La Misión en el Bosque Oscuro
El amanecer iluminaba apenas las torres del castillo cuando el capitán Shining Armor reunió a un grupo de guardias en el patio principal. Flash estaba entre ellos, de pie en perfecta formación, aunque en su interior no podía evitar sentirse ansioso.
—Escuchen bien —comenzó Shining Armor, su tono firme—. Hemos recibido informes de actividad sospechosa cerca del Bosque Oscuro. No sabemos si se trata de una amenaza real, pero no podemos ignorarla. Ustedes, junto con el teniente Iron Shield, investigarán y asegurarán el área.
Los guardias asintieron, y Flash no tardó en notar que había un leve nerviosismo en el aire. El Bosque Oscuro tenía fama de ser un lugar peligroso, lleno de criaturas desconocidas y senderos traicioneros.
Flash ajustó su casco, tratando de disimular su preocupación. Esto era parte de su nueva vida, y sabía que cada misión era una oportunidad para ganar la confianza de la princesa... y, tal vez, para conseguir pistas valiosas para cumplir con su objetivo final.
(...)
El grupo llegó al Bosque Oscuro al caer la tarde. Todo estaba en silencio, un silencio antinatural que ponía a todos en alerta.
—Manténganse juntos y no bajen la guardia —ordenó el teniente Iron Shield.
Flash, armado con una lanza, avanzaba junto al resto del escuadrón. Los árboles eran altos y espesos, bloqueando casi toda la luz del sol. Todo parecía tranquilo, hasta que un aullido resonó en la distancia, seguido por el crujido de ramas.
—¡Formación defensiva! —gritó Iron Shield.
Antes de que pudieran reaccionar, una manada de lobos de sombra emergió de entre los árboles, sus ojos brillando con un resplandor rojo. Los guardias se enfrentaron a ellos con valentía, pero los lobos eran rápidos y astutos.
Flash luchaba con todas sus fuerzas, recordando los entrenamientos. Logró herir a uno de los lobos con su lanza, pero otro lo golpeó, lanzándolo contra un árbol. Un dolor agudo recorrió su costado, pero se obligó a levantarse.
—¡No se rindan! —gritó Iron Shield, mientras los guardias repelían a los lobos.
Finalmente, después de una feroz batalla, la manada se retiró, dejando al grupo agotado y herido. Ninguno estaba en peligro mortal, pero las heridas y contusiones eran evidentes.
—Regresamos al castillo. Ahora —ordenó Iron Shield.
Flash apenas podía mantenerse en pie, pero no dijo nada. No quería parecer débil.
(...)
Al llegar al castillo, los heridos fueron llevados inmediatamente a la enfermería. Flash estaba sentado en una camilla, permitiendo que un médico revisara su costado. Tenía un corte superficial, pero el golpe había dejado un hematoma considerable.
De repente, un murmullo recorrió la sala. Flash levantó la vista y se encontró con Twilight entrando al lugar. Su rostro estaba sereno, pero había un destello de preocupación en sus ojos que trataba de ocultar.
—Capitán, ¿qué ha ocurrido? —preguntó a Shining Armor, quien también había llegado.
—Un ataque de lobos de sombra en el Bosque Oscuro. Nada grave, pero varios guardias resultaron heridos.
Los ojos de Twilight se movieron rápidamente entre los guardias heridos, deteniéndose en Flash. Ella caminó hacia él, sus pasos resonando en el suelo de piedra.
—¿Estás bien? —preguntó, su tono neutral pero con una leve suavidad que no pasaba desapercibida.
Flash sonrió, ignorando el dolor.
—Estoy bien, princesa. Solo un rasguño. Además, fue emocionante... aunque me habría gustado tener un poco más de ayuda mágica.
Twilight arqueó una ceja, su expresión mezclando exasperación y leve diversión.
—Esto no es un juego, Flash Sentry.
—Lo sé, pero admitiré que fue un poco emocionante verla preocupada por mí. —Su tono era travieso, pero no irrespetuoso.
Twilight frunció el ceño, aunque un leve rubor apareció en sus mejillas.
—No estaba preocupada por ti específicamente. Me preocupa que las cosas puedan empeorar si los ataques continúan.
—Claro, claro, lo entiendo, princesa. Pero, de cualquier manera, es agradable saber que piensa en mí... aunque sea de pasada.
Twilight suspiró, claramente frustrada con su actitud, pero en lugar de responder, se giró hacia el médico.
—Asegúrate de que reciba la atención adecuada. No quiero que ninguno de ellos empeore.
Flash observó cómo se alejaba, su mirada fija en ella. Había algo en su forma de ser que lo fascinaba cada vez más.
(...)
Más tarde esa noche, mientras Flash descansaba en el dormitorio asignado a los guardias, recordó la preocupación en los ojos de Twilight. Su máscara fría estaba empezando a agrietarse, y él no podía evitar sentir que estaba logrando acercarse a ella, aunque fuera solo un poco.
