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ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇꜱ: " ᴇʟ ᴏᴛʀᴏ ᴍᴜɴᴅᴏ "

Tiré mi cabeza hacia atrás, entre abriendo mis labios un poco. La sensación era espectacular y lo estaba disfrutando muchísimo.

Volví mi vista hacia la pelinegra que me topé al término de mi show. Caliente. No pude evitar hablarle y preguntarle si quería pasar un buen rato, cosa que sin pensarlo dos veces aceptó.

Ahora estaba aquí, haciéndome uno de los mejores orales de la vida, arrodillada chupando como si su vida dependiera de aquello.

Tenía talento, no lo negaría.

Su mirada conectó con la mía, pasando su lengua por la punta de mi pene, sin quitar su vista, para volver a echarselo a la boca sin pudor alguno, tocando hasta el fondo. Solté un gemido gutural y tomé su cabello en una coleta desordenada, para guiarla con los movimientos y eso al parecer la prendió aún más.

—Oh sí, eres tremeda con esa boca — gruñí volviendo a tirar mi cabeza hacia atrás, cuidando que mi antifaz no se saliera por ningún motivo — buena chica...

Succionó fuertemente y cuando lo soltó, produjo un chasquido con su boca.

plop”.

Se limpió los restos de saliva que tenía alrededor y mordí mi labio al verla en esa faceta tan... sexy.

La atraje hasta a mí, besándola de una manera salvaje, como si no pudiera esperar un momento más para probar esos bellos labios cereza que desde que los vi, quería hacerlo.

Exquisitos.

Bajé hasta su cuello, comenzando a besar lentamente esa parte tan sensible, escuchando gemidos que fueron nuevamente acaparados por mi boca. A pesar de que era muy difícil que pudieran escuchar fuera, no quería arriesgarme a que me interrumpieran. Esto estaba bastante bueno como que venga cualquiera de los chicos o la mismísima MinSuk a arruinarlo.

—No hagas tanto ruido, sino tendré que amordazarte, ¿quieres eso? — jugué, besando el lóbulo de su oreja. La chica se echó hacia atrás, solo un poco.

—Me encantaría eso — respondió uniendo sus labios con los míos en un apasionado beso. Vi como nuevamente se arrodilló queriendo terminar lo que había comenzado.

Pero podía decir que aquello que quería lograr, no lo haría.

Sí, es bastante buena, pero nunca me he corrido con un oral y tampoco lo haría en este preciso momento, aunque se esfuercen en ello. Así que para que no terminara con adormecimiento en su mandíbula, volví a ponerla de pie, dándole la vuelta y su trasero chocó con mi erección, comenzando a moverme de la manera mas tortuosa para ella, para que viera con quien se estaba metiendo.

—Mmh, quiero ingresar dentro de ti, quiero hacer que te retuerces de placer — susurró en su oído, tomándola del cuello.

No había rastros de cordura en aquella mujer y estaba orgulloso de haber logrado mi cometido solo con mi voz. Me tiró hacia una silla que había en el cuarto y no se donde mierda sacó un condón y de la manera más audaz lo puso.

Ah pero toda una experta. Sonreí divertido por la situación.

Pero mi sonrisa se borró de inmediato cuando de un solo sentón hizo que ingresara en ella.

¡Santa mierda!


Caminaba por el largo pasillo donde estaban las habitaciones, queriendo ir de vuelta al camerino, mis pasos eran algo arrastrados, mis cabellos estaban revueltos y aún no procesaba muy bien lo que había ocurrido momentos atrás.

Aún estaba un poco descolocado.

Esa mujer era una maldita ninfomana, tuve que literal escapar de sus garras porque quería un tercer round.

No me malinterpreten, no es que no diera para un tercer round. Pero mi cuerpo ya estaba cansado, el día de mierda que tuve, el show, definitivamente no daba, no la daba. En simples palabras no podría correrme, pero ella quería más y más.

Uno ve caras, pero no estados mentales.

Llegué hasta al camerino a paso lento y solo estaba dentro del vestidor Jungkook terminando de colocarse su hoddie y una mascarilla.

—¿Qué mierda te pasó? — fue lo primero que preguntó al verme, riendo por seguramente mi aspecto. Me debía ver fatal.

—Prefiero omitir ciertas cosas. — fue mi respuesta, que él entendió de inmediato.

Comencé a buscar mi ropa para cambiarme, salir de acá, llegar a mi casa a bañarme y dormir como un bebé. No aguantaba más, mi cansancio me estaba superando.

Vi el reloj que colgaba en la pared, que marcaba las 4:30 de la madrugada. Wow, si que pasaba rápido el tiempo cuando estabas ocupado. Resoplé con fastidio al ver que la ropa no se pondría sola, ya no quería ni moverme.

—Vaya que te dejaron sin energía, Min. Te succionaron hasta el alma. — rió por lo bajo — nos vemos en un rato, hermano.

Le di un asentimiento de cabeza, ya ni ganas de hablar tenía. Me di el ánimo de colocarme mi ropa formal y cuando estaba listo, procedí a salir despidiéndome de los guardias y volviendo a sentir el frío en mi cara. Estos cambios de temperatura me traerían un gran resfriado y no podía permitirme aquello.

Caminé hasta mi auto, observando a mi alrededor y una vez dentro, solté el aire retenido, mis dientes castañeaban a causa del inmenso frío que hacía y yo no estaba lo suficientemente abrigado para la madrugada. Esperé un poco para partir y en quince minutos ya estaba aparcado fuera de mi casa.

Eso era lo bueno de vivir solo. No le debía explicaciones a nadie y podía llegar a la hora que quería sin ser regañado.

Aunque no viva con mis padres, ella siempre está al pendiente de mí. Por eso me regañó en la conferencia de prensa de papá, se dio cuenta que no estaba durmiendo bien y es que por este trabajo mi sueño está en constante cambio.

Lo que si sabia es hoy no tenía ningún evento, estaba completamente seguro de aquello y esperaba con todas mis fuerzas no equivocarme.

Saludé al conserje del edificio para subir hasta el piso doce a través del ascensor y dentro de esté pude notar lo acabado que estaba al observarme en el espejo, mi cabello aún estaba revuelto, tenía labial hasta el cuello y las bolsas debajo de mis ojos se acentuaban aún más. Esa mujer del demonio hizo una abducción de mi energía y de solo recordar eso, me dio un escalofrío. Las puertas del ascensor se abrieron y aún arrastrando mis pies fui hasta la puerta de mi departamento.

Eso era lo bueno de este lugar, cada piso solo tenía un apartamento. Por lo cual el piso doce era totalmente mío, no molestaba a vecinos, nada y para mi era espectacular.

Lo primero que hice fue meterme a bañar, no hay mejor sensación que sentirse limpio luego de un largo día... muy largo. Estaba tan agotado que me tiré cual saco de papas y mis párpados comenzaron a pesar, logrando caer en el estado de inconsciencia.

—¡Min Yoongi! ¿Por qué aún sigues dormido?

Un estremecedor grito me hizo pegar un brinco, logrando que mi corazón comenzara a latir de manera rápida por el espanto. Cerré mis ojos con fuerza, colocando mi almohada sobre mi cabeza. Estaba confirmado que la peor idea que tuve, fue decirle a mamá donde estaba la llave de repuesto.

—Yoongi, ¿tú no escuchas? Hoy tienes la reunión en donde cubrirías a tu padre, amor. ¿Nuevamente te dormiste tarde? ¿Qué te dije de tus ocho horas de sueño?

Por fuera estaba tal estatua, pero por dentro estaba llorando al tener la sensación de que dormí cinco minutos. Mi cuerpo pesaba, mis ojos también, no estaba para andar en reuniones.

¿Por qué?

¿Por qué mi padre tuvo que ser político y no un vendedor de tteokbokki?

Comencé a pegar patadas en mi cama, tal cual un niño haciendo una pataleta.

—Mamá, estoy cansado — respondí, sin sacarme la almohada de mi cabeza. Me negaba a salir de la comodidad de mi cama, además hacía frío y siento que aún no tengo mi energía restaurada.

—Te traje café, por favor alístate. Yo ya te veía levantado, aseado, bien vestido, no aún hibernando, Min Yoongi...

—Es sábado, no sabía que debía salir — me justifiqué quitando la almohada para sentarme, tallando mis ojos al notar la luz que entraba por el gran ventanal.

—Tú padre te lo dijo ayer, cuando terminó la conferencia. No sé que te está pasando en este último tiempo, andas muy despistado, ¿me debería preocupar? — tomó mi mejilla con cuidado, para observarme con inquietud. Puse mi mano arriba de la suya, para acariciarla.

—No, es solo... que tengo muchas cosas en mente. Lo olvidé. Ayer salí con unos amigos y llegué algo tarde, lo siento por preocuparte — medio sonreí — de verdad no recordé lo de papá. Perdón.

—Bueno, pero ya vístete o llegarás tarde. Abrígate que hace mucho frío fuera — avisó antes de salir de mi habitación. Di un gran suspiro antes de meterme a la ducha nuevamente, no sin antes fijarme en la hora.

10:30 am.

Cerré mis ojos con fuerza, no dormí absolutamente nada. Me metí a bañar con el pensamiento de que si esto valía realmente la pena como para levantarse un sábado en la mañana con un frío infernal.

Ya listo, me arreglé los puños de mi traje para nuevamente verme en el espejo y echarme un poco de perfume. Puede que en esa reunión haya alguien linda, quien sabe.

—Apresúrate, llegarás tarde...

Rodé los ojos y salí hasta la sala, viendo como mamá preparaba unos rollos de huevo y dejaba mi café en el mostrador de la cocina.

—Me dijiste que llegaría tarde y estás preparando el desayuno. Quien te entiende. — arrugué mi frente, pero aún así mi estómago rugió al ver el platillo.

—No puedes ir con tú estómago vacío, hijo — contestó dejando el plato en la encimera y sentándose en un taburete —. Ven a comer, está listo.

Y fue todo lo que tuvo que decir para sentarme a comer los deliciosos rollos de huevo que preparaba mamá. Conversamos de cosas banales y también me gané un regaño por no dormir adecuadamente. Luego de terminar, fui a lavarme los dientes  y cuando volví a la sala, ella estaba ordenando.

—¿Quieres que te pase a dejar, mamá? — pregunté tomando las llaves de mi vehículo.

—Yo me voy en un rato más, dejaré ordenado este lugar, que bastante sucio tienes — recriminó.

—Tú vienes solo a regañarme al parecer — entrecerré mis ojos — pero bueno, me iré. ¿Dónde tengo que ir?

—Sabes que aún siguen con el tema de mejorar escuelas, debes ir con el Ministro de educación a una charla sobre puntos a tratar de lo que está deficiente en el sistema de educación — explicó con naturalidad y mi rostro ya estaba contraído al escuchar tales cosas, mi frente arrugada y mis labios fruncidos.

—¿Cómo es que sabes todo eso y yo no?

—Tú padre pasa hablando de estos temas, créeme, sé mucho más que ustedes dos juntos.

—Estoy seguro que es así — afirmé sonriendo. — bueno, me voy. Nos vemos, gracias por el desayuno — me acerqué a darle un beso en su mejilla para salir de mi departamento.

Mi departamento con aire acondicionado, calefaccionado, mi cama acolchada...

¿Y si le devuelvo?

Suspiré con fastidio. No podía, estaba mamá y sería capaz de sacarme de una oreja de mi hogar.

Luego de media hora manejando, llegué a la sala de reuniones en la Casa Azul, donde estaban todos tomando café y riendo. ¿No era para buscar medidas para una mejor infraestructura en los colegios? Todos los ojos se posaron en mí y creo que lograron intimidarme solo un poco. Carraspee dando una reverencia antes de ingresar completamente a la sala y sentarme en el lugar desocupado que había justo al lado del Presidente.

—Min Yoongi, que alegría verte por acá. ¿Quieres un café? ¿Algo de comer? — el señor Suk-yeol me hablaba palmeando levemente mi espalda. Sonreí con incomodidad.

—Oh, no, gracias. Disculpen por llegar algo tarde, ¿que tema estaban hablando? — pregunté queriendo estar al pendiente — he escuchado a la gente decir que no todos los colegios tienen la infraestructura para los alumnos en situación de discapacidad... creo que viendo esos temas las personas pueden decir que queremos mejorar y ganar su confianza al cien por ciento...

—Eh si, claro... no estábamos hablando de eso aún, pero es una buena idea —  el ministro de educación, Park Jeonyun juntó ambas manos para apoyarlas en la mesa — ¿pedimos para comer? Muero de hambre.

Apreté mis labios con fuerza. Era obvio que no hablarían de lo realmente importante y solo vendrían a charlar de cosas triviales. A ellos no les importa la gente, ni sus quejas, ni lo que quieren realmente y es tan frustrante no poder hacer algo al respecto.

Estuve literalmente casi dos horas sentado que mi trasero comenzaba a doler.

Y nunca tocaron los temas a tratar.

Me decepcionaba enormemente estar dentro de este mundo. Quizás no es mi decisión estar en él, pero si voy a estar acá contra mi voluntad, quería ser partícipe de acciones, no solo palabras, no habían dudas de que los hechos valen mas que mil palabras.

Fui el primero en levantarme, despedirme cortesmente y salir de esa sala cuando dijeron que la reunión había concluido. Vaya perdida de tiempo, realmente lo fue. Solo quería encontrar la salida y mandarme a cambiar a cualquier lugar, preferiblemente mi cama.

Debía recomponer un poco de energía para el show que se avecinaba.

Cuando estaba a punto de llegar donde mi preciada Isabella, una imagen llamó mi atención. La peliroja sentada en la pileta que había en el jardín de la Casa Azul y a su lado estaba Mingyu, tan cerca que hasta aquí podía oler sus intenciones. Mingyu, alias yo soy el mejor de todos, maldito narcisista, es hijo del Senador Choi Sung-cheol y creo que ha quedado claro que no nos llevamos.

Habré perdido la cuenta de cuantas veces he suspirado durante el día, cerré mis ojos con fuerza y me devolví hasta donde estaban ellos.

—Picasso, ¿no deberías estar en casa junto a tu madre? — me crucé de brazos, mirando de soslayo al idiota que al verme llegar, recién tomó una distancia apropiada.

—Mmh, estaba esperando a papá y...

—Estorbas acá Min, ya vete...

Enarqué una ceja al escucharlo hablar y solté una risa irónica. Decidí ignorarlo, porque responder es bajar a su nivel y eso sería pérdida para mí.

—¿Quieres que te lleve? — pregunté amable. Ella me dio una mirada extrañada y yo apunté con mi barbilla al idiota que tenía al lado.

—Está bien, le avisaré a papá. — se levantó rápidamente para sacar su celular y hacer la llamada. Resoplé al ver como se movía de allá para acá mientras hablaba por el celular. Volví a mirar al chico frente a mí, que estaba sentado.

—Siempre tan patético, Choi Mingyu... ¿Cuándo aprenderás que así jamás conquistarás a alguna chica? — no aguanté a encararlo — tan idiota...

—Nadie te preguntó Min, puedes irte al demonio — bufó levantándose de la pileta y acercándose a mí, como una manera de intimidar, pero ni siquiera me hizo inmutar.

—Que miedo das, Choi, estoy temblando — sonreí abiertamente al ver su semblante enojado — mejor vete para el otro bando, puede que te vengan mejor los hombres, ya sabes...

—Eres un hijo...

—¡Listo!

La voz armoniosa de Van Gogh hizo que el idiota tomara distancia y actuara como si nada hubiese sucedido.

—Bueno, siempre es un gusto verte Mingyu, me haces reír bastante, sabes que a veces es bueno reír, las endorfinas y todo el asunto — hice un ademán con mis manos — Adiós. — le hice una señal con mis dedos, para comenzar a caminar hasta mi auto en compañía de la peliroja.

Creo que hice mi buena acción del día al salvarla de las garras de ese depravado.

Bueeeno, dije que ayer actualizaría, pero no pude JAJSSJ 😭.

Si partió un poco candente... pero este Yoongi será así, vuelvo a recalcar que tendrá muchas escenas de ese tipo y sobre todo en el club 🥺.

Necesito explicar el mundo de Yoongi y puede que sea tedioso, pero es necesario 🥺✋🏻.

También todo es ficción, no se que como son las leyes en Corea y me estoy basando más en las deficiencias que hay en Latinoamerica para plasmarlas en la historia, que sin duda es más fácil porque son muchas KAJSJSH pero ese era mi otro punto a tratar.

Y nada, espero que les guste, esperen el show del olympus y decirles que esto se viene bueno 👀.

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