Capítulo 23: La propuesta
Hace un par de años, cuando tenía cerca de unos once o doce años, escuché a alguien decir la siguiente frase: «Tienes el síndrome del corazón roto»
Quise preguntar a qué se refería aquello, pensé que se trataba de un corazón roto, muy literalmente y comencé a preocuparme por mi corazón. Pensaba que aquello era una enfermedad cardiaca que ocasionaba grietas en cualquier parte de mi corazón. Incluso le decía a papá que se cuidara del síndrome del corazón roto, a lo que él siempre me respondía que, a su edad, no había nada que lo rompiera.
Hoy entiendo que el síndrome del corazón roto es una afección cardíaca temporal que a menudo es provocada por situaciones estresantes y emociones extremas. La afección también se puede desencadenar por una enfermedad física grave o una cirugía. También puede llamarse miocardiopatía por estrés, miocardiopatía de takotsubo o síndrome de abombamiento apical.
Jamás estuve equivocada con respecto al síndrome, sin embargo, no sé que es peor, si las grietas imaginarias o la afección cardiaca real. Mínghào delinea mi labio inferior con uno de sus pulgares y me sonríe con ilusión. ¿Por qué?
―Lo siento, Mulán ―murmura apoyando su frente con la mía, manteniendo sus ojos cerrados. ―. Vas a odiarme después de esto ―suelta una risilla nasal después de decir aquello.
¿Odiarlo? No, eso sería lo último que podría sentir por alguien como Mínghào. Tampoco siento ese sentimiento de confusión que normalmente desarrollan las personas en una situación como esta. Tengo mi cielo despejado y no hay nubes que quieran opacar mis lindos rayos de sol. Me separo de Mínghào y acomodo algunos mechones de cabello en detrás de mi oreja. No le sonrío, no porque esté enojada con él, sino, más bien, porque no es un momento para reír. Es algo serio.
―Mínghào, esto no debió pasar ―trato de verme firme ―. Me gusta Jungkook.
―Lo sé ―sonríe otra vez ―. Te gusta desde que lo conoces ¿Verdad?
―Si.
Mínghào da un paso hacia adelante y desordena mi cabello de manera amistosa. Sus ojos han desaparecido y sus comisuras permanecen elevadas. Sé que está por mentirme, sé que me dirá que todo estará bien y que sus sentimientos son algo temporal, pero sé que miente. No quiero decir que me creo el ombligo del mundo o que soy una persona irresistible y por esa razón, Mínghào no pueda olvidarme, no, no es nada de eso. A pesar de los meses que llevo conociendo a Mínghào, me di cuenta de que es una persona noble, con sentimientos profundos, reales y duraderos. Es una persona honesta y transparente.
Al principio puede parecer odioso y petulante, sin embargo, a medida que lo conoces, descubres que en realidad es la mejor persona del mundo. Es alguien irreal, es carismático, sensible y, sobre todo, una persona leal. En definitiva, sería una persona que dejaría un vacío si algún día llegara a irse.
―Hey, está bien ―su sonrisa sigue viéndose fingida, pero sé que hace su mayor esfuerzo por no hacerme sentir mal ―. Es mi culpa después de todo.
―¿A qué te refieres?
Suelta una risita pausada y suave.
―De seguro pensaste que te diría que ya se me pasaría ¿Verdad?
Mis ojos se abren, sin embargo, no llegan a verse exagerados.
―Ah, lo sabía ―golpea suavemente mi hombro, sin llegar a ser brusco ―. No eres la única que me conoce, Mulán, yo también he tenido tiempo para aprender de ti.
―Mínghào, realmente lo siento ―bajé la mirada ―. No puedo corresponder a lo que sientes.
―Y yo te digo que es mi culpa, así que no te preocupes ―toma mis manos y me arrastra hasta su pecho para luego cubrirme con sus brazos ―. Te diré una cosa ¿De acuerdo? Pero no debes mirarme, porque de seguro me veré tonto.
