ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴅᴏꜱ: " ʜᴀᴅᴇꜱ "
La cena terminó de manera grata, se podría decir. Con Monet no volvimos a dirigirnos la palabra luego del encuentro fuera del restaurante y no es que quisiera hablar con ella, para mi mientras menos me cruzara con ella, mucho mejor.
Era bonita, preciosa, pero toda una entrometida. No me interesaba en absoluto lo que ella pensara sobre mí y al parecer es mutuo, yo no le importaba... ¿cómo decirlo? Sí, ajá, absolutamente nada. Entonces estaba todo equilibrado, tal como debía ser.
Ella no se mete en mis asuntos y yo tampoco en los de ella.
Es intrépida, altanera, descarada y muy, muy sarcástica y le daba un punto a favor, porque no se indignaba con ningún comentario en su contra, ya que siempre tenía una respuesta para todo, de la manera mas satírica posible.
—Hija, no seas maleducada, despídete de Yoongi. — escuché como su padre le susurraba cerca desu oído, en un muy mal intento por hablar silenciosamente. Reí por lo bajo y YangMi al percatarse me dio una mala mirada.
—Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación, señor... — arrastró cada palabra, sin levantar lo suficiente su voz.
—Tengo un gran oído, lo siento, mala mía. Pero ven aquí, despídete como corresponde — tiré de su brazo y con el mío, le rodeé su pequeña cintura —. Ya oíste a tú padre, no seas tan orgullosa, primor — susurré en su oído. Ella quedó sosegada antes mis palabras, no se quitó y al parecer tampoco le molestó la cercanía.
—Y tú, ¿cuándo dejarás de ser un idiota? — fue su turno de susurrarme, sintiendo su aliento en mi oído logrando que me dieran escalofríos — adiós, Min Yoongi, fue un placer conocerte — ahora habló fuerte, dándome un abrazo por lo que quedé confundido — político de quinta...
—Te escuché. — dije entre dientes, sonriendo para que nuestros padres vieran una buena escena — no mereces mis apodos siendo que no tienes el nivel de aquellos increíbles artistas, linda. — la apreté entre mis brazos, pero me alejé al sentir un golpe en mis costillas, justo donde los demás no podían ver — espero verte de nuevo, YangMi...
Maldita mujer del demonio, ese golpe me dolió. Pero puse mi mejor sonrisa falsa, despidiendola con mi mano, viendo como los cuatro se alejaban.
Solté todo el aire retenido y sobé mi lado izquierdo. La muy idiota tenía mucha fuerza, tenía una buena derecha.
—Es muy linda, ¿no? — habló papá sonriendo — lástima que no esté en este mundo, es totalmente opuesta a nosotros.
Reí con sorna, ¿desde cuándo esto era un bando? Era increíble lo que podía salir de la boca de papá.
—Es persona igual que nosotros, ¿no? — respondí encogiendo mis hombros — ella está a salvo de todo este mundo de corrupción...
—¡Min Yoongi! — exclamó mamá totalmente alarmada tocando su pecho —¡¿Qué estás hablando?!
—Son bromas, son bromas. — me excuse, levantando mis manos y riendo un poco, para que realmente pensaran que fue una broma — que alterados están, les falta unas buenas vacaciones. Están tensos.
—No puedes bromear con esas cosas, ¿qué hubiera pasado si alguien escuchaba lo que dijiste? — siseo entre dientes mi padre, bastante furioso.
—Pensaría que tengo razón.
—No hay caso contigo, Yoongi. — mi frustrado padre fue hasta su auto y mamá me dio una mirada de enojo.
No aguantaban nada.
Caminaba un poco ido hacia mi destino. La ansiedad crecía en mi interior, una constante compañera que se alimentaba de mis inseguridades y miedos. Sentía su presencia en mi pecho, una opresión que dificultaba respirar y pensar con claridad. Cada vez que intentaba apartar los pensamientos negativos, estos regresaban con más fuerza, envolviéndome en un torbellino de dudas y autocrítica.
En la escuela, era el estudiante perfecto, el que siempre sacaba buenas notas y nunca causaba problemas. En casa, era el hijo ideal, obediente y respetuoso. Con mis amigos, me convertía en el que siempre tenía una sonrisa en el rostro, el que nunca dejaba traslucir sus propias luchas internas. Pero detrás de esa fachada, me sentía como un impostor, constantemente temiendo que alguien descubriera la verdad: que estaba lejos de ser perfecto y que mi vida estaba lejos de ser ideal.
Las expectativas me asfixiaban. Cada mirada de aprobación, cada palabra de aliento, solo aumentaba la presión. ¿Qué pasaría si un día fallaba? ¿Si mostraba una debilidad o cometía un error? El miedo al fracaso se transformaba en una barrera invisible que me impedía ser yo mismo, que me forzaba a seguir un camino que no había elegido.
Pero, ¡vamos! Soy Min Yoongi. No podía estar en esta situación ni mostrar debilidad.
Al estar cerca del lugar, cambié por completo el chip y fue reemplazado por un Yoongi seguro de si mismo, ese que en este antro estaban acostumbrados a presenciar. No me gustaba que los demás supieran que tenía problemas, porque hay una gran posibilidad que te dejarían cansado preguntándome que es lo que me pasaba, y no, no diría nada.
Al entrar por la puerta trasera, saludé a los guardias como siempre lo hacía y al estar en los camerinos, la voz de Jungkook me sacó de mis pensamientos. Le dediqué una mirada mientras veía el atuendo que me pondría.
—Escuché que no vendrías hoy, pudiste haber descansado, idiota. — reprendió echándose una loción en su abdomen, él vestía de policía.
—Prefiero mil veces estar aquí antes que escuchar a mi padre un minuto más hablando de política. — respondí quitándome mi camisa — ¿Jimin ya tuvo su show?
—Si, ahora está Namjoon arriba haciendo un espectáculo increíble, ¿sabes cuál fue su disfraz hoy? Oh ese idiota — su carcajada se escuchaba por todo el lugar — se... se disfrazó de un pastor. El sexy pastor Namjoon. — no podía parar de reír y yo no pude evitar unirme a él, tenía una risa muy contagiosa.
—Realidades que llegaron demasiado lejos. — reí junto con él, chocando nuestros puños como "esa estuvo muy buena". — ¿Jimin de que se disfrazó ésta vez?
—Un ángel, aunque de ángel no tiene nada — Jungkook estaba terminando su vestuario y un Jimin con unas grandes alas en su espalda entraba al camerino, solo con su bóxer puesto.
—Soy el ángel y esas chicas afuera me aman, quedaron fascinadas con mi show. — se regodeo sacándose el adorno que tenía detrás y dio un suspiro cansado — esta coreografía estuvo muy difícil y la del olympus harem será aún más complicada...
—Eres toda una nena, mi coreografía es aún mas difícil y no me he quejado. — le respondí colocándome el traje de bombero. El concepto es el bombero que llegará a apagar las llamas de aquellas mujeres, pero puede que salga mal y aviva aún más el fuego. Quien sabe.
—Cállate Min — bufó Jimin — a todo esto, ¿qué diablos haces aquí?
—Problemas con sus padres... nuevamente. — rió el menor. Lo miré con cara de pocos amigos.
—No tienes cara, Jeon... todos aquí estamos jodidos, unos mas que otros. — me miré en el espejo y miré a Jimin. Viene de una familia muy religiosa y si se llegan a enterar en lo que trabaja en las noches, no quiero ni pensar en cual sería la reacción de sus padres, y más de su padre, el director de la Universidad de Seúl.
—Serás Ministro y estás trabajando en esto, que feo Min Yoongi, eso no es de caballeros. — rió nuevamente Jungkook. Maldito idiota, cada que tenía oportunidad de molestarme, no la desaprovechaba. — uh, la música de Namjoon se detuvo, es mi turno. Si me permiten, les mostraré a esas chicas que es un show de verdad, con permiso...
Y sí, Jeon Jungkook, Park Jimin y Kim Namjoon son algunos de mis compañeros en este club.
Nos hemos unido un poco más al tener un show todos los sábados llamado el olympus harem, dónde los cuatro demostrabamos el porque éramos los favoritos en este lugar, en un show único y celebrado por todas las féminas y porque no, algunos hombres.
Me seguí arreglando cuando MinSuk llegó a mi lado, pavoneando su traje de conejita playboy donde le resaltaban sus bellos pechos. Creo que lo único que extraño de ella son esas dos montañas donde escondía mi cabeza para dormir tranquilo.
—Bombero sexy, ¿vendrás a apagar el fuego que provocaste aquí abajo con solo mirarte? — hizo un puchero. Maldita sucia, sabía como jugar. Preferí ignorarla. — ¿o tendré que ir con Jimin?
—Haz lo que quieras mujer. ¿Por qué sigues molestándome, eh? — la encaré. Y solo por el hecho de que con ella caía fácilmente, y perdón, pero mi aguante era flojo y mi pene se colocaba muy feliz con su presencia. Maldito sucio traicionero.
—Porque sabes que ambos lo pasamos bien, ¿no? — se estaba acercando peligrosamente a mí y yo obviamente no iba a retroceder — porque nos gusta recordar viejos tiempos...
—Oh, pero justo ahora no — le sonreí y me di la vuelta, dándole la espalda. Pero cuando sentí sus manos en mi estómago y lentamente comenzaron a bajar hasta mi bulto, respiré algo pesado. Era una bruja, bruja con todas sus letras. — ¿Qué mierda haces?
—¿No te gusta? — preguntó con voz infantil en mis espaldas. Escuché la risa de Jimin y también reí.
—Deja de jugar, bruja. — volteé y golpee su nariz, como siempre lo hacía.
—Eres aburrido, Min. Te contraté para que siempre tuvieras sexo conmigo.
—Ajá, claro, me trajiste engañado hasta acá diciendo que era una academia de baile...
—Y en cierta parte no mentí y te encantó. ¿No te encanta tener libertad financiera y bailar en frente de todas esas mujeres? Porque veo que lo disfrutas mucho, amas tener el control.
Y era cierto. Amaba que con movimientos pudiera tener a mis pies a todos los espectadores.
—Vayan a una habitación, la tensión sexual se siente por todo este lugar. — la interrupción de Jimin fue la clave para salir de aquí y dejar a MinSuk ahí. De seguro ahora lo molestaría a él y Jimin no estaría tan enojado con eso, ella es realmente bella. Y olvidé mencionar un pequeño detalle;
Es mi ex novia.
No se sorprendan. Terminamos hace dos años, específicamente tres meses después de llegar a este lugar. Al aceptar trabajar aquí no creía que los celos me matarían por dentro y es que ver bailar a mi novia en ese entonces y que su cuerpo fuera manoseado por ella misma, ver a los idiotas babeando a causa de su baile en definitiva no era mi pasatiempo favorito y es por eso que decidimos terminar.
Un tiempo después comprendí que fue lo mejor y que lamentablemente al estar en un lugar aquí no podría tener novia. Mi alma es libre y disfruto de mi sexualidad sin estar atado a alguna persona.
Estuve muy enamorado de Han MinSuk, pero todo quedó en un bonito recuerdo. Ahora era como un grano en el culo que siempre estaba molestándome y queriendo sexo. Según ella para recordar viejos tiempos y la verdad, no me iba a negar, tampoco molestar.
Me quedé un tiempo observando el show de Jungkook. Este hijo de puta sabía como dejar a las mujeres vueltas locas, era un maldito descarado. Sonreí al ver como se sentaba a horcajadas de una mujer muy guapa y comenzó a mover sus caderas tomándola del cuello.
—Ah, le interesó esa mujer, ¿no? — la voz de Namjoon hizo que dejara de ver la escena de Jungkook teniendo sexo con ropa junto a esa chica.
—Lo mas seguro, donde pone el ojo pone la bala. — respondí riendo.
—Y pone otra cosa también.
Explotamos en carcajadas chocando los puños. Definitivamente uno aquí se distraía de todo lo que sucedía afuera, de toda la presión, de todo los malos ratos, de todos los problemas.
Cuando la música se detuvo, gritos eufóricos se escucharon por todo el lugar y billetes aparecieron por doquier. Esto es simplemente magnífico. Ganar esta cantidad de dinero solo por bailar, es lo máximo.
—Otra noche exitosa, esto es fácil, muy fácil. — escuché a Jungkook decir mientras bajaba del escenario contando un gran fajo de billetes. Me dio una gran sonrisa y se adentró en el camarín, perdiéndose de vista.
—Okey, hora de demostrar quien manda aquí — murmuré para mi mismo, esperando mi turno.
—Y ahora, el último show de esta noche, ustedes saben muy bien quien es, ¿verdad? — la voz de Taehyung resonaba por todo el lugar.
—¡Si! — las féminas respondieron al unísono, lo cual me hizo sonreír.
—Hoy es un sexy bombero que vendrá a apagar el fuego que se concentrará aquí, con ustedes damas y caballeros, Hades. — fue lo último que dijo para que todos comenzarán a aplaudir y chiflar. Me coloqué el antifaz rápidamente, para caminar de manera cautelosa hasta el centro. El telón se abrió, los reflectores daban en mi dirección y la canción Your mother was cheaper de Two Feet comenzó a sonar por el alto parlante, la melodía era tan relajante y a la vez sensual que los movimientos salían de manera fluida. Hoseok siempre se lucía para que nuestras coreografías fueran las mejores y destacaran sobre los demás club nocturnos.
Too, too, too long, yeah...
Me acerqué al borde del escenario, haciendo contacto visual con varias mujeres en la primera fila. Sus miradas estaban llenas de deseo y fascinación, sus labios entreabiertos en silenciosa expectativa. Giré sobre el poste, usando la inercia para realizar una serie de acrobacias que arrancaron jadeos de asombro de la multitud. Bajé lentamente, permitiendo que la tensión se acumulara antes de soltarme y caer en una posición perfectamente controlada, mostrando la fuerza y precisión de cada movimiento.
Con cada momento, me movía más rápido, mis movimientos se volvían más intensos. Quité mi camisa con un gesto rápido, lanzándola hacia un grupo de mujeres que estallaron en gritos y aplausos. Mi torso desnudo brillaba bajo las luces, cada músculo esculpido trabajando al unísono mientras me inclinaba y giraba, entregándome completamente al ritmo.
Hice una pausa momentánea, permitiendo que la música tomara un giro más sensual. Moví mis caderas con un ritmo lento y deliberado, acercándome a otra mujer que me miraba con ojos llenos de deseo. Deslicé mis manos por mi pecho y abdomen, bajando lentamente hacia mis pantalones, provocando sus suspiros y miradas hambrientas.
Bajé del escenario y me acerqué hasta una mujer que no tenía rasgos asiáticos, era muy bella. Estaba en compañía de otras tres mujeres más, pero mi vista solo la ubicaba a ella.
—¿Cuál es tú nombre, preciosa? — le pregunté en el oído, logrando que soltara un pequeño jadeo y se afirmara de la silla.
—Puedes decirme Sof... — me respondió mirándome de manera intensa. La tomé del cuello y la acerqué a mí, rozando nuestros labios.
Comencé a bailarle de la mejor manera posible, improvisando en esta parte de la canción. Me senté arriba de ella, sin hacer mucho peso y nuestras miradas se encontraron. Sentía que podía ver a través de mí, con esos ojos color café que volverían loco a cualquiera.
Todos alrededor estaban fascinados por tener al gran Hades luciendose una vez más.
Sof tomó unos billetes y me los dejó dentro del boxer, mordiendo su labio.
Jooooder. Mi bulto comenzó a crecer sin poder controlarlo...
Besé su mano y le guiñé el ojo para volver a subir al escenario en el climax de la canción.
Too, too, too long, yeah...
Tiré el casco de mi disfraz y me arrodillé pasando mis manos por mi abdomen, llegando a mi bulto que aún estaba erecto a causa de la extranjera candente.
Me puse de pie y nuevamente fui hasta la silla, para quedar sentado cuando la canción terminó, con mis piernas abiertas.
La aclamación fue tal que se levantaron de los asientos para aplaudir y lanzar los billetes. Hice una pequeña reverencia respirando algo agitado por el esfuerzo ejercido y mis ojos volvieron a conectar con la castaña. Le sonreí de costado y le lancé un beso y ella me sonrió de vuelta, mordiéndose su labio, cuando el telón cerró.
Otra noche exitosa, donde sin duda demostramos el porque somos los favoritos.
Ah, este trabajo era espectacular. Sin duda alguna.
Quiero que me bailen a mí así 😭 eh jajajja
Donde baila Yoongi pongan la canción que ahí sale para una mejor lectura, sin duda se meten y dicen “por qué no puedo ser tú?!?!?!” así que lo recomiendo 🙉 jajaj.
Se viene el show del olympus harem y solo decir... este cuarteto viene con todo 🤭.
También recordar que esto tendrá contenido +🔞, de verdad que si no es de tu agrado, esta historia no será para ti 😥.
Espero les guste y muchísimas gracias por los comentarios en el primer capítulo, sin duda me alegra bastante ver que les está gustando. Gracias, gracias 💕.
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