír y besar su frente. Tarde o temprano tenía que decirle que me iría, porque si, ya había tomado una decisión.
5/8
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