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Un Juego de Palabras

El día en Canterlot comenzaba a desvanecerse, dejando atrás una sombra dorada que se extendía sobre el castillo. Flash Sentry estaba de pie en la entrada principal, observando el horizonte mientras el viento movía ligeramente su cabello. La luz suave del atardecer hacía que su uniforme de guardia brillara sutilmente, pero su mente estaba lejos de las tareas que debía cumplir.

El peso de la misión de Sombra seguía ahí, pero ahora había algo más que lo inquietaba. El pensamiento de Twilight no dejaba de rondar en su cabeza. Desde aquella conversación en el jardín, algo había cambiado entre ellos. No era solo su cercanía, ni siquiera su amistad. Había algo más. Algo que se sentía... diferente.

Justo cuando sus pensamientos lo sumían en una maraña de dudas, una figura familiar apareció en el pasillo. Era Twilight, caminando hacia él con un paso ligero y relajado, casi como si nada pudiera perturbarla. Cuando vio a Flash, se detuvo y sonrió levemente, aunque todavía mantenía esa expresión distante, tan característica de su naturaleza.

—Te veo en la entrada otra vez —comentó Twilight, con una leve sonrisa que mostraba una rara suavidad.

Flash aprovechó el momento para acercarse a ella, con una actitud más relajada de lo habitual. No podía evitarlo, esa conexión entre ellos lo hacía querer probar algo diferente.

—Es que, ¿cómo podría resistirme a una vista tan impresionante? —dijo, señalando la vista panorámica de Canterlot que se extendía ante ellos. Luego, su tono cambió, añadiendo una sonrisa más amplia—: Aunque, debo admitir, el paisaje tiene mucha competencia con la compañía que tengo.

Twilight levantó una ceja, mirando de reojo a Flash.

—¿De verdad? Eso suena muy... conveniente.

Flash dio un paso más cerca de ella, no intimidante, pero sí lo suficiente como para que Twilight notara su cercanía.

—Lo sé, lo sé. Soy un experto en ser conveniente. Pero, en serio, ¿quién no disfrutaría pasar un rato con la princesa más guapa de todo Equestria? —su tono estaba cargado de una mezcla de humor y algo más—. Si tú me preguntas, creo que se lo deberías considerar un honor.

Twilight, acostumbrada a que le dijeran todo tipo de cosas, parpadeó con algo de sorpresa, pero esta vez no se apartó ni cambió de tema con frialdad. Había algo en su mirada que indicaba que, quizás, esta vez las palabras de Flash habían hecho mella en ella.

—Vas a tener que hacer mucho más que eso para impresionar a alguien como yo —respondió, su tono un poco más suave, aunque intentando mantener su habitual distancia emocional.

Flash se cruzó de brazos, sonriendo con una confianza que rara vez mostraba.

—¿De verdad? ¿Tanto cuesta impresionar a la princesa Twilight Sparkle? Me siento desafiado ahora. —su voz tenía un tono juguetón, y sus ojos brillaban con una chispa que solo se veía cuando se sentía seguro de lo que estaba haciendo.

Twilight lo miró con una ligera inclinación de cabeza, pero por alguna razón, su postura parecía más relajada que antes. Era como si la fachada distante que siempre tenía estuviera resquebrajándose poco a poco.

—Supongo que nunca me has visto realmente en acción. —Twilight se cruzó de brazos, adoptando una postura más relajada, como si aceptara el reto, pero de manera sutil.

Flash soltó una pequeña risa, disfrutando de la interacción.

—Deberías intentarlo más a menudo. Sabes, ser un poco más abierta, más... interesante. —Su tono era ahora más atrevido, pero al mismo tiempo con un toque de genuina admiración.

Twilight lo miró con esa mezcla de sorpresa y diversión que rara vez mostraba. La princesa, usualmente tan centrada y seria, parecía vacilar por un instante. Pero luego, como si lo hubiera decidido de inmediato, esbozó una pequeña sonrisa.

—Tal vez me dé una oportunidad para ser un poco más interesante... si eso significa que me vas a dejar en paz de vez en cuando. —dijo, el brillo en sus ojos denotando que por fin estaba disfrutando del momento, aunque intentaba mantener el control.

Flash dio un paso atrás, haciéndose el pensativo.

—¿Dejarte en paz? No sé si eso es posible. Creo que estoy empezando a disfrutar demasiado de tu compañía. —su voz estaba llena de una calma tranquila, pero al mismo tiempo había un toque de picardía.

Twilight, ahora claramente un poco más relajada de lo que había estado en el pasado, no pudo evitar soltar una pequeña risa, aunque rápidamente intentó contenerla. Era un sonido leve, pero real. Flash había logrado lo que pocos habían hecho: hacerla reír.

—Tienes suerte de que me caigas bien, Flash —respondió, su tono un poco más cálido, pero aún con ese toque distante que nunca se iba del todo.

Flash sonrió con satisfacción, sintiendo que, aunque la misión seguía adelante, había logrado algo importante en ese momento. No solo había logrado romper un poco la barrera de Twilight, sino que, por primera vez, había conseguido que se abriera un poco más a él.

—¿Lo dices en serio, princesa? —preguntó, con una mirada juguetona.

Twilight lo miró de reojo, claramente dispuesta a seguir el juego, pero sin ceder completamente a su encanto.

—No te emociones demasiado. Si sigues siendo tan persuasivo, tal vez termine dándote más oportunidades de lo que planeas.

—Eso suena como una invitación, ¿no? —Flash no pudo evitar sonreír más ampliamente, disfrutando de la interacción.

Twilight lo miró, pero esta vez no había frialdad en sus ojos. Había una especie de diversión tímida, y aunque todavía trataba de mantener su compostura, había algo en su expresión que dejaba claro que, tal vez, no era tan difícil impresionarla después de todo.

Flash decidió dar un paso atrás, no para alejarse, sino para respetar el pequeño espacio que aún existía entre ellos.

—Lo tendré en cuenta, princesa. Pero créeme, seguiré intentándolo.

Twilight suspiró, su expresión volviendo a su tono habitual.

—Te lo advierto. No me impresiona tan fácilmente.

—No necesito impresionar a la princesa. Solo quiero disfrutar del tiempo que paso con alguien tan... interesante. —Flash terminó su frase con una sonrisa y, con una mirada de satisfacción, se retiró, dejando a Twilight sola en el jardín, aunque algo en el aire entre ellos había cambiado.

Era un pequeño paso, pero para Flash, significaba mucho más que eso. Había logrado algo que nadie más había conseguido: hacer reír a Twilight Sparkle. Y, aunque su misión seguía siendo lo primero, no podía evitar preguntarse si quizás, tal vez, había algo más en juego que solo el deber.

El día siguiente amaneció con cielos despejados sobre Canterlot, pero en el corazón de Flash Sentry seguía presente la interacción del día anterior. Mientras realizaba sus tareas de rutina en el castillo, la sensación de haber logrado hacer que Twilight relajara un poco más se mantenía viva en su mente. Aunque sabía que su misión estaba lejos de terminar, y que aún jugaba con una máscara de formalidad y distancia, había algo reconfortante en el hecho de que, al menos, había conseguido que la princesa abriera una pequeña rendija a la barrera que la rodeaba.

Flash se encontraba en uno de los pasillos principales del castillo, haciendo patrullaje junto a algunos compañeros de la guardia, cuando algo le llamó la atención. En el final del corredor, a través de una de las ventanas altas, vio la figura familiar de Twilight. Ella estaba sola, pero no era como siempre. Estaba sentada en una mesa en un rincón aislado, rodeada de documentos. Parecía concentrada, sumida en sus pensamientos, con la expresión seria que solía tener cuando estaba trabajando.

Flash, por instinto, se detuvo en seco. Observó por un momento, algo intrigado, y luego su mente se puso a trabajar. Después de todo, había algo diferente en ella hoy. Aunque su expresión era la misma, había algo más en sus ojos que no podía identificar. Quizás era cansancio o simplemente el peso de la realeza que cargaba, pero de alguna manera, algo en su aura le decía que necesitaba espacio.

Decidió aprovechar la oportunidad. No era común que Twilight estuviera tan sola, y menos en uno de esos momentos donde parecía estar tan atrapada en sus responsabilidades. Sin embargo, su presencia siempre generaba un aire de aislamiento, y Flash sentía que ahora podía hacer algo diferente. Tal vez, de alguna manera, podía conseguir que abriera aún más esa puerta que comenzaba a entreabrir.

Caminó con pasos silenciosos hasta el salón donde Twilight estaba. No quería interrumpirla, pero tampoco podía evitar la sensación de que, si no lo hacía ahora, perdería la oportunidad. Sin embargo, al acercarse más, escuchó un pequeño susurro que venía de la princesa. Un murmullo bajo, pero lleno de un tipo de vulnerabilidad que jamás había percibido en ella.

Flash se detuvo a unos pasos de la mesa. Twilight no lo había notado, tan sumida estaba en su tarea, pero al ver su expresión en esos momentos, algo hizo clic en él. Aunque ella siempre mantenía esa fachada distante y controlada, la vulnerabilidad en su postura era evidente.

Entonces, antes de que pudiera pensarlo dos veces, Flash dio un paso adelante y habló en voz baja:

—¿Puedo ayudarte con algo, princesa?

Twilight levantó la vista, sorprendida, y por un momento, sus ojos reflejaron una chispa de desconcierto. Sin embargo, al ver quién era, su expresión se suavizó ligeramente, aunque no del todo.

—Flash, no esperaba verte por aquí —respondió, volviendo la mirada a los documentos en su mesa, como si intentara ocultar el leve cansancio en su rostro.

Flash sonrió, acercándose un paso más, pero manteniendo un aire tranquilo.

—No suelo interrumpir cuando estás trabajando, pero creo que puedo hacerlo si lo que necesitas es un descanso —comentó, sin perder la oportunidad de hacerla sentir algo más relajada.

Twilight levantó una ceja, como si dudara por un segundo, y luego suspiró suavemente.

—No tengo tiempo para descansar, Flash —respondió, pero su tono era menos tajante que de costumbre. Había algo de resignación en su voz, algo que nunca solía mostrar frente a los demás—. La carga de todo esto es... más pesada de lo que muchos creen.

Flash la miró con atención, notando cómo sus hombros parecían caídos por el agotamiento, algo que había pasado por alto anteriormente. Se acercó aún más, sin presionar, pero con un toque de suavidad en su tono.

—Sabes, un descanso no te vendría mal. No todo en la vida debe ser una carga, ¿no? —dijo, con un leve tono juguetón pero, al mismo tiempo, serio. No era su estilo ser tan directo, pero algo en él lo motivaba a acercarse más.

Twilight lo miró, y por un momento, estuvo tentada a replicar, pero se quedó en silencio. Sabía que, aunque su deber como princesa era incuestionable, y su posición en la corte tenía que ser impecable, en ese momento, había algo en Flash que la hacía pensar que quizás podía soltar un poco esa fachada.

—Quizás... tengas razón —dijo finalmente, con una sonrisa pequeña, aunque aún distante—. Pero no olvides que soy una princesa, Flash. No tengo tiempo para esos lujos.

Flash asintió, pero no dejó que su actitud relajada desapareciera.

—No estoy sugiriendo que ignores tu deber. Solo que a veces, todos necesitamos un momento para respirar. No eres invencible, Twilight. Todos necesitamos un respiro de vez en cuando.

Twilight lo miró detenidamente, y por un breve segundo, sus ojos se suavizaron, mostrando una vulnerabilidad que solo Flash había llegado a ver. Era un pequeño paso hacia adelante, pero uno que le decía más que cualquier otra palabra.

—Gracias —respondió Twilight en voz baja, sin esperar más. Era un agradecimiento sincero, aunque aún recubierto por su habitual distancia.

Flash sonrió, complacido por el momento. No podía evitar sentir que algo más estaba ocurriendo entre ellos, algo que se estaba desarrollando lentamente pero que, a su manera, era un paso hacia algo diferente.

Al final, Twilight volvió a sus documentos, pero la atmósfera había cambiado. Era casi imperceptible, pero había una ligera apertura, una grieta en esa coraza emocional que siempre mantenía. Flash lo sabía, y aunque no dejaba de ser cauteloso, disfrutaba de cada pequeño avance.

—Si alguna vez necesitas un descanso... ya sabes dónde encontrarme —comentó Flash, justo antes de salir del salón, sin esperar respuesta.

Twilight se quedó en silencio, mirando la puerta por donde había salido, sin saber exactamente qué sentir. Pero una pequeña sonrisa apareció en su rostro, casi como si ella misma estuviera reconociendo que, por primera vez, no todo tenía que ser tan serio.

Flash había logrado, una vez más, abrir un poco más la puerta que siempre había permanecido cerrada, y eso, para él, valía más que cualquier misión o deber.

-Brightss Sentry

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