Los diversos números que se encontraban impresos en las infinitas hojas de papel lo tenían un tanto estresado ¿que acaso ese señor no conocía los límites en sus gastos?

Toc toc toc.

Aquel sonido lo sacó de sus frustrantes cálculos mentales.

- ¿Joven amo Killua? - escucho llamar detrás de la puerta -

- pasa - suspiro al ver el desorden de su escritorio -

- el almuerzo está servido señor - contestó sin entrar - con su permiso

¿Por qué no habrá entrado? Se preguntó extrañado.

- será mejor ir antes de que se enfríe - musitó para fulminar por última ves esos interminables papeles -

- ¿que te sucede? - preguntó al verlo nuevamente junto a ella -

- ¿de que hablas, Bisky? - musitó jugando con sus dedos nerviosamente -

La rubia enarcó un ceja, sus ojos rosados miraron con desaprobación al azabache.

- si no te pasa nada - murmuró acercándose -  ¿entonces porque no dejas de temblar más que un espagueti?

Gon se sonrojó de sobremanera, la verdad es que su cerebro en esos momentos era un lío de sentimientos extraños.

No fue capaz de abrir la puerta después de escuchar la profunda vos del albino, los recuerdos de la mañana lo habían azotado de golpe, haciéndolo huir de ver la cara causante de esos confusos sentimientos.

- e–es que... Tengo hambre - dijo suspirando con vergüenza -

No era del todo mentira, la verdad si tenía hambre en esos momentos, aunque el nerviosismo anterior no era por ello.

Biscuit lo volvió a mirar.

- a la próxima vez trata de desayunar antes d—

- ¿Retz no te dio la barra de granola? - interrumpió Kurapika al escuchar de lo que hablaban -

- ¡Kurapika! - exclamó Gon al no presentir su llegada - ¿nos estabas escuchando?

- yo pregunté primero - respondió para mirar a Bisky - ¿no le diste desayuno?

- claro que si, un poco de cereal rico en vitaminas - contestó apoyando sus manos en su cintura en señal de autoeficiencia -

- ¡¿sólo un poco?! - preguntó empezando a perder su paciencia -

- ¡Leorio! - llamó haciendo que el blondo brincara en su sitio - ¡controla a mamapika!

-¿¡como me llamaste!?

- ya ya tranquilo cielo - musitó el hombre de lentes acariciando los cabellos dorados de su pareja - sabes que Bisky le gusta molestarte

- ¡pero Leorio! - trató de objetar -

Gon estaba con una ligera gota de sudor en la nuca, no sabía que hacer ante aquella situación, no hasta que vio un libro volador estampar contra la cara de Bisky.

- ¡Kurapika tranquilo, estoy bien! - al ver que el blondo dejaba de golpear a los otros suspiro de alivio - solo me dio un poco de hambre, es todo

El ojigris suspiro aliviado.

- ¿entonces que esperas que no te sientas? Debes tener cuidado con tú alimentación y lo sabes - cambio su aura asesina a una maternal, ignorando los quejidos de dolor contrarios -

Gon quién, se acercó a Bisky y al señor que suponía era Leorio, no pudo evitar  preguntar mientras los ayudaba a levantar.

- ¿no se supone que debemos esperar al joven amo Killua?

- ¡por dios! - le escucho exclamar al de lentes - ¡ni yo me preocupo tanto por Killua!

- ¿E–eh?

- ciertamente... Yo tampoco lo hago - se unió Bisky para molestarlo -

Kurapika, quien todavía no lograba entender el porqué decían aquello, decidió explicarle.

- Killua no es un mal amo Gon, a él no le molesta que empecemos sin el

- ¿a no?

Los tres empleados no pudieron evitar reírse.

- no, de hecho el joven amo Killua suele ser—

- ¿suelo ser que? - preguntó uniéndose a la conversación -

Kurapika parpadeo repetidas veces al escucharlo detrás de el.

- oh ya sabe - murmuró mientras que miraba a Leorio en busca de ayuda alguna - usted es..

- alguien muy responsable - le siguió captando el mensaje - y también...

- amable - completo Bisky - eres un pequeño muy amable Amo Killua

El albino los miro con duda, pero sus ojos enfocaron al azabache que se había mantenido callado.

Este al notar su penetrante mirada, la evadió con vergüenza.

- bueno... - habló para sonreír de una manera gatuna - A comer que tengo hambre