Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

×Capítulo 9×

Capítulo con mucho smut

POV Jennie:

Mi profesora están siendo una máquina de gemidos en ese momento, simplemente la mejor escena del mundo.
Mejor que cualquier película porno, mejor que cualquier hentai, mejor que cualquier libro erótico. Estaba viviendo el momento.

Verla así, desnuda, haciendo muecas de placer y retorciéndose debido a los movimientos de mis dedos en su cavidad, era majestuoso.

Pero yo tenía un plan, y eso no era solo verla atada disfrutando, quería más y está era una oportunidad de sacar todo eso que aprendí en el hentai y mangas, era mi momento.

Saqué mis dedos de su mojada vagina, me levanté de la cama y la desamarré.

- Levántate- En lo que ella obedecía mi orden, busque una correa y un collar.

Había varios, tomé el rosa pastel ya que me parecía muy lindo y tierno, perfecto para mí en otra situación, ahora sería para Lalisa.

Era parecido a los que usan para los perros, creo que la lógica de esto, es pensar que la persona a la que se lo colocas, es tu perra y debe obedecerte... Me encanta esto.

Lisa me miró maravillada, estaba sentada en la cama con sus piernas en forma de "W" y sus manos apoyadas en sus muslos, yo me acerqué a ella y coloqué el collar en su cuello, amarrando la correa a él.

- Soy nueva en esto, así que no te quejes si no lo hago bien- Susurré a su oído.

- Lo harás bien, lo estás haciendo muy bien- Respondió con una voz en un susurro.

- Malditamente Sexy- Pensé.

Pasé mi mano por sus mejillas, acariciando su hermoso rostro, la lujuria me cegó y puse mi dedo pulgar en su boca, por suerte ella lo succionó y lamió, sin dejar de mirar mis ojos.

Yo no podría creer que esto estaba pasando, con solo verla, ya estaba mojada.

- Ponte en cuatro- Ordené y ella hizo lo que dije.

Tenía una vista más completa de ella, su trasero, su vagina, sus muslos, su entrepierna, todo, todo estaba expuesto y solo para mí.

Lamí mi labio y comenzé a acercarme a ella, pasé mi mano por su trasero, acariciándolo lentamente, sintiendo su piel caliente.

Dejé pequeños besos en la línea de su espalda, ella gemía bajo, evitando que la escuchara, pero podía oírla, me hacía sonreír, parecía una pequeña osa, linda y sonrojada, siempre como deseé.

Tomé valor y le di una nalgada, dejando la piel del lugar roja, ella echó su cabeza hacia atrás y gimió, me encantó su gemido, era tan dulce pero a la vez con esa voz ronca que me encantaba.

Quería oírla de nuevo, así que le doy otra nalgada, está vez más fuerte, tanto, que mi mano ardió del golpe.

- Ahh~ Soltó un armonioso gemido.

Tenía los ojos cerrados y podía ver qué un líquido goteaba por su entrepierna, deslizandose lentamente hasta caer en las sábanas.

Tomé el dildo y lo metí sin más preámbulo en su mojado coño, causando que casi gritara al sentirlo.

Me acerqué a ella y tomé la correa, tirando de ella, escuché un pequeño quejido de parte de Lisa pero solo siguió moviendo sus caderas para que metiera más profundo aquel artefacto.

Así lo hice.

- Gime para mí, eres mía Lalisa- Dije mientras ella apoyaba las palmas de sus manos en la cama y apretaba las sábanas con sus dedos.

- N-No p-puedo cree que... Estoy haciendo esto- Dijo con dificultad, pues le era difícil no gemir.

Sonreí de lado al verla así, con sus mejillas rojas, con la boca entreabierta y moviéndose para que la embistiera más con el dildo.

Estruje su trasero con mi mano restante, apretándolo, dando nalgadas y besándolo, amando su sabor.

- Ahhh, si, más... ¡Por favor!- Dice entre gemidos, pidiéndome seguir.

Llevo mi lengua hasta su cavidad, saboreando su humedad, aún con el dildo dentro de ella, comienzo a lamer su la línea que hay entre su ano y su vagina, causando más excitación en ella, me di cuenta por el repentino gemido alto que soltó.

Las pinzas en sus pezones hicieron más rápido el trabajo, ella ya estaba a puntos llegar.

Saqué el dildo de su cavidad y jalé la correa, ella solo me miró confusa pero siguió el juego.

- N-No quería que pararas- Sonó como en reclamo, me gustaba verla así.

- Viene lo mejor perrita- Dije.

Tiré de su correa nuevamente, causando que ella abandonará su posición anterior, nuevamente se sentó en la cama en forma de "W" y me observó.

Yo busqué un látigo del mismo color de la correa y collar de mi profesora, al fin lo encontré y la miré.

Me acerqué a ella y pasé la punta de este por su cuerpo, rozando cada parte de ella, su piel se erizó, pude verlo.

Quité las pinzas de sus pezones y los llevé a mi boca, saboreándolos, eran tan exquisitos, eran como un postre.

Los succioné y mordí suavemente, viendo como ella cerraba los ojos y disfrutaba.
Me levanté y pasé el látigo por sus pechos, trazando líneas en ellos, después lo pasé por sus hombros, piernas, muslos y abdomen.

Por último, di unos cuantos golpes en su piel, dejándola roja, no quería lastimarla, así que fueron muy suaves.
Ella se estremeció pero pareció que lo disfrutó.

Tomé la correa y me senté en la cama, le dije que ella se levantarse y quedara enfrente de mi, ella así lo hizo.

- Siéntete- Palmeé mis muslos y ella me miró dudosa, pero lo hizo.

Quedó en mi regaso, mirándome fijamente.
Pasé mi mano por su cuello, después me acerqué y lo besé, dejando marcas muy notables.

Lisa estaba comenzando a pesar, yo solo tenía diez y siete años, ella era mucho mayo y por ende, con más masa muscular, pero eso no me importaba en ese momento, lo estaba disfrutando.

- Volteate pero no te levantes, quiero que tú vientre quedé en mis muslos- Le ordené.

Ella con dificultad lo hizo, su trasero quedo completamente expuesto a mi, amé esa escena.

Acaricié su espalda, bajando mi mano hasta sus nalgas que aún estaban rojas.

Di una nalgada más y las abrí, dejando ver su punto sencible.
Coloqué dos dedos en su vagina mojada y uno en su ano.

- ¡Ahh, mierda!- Dijo ella mordiendo su mano.

Sentí que la lastime, con esa acción, cualquiera lo haría.

- ¿Te lastimé?, ¿Quieres que pare?- Pregunté.

- N-No, sigue, se siente bien- Respondió.

Y así lo hice, embestía con fuerza sus dos orificios, esa posición se convirtió en mi favorita, podía sentir sus pechos chocando con mis muslos y tenerla así, simplemente era perfecto.

- ¡Más!, ¡No pares carajo!, ¡No te atravas a hacerlo otra vez!- Me regañó.

Metía y sacaba mis dedos con fuerza, sintiendo cada vez más apretada su vagina, sus labios recibían mis dedos y los apretaban cuando estaban adentro.

Estaba tan mojada, que incluso hacía ruidos de humedad su vagina cuando hacía movimientos con mis dedos, era tan excitante.

- Ahh~ Soltó cuando sentí el gran líquido explotar y salir de ella.

Con gusto, saqué mis dedos de ella y los llevé a mi boca, saboreando su delicioso sabor.

- Levántate- Ordené y nuevamente obedeció.

Sus piernas temblaban por el reciente orgasmo, pude notarlo, su flequillo estaba pegado a su frente debido al sudor, era tan hermosa.

Abrí mis piernas, dejando ver mi vagina necesitada, sus gemidos, expresiones y acciones me hicieron excitarme de nuevo, tenía que compensarme.

- Hazme el mejor sexo oral, hazme gritar perrita- Ordené, recostándome en la cama.

Apoyé mis codos en el colchón y ella solo gateo hasta mí, se veía tan sexy y pervertida, la amaba.

Se posicionó encima de mi, se acercó a mi rostro y mordió mi labio sin darme un beso, solo lo mordisqueó y eso me encantó.

Bajó poco a poco por todo mi cuerpo, deslizando su lengua por mi piel, dejando un camino húmedo en ella, hasta que por fin llegó a mi apretado y necesitado coño.

La punta de su lengua se posicionó en mi palpitante clítoris, yo enredé mis dedos en su sedoso cabello, empujando su cabeza para que hiciera más.

Tomó su clítoris con sus dientes y los jaló un poco, me dolió pero me encantó.

Lo chupaba y jugaba con el, como si de un caramelo se tratase, me encantaba pero no me gustaba que me hiciera esperar.

Vio mi cara de disgusto, sonrió, pude verlo.
Sin más metió su lengua a mi cavidad, lamiendo todo el líquido que había ahí.

- Ahh, más...- Gemí enredando más mis dedos en su cabello.

Ella comenzó a mover su lengua con más fuerza, sentí que el orgasmo estaba cerca, pues me hacía correrme tan rápido en cuanto la miraba, Lalisa era como un orgasmo visual.

- Carajo- Dije cuando mi orgasmo se regó por toda la cara de Lisa, ella lo recibió con gusto.

- Parece que alguien es precoz- Sonrió maliciosa.

Yo tiré de su cabello, haciendo su cuello hacía atrás y atrayéndola a mi para fundirnos en un beso, ella tenía mi sabor en su boca, me lo dejo en la boca, haciéndolo más excitante.

Esa noche fue la mejor de mi vida.









Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro