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;;🍎27;; ᴠᴇɴɢᴀɴᴢᴀ 1/2🍎;;

;;🍎Al día siguiente los demonios se encontraban caminando por las calles al ver que la matanza ya no seguía.

Charlie se encontraba en el jardín de la mansión junto a su padre mientras miraban a algunos demonios recoger los escombros por la pelea que Lucifer había tenido con T/N.

Charlie.—Papá... no te lo tomes a mal pero... deberías hablar con ella.

Lucifer.—¿Qué dije, Charlotte? Que no hables de ella.

Charlie.—Sí... sé lo que dijiste, pero esto no puede seguir así.

Lucifer.—No. Ya dije que no hablaré con ella. Respeta eso. ¿Acaso no te das cuenta de lo que ella hizo? Y aun así, andas preguntando por ella.

Charlie.—Porque es mi amiga. Y en este momento necesita ayuda.

Lucifer.—¿Para ver cómo te mata a ti sí te le acercas? No gracias —murmuró.

Charlie.—¡Pero tú eres el único que podrás calmarla, quizá!

Lucifer.—No es no, Charlotte. Entiende.

Charlie bajó la cabeza, rendida, ella intentaba que su padre hablara con T/N para que solucionaran las cosas al menos.

Charlie.—Bien —susurró—. Iré al hotel... Y, si recibes al menos una noticia de ella, me avisas —dicho eso se fue.

Lucifer solo suspiró, cansado y triste, desde lo ocurrido no había dormido bien y más las quejas de algunos habitantes lo tenían muy agobiado. No tenía a alguien quien le ayudara. Sentía que su hija le agobiaba un poco incluso sabiendo que ella quería apoyarlo...

Quizá, podría hablar con alguien, solo que se le haría incómodo.

Charlie volvió al hotel y se sorprendió al entrar porque el vestíbulo tenía adornos navideños.

Vaggie.—Niffty fue.

Charlie.—Pero...

Niffty.—Este lugar necesita algo de decoración. ¡Y más para estos días! —decía mientras acomodaba algunas cosas con velocidad.

Alastor.—¿Hablaste con él, querida? —le preguntó a Charlie.

Charlie soltó un suspiro y respondió:

Charlie.—Ni me hace caso. En fin, ¿quién le dijo a Niffty que hiciera esto?

Alastor.—Creo que has de saber que ella es muy cercana a T/N y la dejé hacer esto para que se entreteniera. La miraba algo decaída.

Charlie.—Oh, ya veo —dijo en voz baja—. ¡Bien, hay cosas que hacer, chicos! —dijo juntando sus manos intentando mostrar tranquilidad.

🍎

Eran las siete de la noche y en las calles los demonios se iban corriendo nerviosos al ver la presencia de alguien que caminaba tranquilamente llevando sus puños cerrados.

Algunos solo se burlaban y hablaban mal de ella, pero ésta no hacía nada y su caminata se detuvo al llegar a los estudios de 666 News.

Katie Killjoy.—Más maquillaje, maldita. ¿No ves que tengo que salir perfecta? —se quejó mientras una chica la maquillaba para que saliera al aire.

Demonio°1.—Ay sí, payasa... —pensó la chica de mala gana.

Deminio°2.—¡Atención, atención! —gritó un demonio a los periodistas y a los reporteros—. Hay un atraso de diez minutos por un supuesto ataque en uno de los estudios. Estén atentos —y se fue.

Tom Trench.—¿Ataque? —murmuró.

Katie Killjoy.—Solo ha de ser un puto animalito —dijo sin interés, mientras la chica le echaba algo de polvos en sus mejillas.

Y después de unos minutos se escucharon varios gritos de dolor cerca.

Todos entraron en pánico y dejaron de hacer sus cosas.

Katie Killjoy.—Oye, te pagan para maquillar no para que te detengas.

La chica solo dejó sus cosas y se fue corriendo igual que otros demonios.

Katie Killjoy.—¿Qué les pasa a estos ahora? —pensó acomodando su cabello y luego vio a su compañero marcharse también—. ¡Oye! ¿Dónde crees que vas, pequeña perra?

Tom Trench.—¿Acaso no escuchas los gritos? ¡Mejor muévete! —exclamó, nervioso y se fue.

Ella era la única que quedaba en esa pequeña sala.

Katie Killjoy.—Par de maricas... —burló, agarrando un cigarrillo. Se iba a ir para ver qué pasaba pero de inmediato algo la agarró de la cintura de manera brusca y eran unas cadenas, pero no eran cadenas cualquieras—. ¿Qué mierda? —y fue tan rápido cuando esas cadenas empezaron a causarle pequeñas quemaduras.

T/N.—Bien, bien... ¿Se puede hablar con la reportera hoy? —preguntó apareciendo frente a ella.

Katie Killjoy.—Ah... vaya —tartamudeó un poco por el dolor—. ¿Solo vienes aquí para hablar, eh? ¿Te rompieron el coranzocito? —burló—. La venganza no hará nada.

T/N.—Claro que puede —gruñó, y su físico cambió causando temor a su compañía.

Katie Killjoy.—¡Qué rayos! ¡Si tú ni siquiera eres un demonio! —exclamó, y el agarre de las cadenas empezaron a causarle quemaduras más graves haciendo que ella cayera al suelo de rodillas, pero no se iba a dejar e hizo aparecer sus otras extremidades en su espalda. Pero su expresión cambió al ver detenidamente la ropa de T/N cubierta de sangre.

T/N.—¿Miedo? ¿Me tienes miedo?

Katie Killjoy.—Qué infantil eres, pequeña perra —balbuceó.

T/N.—Esto es serio, Killjoy —dijo, cortante y se agachó agarrando del rostro a Katie de manera brusca—. Hablemos civilizadamente y quizá así evitamos una tragedia, cosa que los demonios de allá afuera no evitaron.

Katie Killjoy.—Asesina, así tú no recuperarás a Lucifer —burló, y T/N solo rió bajo y dijo:

T/N.—Creo que eso lo tengo en claro —e hizo aparecer una guadaña—. No creas que éstas son armas normales.

En ese momento varios demonios se acercaron a ellas con pistolas apuntándole a T/N.

Demonio °3.—¡Alto ahí, y baja la maldita arma!

T/N se dirigió a ellos y estos le empezaron a disparar pero a ella no le hacía efecto ninguno y de manera rápida decapitó a cada uno con la guadaña.

Katie al ver eso se asustó e intentó quitarse las cadenas pero solo se causó quemaduras en sus manos.

T/N.—Las cadenas fueron bañadas en agua bendita... —dijo acercándose nuevamente a ella. Entonces Katie se alteró al ver como la sangre de esos demonios habían llegado a ella manchando sus piernas—. Ahora, dime: he escuchado por allí que tú hablaste de mi asesinato y tú misma me lo acabas de confirmar, pero, ¿quién te dio esas imágenes? ¿Fue Helsa acaso?

Katie Killjoy.—¡Ja! ¿Para qué quieres saber eso?

T/N.—Habla, o tu no-vida acaba en cinco... cuatro... tres... dos...

Katie Killjoy.—Bien, si fue ella. Ahora suéltame —dijo, nerviosa por la voz tan tranquila de T/N.

T/N invocó más cadenas que fueron directo al cuerpo de Katie haciendo escuchar un solo grito de dolor.

T/N.—Qué carreta eres. Si no hubieses abierto la maldita bocota ahorita estarías bien y todos esos demonios que están aquí en este lugar también —susurró y agarró un trapo limpiando la sangre de la guadaña—, pero como a ti te gusta ver a los demás sufrir... Créeme que me gustaría detenerme, pero me es inevitable, y me gusta —hizo aparecer un arco junto a una flecha y las junto lista para soltarla para que fuera dar al pecho de su compañía.

Katie Killjoy.—¡Oye! ¡Pa... para! —demandó con molestia y nervios.

T/N.—Necesito paz y quitándote a ti de este lugar hará que tenga algo de ella —susurró.

Katie Killjoy.—¡Haré lo que sea pero no me mates!

T/N.—Pero si ya estás muerta.

Katie Killjoy.—¡Pero no quiero una segunda vez! —sollozó—. Te... te daré lo que sea. ¡Lo que sea!

T/N dejó el arco y la flecha y se acercó a ella apretando más las cadenas.

T/N.—No me puedes dar paz, solo tu segunda muerte lo haría, quizá... Pero, si lo hiciera solo alejaría el dolor por el que estás sufriendo en este momento y si mueres dejarás de sufrir entonces. Creo que te dejaré por esta vez solo que con este dolor —ella hizo aparecer más cadenas y las amarró en el cuerpo de su compañía causando más quejidos y gritos de dolor—, y por si las dudas —chasqueó sus dedos cubriendo cada puerta y ventana con esas cadenas—. Bien, creo que esto no es suficiente pero tengo que visitar a otros dos. ¡Que tengas una linda noche! —burló y despareció.

Katie Killjoy, en sí, estaba sufriendo por esas cadenas que la estaban quemando y no podía llamar a nadie. Ni ella estaba segura si es que podía morir por esas cadenas.

🍎

Seviathan.—Tranquila, ya viste que ya no hay más asesinatos allá afuera.

Bethesa.—Pero, hijo... Quién sabe si ese monstruo aparece.

Seviathan.—No es un monstruo —murmuró, molesto y se fue causando preocupación en su madre.

Fredrick.—¿Por qué dejaste que se fuera? —preguntó, molesto a su esposa—. Está castigado.

Bethesa.—Quise detenerlo pero...

Fredrick.—Pero nada. Creo que por tu culpa estos niños son así —murmuró, pero un grito femenino les llamó la atención a los dos.

En la habitación de Helsa habían vidrios regados por todos lados cuando T/N entró por una ventana asustando a Helsa.

Helsa.—¡Suelta eso! ¡Aleja eso de mí, maldita! —exclamó al ver a T/N con una lanza.

Sus padres acudieron inmediatamente a esa habitación.

Fredrick.—¡Alto! —demandó, mientras su esposa se ponía detrás de él nerviosa—. Pero... Si es T/N —dijo al poder identificarla.

Helsa.—¡Hagan algo, me quiere matar!

Bethesa.—¿Quiere dinero o... o?

T/N.—No. ¿Dónde está Seviathan?

Fredrick.—Escuche, sé lo que estos dos le ha hecho, pero...

T/N.—¡Pero nada! —exclamó, agarrando del cabello a Helsa—. ¡Dónde está Seviathan!

Helsa intentaba defenderse pero sus movimientos eran en vano.

Bethesa sacó su celular para llamar a Lucifer y él contestó pero el celular fue destruido cuando una lanza atravesó su mano.

T/N no quiso perder su tiempo y despareció junto a Helsa.

Fredrick.—¡Rayos! ¿Estás bien? —le preguntó, preocupado, a su esposa quien se apretaba la mano que sangraba y la lanza desapareció—. No... no puedes morir por eso —murmuró.

Bethesa.—¡Llama a Magne! —demandó.

Él lo hizo.

Lucifer.—¿Qué pasa? Tu esposa llamó y...

Fredrick.—¡T/N vino aquí! Y se llevó a Helsa y atacó a Bethesa, no es algo grave, supongo —interrumpió, preocupado.

Lucifer.—Yo...

Lucifer se quedó atónito y solo colgó la llamada.

... 🍎

Arafatxxx0u0 y yo nos despedimos con este capítulo uwu

;;🍎¡Bye :3!🍎;;

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