Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

08


Bang Chan temía contarle a JeongIn sobre el malentendido que su ex pareja generó en menos de veinticuatro horas. Pues, estaban a punto de regresar a Corea y aún no había recibido una llamada de ChangBin, cosa que lo preocupó aún más.

Por supuesto, Yuna alcanzó a escaparse sin dejar rastro alguno de su paradero, cosa que enfureció al australiano mayor. Contactó a sus amigos con el propósito de hallarla lo antes posible o de lo contrario, JeongIn haría ese trabajo y no iba a importarle que fuera mujer.

Apenas subieron al coche que los llevaría hacía el aeropuerto, recibió un mensaje de ChangBin.

Hyung, YiZhuo salió del país hace una hora aproximadamente. SeungMin logró dar con su persona en Incheon, al parecer tomó un avión rumbo a China.

Demonios, por una parte era un alivio saber que estaba con vida y por otra, empeoraba la situación. Soltando un suspiro, decidió contarle absolutamente todo al joven mafioso.

—... ¡¿Qué mierda me estás diciendo, Bang Chan?!—gritó completamente alterado—. Busquen a Yuna por cielo y tierra, de YiZhuo me encargo yo. Pon a SeungMin hyung al teléfono.—ordenó seriamente.

Ni bien llamó a SeungMin, cambió el destino de su pasaje. Iría a China personalmente, no podía permitirse perder a YiZhuo por un malentendido. Yuna pagaría su imprudencia, él mismo le enseñaría modales una vez regresara a Corea del Sur.


Creía que haber viajado a su tierra natal, le ayudaría mucho a despejar su mente. Pues, el dinero que ahorró para el hotel, prefirió gastarlo en un pasaje de ida.

No sabía bien dónde ir, tenía a sus abuelos paternos pero estaba segura que no tardarían en darle aviso a sus padres y eso no era conveniente. Lamentaba que sus abuelos maternos hallan fallecido antes de tiempo.

Suspiró, comenzando a caminar, observa varias tiendas de ropa y otras de comida. Su estómago rugió por el hambre que sintió. No contaba con dinero ahora, y robar sólo provocaría que fuera a la cárcel.

—¿Qué hago?.

Pensó varias opciones, si entraba, pediría un almuerzo y luego pagaría lavando platos. Era mejor que huir y ser perseguida por la policía.

Mordiendo su labio inferior, ingresa dispuesta a llevar a cabo su idea. Buscó una mesa disponible y se sentó en espera de ser atendida, no sabía ni siquiera qué hora es.

—Buen día—menciona un joven mozo—. Soy Xiao Chen y seré su mesero hoy, aquí le traje su menú.—sonrió haciendo entrega de este.

YiZhuo tomó el menú en sus manos y vió los diferentes platos. Todos estaban por arriba de los treinta mil yenes, pensó detenidamente qué comería sin sobrepasar los cien mil yenes.

—Quiero un pato laqueado a la pekinesa, arroz frito y un jugo de piña.

—Está bien, ¿alguna salsa que desee añadir?.

—No, gracias.—agradece.

Xiao Chen se retira, dejándola nuevamente sola.

YiZhuo observando el lugar, notó un cartel en dónde requerían de una mesera que pudiese trabajar por las tardes. Yendo hasta este, leyó que no necesitaba de una experiencia previa. Fue un alivio, después de comer, le preguntaría a Xiao Chen por dicho puesto.

Regresando a su mesa, esperó su almuerzo mientras tarareaba una canción que solía escuchar cuando era pequeña.

Empezar desde cero si que le costaría mucho.

—Disculpa la demora, aquí tienes tu pedido. Espero lo disfrutes.—menciona un amable Xiao Chen.

—Gracias.

El humeante y delicioso aroma viajó hacía sus fosas nasales. Apenas probó el pato, quiso chillar de lo rico que estaba. Continuó degustando su almuerzo con suma felicidad.

No quería terminarlo, le daba vergüenza decir que no traía dinero a mano.

Lentamente fue acabando, esperó a que la clientela empezara a dispersarse para hacerle una seña al joven mozo.

Xiao Chen se acercó, creyendo que iba a pagar pero YiZhuo le pidió que se sentara unos minutos.

—... Honestamente no tengo dinero para pagar, huí de mi "hogar" sin ni un centavo en el bolsillo—explica avergonzada—. Uh, me preguntaba si podía saldar mi deuda a base de trabajo. Vi en un cartel que están buscando personal... Este, ¿podría ser?.

Xiao Chen comprende su situación, la azabache estaba nerviosa. Si bien, podía zafar de ir a la cárcel o no.

—No te preocupes por la cuenta—sonríe—. Déjalo en mis manos, ¿sí?. Hablaré con la señora Zhang.

El alma de YiZhuo regresó a ella nuevamente, agradecida con el joven chino, espera a que regrese con una respuesta.

Mordió sus labios, sabiendo que, ya no volvería nunca más a Corea del Sur. No vería de nuevo a su familia ni al hombre que la salvó y del cual se enamoró perdidamente.

Se olvidaría de Yang JeongIn, al menos por un tiempo no se volvería a involucrar con alguien más. Necesitaba desprenderse de él, sacarlo de su corazón y ya no pensar en qué alguna vez lo conoció.

A lo lejos vió a Xiao Chen hacerle señas, levantándose rápidamente, fue hacía él con los nervios a flor de piel.

—La señora Zhang te espera allá atrás, habla con ella—mencionó—. No debes preocuparte, le dije que eras mi prima. Suerte.

—Gracias. Te debo la vida.


JeongIn ni bien aterrizó en tierras chinas, llamó a SeungMin. Su amigo era el único que podía ubicar a YiZhuo.

Ya habían pasado casi cuatro días de su desaparición y eso lo tuvo desesperado.

Está en un pueblo cercano a Shanghai. Trabaja en un restaurante cuya dueña es Lin Zhang.

—Gracias hyung, lo tengo.—asintió cortando la llamada.

Lin Zhang, conocía perfectamente a esa mujer. Fue una de las nanas que lo crió junto a su madre cuando era niño, gracias a ella, aprendió a hablar chino mandarín y un poco del cantones.

Decidió manejarse solo en aquel país, Bang Chan había vuelto a Corea del Sur con el fin de ubicar el paradero de Yuna junto a ChangBin y Soyeon.

Desde luego, contaba con algunos guardias a su disposición por cualquier situación repentina que sucediera.

Manejó un par de kilómetros, realizando un viaje de aproximadamente media hora.

Deteniendose, preguntó por el restaurante de la señora Zhang.

—Cruzas esa calle, doblas hacía el lado derecho y caminas una cuadra en dirección recta. Allí hallarás un cartel enorme con el nombre de Zhang L.

—Muchísimas gracias señor.—agradece.

Fue a pie, pasando desapercibido entre los habitantes, siguió las instrucciones del hombre mayor.

Tardó unos diez minutos en llegar allí.

Colocándose sus gafas de sol oscuras, ingresó dentro.

Para ser un pueblo pequeño, contaba con una cantidad de habitantes.

—Disculpe, ¿se encuentra la dueña de este lugar aquí?.—preguntó detrás de esa cabellera azabache que reconocería a millas de distancia.

YiZhuo tragó en seco con sólo oírlo a sus espaldas, demonios.

—S-sí, digo sí. ¿Para qué desea buscarla?.—cuestionó aún sin voltearse.

—Veamos, es que me dijeron que ella tiene como empleada a Ning YiZhuo. ¿Es correcto?.

—¿Por qué?...

—Eso debería cuestionarte yo a tí, YiZhuo—respondió girando a la menor sobre sí con el fin de verle la cara—. Huiste sin siquiera esperar a que regrese.

—Tuve mis motivos... Y-y no me hables ahora, estoy en horario laboral. Tengo clientes que atender y tú sólo estorbas.—pronuncia soltandose de su agarre.

JeongIn iba a responderle, sin embargo, fue interrumpido por la dueña del restaurante, quien ni bien lo reconoció, se acercó.

—Mira que grandes estás, jovencito—sonrió enternecida—. Tanto tiempo sin verte, Innie. ¿Cómo has estado?.—pregunta.

—Bien, quise darme unas vacaciones...—dice mirando a YiZhuo—. ¿Usted nana?.

—Pues con arrugas y canas—bromea—. Supongo que bien, ¿gustas servirte algo?.

—Claro, si no es molestia.

Zhang le invitó a sentarse junto a ella, el de cabello grisáceo gustoso aceptó conversar con ella mientras bebían unos tragos.

YiZhuo desde lejos, observaba al par. Atendía a los demás clientes con ayuda de Xiao Chen. Los dos de vez en cuando intercambiaban charla o bromas, cosa que al joven mafioso no le simpatizó en absoluto.

—... ¿Conoces a esa chica, Innie?.

—Sí—contestó—. Es alguien a quién estimo mucho...

—Esa carita no es de estima, JeongIn—sonrió Lin—. A tí te gusta esa chica, no intentes negarlo porque no te voy a creer, eh.

Yang soltando un suspiro, no lo niega. Admitía que esa hermosa azabache había entrado muy dentro de él, su corazón latía con una de sus sonrisitas, mismas que extrañaba demasiado.

—¿No ha tenido inconveniente con ella?.

—Nop, es una muchachita excelente. Muy tierna y responsable, Xiao Chen le ha ayudado a orientarse aquí.

—Ya veo...

—Son sólo amigos, Innie—menciona—. No debes sentirte amenazado por él.

—¿Yo? ¿Amenazado? Él debería sentirse así, no yo—rió—. Por casualidad, ¿sabe dónde se hospeda ella?.

—En uno de los cuartos de arriba, le di hospedaje.

—¿A usted no le importa si me quedo unos días aquí?.

A Zhang le extrañó su pregunta, no obstante, negó sonriente.

—Cerramos a las diez en punto, por si deseas esconderte en los baños como hacías de chiquito.

JeongIn agradece, recordando esos años dónde su madre y las demás nanas lo buscaban por cielo y tierra. Su padre era el único que lo encontraba.

—Eres un diablillo, Yang JeongIn.

—Lo sé, siempre me salgo con la mía.—asintió posando sus orbes en la menor.

Nueva actualización<3

Espero les guste mucho el capítulo<3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro