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Uno

El hombre si ha buscado la manera de obtener la inmortalidad, intenta de todo con tal de conseguirla. No importa si inocentes mueren en el camino, todo es válido con tal de cumplir su objetivo.

Sin embargo, las cosas no son eternas.
Así como llegamos con las manos vacías, así nos iremos; no podemos llevarnos nada con nosotros.

Y así como las cosas no son eternas, las eres tampoco lo son.

La era del Sultán Mehmet III terminó y la era del Sultán Ahmed I acaba de comenzar.

Estambul, 1603

El palacio imperial seguía su curso normal, lo único que había cambiado eran las criadas antiguas. La mayoría de ellas fueron enviadas al Antiguo Palacio y otras fueron casadas con hombres de alta élite.

Todo estaba tranquilo en el harén otomano, cada quien hacía sus labores correspondientes y no había queja alguna de alguien o algo. Aunque esa tranquilidad no duraría para siempre.

—¡Muy bien señoritas, hagan dos filas! ¡Rápido, no se demoren! —Una mujer de mediana edad entró al harén seguida de un eunuco; tenía un hermosa cabellera negra, sus ojos eran de un bello azul cielo y en su andar relucia la elegancia. El nombre de esa mujer es Fidan.

Las muchachas se acomodaron lo más rápido que pudieron, pero eso no fue suficiente puesto que Fidan Kalfa les gritó que las castigaría si no se apuraban.

En el harén hay de todo tipo de mujeres: altas, bajas, morenas, rubias, etc. Sin embargo, todas ellas sólo estaban ahí por una simple y sencilla razón: ser concubinas del sultán y traer al mundo a príncipes para que la dinastía otomana prevalezca.

Una vez que las muchachas estuvieron en orden, Fidan Kalfa las miró con ojo atento. Quería encontrar a la mujer más bella, la que cautivaría por completo al joven sultán.

—¿Cómo es esto posible? Ninguna mujer es lo suficientemente bella para nuestro señor —exclamó Fidan, luego de mirar a todas las criadas.

—Escoge a la que sea, no hagamos esperar a Handan Sultán —aconsejó el eunuco que venía con Fidan, Yahya Ağa.

Fidan soltó un sonoro bufido y se acercó a dos muchachas que tenían un aspecto menudo.

—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó a una joven de piel blanca y pelo negro como la noche.

—Hatice.

—¿Y el tuyo? —le preguntó a otra joven.

—Ülkü —respondió la otra joven.

Fidan las evaluó con la mirada y luego de un corto tiempo, le indico a la última que se dirigiera con Yahya Ağa.

—Espero que está muchacha le guste a nuestro sultán y si Alá lo quiere, que nos de un príncipe —susurró Fidan para después pedirles a las muchachas que se volvieran a sus labores, pero una de ellas la miraba con recelo.

Esa muchacha era Hatice.

¿Por qué no me escogió a mí? Yo soy mucho más bella que todas las demás, yo era su mejor opción

Handan Sultán

Después de pelear por tantos años, al fin logré que mi hijo se sentará en el trono. Y aunque las cosas no fueron sencillas, jamás me rendí. Seguí luchando a pesar de todas las adversidades.

Y mi recompensa es está: ahora soy la Valide Sultán y el palacio entero está bajo mi control. Y si eso no fuera menos, también soy co-regente de mi hijo Ahmed.

Sin embargo, es por mi propio hijo que no puedo expandir más mis horizontes. A él no le gustan las mujeres en el poder.

—Valide Sultán. —Desvíe mi atención hacia la criada que me llamó, encontrándome con una mirada color avellana.

—¿Qué sucede?

—Fidan Kalfa y Yahya Ağa están aquí, traen a la muchacha que usted pidió —informó la criada, pero todo el tiempo mantuvo su mirada baja.

—Diles que pasen. —Me acomode mejor en mi lugar y espere paciente hasta que mis aliados entraron.

Una chica de aspecto menudo apareció en mi campo visión, era seguida por Fidan y Yahya quienes la obligaron a ponerse de rodillas ante mí.

—Mi sultana —murmurarón la Kalfa y el Kizlar Ağa—. Hemos traído su encargo, esta muchacha de nombre Ülkü.

Asentí complacida y le eche un ojo a la jovencita que tenía enfrente.

No estaba para nada mal, pero su aspecto no me convencía del todo. Aún así, les di indicaciones de que debían prepararla y enviarla con mi hijo está misma noche.

Ellos asintieron y se llevaron a la chica entre forzajeos.

Hace años yo estaba en su lugar, yo también fui obligada a estar en la cama de un hombre que nunca quise, pensé con cierta amargura antes de ponerme al día con mis deberes.

Hatice Hatun

Me sentía enojada, triste y frustrada. No entendía el porqué no me habían elegido a mí, yo llevaba mucho más tiempo que cualquier mujer en este harén. Y aún así ni siquiera me miraron bien, tan sólo preguntaron mi nombre.

Rompí las sábanas que cubrían mi cama y pateé todo lo que había a mi paso, llamando la atención de todas en el harén.

—Esa mujer está loca —susurró una de ellas a las demás—. No entiendo cómo es qué ha sobrevivido aquí.

—¡Cállate Mahienver! —grité hacia la chica que me llamó loca—. No sabes lo que se siente no ser elegida para el sultán.

—Como dije, ella está loca.

Seguí llorando, seguí haciendo berrinche hasta que una fuerte mano se estampó contra mi rostro y me hizo caer al suelo. Alcé mi mirada y me encontré con unos ojos fríos que matarían a cualquiera.

—¿Otra vez éstas dando problemas, Hatice Hatun? —inquirió Raziye Kalfa, mirándome con desdén.

—No es lo que usted cree, yo...

—¡Basta! —Raziye gritó haciendo que el harén se sumiera en un sepulcral silencio—. Desde que llegaste a este palacio siempre has causado problemas, no hay un bendito día que no se tenga tranquilidad.

»Por todo causas berrinche, pero ya verás. Llegará el día en que al fin logré deshacerme de ti, niñita tonta.

Raziye se fue y yo me quedé en el suelo llorando mi desgracia, mientras que las demás mujeres se reían de mí.

¿Qué hice para merecer esta vida? ¿¡Qué fue lo que hice!?

—No lo olvides Hatun: no lo mires a los ojos, ni hables si él no te lo autoriza. Trepa a su cama, así lo dicta la tradición. —Yahya Ağa fue dando órdenes a Ülkü de como debía comportarse cuando estuviera con el sultán—. Y lo más importante de todo: debes quedar embarazada. Necesitamos un príncipe.

—Ya entendí Ağa, no es necesario que lo repitas a cada rato —respondió Ülkü Hatun con fastidio.

Yahya asintió y suspiro satisfecho cuando por fin llegaron a las puertas de la Hasoda.

—Suerte muchacha —susurró a la nada cuando vio que Ülkü se perdió detrás de esas puertas que le abrirían el paraíso.


♦Los que leyeron la primera versión de esta historia, recordarán que en el primer capítulo, Mahfiruz fue a los aposentos del sultán. En esta nueva versión no será así, sino que Ülkü Hatun será la primera.

♦Se dice, dudo mucho que sea cierto, que Ahmed tuvo una hija antes del nacimiento de Osman.

♦Ülkü Hatun está basada en la hija de Murad IV, Ismihan Kaya Sultán.

♦Se cree que Mahfiruz Hatun es de origen circasiano y que es descendiente de Mahidevran Gülbahar.

♦Me gustaría saber sus opiniones de este capítulo, totalmente renovado.

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