Mi corazón latió con apresuro; no me sentía asustada, mucho menos nerviosa. Era, más bien, algún tipo de angustia que se implantaba en el pecho. Nunca antes había visto a Mínghào con otros ojos; para mí, él siempre era Mínghào, jamás pasé por alto sus bonitos rasgos físicos, pero lejos de sentirme atraída por él, siempre me sentí aceptada y protegida. Mínghào era como un lugar seguro para mí.
Escuché un suspiro de su parte y sentí como me apretujaba un poco más contra su pecho y apoyaba su mentón sobre mi cabeza. Podía imaginarme sus ojos cerrados y sus comisuras elevadas.
―Pensé mucho en cómo te diría esto, Mulán. Incluso escribí en mi libreta las palabras que te diría, pero ahora que quiero hacerlo, no hay nada en mi cabeza ―soltó una risilla divertida. Podía escuchar los fuertes latidos de su corazón, él estaba nervioso ―. Tendré que improvisar, espero que funcione ―escuché un suspiro más de su parte ―. Estoy enamorado de ti y sé que no soy correspondido. Lo supe desde el momento en que me di cuenta de lo que sentía. Sé que me dirás que merezco a alguien mejor, pero lo cierto es que, sé que hay alguien para mí, sin embargo, soy tan codicioso, porque, por un instante, deseé que fueras tú.
―Yo...
―No, déjame terminar ―soltó otra risilla ―. Mulán, podría escribirte mil poemas solamente con mirar tus ojos esmeraldas, pero sé que habrá alguien que escribirá mil y un poema más para ti. Kook realmente es afortunado y yo no quiero interferir en el camino de ambos, pero tampoco me niegues la oportunidad de sentir celos cuando los vea juntos ―se separó de mí y me miró a los ojos ―. No quiero pedirte una oportunidad porque realmente no la quiero. No voy a decirte que se me pasará porque realmente no lo sé. Tampoco voy a alejarme de ti porque quiero que estés cerca. Realmente quiero ser testigo de tu felicidad. Te quiero, Mulán, y algo más que querer salir contigo, es ver como te conviertes en la persona que siempre has soñado. No te preocupes por mí porque yo siempre estaré a tu lado.
¿Cómo era posible que siguiera sonriendo a pesar de eso? Yo no pude resistirme y terminé derramando unas cuantas lágrimas. Mínghào era una persona valiosa. No merecía tener un corazón roto por mi culpa y aunque no haya sido intencional, no dejo de sentirme culpable.
―Oh y algo más ―arrugó su nariz y me sonrió, mostrando todos sus dientes ―. El trinomio cuadrado perfecto, no es tan perfecto comparado contigo.
Estiré mis brazos en el césped y cerré mis ojos por un momento. Mi respiración era tan agitada y entrecortada que sentía que moriría en menos de dos segundos. No quería ser movido por nada. El fin de semana se llevarían a cabo los cuartos de final y nosotros éramos uno de esos equipos que entrarían en competencia.
En años anteriores, trajimos el trofeo a la escuela y aunque me gustaba mucho ser el número uno, en esta ocasión, sentía que no importaba mucho si pasábamos las finales o no, lo que realmente importaba era jugar en el mismo equipo con mis amigos. En pocos meses dejaríamos la escuela y saltaríamos a dar un gran paso. La universidad. Nuestros planes son diferentes, y me he esforzado mucho por obtener esa beca en la universidad de Stanford, cosa que hoy en día no me importa mucho. Iré al lugar donde me sienta más cómodo.
―Toma ―Mínghào me extiende una botella con agua y se acomoda a un lado de mí.
―Me siento nostálgico. ―menciona Taehyung, pasando una toalla por todo su rostro ―. Si perdemos, este será nuestro último juego antes de entrar a la universidad.
―¿Quieres llorar? ―pregunté en broma, llevando cierta cantidad de agua a mi boca.
―¿Qué? ―Taehyung frunció su ceño ―. Por favor, la sensibilidad se deja para los signos de agua, como Mínghào, por ejemplo. Esas ojeras bajo sus ojos y las mejillas coloradas dicen que estuvo llorando toda la noche.
