06
Para ser su primera vez, YiZhuo se movía como toda una diosa sobre JeongIn.
Luego de aquel momento en el jacuzzi, los dos literalmente se volvieron unos completos maníacos en celo.
Llevaban horas follando, no había tiempo en que frenaran de lo que estaban sintiendo en esos momentos. YiZhuo gemía cada vez que, JeongIn se hundía en lo profundo de ella, incluso llegó a notar el bulto formado en su abdomen. Eso llevó a excitarlos aún más, sus bocas se unían en un beso sucio y difícil de sincronizar.
—Conmigo dentro, nunca te sentirás vacía—murmuró roncamente—. Me perteneces YiZhuo, eres mía completamente.
Ning entre balbuceos asintió perdida, sus movimientos circulares le indicaron a JeongIn lo cansada que estaba, por ende, cambió de posiciones. Dejando a la menor boca abajo y con su trasero empinado, prosiguió a entrar de nuevo en ella y seguir follandola duramente.
YiZhuo llegó a derramar varias lágrimas de placer, sus ojos cerrados y sus manos apretando las sábanas, generaban que todo se volviese más erótico. Gemía sin una pizca de discreción, movía sus caderas al compás de las embestidas dadas causando un choque de pieles que podían escucharse perfectamente por todo el segundo piso.
—Y-yo...
—¿Tú?.—rió burlón a la vez que nalgueó sus glúteos, cosa que estremeció a la azabache.
—O-otro... Otro más.—pidió desorientada.
JeongIn comprendió su petición, no sólo palmeó el culo de su chica sino que, se dió el lujo de amasarlo, apretarlo y abrirlo aún más.
A este paso, YiZhuo sentiría que no podría caminar en días, sin embargo, el que alguien como Yang JeongIn le estuviese destrozando entera, sólo hacía que lo deseara con mucha fuerza.
Al cabo de un tiempo, el orgasmo vino a los dos al mismo tiempo. JeongIn eyaculó toda su esencia dentro de la menor, quién, no pudo aguantar el sueño en el momento que fue llenada por su guapo mafioso.
Había sido una estimulante pero satisfactoria noche para ambos.
A la mañana siguiente, YiZhuo despertó primero. Una ola de recuerdos vinieron a su mente, misma que involucraba a JeongIn, quién, rodeaba su cintura con uno de sus fuertes brazos a la vez que dormía plácidamente.
Cuando hizo el amago de levantarse, sintió una sensación extraña atravesar su interior, más bien, de calidez. No entendía bien que sucedía pero al instante de intentarlo nuevamente, un gemido salió de sus labios.
—Yo que tú, no me movería por un rato...—susurra JeongIn divertidamente.
—¿De qué hablas? Déjame levantar-... Ah!.—jadeó sintiendo otra vez esa sensación extraña.
—No, de hecho, hoy pienso dormir un buen rato más.
YiZhuo casi chilla al percatarse que, esa cosa que empezó a crecer en su interior, se debía a que, el miembro de Yang se encontraba dentro suyo. El muy maldito durmió con su pene dentro.
—Eres un...—gimió bajito al sentirlo moverse poco a poco.
—¿Un qué, eh?.
No respondió, sólo logró arquear su espalda, le dolía todo. Tanto su cintura y sus caderas estaban rotas, ni hablar del resto.
—Seremos uno solo hoy, pequeña—sonrió arrogante—. Vete acostumbrando porque sucederá no una vez sino muchas más...—masculló al dejarla boca abajo como la noche anterior.
—I-idiota... ¡Oh Dios!.—gritó ante las duras penetraciones que JeongIn inició.
No importaba si se negaba, a fin de cuentas terminaría cediendo de igual manera, porque al probar el fruto de la lujuria, sabía que no habría retorno ni solución que pudiese salvarla.
En la semana, YiZhuo disfrutó plenamente pasear por los alrededores de la propiedad Yang. Luego del incontrable e insaciable apetito sexual de JeongIn, pudo salir sana o bueno, no tanto debido a que, estuvo en cama por unos días. Aquel mafioso habló muy en serio cuándo le mencionó sobre ser uno solo. Tenía la certeza de que, en menos de lo pensado, volvería a pegarse a ella cual animal en celo.
Tampoco le molestaba la idea, JeongIn la hizo sentirse deseada en cada aspecto. Siempre respetando los límites entre ellos, será por eso que, YiZhuo ni siquiera titubeó en entregarse a él.
Ni JiSoo ni JungKook especulaban regresar aún, pues, sus vacaciones en Busan se extenderían un poco más de lo planeado. Ning sentía que estos lo hacían adrede, tal vez por querer darles su espacio y privacidad al par de menores.
YiZhuo internamente agradecía tal gesto, seria bochornoso que de pronto, tus suegros los encontraran en una escena comprometedora. ¿Cómo explicaría que JeongIn parece un lobo hambriento a la hora de intimar?. Probablemente creerían todo.
Regresando a la actualidad, la menor inspeccionó el verdoso y florecido jardín. Para ser un mafioso despiadado y sin escrúpulos a la hora de hacer su trabajo, no estaba mal. Le agradaba saber que, JeongIn tiene una parte blanca por asi decirlo.
—Señorita Ning, el joven Yang llegó.—informó uno de los guardaespaldas que la custodiaban por órdenes del grisáceo.
—Enseguida voy.—responde sacándole una foto a las bellas margaritas plantadas.
Iba a avanzar pero la figura del mayor aparecer por detrás, le sorprendió.
—Déjenme a solas con ella.—ordenó.
Los cuatro hombres uniformados asintieron, estando solos, JeongIn rodeó su cintura y apoyó su mentón en uno de los hombros de YiZhuo.
—¿Estás muy romántico o qué?.
—Algo así, sólo quería abrazarte. ¿Está mal?.—cuestiona sin apartarse de ella.
—En absoluto, me gusta esta parte tuya. Te hace ver tierno.—sonríe acariciando las manos del grisáceo.
—¿Sabes que tenemos la casa sola por un buen tiempo, verdad?.
—Lo sé—menciona suponiendo lo que vendría a continuación—. Dame descanso, apenas me voy recuperando de la partida anterior.
JeongIn ríe, besando su mejilla, gira a YiZhuo logrando quedar frente a frente.
—Descansar no forma parte de mi diccionario.
—Pero sí del mío—sonrió intentando apartarlo—. No me apetece hacerlo ahora.
—¿Y?—pregunta afirmando sus brazos sobre ella—. A mí me parece apropiado relajarme un poco luego de un abrumador día.
YiZhuo roda los ojos y sintió la necesidad de reírse.
—No, cuando digo que no, es no. ¿Oíste Yang JeongIn?.
Si el significado de "no" derivaba en ella gimiendo el nombre del mayor, entonces respondería seguido dicha palabra.
YiZhuo mordía la almohada ante los embistes de JeongIn en su punto dulce, llegaba a lloriquear del estímulo que su cuerpo sentía al ser deliciosamente poseída por tal hombre. Su mente decía una cosa pero su boca otra, era inútil resistirse a los encantos de Yang, quién arremetía como una fiera salvaje.
JeongIn cambiando de posiciones, elevó sus piernas, apoyando estas sobre sus hombros. No tuvo compasión al hundirse profundamente. Varias veces, dejando como una completa idiota a la menor.
Una vez descargó todo dentro de YiZhuo, reposó su frente a la suya. Ambos agitados por la desenfrenada ronda, sus ojos conectaron por instantes. JeongIn no sabía que empezaba a generarle YiZhuo, simplemente no sentía deseos de dejarla ir ahora. Le importaba demasiado poco el acuerdo establecido.
—No sabía que tener sexo formara parte del contrato.—bromea YiZhuo.
—Bueno, digamos que está escrito en la letra pequeña—vocifera sonriente—. Al menos cuatro veces al día.
YiZhuo jadeó atónita, desde luego negó e intentó sacarselo de encima pero el muy bastardo pesaba mucho, agregando que aún no salía de ella.
—¿Te volviste loco? No, no. Ni loca me dejarás en silla de ruedas.—expresó ofendida.
—¿Segura que sólo necesitarás una silla de ruedas?—alza una ceja burlonamente—. Esto es el principio, querida princesa.
—Quítate Yang.—comentó posicionando sus manos en el fornido pecho del mayor.
—No, me apetece hacer la segunda ronda ahora—dice iniciando un lento vaivén, rió viendo a YiZhuo intentar retener un gemido—. Podemos hacerlo aquí o en el baño, o en mi escritorio...
—Definitivamente eres un bastardo.
—Pero bien que gozas cuando este bastardo te folla, ¿cierto?.
No respondió con palabras sino con unos movimientos de caderas que satisfacció al grisáceo.
—Follame ya, bastardo...
—Por supuesto que sí.
—Quiero retomar mi carrera.—soltó YiZhuo dejando de leer una novela policial.
—¿Qué?.
—Lo que escuchaste, Yang. Cuando fui obligada a casarme, me quitaron toda libertad. Sólo deseaban que dejara descendencia y luego botarme como trapo viejo y usado.—contó mirando por la ventana.
JeongIn oyendo los lamentos de la menor, suspiró, de pie, se dirigió a YiZhuo. Abrazandola por detrás, observó el mismo paisaje que ella.
—Si quieres retomar tu carrera, no me opondré—responde—. Siempre y cuando vayas custodiada. No quiero que nada malo te pase, ¿oíste?.
Una vez más, YiZhuo sintió esa calidez en su corazón. Ah, realmente JeongIn si era una cajita de sorpresa.
—Está bien, puedo tolerar eso—pronuncia relajada—. Muchas gracias.
JeongIn asintió y dejó que YiZhuo siguiera viendo hacía afuera. De pronto, notó un auto negro estacionarse y de este, una chica de baja estatura salió.
—¿Esperabas a alguien?.—no evitó fruncir el ceño, sintiéndose molesta.
—Sí, de hecho, iba a mencionarte que, mi prima se hospedará un tiempo aquí—mencionó—. Su nombre es Yang Soyeon.
¿Prima? ¿Hospedar? ¿Qué?.
Nueva actualización<3
Hsbsjsjs no se lo esperaban pero que se le va a hacer, es una fic basada en la mafia xd
En fin, espero les guste mucho el capítulo.<3
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