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Capítulo 1: El chico nuevo

Hice una reverencia, dejando que mi enmarañado cabello se saliera por los lados y uno de los algodones de mi nariz cayeran al suelo, provocando el asco de todos. Cerré mis ojos con fuerza y mordí mi labio inferior para suprimir todo intento de insulto que quisiera salir; las niñas bonitas no insultamos.

―Buenos días, mi nombre es Zhao Mulán y seré su nueva compañera, por favor cuiden de mí ―hice otra reverencia, ocasionando que el otro pedazo de algodón que había en mi nariz, tocara el suelo ―. Joder.

Bueno, creo que hay algunas ocasiones en las que sí puedo decir un improperio.

El profesor Kim me pide que me acomode en uno de los asientos desocupados mientras el otro chico que venía junto a mí, se presenta con la clase. Ya olvidé su nombre, sin embargo, de no ser por él me hubiese desangrado toda en el pasillo.
¡¿Cómo es que no pude fijarme en el letrero que decía que el piso estaba encerado?! Tantas cosas que pude haberme evitado en el momento que quité mis lentes para limpiarlos.

Me acomodo en el asiento desocupado que se encuentra al lado de una chica con el cabello de color gris platinado, la cual me sonríe tan amistosa que puede darme miedo, aún así, me agrada. Dejo mis cosas en el escritorio y veo como el otro chico se acomoda junto al chico guapo de cabello castaño.

―Hey ¿De dónde eres? No lo mencionaste en tu presentación ―preguntó la chica de cabellera platinada.

―Ah, soy de Shenzhen, Guangdong, China ―la chica trata de sonreír, pero no le funciona, porque sólo abre sus ojos sorprendida, susurrando algo que no entiendo.

―Yo solo conozco Pekín ―guiña su ojo y me extiende su mano ―. Mucho gusto, soy Bang HyoRi, espero que podamos ser amigas.

―Mucho gusto, Zhao Mulán y espero lo mismo ―apreté su mano con suavidad mientras sonreía.

El profesor Kim comenzó a dar las indicaciones de la clase y todo el contenido que veríamos en el transcurso de los cuatro primeros meses del comienzo de curso, me resultaba interesante. Papá es de las personas que siempre espera que saque buenos resultados y le gusta que tome cada examen como un reto para superar mi calificación anterior, aun cuando todas estén sobre los cien puntos.

No es que papá sea exigente conmigo, pero siempre espera mucho de mí, y la excelencia es algo que siempre ha caracterizado a la familia Zhao.
En las primeras horas de clases, siento que soy observada, pero cuando intento descubrir de quien se trata, no veo a nadie, y todos miran hacia el ejercicio de matemáticas que se encuentra escrito en el pizarrón. Sacudí mi cabeza y terminé de copiar todo para ser una de las primeras en tener mi calificación.

Una vez que obtuve puntos extra por haber resuelto los ejercicios, noté que HyoRi fruncía mucho su ceño y su escritorio comenzaba a llenarse de bolas de papel.

―Oye ¿Necesitas ayuda? ―pregunté en susurro.

―¡Mucha ayuda! ―sus ojos brillaron cuando le pasé mis apuntes y notó un perfecto cien remarcado en tinta roja ―. ¡¿Cómo pueden gustarte las matemáticas?!

―Son esenciales para todo, además, me va muy bien en todas las asignaturas ―levanté los hombros restándole importancia al asunto.

―¡Demonios, creo que te amo!

HyoRi fue muy amable y me invitó el almuerzo en la cafetería; papá había mencionado que los alimentos que se consumían en Corea, eran un poco diferentes a los que yo consumía en China, sin embargo, el platillo de fideos con arroz lucía muy apetitoso, en especial por ese olor picoso que emanaba por los aires y, a mi parecer, no tiene mucha diferencia del que he llegado a comer estando en mi país natal.

Nos acomodamos en una mesa libre y antes de siquiera poder decir una sola palabra, un chico con bandana se nos acerca y me hace una pregunta un tanto fuera de lugar.

―Disculpa ¿Eres géminis? ―miro a HyoRi en busca de una explicación, pero ella sólo se da una palmada en la frente, al mismo tiempo que niega.

―¿Géminis? ―el chico de sonrisa peculiar sólo asiente con emoción, ampliando aun más sus ojos ―Ah... no entiendo.

―¿Qué dijiste? Lo siento, pero yo no hablo chino ―llevó su dedo índice hasta su mentón y frunció sus labios.

»―Espera y llamo a mi amigo JungKook, él si sabe de eso ―no me dejó decir una palabra, en su lugar, puso la palma de su mano en frente de mí y elevó la voz ―. ¡Oye, Jeon JungKook, ven aquí en este momento!

HyoRi y yo nos miramos con una mueca de confusión y giramos en la misma dirección que el chico de sonrisa cuadrada miraba. Me sorprendí mucho al darme cuenta que, al chico que llamaba, se trataba de mi vecino.

Jeon JungKook.

A su lado venía una chica muy bonita de cabellos cortos y un chico que parecía ser dark o algo por el estilo.

―¿Qué quieres, TaeHyung? ―habló el pelinegro ―Te estamos esperando desde hace un buen rato.

―Si, ahora escucha ―carraspeó su garganta ―. Ella dijo algo en chino y necesito que me lo traduzcas.

JungKook sólo suspiró e inclinó su cabeza, y por unos cortos minutos me miró con una de sus cejas elevadas. Chasqueó su lengua y sin esperar a que yo dijera algo, tomó la muñeca de su amigo y lo arrastró al otro lado de la cafetería. Mis ojos se abrieron por la sorpresa y la poca amabilidad que el chico guapo tenía para conmigo.

Fruncí mi ceño junto con mis labios y golpeé el suelo con la suela de mis zapatos. No ha sido muy amable desde la mañana. Puede ser muy guapo y todo, pero una gota de amabilidad con los demás, no estaría mal.

―¿Siempre es así? ―pregunto a la peliplata.

―Es un odioso. Se cree mucho porque es el capitán del equipo de lacrosse ―mi amiga me invita a que me siente junto con ella en la mesa ―. A veces, sólo a veces, me gustaría que alguien le bajara los aires a ese idiota.

―¿No te agrada? ―soplo un poco los palillos que contienen fideos y los llevo hasta mi boca, sin embargo, suelto un chillido muy intenso ―. ¡Pica, pica, pica!

HyoRi rápidamente me ofrece una botella con agua y de un sólo sorbo, me acabo todo el líquido transparente. Suelto un suspiro y observo como la chica junto a mí hace todo lo posible por no reírse, aun así, sus intentos son en vano porque acaba riéndose de todas formas.

Recojo mi stick y mi equipo deportivo para llegar hasta el campo de entrenamiento, donde el coach nos espera para partirnos la espalda con todo lo que tiene planeado para nosotros. TaeHyung se encuentra apostando con otros chicos quien sabe que cosa, por lo que sólo me dejo caer en las gradas cerca del campo y espero a que el entrenador Jung se acerque y haga resonar su estruendoso silbato.

No pasa mucho tiempo cuando se aparece con la tabla de entrenamiento y un chico rodeando sus hombros. El chico de cabello negro mantiene sus manos metidas en los bolsillos de su sudadera y camina con una postura que pareciera no tocar el suelo.

Presumido.

―¡Muchachos, acérquense. Tengo que darles un anunció! ―la molesta voz del entrenador Jung, resuena en nuestros campos auditivos

»―Hoy tenemos el placer y el honor de integrar a un nuevo jugador más en el equipo. Acaba de ser transferido y por lo que decía en su boleta de calificaciones, era la estrella de su antiguo equipo.

Ruedo los ojos. El coach siempre suele presumir de los novatos, pero sé que, así como suele elevarlos, también los deja caer y se da cuenta que ninguna de las palabras que dijo eran realmente ciertas. El chico transferido no será la excepción, estoy seguro que no será mejor que yo.

―Entrenador ¿Y si le hacemos una prueba? Digo, como para asegurarnos de que es cierto todo lo que dice de él ―comenta TaeHyung, chocando su mano con la mía.

Suelto una pequeña pero irónica risilla nasal. El chico de cabello negro me imita y asiente. Toma el stick de TaeHyung y me señala.

―Juega conmigo.

―¿Qué? ―pregunto incrédulo.

Tal vez no se ha enterado, pero soy el capitán y que me haya escogido como su contrincante, no le asegura una gran victoria. El entrenador Jung asiente y aplaude, aludiendo que el tipo tiene agallas. Levanto las comisuras de mis labios, busco mi casco de protección y avanzo hasta el centro del campo.

El coach sopla su ruidoso silbato y tanto el chico transferido y yo, nos disponemos en entrar a la jugada. Como era de suponer, soy el primero en tomar la pelota de goma y atravesarlo sin ningún problema, dejándolo completamente despistado, dándome la gran ventaja de anotar el primer punto. Tiene la suerte de que gané la persona que anote cinco puntos, así que, por el momento le llevo ventaja. En el segundo intento, vuelvo a tener la pelota y avanzo rápidamente hasta lograr anotar, sin embargo, me paralizo un poco al notar que ahora se encuentra en frente de mí, y que, gracias a su sorpresiva presencia, la pelota ha caído y le ha dado la oportunidad de anotar.

Rechisto por lo bajo, sin embargo, sólo hemos empatado, en los siguientes intentos no le daré tiempo ni de respirar.

Por más que evito a toda costa que se acerque y me robe la oportunidad de anotar, no se me hace posible. El tipo nuevo parece armar una estrategia rápida ante cada movimiento que realizo. Es como si adivinara hacía que lado me moveré. Termino perdiendo los siguientes intentos, dejándonos con una puntuación de tres puntos para mí y cinco puntos para él, lo cual es una mierda para mí.

―¡¿Vieron eso, señoritas?! ―apuntó el coach ―¡Eso es lo que quiero ver en los partidos! ¡Demonios, MíngHào! ―se acercó para rodear los hombros del chico y felicitarlo ―¡Podría besarte, pero eso sería muy poco hetero de mi parte!

Mientras el coach alababa los movimientos y reflejos rápidos del tal MíngHào, yo hervía de la rabia. Retiré el casco de protección con algo de brusquedad y me encaminé hasta los últimos puestos de las gradas. TaeHyung no tardó en hacerme compañía y entregarme una botella con agua, la cual le arrebate con molestia.

―Si te sirve de algo, te veías increíble con el nuevo stick.

Miro a TaeHyung con molestia, que diga esa tontería no me hace sentir mejor, al contrario, sólo lo veo como un halago de mediocridad y consuelo, mismos que le dan a los perdedores y Jeon JungKook jamás será un perdedor.

―¿De dónde salió ese idiota? ―pregunto más para mí que para mi amigo.

―Según lo que logré averiguar, el tipo se llama Xú MíngHào, tiene diecisiete años y es de Haicheng, Anshan, China ―responde TaeHyung ―. En mi opinión personal, tiene cara de ser escorpio, el tipo se ve que tiene el ego por los aires.

―Pero jamás será mejor que yo ―comenté, mirando fijamente al tipo nuevo, quien sonreía con orgullo cada vez que el coach hacía mención a cada movimiento.

―A menos que decidan darle la capitanía a él y tú pases a un segundo lugar.

―¿Quieres callarte?

TaeHyung asintió. MíngHào levantó la vista y me miró con superioridad, enarcando una de sus cejas mientras tomaba de su botella con agua. Rechisté una vez más, poniéndome en pie y dirigiéndome hacia los vestidores. Estaba claro que nos habían reunido sólo por la estupidez del transferido, no iba a seguir perdiendo el tiempo con un idiota como él. 



Sí, ya volví por acá, je ;-;

He tenido abandonado este proyecto y lo lamento, pero, a decir verdad, todas mis historias están en tipo pausa JAJAJA.

En fin, quiero aclarar que en los diálogos de Mulán habrá palabras que estén en cursiva, lo que significa que está hablando en chino. En realidad planeaba poner la palabra tal cual en el idioma pero, al no ser experta en el mismo, preferí hacerlo de esta forma y evitar problemas xD

Así mismo meteré pequeñísimos detalles para que la historia se entienda, ya que las protas tienen distintos contextos de vida y pues es necesario, pero en realidad no hago gran cosa, la trama sigue tal cual la hizo la autora original ;)

Dato curioso: la prota original en realidad viene de Estados Unidos, por lo tanto, habla inglés. En mi caso preferí que viniera de China, no sé porque pero ajá .-.

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