El mencionado soltó una carcajada, casi dejando caer su cuerpo al césped. Yo no podía decir mucho, realmente no tenía idea sobre astrología como Taehyung. Mínghào empezó una discusión con este último, alegando que no tenía motivos para llorar por las noches. Por un momento me desconecto de ellos y me concentro en algo que he dejado pasar y que realmente he empezado a detestar.
Cuando fuimos a casa del tío de Mínghào, Taehyung mencionó que tanto Mulán como Mínghào tenía compatibilidad y sus posibilidades de que tuvieran una relación era muy alta. Me avergüenza decirlo, pero intenté mirar mi compatibilidad con Mulán, sin embargo, encontré que la pareja perfecta para el signo de Mulán era alguien de cáncer o piscis. Me frustré y traté de evitarla, pero mis sentimientos hacia ella no me permitieron estar muy lejos.
―Taehyung ―el mencionado dejó de reírse con Mínghào y se enfocó en mí.
―¿Qué ocurre?
―¿Crees... ―era una locura y una tontería, pero debía intentarlo ―... crees que una relación entre Mulán y yo, tenga futuro?
―¿Por qué lo dudas? ―preguntó Mínghào esta vez ―Está claro que se gustan, no hay motivos para dudarlo.
Tae asintió, afirmando la respuesta de Mínghào. Le expliqué que había consultado sobre nuestra compatibilidad y aunque no fuera la más estable, tampoco era la más imposible, sin embargo, no era el más indicado para ella. Taehyung soltó una carcajada, alegando que era demasiado idiota como para creer en todo.
―¿Qué es tan gracioso? ―fruncí el ceño ―¡Tú crees en esto, Tae!
―No, me gusta divertirme con ese tema, pero eso no significa que lo crea al 100% ―se tornó serio de un momento a otro ―. Escucha, según la astrología, Soohyun y yo no somos compatibles ¿Pero sabes qué? Me importa una mierda porque estamos juntos y la amo.
―¿Y eso quiere decir?
―Que si te gusta Mulán tanto como tú le gustas a ella, no debería importarte si, algo en lo que no crees, te dice que no pueden estar juntos ―esta vez habló Mínghào ―. Escucha, tus sentimientos son lo que más importa en estos momentos y si quieres estar con ella, no permitas que nada ni nadie te lo impida.
Mis comisuras se elevaron. Había dudado por nada, porque al final, las decisiones las tomamos nosotros. Me puse en pie, ignorando por completo que hace unos minutos me sentía agotado. Me despedí de los chicos y corrí a los vestidores para recoger mis cosas y abandonar la escuela. No me importó tener que correr tres o cinco cuadras, sólo quería llegar a su casa y decirle todo lo que sentía.
Una vez que estuve ahí, la vi sentada en los escalones leyendo algún libro de romance. Su cabello estaba sujeto a una coleta alta y algunos mechones deambulaban por su rostro. Corrí hasta ella, retirando el libro de sus manos, acto que la tomó por sorpresa.
―¿Kook? ―sus ojos verdes me examinaron con sorpresa. ―¿Qué haces aqu...
―¡Sal conmigo! ―hablé.
―¿Qué?
―Sé mi novia, Mulán.
Sus mejillas se tiñeron de un intenso color rojo y sus ojos se abrieron a más no poder. Por un momento temí que se salieran de su órbita. Mulán permaneció en silencio por muchos segundos, minutos que fueron difíciles para mí, porque en verdad quería que ella me diera una respuesta.
―Kook, yo... ―soltó un suspiro.
―¿Pasa algo?
Sus labios se abultaron y su mirada titubeó.
―Yo no puedo estar contigo, no quiero lastimar a nadie ―acarició mi mejilla ―. Lo siento.
¿Estaba siendo rechazado? ¿Mulán acababa de decirme que no? Mi rostro era un poema de confusión. Mulán me miraba apenada. ¿Estaba sintiendo lastima por mí? No, no era eso. Ella estaba sacrificando algo, sin importarle que su felicidad se viera involucrada. Pero estaba arrastrando mi corazón en eso, y dolía mucho.
Ahora sí, ya vengo a darle fin a esta adaptación porque la neta ya me pase JAJAJA. Quedan siete capítulos más, los cuales subiré en breve ;)
1/8
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro