Capítulo 13: ¿Es esto lo que quería?
Partieron al día siguiente, a un ritmo muy lento. Era duro viajar con tantos niños y heridos. Wei Ying estaba justo al lado de Lan Zhan. No hablaron en absoluto. Wei Ying se sorprendió de que él no lo buscara la noche anterior. Conocía el cuerpo de Lan Zhan, pero no conocía su corazón. No sabía si dejaría todo atrás y seguiría como si nada, o al menos lo hablarían. Pero en todo el camino, Lan Zhan ni siquiera lo miraba. Wei Ying quería decir una broma para relajar el ambiente, pero no tenía la energía para hacerlo.
Él solo luchó, no tenía nada más que dar.
En Gusu, ayudó a todos a encontrar un lugar para dormir y algo para comer. Los Wen se distribuyeron a diferentes partes de Cloud Recesses. Wei Ying sintió que su misión finalmente había terminado y podía respirar. Pero no terminó, porque lo convocaron al Pabellón.
Encontró a Lan Qiren, Lan Xichen, Lan Wangji y los Ancianos esperándolos. Así que iba a ser juzgado, ¿eh?
—Wei Wuxian, toma asiento—. Lan Qiren dijo y le mostró el asiento vacío que quedaba. Se preguntó si tendría que decir algo él mismo o simplemente tendría que escuchar y obedecer.
—Joven maestro Wei, estamos agradecidos por lo que hizo en la campaña contra los Wen. Por eso, te felicitamos. Pero usar el cultivo demoníaco...— Lan Xichen comenzó, pero no continuó, solo miró a su tío.
—No toleramos el uso del cultivo demoníaco. Sabemos que solamente te quedaba esta opción. Pero, tiene que parar. Tienes prohibido emplearlo alguna vez. Tienes prohibido hablar de ello. También tienes prohibido ir de cacería nocturna por el momento—. El maestro Lan continuó. Nadie estaba diciendo nada ahora.
Wei Ying apretó las manos en su túnica, enojado. Miró a Lan Zhan, que estaba callado y miró a cualquier cosa menos a Wei Ying. Así que no iba a ayudarlo de ninguna manera. No iba a protestar contra su tío por su propio marido.
—Entiendo—. Dijo, incluso si realmente no lo hizo. ¿Qué iba a hacer ahora? Realmente se hundió. Él no era nada ahora. Todo el entrenamiento, todo el trabajo... ahora era un desperdicio, un omega que se esperaba que simplemente existiera.
Todos asintieron, impresionados de que fuera tan fácil. Sabía que no tenía forma de presionarlos para que dieran una opinión diferente, así que no lo hizo. Se las arreglará con lo que tenía, como siempre. Se fue, Lan Zhan lo siguió afuera.
—Wei Ying, ven al jingshi conmigo.
—Nuh-huh, ¿cuál es la palabra magica?
—Wei Ying, por favor— ¡Eso es lo que quería! ¿Fue difícil para la gente mostrarle cortesía?
—¡Esa es la palabra! Ya voy, ya voy.
Dentro del jingshi, había un calor sofocante y un fuerte olor a incienso. Fue directo a la cama y se tiró allí, sin importarle que estaba arruinando la manta y las almohadas perfectamente arregladas.
—¿No vas a decir nada?— preguntó Wei Ying.
—¿Por qué me diste tu núcleo?— Lan Zhan dijo.
—Porque yo puedo vivir sin el mío, pero tú no—. Nadie en Gusu podía guardar un secreto, al parecer.
—Yo podría. Lo supe cuando me atraparon los guardias Wen en Caiyi que tendría que irme sin un núcleo dorado si lograba salir con vida. Lo sacrifiqué para mantenerte a salvo y, en cambio, decidiste hacer esto.
—¿Qué quieres decir con lo que pasó ese día en Caiyi?— ¿Fue Lan Zhan la razón por la que esos guardias Wen no se cruzaron en su camino y fueron por otra persona?
—Te vi en Caiyi, pero también algunos discípulos de Wen. La única forma de distraerlos era alejarlos de ti al revelarles mi identidad.
Wei Ying no sabía esto. ¿Lan Zhan estaba dispuesto a sacrificarse por él de esta manera? ¿Cuándo empezó a importarle?
—Wei Ying, quiero que seas feliz. Dime qué hacer...— Lan Zhan lo miró como si estuviera rogando con los ojos. Realmente le importaba.
—A mí... no me gusta estar aquí—. Empezó a decir. Entonces, las palabras no pudieron parar. Fue en Lan Zhan, apoyó la cabeza en su hombro y le contó todo: lo difícil que era para él obedecer tantas reglas, cómo pasaba el tiempo en los túmulos funerarios, lo asustado que estaba a veces de su nuevo poder. Cómo quería una familia con Lan Zhan, cómo soñaba con una pequeña familia que viajara por todo el mundo en un burro y fuera dueña de una casa pequeña y sencilla. Cómo quería cazar animales, cultivar plantas y comer comida picante todos los días... le dijo a Lan Zhan todo lo que era y todo lo que soñaba tener y ser. Fue escuchado hasta el final, sin prejuicios ni desprecios. Incluso si nada de lo que quería se hiciera realidad, estaba feliz de que al menos pudiera decirlas. Para hacerlos de alguna manera reales.
Decidieron que Wei Ying tenía que venir todas las noches al jingshi y Lan Zhan le tocaría 'descansar' para calmar parte de la energía resentida que absorbía. Lo hizo todas las noches, sin perderse ninguna sesión. Usaron este tiempo para hablar y simplemente pasar tiempo juntos. Lentamente, también empezaron a hacer el amor de nuevo. Su vida comenzó a parecerse a algún tipo de normalidad.
Sus días los pasaba ayudando a los Wen a encajar. Algunos de ellos recibieron responsabilidades domésticas, como limpiar y cocinar. A ninguno de ellos se les dieron actividades que tuvieran que ver con el cultivo, pero escuchó a Lan Xichen hablar con su tío de que permitirán que los niños se unan a clases con los discípulos de Lan cuando tengan la edad suficiente y, si lo merecen, serán adoptados en el clan Lan.
Hablando de niños... Wei Ying tenía debilidad por uno de los niños. Se llamaba A-Yuan y era la cosa más linda que Wei Ying jamás había visto. Lo seguía a todas partes, como un patito, llamándolo "Xian-Gege, Xian-Gege". Le gustaba jugar con él, mostrarle los conejitos y darle abrazos.
Un día, estaba en su habitación con A-Yuan, tratando de enseñarle cómo usar una cuchara correctamente, mientras le enseñaba lo buena que era la comida picante. Lan Zhan decidió comer con ellos, por una vez. A-Yuan estaba haciendo un desastre, Wei Ying tenía que limpiarse la cara cada pocos segundos. El arroz estaba por todas partes: en la mesa, en la ropa de A-Yuan, en su cabello, en el piso... será difícil limpiarlo todo, pero A-Yuan era tan lindo que no importaba.
—A-Yuan, mira, hazlo así—. Y trató de mostrarle cómo colocar los dedos en el eje de la cuchara. No podía hacerlo, sus dedos eran demasiado pequeños para su cuchara.
Lan Zhan de repente levantó a A-Yuan y lo puso en su regazo. Puso su mano sobre la de A-Yuan y lo ayudó a comer, hasta que no quedó nada de congee. ¡Incluso sopló el congee para que A-Yuan no se quemara la lengua! ¡No sabía que Lan Zhan podía ser así!
—Dale las gracias a Gege, A-Yuan—. Dijo con cariño.
—¡Gracias, Gege!— A-Yuan dijo con la boca llena.
—Está prohibido hablar mientras se come—. ¡Por supuesto que Lan Zhan tenia que decir eso!
Decidieron ir a la ciudad de Caiyi a comprar ropa para A-Yuan y algunos suministros para Wen Qing. Ella ya era muy respetada en la Secta Lan por su conocimiento médico. Incluso al viejo Lan le agradaba.
Wei Ying levantó a A-Yuan y lo puso en su cadera y se fueron a pie a la ciudad. Allí, A-Yuan señalaba con el dedo todas las cosas brillantes y coloridas que veía en las gradas. Por supuesto, Lan Zhan no se detuvo en absoluto y compró todo lo que A-Yuan quería, incluso si Wei Ying le dijo que malcriaba demasiado al niño. Llegaron a la tienda de telas, donde miraron materiales. Estaba mirando una tela a un precio razonable, cuando Lan Zhan tomó su mano y le mostró la sección de seda.
—No podemos comprarle seda, Lan Zhan. Es un niño, arruinará su ropa en poco tiempo.
Entonces le tendremos que comprar muchas túnicas.
—¡Lan Zhan, no! ¡Es muy caro!
—Pagaré. Tú eliges—. Wei Ying se rindió. Si Lan Zhan quería comprar algo caro, era su dinero y podía hacer lo que quisiera. Eligió el material más lindo que encontró, con un estampado de animales. Tenía pequeños conejitos y mariposas. Tal vez era un poco femenino, pero le quedaba bien a A-Yuan.
Compraron todo lo que necesitaban en la tienda y luego en la farmacia y se fueron a casa. También se detuvieron para comprar Sonrisa del Emperador, que Wei Ying escondió bien de los ojos de Lan Qiren.
Wei Ying no se sentía muy bien. Se sintió un poco acalorado todo el día, pero no dijo nada, temiendo que Lan Zhan lo regañara. Dejó A-Yuan con Wen Ning y le dio los suministros y se retiró temprano. Intentó irse a dormir, pero no pudo. Se sentía demasiado caliente, demasiado incómodo, como si su piel estuviera en llamas.
Espera... ¿Él está en celo?
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