Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Úɴɪᴄᴏ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ [Pᴀʀᴛᴇ 2]


Kanawut se encontraba en su casa, y junto a él, su amiga Min. Esta estaba un poco perpleja ante el cuadro que observaba en la pequeña sala de su amigo.

—¿Suppasit? —manifestó indecisa.

El castaño solo pudo recriminarse mentalmente por no recordar ese pequeño detalle antes de invitarla a conocer el lugar en donde vivía.

—¿Gulf, estoy esperando una explicación? —señaló el cuadro.

Kanawut se sentía nervioso. Cómo iba a explicarle a su amiga que está enamorado de su jefe.

—Soltó una risa nerviosa— es mejor que nos sentemos —exclamó mientras señalaba el sofá que se encontraba cerca de ellos.

Ambos amigos se sentaron en aquel mueble.

—Soltó un suspiro antes de comenzar a hablar— hoy en la hora de almuerzo te conté que Mew era mi compañero de preparatoria —la pelirroja asintió—. En ese entonces, cuando lo vi por primera vez, me enamore de él —confesó un avergonzado Gulf.

Min hizo un ademán para que su amigo continuara, ya que este se detuvo.

—Yo solo quería estar cerca de él, pero mi papá me lo prohibió cuando se enteró que Mew Suppasit, primogénito del señor Khalan Suppasit Jongcheveevat, quien era rival de mi padre; estudiaba en la misma preparatoria que yo. —mencionó triste—. Asi que decidí ser su admirador secreto —sonrió al recordar aquellos momentos—. Todo iba tan bien; él no sabía que era yo, pero —hizo una pausa antes de continuar— unos días antes de culminar la preparatoria, un compañero que me molestaba a menudo, me arrebato la carta que le escribía a Mew; en donde lo halagaba como persona, y en la cual le expresaba por primera vez mis sentimientos hacia él —bajo el tono de su voz—. Después de ese suceso, rápidamente se corrió el rumor de que Mew y yo éramos homosexuales; claro que yo si lo era, pero él, no. Yo intente desmentir aquel rumor, pero no tuve éxito —exclamó con tristeza—. Algunos nos insultaban, otros nos miraban mal —contó melancólico—. Jamás se atrevieron a golpearnos, porque pertenecíamos a familias influyentes. Esos rumores llegaron hasta el director, quien les informó a nuestros padres sobre aquella situación. Mi papá al enterarse, enfureció; solo le informó al director que ya no asistiría esos últimos días a clases —redactó—. Esa fue la última vez que lo vi; ese mismo día me boto de casa al confesarle que los rumores eran ciertos —finalizó con la voz quebrada.

Min observó a su amigo por unos segundos. Después de procesar aquella información, habló.

—Gulfi, jamás me contastes sobre ello —dijo dulcemente—. Soy tu amiga, y no pude estar en esos momentos tan duros para tí. No soy una buena amiga —habló abatida.

—¡No digas eso, Min! —reprendió a su amiga—. Cuando mi papá me golpeo y me boto de casa, tú me acogistes en la tuya, y me cuidastes —el castaño rememoró aquel momento—. Asi que no vuelvas a decir eso —habló con los ojos cristalizados.

Ambos amigos no necesitaban decir nada; simplemente manifestaron sus sentimientos mediante un abrazo. Después de aquella escena, continuaron con su conversación.

—Volviendo al tema —Min fue la primera en hablar—, a Gulfi le gusta Suppasit —molestó la pelirroja a su amigo.

—¡Min, por favor! —recriminó a su amiga un Gulf ruborizado.

—Esta bien —la pelirroja alargo la última palabra—. Perdona que te diga esto, pero creo que es necesario que lo sepas.

Gulf sintió una pizca de curiosidad.

—Las exsecretarias de Suppasit comentaban que Mew era Gay —los ojitos de Gulf brillaban ante lo mencionado—, y que su corazón ya tenía dueño —toda esperanza se desvaneció ante lo dicho—, porque tenía una foto de un chico guardada en uno de los cajones de su escritorio.

—Yo lo he visto ver aquella foto —habló desganado—. Se nota que esa persona es especial para él —mencionó cabizbajo.

—Gulfi no me gusta verte así; es solo un rumor —dijo mientras tomaba la mano de su amigo—. Eres un chico hermoso, valiente e inteligente —Min intento darle palabras de aliento al ver que aún no cambiaba la expresión de su cara— Además, aún eres joven. Podrás enamorarte otra vez —le brindó una cálida sonrisa.

Eran las ocho de la noche. Min tuvo que regresar a su departamento, por otra parte, Gulf estaba acostado en el sofá echo un mar de lágrimas, porque sabía que no tenía ninguna oportunidad con Suppasit.

...

Gulf llevaba seis meses trabajando para Suppasit; logro pagar sus deudas y ahorrar un poco de dinero. Ahora ya no se pondría escusas para no renunciar a su trabajo. Su amiga le aconsejo que sería lo mejor; así evitaría seguir haciéndose daño ante un amor no correspondido. Aunque en estos últimos meses su jefe era amable con él, le compraba la comida e incluso lo llevaba a su casa cuando tenían mucho trabajo, pero eso no significaba que su jefe estuviera interesado en él.

—Gulf —llamó a su primo antes de bajar del auto— ¡¡Gulf!! —levantó la voz, sacándolo de sus pensamientos.

—¿Qué pasa, Jimmy? —preguntó molesto.

—Llegamos —respondió con simpleza.

Gulf pidió disculpas a su primo por su actitud, y este asintió como repuesta. Ambos primos salieron del auto.

—No creo que pueda hacerlo —se refirió a la carta de renuncia que iba a presentar a su jefe.

—¡¡No!! —lo observó seriamente tomándole de los hombros —Ya has tomado una decisión, no te puedes arrepentir —advirtió.

A una distancia prudente, una persona los observaba, hasta que se acercó a ellos e interrumpió su conversación.

—Buenos días —saludó Suppasit con una mirada fría.

Tanto Gulf como su primo hicieron una reverencia.

—Es la primera vez que viene temprano señor Kanawut, y muy bien acompañado —Suppasit intento ocultar su enojo al ver a su secretario al lado de un hombre, que hace unos instantes lo agarraba de los hombros.

—Se refiere a mi primo —contestó inocentemente Gulf. Suppasit se sintió mejor al saber que aún no tenia competencia.

Kanawut los presentó, y estos estrujaron sus manos en forma de saludo. Después de aquello, Suppasit fue el primero en hablar.

—Lo espero en la oficina, Joven Kanawut.

Suppasit se retiró dejando a los primos solos.

—Ese tipo es frio y arrogante. Definitivamente no es tu tipo —aseguró.

—Lo sé —sonrió de lado—, pero me gusta mucho, y tú lo sabes —Jimmy asintió como respuesta— Me tengo que ir.

—Esta bien, pero vendré por ti a la hora de salida —advirtió.

—Te lo agradecería, no podría llevar mis cosas yo solo —bromeó.

—El pelicafé río ante la broma de su primo— Antes de que me olvide, toma —le extendió una libreta pequeña—. Esto es tuyo; se te olvido en la casa de verano de nuestro abuelo.

—Mi diario... —dijo en un hilo de voz.

...

Gulf se sentía muy triste porque ya era hora de salida y su último día de trabajo. Extrañaría a su amiga, y sobre todo a Mew; sabía que no lo volvería a ver, y eso realmente le dolía.

—Mew, tonto —pronunció con los ojos cristalizados mientras guardaba sus cosas en una caja —Mew, tonto —volvió a repetir, pero esta vez soltando una que otra lágrima.

Así lo estuvo llamando por un rato hasta que se quedó dormido en su escritorio por tanto llorar.

Por otro lado, Mew se encontraba en la puerta principal de la empresa, pensando si debía irse o quedarse. Al final se decidió por la última opción. Se quedaría, y le diría a Gulf lo que sentía por él; esta vez, no sería un cobarde por no defender lo que siente.

Suppasit rápidamente se dirigió a su oficina. Abrió la puerta, y se encontró a un Gulf dormido en su escritorio. Se dispuso a caminar en dirección de aquel bello durmiente, pero detuvo sus pasos al sentir que había pisado algo, lo recogió y lo limpió; era una pequeña libreta. Se sintió intrigado por el contenido de esta, asi que le echo un vistazo.

Después de leer una página que eligió al azar, se quedó en shock por unos segundos; no podía creer que su secretario o mejor dicho su exsecretario fuera Gulf Trapipattanapong, aquel jovencito que con sus cartas logro conquistar su corazón. Cuando le dijeron que contrataron a un joven sin experiencia en el campo de secretaría, quería explotar, pero nada podía hacer. Solo supo que se llamaba Gulf Kanawut; descartando el hecho de que se tratara del mismo chico que le robó el corazón en la preparatoria. Realmente era un grandísimo idiota, cómo no pudo reconocerlo.

—Gulf, despierta —le dijo con una voz fuerte y clara e inmediatamente Gulf se despertó.

Los ojos de Suppasit se cristalizaron al verlo.

Esta vez no le importaría las amenazas de su padre; lucharía por el amor de Gulf.

—¡Mew!—exclamó sorprendido; no sabía cuánto tiempo su exjefe lo llevaba viendo.

—Espere tanto por tí —le brindó una cálida sonrisa—. Siempre fuistes tú —Gulf quería preguntarle a que se refería, pero no pudo hacerlo, porque su primer amor le había robado su primer beso.

FIN

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro