Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14: Te sigo extrañando

Llegada la noche, el partido de lacrosse dio inicio. La algarabía podía escucharse hasta del otro lado de la calle. Las gradas estaban llenas y los equipos en posición de inicio. MíngHào se veía ansioso y sus compañeros estaban alerta. SooHyun, MinGyu, HyoRi y yo, estábamos ocupando los asientos ubicados en la parte media de las gradas; a mi lado se encontraba Lee DongMin, comentando que los chicos del equipo de lacrosse daban ese aura de intimidad.

Lee DongMin y yo nos conocimos en China, su familia tuvo contacto con mi padre hace algunos años, y lo convencieron de invertir en el negocio de las constructoras en Corea, sin embargo, papá no se decidió a hacerlo, sino, hasta hace poco, por esa razón nos encontramos hoy en día aquí.
Él y yo no fuimos muy cercanos, ya que, aparte de que duró muy poco tiempo en mi país, no me grabé las facciones de su rostro. Tuve que hacer un gran esfuerzo para saber de quién se trataba cuando me preguntó por mi padre; de hecho, él ya sabía que yo estaba en la misma escuela, pero en diferente curso. Él es compañero de MíngHào, pero no se lleva mucho con él.

―¡Si! ―gritó SooHyun al ver como TaeHyung le daba el primer punto al equipo ―¡Ese es mi chico!

La multitud elevó las pancartas e incluso nosotros lo hicimos. Teníamos una que llevaba el nombre de los tres chicos, misma que fue elevada.

―¿Eres cercana a Jeon JungKook? ―preguntó el chico.

―Algo, no hablamos mucho, pero sí ―respondí, mordiendo mi labio inferior ―. ¿Por qué?

―Bueno, te aconsejo que te mantengas un poco alejada de él, no te conviene que te vean cerca de alguien como él ―susurró aquello.

¿Alguien como él? ¿A qué se refiere? Observé su rostro, quien se encontraba un poco relajado, pero al mismo tiempo lleno de diversión y misterio. Era de esas combinaciones que causaba repelús.
La multitud volvió a gritar cuando MíngHào anotó otro punto y corrió para ser abrazado por sus compañeros. DongMin se mantuvo en silencio luego de soltar aquello, y yo quería saber a qué se refería con eso que había dicho, por lo que tuve que abrir mi boca para averiguarlo todo.

―Oye ¿Por qué dijiste eso antes?

Él solo sonrió y me guiñó su ojo, para seguidamente rodear mis hombros con su brazo y llevarme hasta su cuerpo. El tacto me hizo sentir incómoda, ya que, presentía que sólo lo hacía por algún motivo personal. De cierta manera, su forma de acercarse no fue la más apropiada y aunque al principio me parecía un buen chico, ahora es todo lo contrario.

―Quiero que me acompañes a una fiesta luego que salgamos de aquí ―menciona, tocando mi nariz con diversión.

―No respondiste mi pregunta ―me separo de él, apartando su brazo de mis hombros ―. ¿Por qué no debería estar cerca de JungKook?

―Porque es una mala persona, o sea, es sólo ver como es con sus amigos para saber que no es alguien bueno para ti, cariño ―relució una sonrisa altiva ―. Te conviene estar con personas como yo.

Su comentario sólo me molestó muchísimo. Fruncí mis labios y mis manos se volvieron un par de puños. Lee DongMin era la mala persona, él no sabe el esfuerzo que está haciendo Kook para cambiar, él no sabe que ahora se comporta como una mejor persona. No voy a permitir que hable así de él, no tiene ningún derecho.

Solté un suspiro y me puse en pie, llamando la atención de mis amigos y del chico junto a mí. HyoRi me hizo señas para que me sentara, pero yo no quería estar cerca de ese chico y estaba segura de que, si le decía que se fuera, no lo haría. DongMin me miró con curiosidad y, al igual que yo, también se puso en pie. Lo miré con molestia y simplemente pasé a un lado de él, ignorando que había comenzado a seguirme los pasos.

Me adentre al baño de chicas y esperé un largo rato a que se aburriera de esperar por mí. Es una pena porque me estoy perdiendo el partido, pero quiero pensar un poco antes de cometer una tontería en frente de los demás. Unos minutos después, finalmente salgo, luego de asegurarme de que DongMin ya se ha ido, sin embargo, lo veo a unos pocos metros, llevándose un cigarrillo hasta sus labios mientras se carcajea con unos chicos, los cuales deduzco, deben ser sus compañeros de equipo.

―¡Hey, aquí estás! ―pegó un respingo al escuchar la voz de MíngHào cerca de mi oído ―. Que sucia llevas la conciencia.

Suelta una risilla divertida. Detrás de él puedo ver como los demás se acercan con una sonrisa en el rostro. Eso sólo significa que ganaron el partido y pasaron a las eliminatorias.

―¿Ya estamos todos? ―pregunta TaeHyung ―. Es hora de ir a comer.

Crucé miradas con Kook por unos segundos, a lo que él sólo la apartó. Tal vez le incomodaba que estuviera cerca, así que, para no incomodarlo más, preferí no ir con ellos.

―Debo irme a casa ―mencioné, acomodando la correa de mi bolso ―. Que se diviertan.

MíngHào detuvo mi andar, tomando mi muñeca. Lo miré por unos segundos, él me hacía muecas extrañas, sin embargo, pude descifrar su mensaje. No quería que me fuera, pero yo no quería incomodar al chico pelinegro. Le di una sonrisa pequeña y, con cuidado, separe su mano de la mía. Me despedí de todos y avancé hasta la salida. Mi casa no estaba tan lejos, y no era tan tarde, así que, empecé mi recorrido en solitario.

La luna brillaba como nunca, las personas pasaban por mi lado, sin embargo, no se detenían a pensar en nada más, igualmente, tampoco era necesario que se detuvieran a mirarme. Sacudí mi cabeza y simulé una sonrisa. Al llegar a casa le pediría a JiHyun que me preparara algo rico, y como el festival continuaba hasta mañana, podía sólo presentarme en horas de la tarde para ver las demás presentaciones.

―¡Mulán, espera!

Desperté un poco más temprano de lo que imaginé; me removí entre mis sábanas y dejé que mis ojos se perdieran en cualquier parte de mi habitación. Miré mi mano y la cerré para volver a sentir que aun su mano seguía sosteniendo la mía. Una sonrisa tonta se asomó en mi rostro y el recuerdo de lo que sucedió en la noche del día anterior, regresó a mi cabeza como fotografías disparadas.

JungKook tomó mi mano y me detuvo, se disculpó por haberme evitado durante todo el día, y decidió acompañarme hasta mi casa. Prefirió descansar un poco más temprano, ya que quería tener energía para el día siguiente, por lo que, también rechazó la invitación de los chicos. Su mano estuvo ligada a la mía incluso hasta llegar a mi casa. Realmente no hablamos de muchas cosas, sólo le pregunté por el partido y lo felicité por haber ganado, a lo que él simplemente respondió que no todo el crédito debía ser para él.

Parecía una escena de película romántica. JungKook me dejó en la entrada de mi casa y aunque sus palabras mencionarán una cosa, él no parecía decirlo en serio. Su rostro indicaba que no quería irse, pese a que esas habían sido sus palabras. Sé que fui muy atrevida, y teniendo en cuenta los antecedentes anteriores, imaginé que sería rechazada. No me importó, así que, acorte la distancia entre ambos y deposité un beso en su mejilla, antes de desaparecer por la entrada de mi casa.

―¿Por qué traes esa sonrisa en la cara?

Mi cuerpo suelta un brinquito asustado al ver a MíngHào recostado en el marco de la puerta con sus brazos cruzados.

―¿Por qué estás aquí tan temprano? ―pregunté ―Deberías estar descansando, ayer tuviste un partido, MíngHào.

―Tengo energía de sobra ―levantó los hombros con relajo y se acercó hasta acomodarse en el borde de la cama ―. JiHyun me dijo que no tienes pensado ir a la escuela ahora en la mañana, y qué casualidad, yo tampoco lo planee ―soltó una risita nasal ―. Ven conmigo a un lugar.

―¿A dónde vamos? ―pregunté con algo de pereza, recién iban siendo las siete de la mañana.

―Tú sólo alístate. Te estaré esperando abajo ―hizo un gesto cool con sus manos y seguido, abandonó mi habitación.

No le di mucha importancia, por lo que, simplemente me levanté de la cama y rebusque entre mis cosas todo lo que necesitaba para ducharme. Luego de unos minutos, saqué de mi armario una falda de pliegues de color negro, junto con una camisa de mangas largas color azul. Dejé mi cabello sujeto a una coleta alta y me calcé unos botines aterciopelados de color negro. Tomé uno de mis bolsos y bajé hasta la primera planta, donde encontré a MíngHào muy centrado en su teléfono; su ceño estaba un poco fruncido, sin embargo, cambió su expresión cuando me vio.

―Estás muy bonita ―mencionó.

―Gracias.

Me extendió su mano, misma que tomé antes de salir de mi casa. No sabía con exactitud hacia dónde me llevaba MíngHào, pero al llegar a la estación del metro y comprar un par de boletos, supe que nos dirigiríamos hacia Seongnae-dong, el lugar de nacimiento de MíngHào. Nos acomodamos en uno de los puestos cerca de la ventana y como si se tratara de algún mal chiste, empezaron a pasar Tren a Busan durante el viaje. MíngHào no dejó de hablar sobre lo traumático que sería para él, si llegara a experimentar un apocalipsis zombie.

―Hào, ¿Qué hacemos aquí exactamente? ―pregunté una vez que nos bajamos del metro.

―Vinimos a visitar a alguien ―sonrió divertido.

De camino, empezó a decirme las cosas que solía hacer cuando era niño y lo mucho que le gustaba visitar la panadería de sus abuelos, pero una vez que ellos murieron, algunas cosas empezaron a cambiar en su vida. Luego, vivió un tiempo en las Vegas, él dice que su edad oscilaba entre los seis a siete años; sin embargo no pasó mucho tiempo allá, un año para ser exactos. También dijo que se arrepentía de muchas cosas, las cuales no quiso mencionar.

Pasamos por una florería cerca del centro de la provincia. Me gustaban mucho las orquídeas, y las que había escogido MíngHào, tenían un muy bonito degradado de color morado, a parte, también había pedido dos ramos más de estas mismas, pero de color blanco. Estuve tentada en preguntar para quién serían esas flores, pero al llegar al lugar, supe que no debía hacer preguntas. Supuse que se trataba de sus abuelos, pues ambas lápidas llevaban grabado el apellido Xú. MíngHào se puso sobre sus rodillas y dejó las flores cerca de la lápida; sonrió por unos segundos y luego se puso en pie, aún le quedaba un ramo más.

―Estoy aquí ―pronunció al llegar hasta aquella lápida alejada de la de sus abuelos ―. Espero no haberme tardado demasiado. Esta vez no llegué tarde ¿Lo ves?

Mi corazón se quebró al ver como MíngHào dejaba escapar un par de lágrimas, que luego se convirtieron en un torrente de estas mismas. Su voz se cortó y el dorso de su brazo fue a dar hasta su rostro.

―Sé que las palabras nunca alcanzarán para disculparme por lo que sucedió, SeokMin, y yo jamás voy a dejar de sentirme culpable ―dejó el ramo de orquídeas cerca de la lápida ―. P-perd-dón.

Y ese fue el quiebre de Xú MíngHào.

Una fotografía yacía implantada en la lápida. Al parecer, aún era muy joven cuando murió, y tampoco parecía haber pasado mucho tiempo, ya que, sólo había pasado un año desde que ya no se encontraba en este mundo. MíngHào se desplomó en el suelo, y con tanto dolor, enterró sus manos en la tierra y dejó caer sus lágrimas. Lee SeokMin debió haber significado mucho para él y aunque no entienda las razones para culparse por su muerte, estaba segura de que MíngHào no había tenido la culpa.

«Lee SeokMin, hijo único de la familia Lee. Nació el 18/02/1997 y murió el 14/05/2021» Debiste haber sido una buena persona y MíngHào debió haberte apreciado mucho, realmente lo siento.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro