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SEIS.

Había perdido la cuenta de las veces que rodó los ojos, resopló por lo bajo al sentir la presencia del primogénito de la señora Jeon ingresar al despacho. Hacia una semana el chico venía casi todos los días disque a “visitar a su madre”, pero Maelie sabía que no era del todo cierto cuando se pegaba a ella como garrapata preguntando esto y aquello. Extrañamente, lo tenía siempre rondando a su alrededor y no entendía el porqué.

Lo peor era que debía soportar el no responderle mal o decirle algo fuera de lugar teniendo enfrente a su jefa, la madre de este o a sunbae Shiho quien a ambos trataba con demasiada amabilidad, sobre todo al pelinegro. No dudaba siendo que se conocían de casi toda la vida, eran como familia y lo había visto crecer.

Siguió sumida en la tablet apuntando algunas notas mientras YooSun hablaba y tecleaba en la computadora Apple. Hizo caso omiso al carraspeó de la persona que ocupó asiento a su lado, juraba tener la pesada mirada oscura sobre su persona y aunque la incomodaba en cierto punto, no le daría el gusto que lo supiera. Tampoco entendía porqué la miraba con atención como si ella fuera la cosa más interesante del mundo.

—Bien, ten presente eso y por favor, quiero saber si foto tiene lista la sesión al reportaje a la banda BTS —Maelie, asintió— eso es todo —se levantó, evitando mirarle, queriendo salir del despacho cuánto antes.

Suspiró, tomando asiento en su escritorio, abrió la pequeña libreta donde tenía anotado números telefónicos y cosas importantes del trabajo. Tomó el teléfono marcando al departamento de fotografía.

—De la oficina de la señora Jeon, solicita saber si las fotos de la sesión de la banda de Kpop están listas… está bien, gracias… no, iré yo misma.

Se levantó, agarrando la tablet en su mano y la libreta, saludó sonriente con quiénes se cruzaba, excepto cuando cruzó miradas con Hye-min, la asistente de Kim Shiho. Solo fue una leve inclinación que ni siquiera fue correspondida. Subió al elevador, marcando unos pisos más abajo. Volvió a saludar a más personal en el transcurso del recorrido. Se había ganado a todos allí.

—Buenas tardes, sunbae, vine por las fotos de la sesión…

—Aquí las tienes —interrumpió, lanzando un sobre de papel madera con las instantáneas dentro— y te dije que cuando no estuviéramos delante de los superiores me llamaras por mi nombre.

—Sabes que eres mayor que yo —la chica de cabello negro largo y lacio con flequillo la observó con sus redonditos y tiernos ojos como advertencia— ok, está bien, gracias Chaeyoung unnie.

—Así me gusta.

Sonrió, pero su buen humor se desvaneció al momento de sentir como le arrebataban el sobre de las manos. Suspiró cansada, mirando a su compañera reírse al otro lado de la habitación.

—Chae, por favor pásame la carpeta con las diapositivas, quiero verlas.

Maelie miró fijamente a JungKook a su lado, cómo queriéndole decir que lo tenía bajo control y no fuera un entrometido. Él simplemente la ignoró tomando del medio de la mesa blanca una lupa con la cual comenzó a revisar cada pequeña fotito de muestra. En partes, lo hacia con mucho interés y en otras, como pretexto para estar más cerca de la rubia. Le divertía verla así de molesta.

—¿Qué te ha parecido?

—Muy buenas, realmente captan la belleza de cada uno de los miembros.

—Maelie y yo congeniamos en qué el mayor del grupo realmente es bellísimo —comentó la azabache, mirando a la rubia. JungKook jugó con la lengua dentro de su boca mirándolas alternadamente.

—¿Ah sí? —asintieron ambas— pues yo creo que el maknae del grupo le gana por mucho —comentó, seriamente.

Ambas rieron por lo bajo y JungKook no pudo evitar sonreír también al ver a Maelie risueña.

—¿Te gusta el maknae de Bangtan?

Desvió la mirada apoderándose de una de las tantas cámaras profesionales a un costado.

—Si, es un gran artista.

—JungKook-ah es un gran aficionado a la música, es bueno —comentó Chaeyoung, moviéndose de un lado a otro— aparte de la fotografía.

—Si quieres un día te muestro mis dotes… artísticos, claro.

Maelie hizo una mueca de desagrado en su rostro que a ambos mayores se le hizo muy gracioso. JungKook rió junto a Chaeyoung revisando las fotos de la cámara, agradecía que la azabache no dijera absolutamente nada y le siguiera el juego.

Levantó apenas su rostro encontrándola distraída ojeando las revistas y fotos. Era hermosa, perfecta para ser la musa o la modelo de todo tipo de arte. Así que levantó la cámara acomodando el foco y apretó el botón escuchándose el clic, llamando la atención de la persona en cuestión.

—JungKook, no.

Pero este hizo caso omiso a las quejas y siguió sacando varias fotos de ella negándose, otras con un rostro serio y al último, riéndose. Era adorable. Intentó ponerse seria varias veces con sus manos hecha puños en la cintura, mas era en vano cuando JungKook la persiguió intentando quitarle fotos de todos los ángulos posibles.

—¡Buenas tardes!

El ambiente tan ameno y divertido se volvió neutro cuando por la puerta de vidrio entró Kim Shiho con una deslumbrante sonrisa. Se colocó en medio de ambos jóvenes finalizando cualquier interacción entre ellos. JungKook tragó saliva, su atención desviándose por completo en la morocha quien ese día llevaba una blusa lo suficientemente escotada cómo para alterarlo.

—Debo marcharme, ¿almorzamos juntas, Chae?

—Si, no te preocupes — se susurraron un par de cosas y Maelie con el sobre con las fotos entre sus manos, se despidió de todos con una simple inclinación de cabeza sin mirar a nadie en particular.

No supo porque de repente todo se volvió tenso. Aún así, antes de salir, notó la mirada del pelinegro sobre ella.

Entregó a YooSun el sobre y siguió haciendo su trabajo en su lugar. Sólo esperaba el horario del almuerzo para poder distraer su mente. Hacia días que no hablaba con su madre, aunque sabía que ella estaba bien y que el restaurante iba igual, no dejaba de preocuparse, era la primera vez que se separaban tanto tiempo.

Revisó su móvil encontrando mensajes de YangMi, la amiga que había hecho ni bien llegó a Seoul, se sintió tan mal de no haberle respondido en su momento. Con todo el trabajo que tenía no había tenido tiempo de salir a conocer la ciudad o de encontrarse con la pelirroja a tomar algo. Se prometió a si misma que intentaría buscar un pequeño momento para salir con ella. Se lo debía.

—¿Con quién hablas? —dio un respingo del susto al sentir la presencia del pelinegro detrás, o mejor dicho, de la barbilla de este reposando sobre su hombro con la intención de mirar a donde ella lo hacía.

—Qué te importa —respondió, con el ceño fruncido, ligeramente molesta— ¿Puedes irte? —pidió, moviendo su mano de forma algo despectiva. A lo que él siguió en su lugar sin apartar la mirada de la pantalla hasta que ella cayó en cuenta y lo quitó de su vista.

—Aguafiestas —se movió, colocándose frente a Maelie con las manos en la espalda— ¿omma sigue en su oficina? —ella asintió— seguro almorzará allí.

—No, tiene una cita de almuerzo con el diseñador, Lee Dita, tienen que arreglar detalles para la Fashion Week —comentó automáticamente. Él asintió, desinteresado.

—¿Ibas a almorzar?

—Si, si me permite, permiso —caminó unos cuantos metros para llamar el ascensor, al abrirse las puertas subió y detrás de ella sin decir nada JungKook, suspiró cansada, no entendía como aún seguía teniendo paciencia para soportarlo.

—¿Qué? Vamos al mismo piso, también almorzaré.

—Así que almuerzas con la gente de la oficina.

—No le veo lo malo, todos somos iguales.

—Es raro, desde el primer día que viniste, no almuerzas aquí, y si lo haces, vas a un restorán italiano donde tu madre y sunbae Shiho lo hacen.

—Touche, que observadora.

—No debes fingir —las puertas se abrieron en el piso correspondiente a la cafetería siendo Maelie fue la primera en salir— que tenga una buena tarde.

La dejó ir y las puertas se cerraron dejándolo solo, mordió a lo largo de su dedo índice en acción de aguantarse las ganas de seguirla. Por más que la siguiera persiguiendo nada cambiaba, seguía sin darle un indicio de interés. Era como si ella no supiera quién era él o las cosas que causaba en los demás, pero agradecía que eso no pasará, porque más le gustaba la idea de conquistarla con dificultad.

No lo iba negar, Yeon Maelie le gustaba demasiado.

Las puertas volvieron abrirse, no se había dado cuenta en medio de su reflexión que el ascensor volvió a subir al piso de las oficinas centrales, Shiho entró, apretando el botón del subsuelo dejándolos a ambos solos.

—¿YooSun saldrá almorzar? —preguntó, mirando la pantalla en la parte superior de la puerta donde marcaba los números de los pisos descendiendo.

—Si, tiene una cita con Dita.

—Oh si, es verdad casi lo había olvidado. —se hizo un silencio nada incómodo, Shiho sonrió, volteando hacia el pelinegro, apretó el botón de stop y el elevador dio un salto repentino deteniéndose entre el segundo y tercer piso.

JungKook la recibió en sus brazos correspondiendo el beso fogoso que ella inicio, aunque otra alternativa no tenía puesto que rechazarla se vería muy sospechoso y tampoco es que estaba muy en contra de eso. Le gustaba lo que ella le causaba a su cuerpo.

<<¿Y lo qué la rubia te hace?>>

Se detuvo, apartándola de su anatomía, sus respiraciones se encontraban aceleradas por el esfuerzo y su corazón bombeaba demasiado fuerte ante ese pensamiento. Lo que Maelie le hacía… lo que ella le hacía era diferente y no podía explicarlo, era como si lo tuviera hipnotizado y la simple idea de no verla o no tenerla cerca lo tenía en un estado de ansiedad que ni él mismo podía explicar. Así que no. No sabía.

Y decidió ignorarlo mientras tenía a la otra mirándolo con semblante confundido. Le sonrió, así como él sabía hacerlo disipando en la morocha todo rastro de duda.

—¿Por qué no mejor vamos a otro lado? Algún lugar tranquilo, quiero estar contigo, JungKook.

Asintió, besándole los labios fugazmente. Esto era una maldita locura, pero se dejaría llevar. Porque conocía a Shiho más tiempo junto a lo que supuestamente sentía por ella y porque esa nueva sensación que nació al conocer a Maelie, aunque en el fondo le gustará, lo asustaba de más.

Tomó una bocanada de aire mirando al techo del elevador. Intentó por todos los medio no tener sexo con Shiho durante el break para el almuerzo, ¿la razón? No sabía, hasta él mismo se había sorprendido de haberla rechazado. Agradeció el momento en que Shiho subida a horcajadas sobre su falda fingiendo montarlo, la llamada de Sonja lo sacó de tremendo momento. La joven era otra de las personas que sabía sobre esa extraña relación, ella y sus compañeros de Dyonisus.

Se excusó con que Joonhyung lo necesitaba, así que se acomodó la ropa y salió del auto de la mujer dónde se habían encerrado. No ingresó al edificio sino que salió a la calle con la intención de despejar su mente, porque ese nuevo acontecimiento no pasó desapercibido por él, era la primera vez desde que todo eso empezó que rechazaba a Shiho. Era la primera vez que quería escapar del sexo que ella le daba. Y eso era muy extraño, porque en su inconsciente, Kim Shiho era la mujer de sus sueños. O eso pensó.

Caminó sin rumbo intentando mantener la cabeza y pensamientos en otra cosa que no sea en ellas dos. Si en ellas, Maelie también entraba en ese caos y confusión. Ingresó a un Starbucks, el frío lo agarró desprevenido, pidió un americano que le hiciera entrar en calor. Al recibirlo, tomó asiento fuera del local justo cuando recibió un mensaje por Kakao Talk de Chaeyoung, del departamento de fotografía. Se llevaban muy bien, tenían mucho en común, sin embargo, solo eran buenos compañeros y amigos.

No pudo evitar casi atragantarse con el café al darse cuenta que la chica le había pasado las fotos que él mismo le había sacado a Maelie horas atrás. Apenas retocadas. Se quedó embobado, viendo lo bonita que había salido, lo tierna que se veía con su semblante serio y una sonrisa tan cálida que lo deslumbró.

¿Las revelaste en papel o solo las pasaste y guardaste a archivo?
18:26✓✓

Son Chae
Mmm no, las tengo solo en archivo.
18:27✓✓

Sé que sonará extraño, pero… podrías revelarlas y entregármelas 🙄🙏🏻 prometo que es para una buena causa
18:27✓✓

Son Chae
Claro, dame hasta mañana y te las enviare 😁
18:28✓✓

Te lo agradezco. Y por favor… no lo comentes con nadie.
18:28✓✓

Son Chae
🤐
18:29✓✓


Suspiró, sin darse cuenta de la sonrisa tonta que tenían sus labios. Dándole un último sorbo a su café, pidió otro, un latte con chocolate junto con un muffin de vainilla y arándanos. Salió a paso apurado, dentro de media hora o un poco más el horario laboral terminaría y todos regresarían a sus hogares. Debía apurarse, no sabía porque, pero la idea de que ella encontrará eso como unas disculpas por su comportamiento el día de hoy le hizo imaginar su sonrisa y tal vez, algo más.

Entró al edificio de High-Cut con paso decidido, dejando a más de uno embobado por su aura tan despreocupada y alegre. Subió los pisos necesarios en el ascensor, tarareando por lo bajo Aphrodite de RINI, no pudo evitar mirarse al espejo del elevador notando su sonrisa de idiota. Se quedó serio por un momento, ¿realmente lo haría?

Bajó una vez llegado a los pisos de las oficinas centrales siendo recibido cortésmente por Hye-min, la asistente de Shiho.

—JungKook, ¿en qué puedo ayudarte? —la castaña sonrió tan alegre que a JungKook se le hizo bonito sus mejillas tintados de un rubor rosa.

—Ahm, quería saber, Shiho noona está en su oficina, ¿verdad?

La castaña asintió sin quitar esa sonrisa de su rostro ni sus ojos del pelinegro.

—Si, pero se irá dentro de poco —revisó su reloj de muñeca y cayó en cuenta de la bolsa con el logo de la cafetería.

—Gracias por la información, espero estés bien.

Sus pies dolían por los tacones, había pasado la mayor parte del día de pie y corriendo de aquí para allá, de reunión en reunión y revisiones tras revisiones. Estaba agotada, lo único que anhelaba era llegar a su departamento comer algo, bañarse y dormir. Resopló, llegando a su escritorio, se dejó caer en la silla de forma escueta masajeando sus tobillos y fue cuando cayó en cuenta de lo que reposaba sobre su escritorio.

Un vaso grande de Starbucks con su nombre y un corazón, y a su lado, en un pequeño recipiente de plástico un muffin de vainilla y arándanos. Observó a todos lados sin saber cómo eso había llegado allí, ese simple gesto la hizo emocionar. Por un momento pensó que Chaeyoung o una de las chicas se lo habían dejado, pero lo descartó rápidamente ya que ninguna tenía tiempo de salir de las instalaciones y todas ellas estuvieron juntas.

Se percató de un pequeño post it verde con algo escrito en una hermosa caligrafía.

“Hoy lo has hecho muy bien, cuida de ti. Espero lo disfrutes. JJK

¿JJK? ¿Qué significaba eso? Abrió los ojos en grande al caer en cuenta. ¿Jeon JungKook?

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