Pero también sabía que el tiempo se agotaba. La amenaza de Sombra pendía sobre ellos como una espada, y ahora, más que nunca, necesitaba encontrar una manera de cumplir con la misión... sin traicionar completamente a la princesa que comenzaba a confiar en él.
(...)
El sol apenas despuntaba cuando Flash Sentry se despertó en los barracones de la guardia real. El dolor en su costado era menor que el día anterior, pero el recuerdo de la batalla en el Bosque Oscuro seguía fresco en su mente. El ataque había sido una advertencia: el mundo fuera del castillo estaba lleno de peligros, y el tiempo para cumplir su misión seguía acortándose.
Mientras se vestía con la armadura de guardia, la amenaza de Sombra resonaba en su cabeza. Un año. Ese era el plazo que tenían, y aunque había logrado avanzar en ganarse la confianza de Twilight, sabía que aún estaba muy lejos de alcanzar su objetivo.
Después de completar su turno de guardia matutino, Flash se dirigió a la biblioteca, un lugar que frecuentaba con la excusa de "reforzar su conocimiento estratégico", pero que realmente utilizaba para observar a Twilight cuando estaba allí.
Para su sorpresa, la encontró en una mesa junto a un gran ventanal, rodeada de pergaminos y libros antiguos. La luz del sol bañaba la habitación, iluminando su figura. Twilight parecía absorta en su lectura, con una expresión de concentración que le resultaba encantadora.
Flash se acercó con cuidado, manteniendo su tono juguetón, pero respetuoso.
—Buenos días, princesa. ¿Qué planes de salvar el mundo está trazando hoy?
Twilight levantó la vista, claramente sorprendida de verlo, pero no pareció molesta.
—No estoy salvando el mundo, Flash. Estoy revisando documentos históricos sobre alianzas políticas. La cumbre reciente dejó algunas cuestiones pendientes.
—¿Alianzas políticas? Suena... fascinante. —Su tono era exageradamente entusiasta, lo que hizo que Twilight rodara los ojos.
—Tal vez no para ti, pero es importante. Cada decisión tiene un impacto directo en la estabilidad de Equestria.
Flash se sentó frente a ella, sin ser invitado, pero manteniendo una distancia respetuosa.
—Entiendo. Pero incluso una princesa merece un descanso. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
Twilight lo miró, considerando si responder o ignorarlo, pero finalmente cedió.
—Desde el amanecer.
—Eso explica por qué pareces agotada. —Flash le lanzó una mirada crítica, pero no demasiado seria. Luego bajó la voz, añadiendo un toque de calidez—. Incluso las estrellas más brillantes necesitan descansar.
Twilight desvió la mirada, incómoda, pero no respondió. Había algo en sus palabras que la había tocado, aunque no quería admitirlo.
Esa tarde, mientras Flash patrullaba los jardines del castillo, fue interceptado por Shining Armor. El capitán de la guardia parecía más relajado que de costumbre, aunque su mirada seguía siendo firme.
—Flash, necesito hablar contigo.
—¿Sobre qué, capitán? —preguntó Flash, deteniéndose y poniéndose firme.
Shining lo observó por un momento antes de responder.
—Sobre Twilight.
Flash sintió un nudo en el estómago.
—¿Qué pasa con ella?
—He notado que has estado... cerca de ella últimamente. —Shining cruzó los brazos, inclinándose ligeramente hacia él—. No tengo problemas con eso, pero quiero dejar algo claro. Twilight es fuerte, más de lo que parece, pero también lleva un gran peso sobre sus hombros. Si estás intentando acercarte a ella, más te vale que sea por las razones correctas.
Flash mantuvo su expresión neutral, aunque por dentro estaba tenso.
—Solo quiero ayudar, capitán. Ella es una líder increíble, y quiero asegurarme de que tenga a alguien en quien confiar.
Shining asintió, aunque no parecía completamente convencido.
—Espero que sea así. Porque si la decepcionas... no será ella quien te lo cobre. Seré yo.
Flash tragó saliva, asintiendo.
—Entendido, señor.
(...)
Esa noche, Flash volvió a su dormitorio. Aunque había logrado mantener su fachada frente a Shining, las palabras del capitán seguían rondando en su mente. Twilight era fuerte, sí, pero también vulnerable de una manera que él apenas comenzaba a entender.
Sin embargo, también sabía que su relación con ella era un equilibrio delicado. Su misión requería acercarse lo suficiente para obtener información, pero no podía evitar sentirse atrapado en algo más complicado.
Mientras se acostaba, su mente volvía una y otra vez a la misma pregunta: ¿Qué haría cuando llegara el momento de traicionar la confianza de Twilight?
El reloj seguía corriendo, y Flash sabía que cada día que pasaba lo acercaba más a una decisión imposible.
🌃 Brightss Sentry 🌃
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