Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 22

✧⁠*⁠。ʀᴇQᴜɪꜱɪᴛᴏꜱ ᴘᴀʀᴀ ʟᴀ ꜱɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴀᴄᴛᴜᴀʟɪᴢᴀᴄɪÓɴ:
100 ᴠᴏᴛᴏꜱ ʏ 50 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏꜱ✧⁠*⁠。

Connor observaba como aquella pequeña niña retrocedía asustada hasta que su espalda pegó contra la pared impidiéndole seguir retrocediendo. La molestia en su interior creció al imaginar cuánto habría tenido que sufrir para que lo viera como un enemigo y no como un salvador. Ahora más que nunca debía encontrar a los malnacidos que asesinaron a sus compañeros en el campamento, los mataría uno a uno y luego iría a buscar a su familia.

―No tengas miedo, no te haré daño ―bajó su arma y quiso dar un paso deteniéndose al escuchar un débil sollozo―. ¿Estás sola?

―Quiero ir con mi mamá ―sollozó.

―Te puedo llevar con ella ―susurró bajando la mirada al recordar a su pequeña, posiblemente tendría la misma edad de la niña frente suyo―. No tengas miedo, mi hija tiene casi tu edad, jamás te haría daño.

Lili bajó la mirada limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano, asintió con el deseo de volver a encontrarse con su mamá y poder refugiarse entre sus brazos. Dio dos pasos adelante y se agachó para tomar entre sus manos lo que quedaba del palo con el que se había defendido tiró hacia atrás sacándolo del interior del caminante.

― ¿Dónde está tu hija?

―La estoy buscando.

― ¿Por eso estás aquí?

Connor negó.

―Estás personas asesinaron a mis compañeros, vine a vengarme.

Lili hizo un sonido con la boca que le trajo recuerdos a Connor de alguien especial, la niña pareció no notarlo cuando se acercó a su lado mirando con atención la entrada.

―Viene alguien ―alcanzó a escuchar Connor en el mismo instante que su revólver desaparecía de su cinturón y el palo caía sobre el suelo.

Lili apuntaba a las dos personas delante de ella sin tener idea de cómo disparar. La pareja frente a ella lucía sorprendida elevando sus manos en señal de paz dando varios pasos al frente.

― ¡Deténganse o disparo! ―gritó sin vacilar la menor.

―Hey, tranquila ―Connor estiró el brazo para con su mano bajar con cuidado el arma de las manos de la menor―. Ellos vienen conmigo.

Lili lo miró y luego a ellos, asintiendo.

― ¿Qué carajos, Connor?

―Vocabulario ―regaño ganándose un resoplido de parte de la mujer y una risa nerviosa del chico a su lado.

―No importa, Daryl habla peor que ella ―murmuró Lili devolviéndole el arma a Connor.

― ¿Tú papá? ―preguntó la chica.

―No, es como un tío. Es buena persona, aunque creo no se baña.

Las risas de todos fueron acalladas por los disparos cercanos, Connor tomó entre sus brazos a Lili y junto a los otros se resguardaron en la esquina de la habitación. Un sonido como aquel atraería sin duda problemas y ellos sabían que primero debían poner a salvo a la niña para concluir con su misión.

Aguardaron hasta que escucharon pasos acercándose con prisa, Connor hizo una señal con su cabeza a sus compañeros que apuntaron con sus armas a la entrada. No sabía con exactitud qué había ocurrido, pero todo se había ido al carajo. Escuchaba pasos cada vez más cercanos, su respiración se mezclaba con la de la niña en sus brazos ambos atentos a lo que podría ocurrir. Los pequeños brazos de la pequeña se aferraban con fuerza a su cuello observando con miedo la puerta que en cualquier momento sería abierta.

La respiración de todos se detuvo y el único sonido que se escuchó en la habitación fue el de los seguros de las armas siendo quitado. Lili miró con atención la puerta abriendo los ojos de golpe al conocer a la primera persona que entró.

―No disparen ―gritó al ver a Rick entrar seguido de los demás.

Valeria y Yaz obedecieron ante la mirada de Connor.

Lili buscó con desespero a su madre entre los presentes, su rostro ensombrecido por la tristeza se iluminó cuando la vio entrar desesperada en la habitación abriéndose paso entre todos.

― ¡Mamá! ―gritó Lili desesperada deshaciendo su agarre y pidiéndole a Connor bajar, pero él parecía igual o más sorprendido que la mujer frente a él.

Él miró a la chica frente a él antes de que el balde de agua fría cayera sobre sus hombros al darse cuenta de quien tenía entre sus brazos. Con asombro miró a la niña que lo miraba pidiéndole bajar.

Su corazón latió de prisa al saberlo y luego de muchos años por fin poder volver a verla... su pequeña, su hija... su Lili.

― ¿Puedes bajarme, por favor? ―susurró la niña y él hipnotizado asintió torpemente poniéndola con cuidado sobre el suelo.

Maggie que miraba la escena sorprendida, limpió con el dorso de su mano las lágrimas que habían descendido de sus ojos para agacharse y tomar entre sus brazos a Lili que había corrido hasta ella sin darse cuenta de que segundos atrás había estado en los brazos de su padre.

Connor hizo el intento de acercarse más la mirada que recibió de parte de Maggie lo mantuvo en su sitio. Ella estaba molesta y lo entendía, es más debía odiarlo después de que se marchó, pero todo lo había hecho por ellas y solo deseaba poder explicarlo.

―Debemos irnos ―murmuró el hombre que había entrado de primero en la habitación acercándose a Maggie, ella asintió tomando entre sus brazos a Lili y se dispuso a seguirlos.

―Los ayudaremos ―se apresuró a decir ganándose la mirada de todos―. Somos lo último que queda del ejército, es nuestro deber.

Rick pareció meditarlo antes de asentir sin notar la mirada de reproche de Maggie hacía el rubio. Connor les lanzó una mirada a sus amigos y ellos asintieron preparando sus armas.

Maggie corría con su pequeña aferrada a su cuerpo, se negaba a soltar luego de lo ocurrido. No podría perdonarse si la perdiera de nuevo, su corazón volvía a latir con normalidad al saberla segura entre sus brazos. Entraron en lo que parecía ser un local para refugiarse, bajó a Lili de su brazo y ambas se acercaron a Glenn para revisar sus heridas.

―No hay salida por aquí ―murmuró Daryl haciéndose a un lado para que la desconocida también pudiera observar.

―La oscuridad es un buen aliado, debemos usar eso a nuestro favor ―murmuró la mujer sin despegar su mirada de la ventana.

Connor solo se mantuvo en silencio atento a Maggie y Lili, ambas agachadas frente al coreano hablando con las personas que parecían ser de su grupo. El que parecía ser el líder se acercaba a las ventanas verificando que nadie se acercara.

―Daryl ―llamó el coreano con dolor ―, fue Merle.

Daryl, el hombre de la ballesta se acercó poniendo atención.

―Él nos hizo esto. Me lanzó un caminante ―contaba mientras Maggie y Lili lo ayudaban a ponerse una camisa―. Iba a ejecutarnos.

― ¿Mi hermano es el Gobernador?

―No, es otra persona ―Connor podría jurar que vio como Maggie bajaba la mirada al recordar, si ese hijo de puta le había hecho algo lo mataría lenta y dolorosamente. Era una promesa ―. Tu hermano es su mano derecha o algo así.

― ¿Sabe que sigo con ustedes?

―Ahora sí. Rick lo siento, le dijimos donde estaba la prisión, no pudimos resistir, dijeron que le harían daño a Lili.

―No, no tienen que disculparse.

Esos hijos de puta estaban muertos.

Connor bajo la mirada a su arma, la elevó y miró a Maggie para empezar a acercarse sin vacilar a pesar de la mirada de molestia que ella profesaba hacia él.

―Ten ―soltó sacando de su cinturón el revólver que Lili le había cuando Valeria y Yaz aparecieron.

Maggie deseo mandarlo a la mierda, deseo decirle que se fuera al carajo, pero no lo hizo, en cambio tomó el arma ofrecida y asintió de mala gana.

―Van a estar buscándonos ―pronunció desviando la mirada a los otros.

―Tenemos que regresar, ¿pueden caminar? Tenemos un auto a unos kilómetros.

―Estoy bien. ¿Dónde está, Leah? ―el coreano miró con desespero a Rick.

―No vino, aunque ganas no le faltaron, se quedó en casa, no le agrado la idea.

―Gracias ―adolorido el chico se puso de pie y Rick asintió.

―Oiga, si Merle está aquí necesito verlo.

―Ahora no. Estamos en territorio hostil.

―Es mi hermano, no voy...

― ¡Mira lo que le hizo a Glenn! Oye, tenemos que irnos ahora.

―Quizá pueda hablar con él, llegar a un acuerdo.

―No estás pensando con claridad. A pesar de lo que digan están heridos y tenemos que llevar a Lili a un lugar a salvo. Glenn apenas camina. ¿Cómo saldremos si nos rodean los caminantes y ese tal gobernador nos alcanza? Te necesito.

No conocía a ese hombre, pero empezaba a agradarle con solo el hecho de considerar poner a salvo a Maggie y a su hija. Connor se acercó a ellos atrayendo su atención.

―Debemos irnos ―fue lo único que dijo, Rick asintió y miró a Daryl.

― ¿Estás conmigo?

―Sí.

La bomba de humo les daría chance de escapar solo si eran rápidos, sin embargo, también atraería la atención de las personas afuera. Connor se aseguró de proteger a Lili colocándole su chaleco antibalas, mientras lo aseguraba no pudo evitar sentirse abrumado al ver lo mucho que había crecido, ella ya no era aquella pequeña bebé que se perdía entre sus brazos o la que lloraba sino dormía sobre su pecho.

Las balas les pasaban a los lados y lo único que podía hacer él era cubrir con su cuerpo a Maggie que llevaba entre sus brazos a Lili, la sujetó del brazo y jalo hasta esconderse detrás de un muro para recargar su arma.

―No te separes ―ordeno y ella asintió.

No había chance para decirle lo mucho que podía irse al carajo en un momento como ese.

Daryl lanzó otra granada y todos empezaron a correr hasta llegar al autobús, uno de los hombres que acompañaban a los demás se subió para empezar a ayudarlos a subir; el primero en subir fue Glenn.

Connor frunció el ceño al ver como Rick parecía no percatarse del hombre frente a él, exclamó una maldición cuando lo vio apuntar y disparar en su dirección. Cubrió con su cuerpo a Maggie, pero la bala no iba en su dirección sino a la del hombre sobre el autobús.

― ¡No! ―gritó Yaz disparándole al desconocido.

Connor se apresuró a tomar a Lili en sus brazos para pasársela a Valeria que la ayudaría a cruzar, se giró para sujetar a Maggie entre sus brazos que gritaba desesperada por Rick aun lado del hombre muerto.

―Vámonos ―susurró en su oído sin soltarla, ella asintió disparando a la cabeza del hombre.

Ambos cruzaron al otro lado del muro seguido de Rick sin saber que la pesadilla aún no terminaba con sus corazones latiendo con fuerza hasta adentrarse en la oscuridad.

―Finalmente logramos que Judith se durmiera ―pronunció Hershel apareciendo junto con Leah.

Beth y Carl los miraron sin levantarse de las gradas donde se encontraban sentados.

― ¿Cuánta leche nos queda?

―La suficiente para aguantar un mes ―pronunció ella cruzándose de brazos―. Espero que de aquí a eso pueda darle de la mía ―sonrió abrazándose así misma.

―Llevaré a Carol para buscar más en una semana ―Carl bajó la mirada y Leah sintió la necesidad de abrazarlo.

―Yo iré contigo.

―Su padre y los demás ya habrán vuelto ―Beth deseo darles palabras de aliento.

Leah le regaló una sonrisa amistosa por el gesto, suspiró recargándose en la pared y deseó que aquello fuera cierto. Se volvería loca si no volvían, empezaba a extrañarlos sobre todo a Glenn.

―No lo sabemos.

―Carl... ―lo llamó―. Volverán.

―Pero...

―Vamos a dar un paseo.

Carl asintió, Leah se despidió de padre e hija para empezar a caminar con Carl a su lado. Aunque al inicio todo era silencio, llegó un punto que la situación se volvió insoportable para ella. Conocía ese silencio, era el mismo que la acompañó el tiempo que estuvo sola luego de perder a su madre. Era un silencio que rompía tu corazón y cortaba tu alma poco a poco.

―Desde lo de mamá, no te he preguntado sobre cómo te sientes.

―Han ocurrido cosas, no importa.

―Claro que sí importa ―pronunció molesta posicionándose delante de él para agacharse a su altura―. Eres mi hermano, Carl y me importas.

―Yo... yo le...

Leah no necesito que él le dijera más, lo atrajo hacía ella para abrazarlo con fuerza. Su corazón se rompió al escucharlo sollozar sobre su hombro liberando todo el dolor que tenía guardado en su interior.

―Lamento que hayas tenido que hacerlo. Lo lamento tanto, mi niño. Eres más fuerte de lo que crees, Carl.

―La... la extraño y... me lamento todo.

―Solo eres un niño, Carl. No es tu culpa tu sentir, ella te amaba y estoy segura de que nunca se molestó contigo.

―Pero...

―Pero nada ―dejó de abrazarlo para observarlo, con su mano limpió las lágrimas del rostro de él―. Te quiero, Carl y cuidare de ti y Judith, sin importar lo que pase.

―Yo también te quiero ―ambos hermanos sonrieron y Carl volvió a lanzarse a sus brazos en busca del amor que solía sentir en su madre y que ahora su hermana parecía profesar.

Un grito lejano los hizo separarse, ambos se miraron asustados antes de empezar a correr en dirección a los gritos.

Leah caminaba delante de Carl con su arma en una mano y con la otra iluminaba el camino con su linterna. Odiaba admitir que la prisión a oscuras era horrible, la sensación al recorrer los pasillos era indescriptible.

Cada vez los gritos se escuchaban más cercanos, algo había ocurrido, tal vez habían entrado por un alambrado caído o ellos mismos lo habían cortado. No lo sabía, pero iban a averiguarlo pronto.

―Carl, mantente detrás de mí ―pidió al llegar a la sala de calderas de donde parecía provenir el ruido.

Dudo en abrir, sin embargo, un caminante apareció de repente tomándolos por sorpresa, tomó a Carl de la camisa para acercarlo a ella evitando que lo mordieran y con su mano libre disparo en la cabeza del caminante.

Más gruñidos venían de otro sector y solo así fue que lograron encontrar a las personas que habían invadido el lugar. Todos luchaban por sus vidas mientras en el centro de la habitación una mujer lloraba abrazada a un hombre con una mordida en su brazo.

Ambos hermanos observaron la situación, Leah elevó el arma y disparó a uno de los caminantes que luchaban contra una mujer atrayendo su atención.

― ¡Vamos! ―gritó Carl empezando a correr con ella a su pabellón―. ¡Rápido!

Leah y Carl los guiaron hasta la zona donde anteriormente se encontraba Michonne y las adolescentes a pesar del atraso que significaba la mujer herida y también la bomba de tiempo que era.

Sonaba horrible, pero así era. Leah sabía el final de esa historia, ya el mundo era así, era un mundo en el cual perder personas era parecido a respirar.

Y así fue, cuando llegaron a su pabellón ya la chica había muerto.

―Yo me encargó ―pronunció Carl cargando su arma.

Leah se mantuvo detrás de él mirando a todos con desconfianza.

―Oye, oye niño. Un minuto ―pidió el moreno estirando su mano con cuidado para alejar el arma.

―No tiene mucho tiempo.

― ¡¿Quién demonios son?!, ¡¿Cómo entraron?!, ¡¿Con quién están?!

―Creo que las preguntas debemos hacerlas nosotros ―molesta de tanta pregunta Leah soltó con brusquedad.

―Los ayudaremos, pero primero lo primero ―intervino Carl.

Leah dejó de mirar a la mujer para observar a las personas frente a ella con el cadáver de la mujer.

―Nosotros nos encargamos, es una de los nuestros.

Leah tomó del brazo de Carl para llevarlo con ella a la salida, a sus espaldas podía escuchar las súplicas del otro hombre; ella debió haber sido alguien importante para él.

―Cierra ―susurró una vez estuvieron del otro lado.

Nadie iba a cruzar, no los conocían y ya mucho habían hecho con ponerlos a salvo. No iba a arriesgar a los demás por esas personas que, aunque parecían ser inofensivas, no conocían ya mucho tenía con las dos chiquillas que venían con Michonne.

Sintió a Beth acercarse en el mismo instante que la mujer se acercaba al portón.

―Niño, ¿nos encerraste aquí adentro? ―el moreno se acercó.

―Yo le dije que lo hiciera.

―Abre la puerta ―pidió la mujer.

―Aquí es seguro. Estarán a salvo y tienen agua y comida ―explicó Carl.

Cuando la mujer se acercó, Leah alejó a Carl y se posicionó delante de él. Nadie iba a querer intimidar a su hermano. Nadie.

―Abre la puerta.

―No puedo ―contestó Carl.

―Vamos. No somos animales, no hagan esto.

Ella pareció ver a Hershel detrás de ellos haciendo que se alterará golpeando el portón. Leah frunció el ceño y su mirada se ensombreció con molestia.

― ¡Hey! ¡No puedes dejarnos aquí!, ¡Abre la puerta! ―el segundo golpe al portón acabó con la poca paciencia de Leah ―. ¡Abrela! ¡Ahora!

― ¡Vuelve a golpear ese maldito portón y te sacaré, pero a rastras de aquí! ―señalándole Leah escupió con enojo ―. ¡Cierra el puto osico ahora o simplemente lárguense por donde vinieron, no me interesa!

Tyreese como había escuchado que se llamaba se acercó a la mujer para intentar controlarla. Los miró a ambos pidiendo una disculpa y Leah suspiró llevando las manos a su vientre.

― ¡Sasha! ―la llamó―. Aléjate de la puerta y déjalos en paz ―sin decir ni una palabra ella se alejó junto a él ―. Echa un vistazo es lo mejor que hemos tenido en semanas. Es su casa y nosotros tenemos otros asuntos de los que encargarnos ―los miró―. No queremos problemas.

Leah asintió dándose la vuelta para volver con Hershel junto a Beth y Carl. Los problemas no hacían más que empeorar cada día más.

El alba ya había llegado y mientras Lili descansaba en la parte trasera del coche, Glenn estaba sentado en la carretera y Michonne recostada al coche luego de aparecer, por su lado Maggie se encontraba mirando a Lili y él las miraba a ambas desde la lejanía. Todos aguardaban el regreso de los demás que se habían ido a rescatar a Daryl, incluso Valeri y Yaz habían ido a tenderles una mano.

―Maggie...

― ¿Qué quieres, Connor? ―sin mirarlo, respondió.

― ¿Podemos hablar?

―No.

―Maggie...

La mirada furiosa que ella le dio bastó para que aguardará silenció por algunos minutos en los que el único ruido era el de las aves en el cielo. Ella pareció meditarlo antes de sin decir ni una palabra tomarlo del brazo y arrastrarlo dentro del bosque en silencio.

― ¿Qué quieres hablar? ―soltó cuando sintió estaban lo suficientemente lejos para ser escuchados.

―Yo... yo las estaba buscando.

― ¿Quieres que te aplauda? No me interesa, puedes seguir tu camino que nosotras estamos bien.

Connor sabía que no recibiría besos y abrazos, pero no podía negar que una cuchillada dolía menos que eso.

―No creí que podría encontrarlas... con vida... a Lili y...

Mala elección de palabras, su mejilla ardió por el golpe que Maggie le lanzó con furia. El rostro de ella se encontraba rojo por el enojo y su respiración era agitada en cambio él se encontraba ahí delante de ella con su estúpido semblante calmado. Lo odiaba.

―Vete al carajo, Connor. ¿En serio creíste que no podía mantener con vida a MI hija?

―Es mi hija también.

―Era tu hija, dejó de serlo en el maldito momento en que desapareciste. Es MI hija, mía y de nadie más.

―Maggie...

―No. Ahórrate tus estúpidas explicaciones ―sin dejarlo decir nada más se alejó para volver al auto.

Suspiró siguiéndola para esperar a los otros sin decir ni una sola palabra más acariciando su mejilla con una sonrisa sobre sus labios; seguía siendo igual de explosiva que antes.

Llegaron en el momento justo que Glenn y Michonne corrían al encuentro de los otros que volvían del otro lado del bosque.

Maggie aceleró el paso al ver al hijo de puta de Merle venir con ellos, Connor no lo entendió hasta después de que ella había sido detenida por Rick.

― ¡¿Qué hace él aquí?! ―gritó molesta―. Ese imbécil no tiene porque estar aquí.

Valeria y Yaz se acercaron a detener a Glenn y Michonne que estaban igual o más histéricos que Maggie.

― ¡Él intentó matarme! ―gritó Michonne.

―Baja la espada ―soltó Yaz apuntándole con su arma.

― ¡Ese hijo de perra agarró a Lili como rehén, mira lo que me hizo!

En ese momento, Connor esquivo a todos hasta llegar a Merle que lo miraba con una sonrisa de superioridad creyéndose la persona más intocable del planeta, pero el gusto le duró poco al sentir el puño de Connor impactarse sobre su rostro, Daryl se giró dispuesto a apuntarle con su ballesta más no esperaba el golpe que Valeria le propinaría en el brazo haciendo que la soltara.

― ¡No lo intentes, imbécil! ―gritó ella procediendo a apuntarle.

―Sin esa maldita arma no eres nada, ¿no? ―masculló con enojó Daryl.

― ¿Quieres probar, greñudo?

― ¡Connor, déjalo! ―gritó Maggie cuando vio que todo estaba a punto de salirse de control.

De mala gana Connor asintió no sin antes propinarle una patada, miro con enojo a Daryl y volvió a su lugar detrás de Maggie que lo miraba con sorpresa.

― Él nos ayudó a salir de ahí ―contó Daryl.

― ¿Después de golpear a tu amigo o antes? ―sarcásticamente Valeria habló.

― ¡Ya basta! ―gritó Rick con su paciencia pendiendo de un hilo.

― ¡Sácame esa cosa de la cara! ―de un manotazo Daryl alejó el arma de Valeria que se alejó para volver al lado de Yaz sintiendo la mirada fulminante del arquero sobre ella.

Rick los miró a todos cayendo en cuenta que no conocía a las tres personas vestidas de militares. De cierta forma ellos los habían ayudado, lo mínimo que podía hacer era saber sus nombres.

― ¿Cómo se llaman?

―Soy el teniente Connor Johnson y ellos son mis colegas; Valeria Kumar y Yaz Kumar ―habló el hombre acercándose a Rick.

Rick asintió buscando las palabras adecuadas para agradecerles, nadie de los presentes dijo nada a excepción de Daryl que bufó.

―Genial ―murmuró con molestia―. Otra carga más.

―Vete al carajo mugroso, carga tu abuela que no fue la que te sacó de ese lugar ―exclamó la mujer frunciendo el ceño e intentando acercarse a él―, esta carga puede patearte el culo de muchas maneras diferentes.

―Ah, sí ―Daryl la miró―, quiero ver que lo intentes.

Rick y Connor se miraron.

―Basta, ambos ―Rick fue el primero en hablar.

―Ricardo o como sea que te llames, tú no me das ordenes ―vociferó molesta la pelinegra.

―Valeria ya basta ―intervino Connor.

―Sí, hazle caso a tu dueño ―murmuró Daryl pasando frente a ella con Merle a su lado.

Los segundos que Valeria tardó en abalanzarse sobre Daryl pasaron en cámara lenta. La pareja cayó en el suelo, ella posicionándose sobre él para lanzarle un puñetazo en el rostro sin piedad.

Daryl intentó empujarla lejos de él en vano, acercó su mano los hombros de ella sin percatarse que sin querer le toco un pecho lo que la enfureció más.

― ¡Oye que te pasa, depravado de mierda!

Connor junto con Yaz se acercaron a ella para alejarla del hombre, Rick por su lado estaba a punto de perder la cabeza con todos los gritos a su alrededor. Todos gritaban y no se podía distinguir nada con claridad.

―Mírate hermano, pareces salvaje ―soltó Merle cuando Daryl se puso de pie.

― ¿Terminaste ya con ese psicópata?

―Sí. Debo admitir que sabe cómo conquistarte. Ha estado acostándose con tu amiguita Andrea y de qué forma.

Todos a excepción de Connor y su grupo voltearon a mirar a Michonne.

― ¿Qué?

― ¿Andrea está en Woodbury? ―preguntó Glenn.

―Al lado del gobernador ―confirmó Daryl.

Y, bueno, esa había sido la gota que había derramado el vaso en el lugar. Pero aquello para Connor no importaba había encontrado a su familia y ahora debía recuperarla costara lo que costara. 

Espero este nuevo capítulo les guste. Por otro lado, quise implementar está nueva dinámica de votos y comentarios ya que a veces siento no hay mucho apoyo :(

Tengo una duda, ¿No les gustan los capítulos de Lili y Carl?

¿Hay alguna sugerencia de algo que les gustaría ver?
¿Les gustó el capítulo? Por cierto cambie el nombre de Nik por Valeria.

Los leo ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro