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Capitulo 2: ¿Verde esmeralda o verde moco?

En el segundo día, me doy cuenta que al ser extranjera ⎯ por así decirlo⎯ , es algo curioso y atractivo para los demás. Mis ojos verdes son como un encanto para los chicos e incluso las chicas. Durante las primeras horas, he recibido muchos halagos con respecto a mi rostro, piel, ojos y cabello. A diferencia de China, Corea no es un país tan xenófobo como creí, es más, son amables, sin llegar a ser empalagosos.

Es divertido obtener mucha atención. Los chicos hacen fila para comprar mi almuerzo, o cargar mis libros, sin embargo, él sólo se mantiene distante, ni siquiera me da una mirada para decirme que le desagrado. Sé que no tuvimos el mejor de los encuentros, pero tampoco es como si haya sido el peor.

―¿Sigues mirando a JungKook? ―pregunta la peliplata, sorbiendo el jugo de manzana por la pajita.

―Es que, sigue sin hacerme caso ―suspiro ―. Ayer lo esperé fuera de su casa, pero ni siquiera me miró, sólo pasó a un lado de mí y se encerró en su casa.

―No le des tanta importancia, que no se te olvide que ese idiota es un presumido y cree que es superior a todos.

Fruncí mis labios, no quería que él fuera así conmigo, pero tampoco había un motivo suficiente como para pedirle que me conociera mejor.
Perdí de vista a HyoRi, ni siquiera me di cuenta del momento en que avanzó y salió de la cafetería, sin embargo, su voz se hizo audible, llamando la atención de los estudiantes que se encontraban ahí y los que venían entrando. Corrí en dirección a la chica para averiguar lo que estaba pasando, pero mi sorpresa fue grande al darme cuenta que uno de los chicos que siempre se la pasa con Kook, tenía su camisa empapada de jugo de manzana.

Su ceño estaba fruncido y la caja donde anteriormente se encontraba el jugo que le pertenecía a mi amiga, ahora estaba en suelo, formando un pequeño charco.

―¿No podías quitarte? ―habló la chica ―. Dios, eres tan torpe.

―¿Lo dice la chica que no vio por donde caminaba? ―soltó con ironía ―. Piérdete, estúpida.

―¿Cómo me llamaste? ―la peliplata se encaminó hasta el chico de cabello oscuro, quien hacía lo posible por limpiar su camisa ―. Repítelo.

―No te basta con ser torpe, sino que también eres sorda ―negó.

»―Te dije estúpida ¿No te quedó claro? Okey, ya sabía que tenías dificultades para atender palabras. Te lo repito, pero iré despacio. E-S-T-U-P-I-D-A ¿Mejor?

HyoRi puede estar un poco sorda, pero él definidamente no vio venir aquel puñetazo que mi amiga le dio en el rostro. Su nariz comenzó a disparar sangre no solamente en el suelo, sino también en su atuendo. HyoRi acariciaba sus nudillos, pero sonreía con orgullo. El chico pelinegro se puso en pie, viendo como sus dedos se ensuciaban de sangre; tomó la mano de mi amiga y luego de llenar su uniforme y rostro del espesor de color rojo, la arrastró a quien sabe qué lugar.

HyoRi llamaba mi nombre, así que me apresuré en seguirle el paso a ellos, sin embargo, ya saben que soy muy torpe y miope. No vi al sujeto que estaba parado a la mitad de la entrada y me lo llevé, aterrizando completamente en el suelo. Lo único que pude notar fue un lunar cerca de sus ojos y sus apetitosos labios gruesos que se encontraban mojados.

―L-lo siento ―rápidamente me puse en pie, ayudando a mi contrario.

―¿Es tu amiga? ―pregunta, luego de ponerse en pie y limpiar su uniforme.

Mis ojos se abren por completo al ver ese rostro masculino con bonitas facciones. Su cabello era de color de negro, pero estaba sujeto a una muy pequeña coleta, y una bandana de color blanco cubría su frente. Su cuerpo es alargado, pero con buenas proporciones; las venas se marcaban en sus brazos y el movimiento que hizo su manzana al momento de pasar saliva, me dieron un poco de calor y sed, misma que podía ser saciada con sólo probar sus...

―Bonitos labios.

―¿Perdón? ―el chico frunció el ceño.

¡Oh, shit! Mi rostro cambió de color, ni siquiera estaba rojo. Mis manos se congelaron y la palidez se hizo presente en mi rostro. El chico me miraba como si yo fuera un bicho raro, y en efecto lo era. Me había perdido en los rasgos de ese precioso chico de facciones envidiables.

―N-nada ―pasé a un lado de él, y corrí en otra dirección.

Mi cuerpo estaba agitado, había corrido demasiado, y por el camino choqué con más personas.

«Demonios, Mulán ¿No puedes estar tranquila sin ocasionar un caos?»

Bueno, al menos debo resaltar que mi amiga sabe reconocer sus errores, aunque no siempre de la mejor manera, y no pensando en vengarse del amigo de Chris.
No debería asustarme HyoRi, pero literalmente me pone nerviosa que tenga una bolita de algo viscoso en su mochila de la escuela. He conocido personas extrañas ⎯ soy una de ellas⎯  pero en cierto punto, HyoRi sobrepasa mis expectativas.

―Repíteme nuevamente tu plan ―hablé, recogiendo mi cabello en una coleta alta.

―Dejaremos esta bola viscosa en la mochila de MinGyu, tiene programado un cronometro, es decir, que explotará cuando llegue a cero, esparciendo toda su sustancia verde y viscosa en sus libros y posiblemente apeste ―ella sonríe con tanta maldad.

HyoRi es muy bonita, pero ahora que la miro de esta manera también me resulta espeluznante.

―¿De dónde sacaste esta cosa viscosa? ―pregunto, manteniendo un rostro de asco ―No creo que la hayas hecho tú.

―Tengo un hermano mayor, estudia química y sabe de estas cosas ―levantó los hombros con relajo ―. Le dije que alguien en la escuela me estaba molestando y quería hacerle una broma, entonces hizo esta preciosidad para mí.

Bien, ella en definitiva estaba loca. Es decir ¿Quién besa esa cosa apestosa? Enserio no es nada normal. No debería preocuparme porque, de alguna manera, yo no estoy involucrada en este problema, sin embargo, mis nervios salen a flote cuando veo llegar a Kook y a su grupo de amigos. El último en entrar es ese extraño chico llamado TaeHyung, quien agita su mano cuando me ve y hace gestos de un chico cool.

En la primera hora de clases, HyoRi no pudo lograr su cometido, pero cuando llegó la hora de ir al gimnasio comencé a temer por los libros de MinGyu. No avisarle al chico me haría cómplice, pero si le avisaba también sería una traidora con mi amiga. ¿Qué se supone que debo hacer?

Mientras el profesor llegaba, fui un momento al baño de chicas, necesitaba enjuagar mi rostro, así que retiré mis lentes y salpiqué algo de agua en mi cutis, luego lo sequé con mi toallita y, finalmente, me apliqué la loción que me mantiene el rostro en perfectas condiciones. Tomé el pomo de la puerta para salir en dirección al gimnasio, sin embargo, no sabía que tenía un guarda espaldas esperándome.

―Si eras tú ―menciona, ladeando su rostro de manera coqueta.

―¿Soy yo? ―me auto señalo, pareciendo una completa tonta.

―¿Cuál es tu nombre? La otra vez saliste corriendo y ni siquiera te presentaste.

El chico se mantuvo de brazos cruzados; pude darme cuenta que no iba en nuestro salón, ya que él no portaba el uniforme de gimnasia. Suspiré profundo, acomodé mis lentes y le extendí mi mano para luego presentarme.

―Zhao Mulán, un gusto.

El chico levantó una de sus cejas y me miró con rostro de confusión. Dejó mi mano extendida y procedió a acercarse hasta estar muy cerca de mi rostro. Entrecerró sus ojos y lentamente me sacó los lentes y se hubiese seguido acercando más, de no ser porque retrocedí y hablé.

―¡Oye! ¡¿Qué crees que haces?!

―Perdón ―se disculpó, haciendo una reverencia ―. ¿No usas lentes de contacto? ―señaló mis pupilas.

―No, son naturales ―fruncí mi ceño. Él no era el único que me había hecho esa pregunta ―. Me pediste que me presentara, pero tú ni siquiera me has dado tu nombre, a parte, me dejaste con la mano extendida ¿Quién hace eso?

―Xú MíngHào, mucho gusto ―tomó mi mano sin previo aviso, así mismo, procedió a poner mis lentes nuevamente en mi rostro ―. Por cierto, me gusta el color verde esmeralda de tus ojos, siento que te quedan muy bien.

Bien, este hubiese sido el inicio de una muy bonita amistad, de no ser por el tremendo grito y la muy perceptible explosión que se escuchó en el salón de gimnasia. Eso sólo significaba que HyoRi había logrado su cometido, o en el peor de los casos la bola viscosa había explotado en sus manos.
MíngHào y yo nos miramos, así mismo, poco a poco los estudiantes comenzaron a salir del gimnasio, quien a su vez, esparcía un ligero y denso humo de color verde que no era muy agradable al ambiente.

Visualicé a MinGyu salir corriendo junto con una chica de cabello corto, los demás le seguían el paso, luego fue el turno de HyoRi, quien lucía muy preocupada.
¡Esperen! Si MinGyu se encuentra en perfectas condiciones, y HyoRi también ¿Quién recibió la viscosidad verde?

―Esto es muy gracioso, necesito sacar una foto ―miré a MíngHào, quien ahora tenía su IPhone en manos, esperando el momento para fotografiar a la presunta victima.

―Dios, creo que estoy en problemas ―HyoRi se me acercó, devorando con rapidez la cutícula de sus uñas ―. ¡El plan falló, Mulán!

―¿Qué ocurrió? ―pregunté con inquietud.

―¿Tú provocaste eso? ―esta vez fue MíngHào. HyoRi sólo asintió, mirando con confusión al chico y luego me miró a mí.

―MíngHào, ella es mi amiga HyoRi, ―presenté ―, HyoRi, él es MíngHào.

―Mucho gusto ―respondieron los dos al unísono.

Podía imaginarme los miles de escenarios ahí adentro, pero ninguna teoría o hipótesis sería tan grande como lo que mis ojos acababan de ver. Jeon JungKook y su extraño amigo TaeHyung, venían cubiertos de esa extraña bola viscosa. Caminaban como pingüinos, dejando caer de esa cosa viscosa con cada paso que daban. Mis fosas nasales no aguantaron y sólo pude cubrirme la nariz.

―¿Esto fue lo que salió mal? ―pregunté, sin apartar la vista de aquel par.

―Si, fue esto ―susurró mi amiga.

―Son como un par de mocos andante ―soltó MíngHào entre risas ―. Un par de mocos verdes.

Lo miré con molestia, viendo como levantaba sus comisuras en diversión, sin embargo, notó mi mirada y se giró para dedicarme una sonrisa y revolver mi cabello.

―Descuida, el esmeralda me gusta más. 


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