;;🍎35;; ᴘᴜʀɢᴀᴛᴏʀɪᴏ🍎;;
🍎;;Ya era el día del exterminio anual. Varios demonios caminaban sin mucho interés por las calles, siendo conscientes de las horas que hacían falta para que los ángeles bajaran del Cielo y empezaran una sola masacre en todo el reino.
Mientras tanto las cosas en el hotel iban normal, entre algunos gritos y quejas entre Angel Dust y Vaggie hasta que Niffty apareció.
Niffty.- Oigan, chicos, ¿T/N habrá salido? Yo creo que ella estuvo aquí en su habitación ayer todo el rato -dijo, con curiosidad.
Angel Dust.- ¿El qué? No lo sé -dijo un poco malhumorado.
Vaggie.- Pues... yo no la vi salir en ningún momento, sinceramente. Pero teniendo en cuenta todo el lío que ha pasado... En algún lugar ha de estar y en cualquier momento aparecerá de la nada -suspiró con algo de frustración y molestia.
La pelirroja decidió dejarlo así, sin mucha importancia ya, con la esperanza de que ella apareciera en cualquier momento.
Mientras tanto, Lucifer y su hija se encontraban caminando en los largos pasillos de la mansión, que solo estaba recibiendo los toques finales después de la pelea que había pasado entre T/N y Lucifer.
Charlie.- ¿Que... que hablaste con ella?
Lucifer.- Sí, y las cosas no salieron como yo quería -masculló, mientras miraba unas de las tantas pinturas que estaban colgadas en la pared junto a su familia y su mirada se suavizó nostálgicamente-. Espero que las cosas en ese edificio no te hubiesen hecho algún efecto malo -agregó, sin apartar la vista de los cuadros.
La rubia agachó un poco su mirada, con culpabilidad.
Charlie.- Solo la he estado evadiendo para no tener que sentirme peor, nomás, papá -dijo bajo, acariciando su otro brazo-. Aunque, ¿ella ha de estar bien, cierto? -cuestionó, con una sonrisa incómoda.
Él bajó su mirada, soltando un suspiro. Dijo:
Lucifer.- Siéndote sincero, no sé, desde lo que pasó en el bar no la he visto. Pero por algún lugar ha de estar. No te preocupes.
Hubo en silencio entre los dos que, con los minutos, se empezó a hacer incómodo.
Lucifer.- Manzanita, ¿no crees que sería mejor que vuelvas al hotel? Digo, imagínate, hoy es el exterminio, y Vaggie ha de estar preocupadísima por ti.
Charlie.- Pero, hace falta varias horas para el ex...
Lucifer.- Si te digo las cosas es por algo, ¿no? -aconsejó, con diversión, agarrando los hombros de su hija hasta llevarla a los portones de la mansión quedando frente a la limusina.
Charlie.- ¡Papá! -se quejó un poco.
Lucifer.- Mientras más rápido estés allá, mejor para Vaggie.
Charlie.- Pero son las dos de la tarde. Faltan cuatro horas para el exterminio.
Lucifer.- Cuatro horas para que alguien en ese hotel posiblemente muera, otra vez.
Charlie.- ¡No bromees con eso! -dijo con el ceño fruncido y con preocupación, haciendo que su padre se riera.
Lucifer.- Bueno, entonces, ve -agregó, abriéndole la puerta de la limusina a su hija.
Ella se subió un poco preocupada.
Charlie.- Papá -él la vio con atención-, cuídate, ¿sí? -dijo, con una pequeña y nostálgica sonrisa.
Lucifer.- Claro, claro -dijo con una sonrisa. Se volteó para buscar con la mirada al chófer y le hizo una seña para que llevara a su hija al hotel-. Más tarde nos vemos -ella asintió y él cerró la puerta.
Charlie soltó un suspiro con aire de tristeza. Se sentía mal por la manera que ella estaba evadiendo al ángel caído desde que volvió a aparecer en el hotel. Eso no iba con ella, al parecer.
Y era consciente del rencor que llevaba en su interior; algo que no quería en ella para nada. Que simplemente la agobiaba desde los últimos días. ¿Se suponía que tenía que perdonarla? Quizá... Pero no se le haría fácil. Ella quería ser honesta con sus palabras.
Minutos después llegó al hotel y vio la limusina irse. Ella simplemente entró con miles de pensamientos en su cabeza.
Y quizá nadie, ni ella, ni Lucifer (que simplemente se encontraba reunido con varios overlords para una reunión) que conoce cada rincón del reino, tenían en cuenta cierta actividad «fuera de lo común» en un bosque.
🍎
Horas atrás...
T/N estaba leyendo el idioma latín en el libro que había agarrado de la biblioteca del hotel mientras estaba sentada en el pasto. Entendía perfectamente el idioma al igual que muchos otros.
Estaba pensando en la manera tan terrible en la que su personalidad se había corrompido con el tiempo. Sus lágrimas. Los arranques de ira. Las cosas que se le olvidaban, por el arrepentimiento. Pensó en el ser perfecto que fue antes, sin conocer que era el sufrimiento emocional, de haber sido así, ella llevaría bien la situación, pero no, era algo que no había vivido en el Cielo.
Cerró el libro, deseando dejar sus ideas a un lado, junto al pentagrama que estaba en el suelo, buscando una manera más normal de hacer las cosas y analizar mejor la situación. Pero aquel punto blanco en el cielo infernal se le hacía cada vez más molesto ya. La ansiedad la invadía de una manera horrible. Sentía que se estaba volviendo en una loca.
Respiró profundo, cerrando sus ojos y relajando sus hombros.
T/N.- Piensa las cosas... Solo piénsalas... -suspiró-. He cometido varias locuras, bueno, muchas. Cosas fuera de mí. Cosas que no van con mis principios. Y solo pude echarle más leña al fuego, en vez de tomarme las cosas con más calma... -abrió sus ojos-. De verdad... ¿Quién es el verdadero culpable de todo esto? ¿Charlie por haber salido? ¿Lucifer por no haberle hecho caso a Lilith? ¿O yo por hacer lo que tenía que hacer como ángel exterminador?... ¿O... Miguel por haberme provocado cuando claramente le dije que dejara el tema a un lado y ya? Si me hubiese hecho caso ni estaría acá -masculló lo último.
Ella se echó para atrás, cayendo en el pasto.
Pasaron los minutos. A ella no le importaba la hora, ni tenía la noción de qué hora era.
Los minutos, que eran cargados por sus pensamientos, hizo que algo llegara a su mente. Ella se sentó de un solo y puso su mano en su pecho y, con calma, la retiró lentamente, teniendo en su mano un pequeño orbe de luz, su alma. Sus ojos perdieron el brillo de inmediato, pero aun así seguía ahí sentada tranquilamente.
La mirada de ella se suavizó, podía ver muchas grietas negras en esa pequeña luz. Ver la manera en la que cómo su alma estaba destrozada hizo que llegara a sentir asco de sí misma; decepción.
T/N.- Esto nunca tuvo que haber pasado -dijo como si nada.
Se levantó, aún teniendo su alma en mano. Con su mano libre arregló su ropa.
Hubo algo de lo que se pudo acordar: El Purgatorio, lugar donde se encontraban aquellas almas que fueron salvadas y que nunca llegaron a ser completamente purificadas. El alma de ella era salvada, pero estaba impurificada. Pensó en algo más: se suponía que Lilith, siendo creación de su Padre, y ésta al tener un alma salvada, pero impurificada, tendría que estar ahí.
A pesar de sus dudas, no dejaría que las cosas que se le fueran ya. Y volvió a llevar su mano a su pecho, recibiendo su alma nuevamente. Dirigió su vista al pentagrama y a las velas, chasqueó sus dedos haciendo desparecer todo eso.
Ella sabía muy bien del lugar y no tendría la necesidad de dibujar una serie de sigilos en una mezcla de la sangre de una virgen y la sangre de un nativo del Purgatorio y recitar un hechizo en una noche de eclipse de luna, como hacían brujos y personas así. En cambio, ella podría abrir un portal directamente.
Siglos atrás recordaba cuando su Padre abría un portal hacia aquel lugar. Algunos ángeles a veces entraban para sacar de ese lugar a las almas que ya estaban purificadas, aunque ella nunca tuvo la oportunidad de pasar a ese lado.
T/N.- Concéntrate. Esto acabará -dijo para sí misma con seguridad. Frunció levemente el ceño, buscando la tranquilidad. Ella tenía que poder abrir un portal hacia aquel lugar, por más difícil que se le llegara a hacer.
Estiró su brazo, con su mano abierta, teniendo su concentración al lugar al que quería abrir el portal. Respiró tranquilamente y de un solo movimiento hizo su brazo a un lado y ahí tenía lo que quería, pero éste de inmediato desapareció.
T/N.- ¡¿Qué?! -exclamó, con molestia.
Volvió a hacer lo mismo a los pocos segundos y entró con velocidad a él en el momento indicado, ya que se había vuelto a cerrar.
«Quizá le pasa eso por el lugar en el que me encuentro...», pensó.
Ella miró el lugar donde su portal se había cerrado.
Se volteó para ver que era un lugar rodeado con un poco de fuego. Habían cuerpos de personas, como si estuvieran durmiendo, algunos se movían como si todo fuese normal y podía llegar a escuchar casi como los gritos de suplicas de algunos, pero no eran del todo sufrimiento como en el infierno.
T/N dio varios pasos, sin echarle mucha importancia lo que le rodeaba, solo buscaba una cosa y no se cansaría hasta encontrarla pasando por cada rincón y muros destruidos. Hasta que con los minutos algo la detuvo bruscamente, poniéndola contra uno de los muros destruidos del lugar.
****.- ¿Qué hace un ángel aquí?
...🍎
Ay, esperamos que nos hubiese salido bien lo del Purgatorio x,d
Esta cosa al fin llegará a su final :,D
Edit: ¡¿POR QUÉ WEA LOS GUIONES SALIERON CORTOS >:v?!
4r4f4txxx0u0 y yo nos despedimos con este capítulo uwu
🍎;;¡Bye :3!;;🍎
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