Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El Secreto Revelado

Flash avanzaba con paso firme por uno de los pasillos del castillo, su mente cargada con los eventos de los últimos días. Había dedicado semanas a investigar y explorar cada rincón del castillo con discreción, siguiendo pistas vagas, fragmentos de conversaciones y antiguos mapas. Todo apuntaba a que la Cámara de las Estrellas era un lugar clave, pero lo único que había encontrado hasta ahora era un viejo salón abandonado con más polvo que respuestas.

El eco de sus pasos resonaba suavemente mientras se dirigía a la biblioteca para buscar alguna pista más. Sin embargo, su mente no dejaba de girar en torno a una idea inquietante: ¿y si ya había estado frente a la Cámara de las Estrellas sin darse cuenta?

Aquella habitación en la torre más alta, donde Twilight siempre iba a observar las estrellas, había estado presente en su vida desde el inicio de su tiempo en el castillo. La puerta siempre había estado abierta para él, al menos simbólicamente, ya que Twilight lo había llevado allí en varias ocasiones, compartiendo con él un lado vulnerable que nadie más conocía.

—No puede ser... —murmuró para sí mismo, deteniéndose en seco. Su corazón latía con fuerza mientras la idea cobraba más forma. Si esa habitación era la verdadera Cámara de las Estrellas, entonces todo lo que había buscado estaba justo frente a él todo este tiempo.

Con una mezcla de ansiedad y determinación, cambió de dirección y subió las escaleras en espiral que llevaban a la torre. Cada escalón parecía más pesado que el anterior, como si el peso de su misión y su relación con Twilight lo aplastara. ¿Qué significaría para ella si descubría que había traicionado su confianza? ¿Podría siquiera continuar con el plan después de todo lo que habían compartido?

Finalmente llegó a la puerta de la habitación. Estaba entreabierta, como siempre. Tomó una respiración profunda y entró.

La habitación era tan hermosa como siempre, con su techo de cristal que ofrecía una vista despejada del cielo nocturno. El telescopio de Twilight estaba en el centro, apuntando hacia las estrellas, y a su alrededor había estantes llenos de libros y pergaminos relacionados con astronomía y magia. Pero lo que siempre había pasado por alto eran los pequeños detalles: los grabados en las paredes, los símbolos que parecían meras decoraciones pero que ahora reconocía como runas de protección.

Caminó lentamente, tocando con sus cascos el suelo de mármol. Había algo en la atmósfera que se sentía diferente, como si la habitación estuviera viva, observándolo.

En el centro de la habitación, junto al telescopio, notó una mesa donde Twilight solía dejar sus notas y pergaminos. Entre ellos, había un objeto que hasta ese momento le había parecido insignificante: una caja pequeña y elegante, hecha de madera oscura con detalles dorados. Había visto a Twilight colocarla allí en varias ocasiones, pero nunca le había prestado atención.

Esta vez, sin embargo, algo en su intuición le dijo que debía examinarla más de cerca. Se inclinó y pasó su casco por la superficie lisa de la caja. Había un diseño de constelaciones grabado en la madera, con una estrella central que parecía sobresalir ligeramente.

Con un movimiento cuidadoso, presionó la estrella, y la caja se abrió con un suave clic. Dentro, encontró un cristal brillante que irradiaba una luz suave y cálida. En su superficie, había grabados intrincados que parecían moverse como si estuvieran vivos.

Flash sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Este cristal, tan pequeño y aparentemente frágil, debía ser la clave de la Cámara de las Estrellas. Sin embargo, no podía evitar preguntarse: ¿por qué Twilight lo guardaba en un lugar tan accesible? ¿Era un descuido o una muestra de su confianza absoluta en que nadie se atrevería a traicionarla?

Antes de que pudiera reflexionar más, escuchó pasos. Su corazón se detuvo por un momento, y rápidamente cerró la caja, dejándola exactamente como la encontró. La puerta se abrió, revelando a Twilight.

—Flash, ¿qué haces aquí? —preguntó ella, con el ceño fruncido pero su voz tranquila. No parecía sospechar, pero su presencia lo hizo sentir como si hubiera sido descubierto en el acto.

—Oh, eh... —Flash se giró hacia ella, fingiendo tranquilidad mientras daba un paso al lado del telescopio—. No podía dormir, así que pensé en venir aquí. Este lugar siempre me ayuda a pensar.

Twilight lo observó por un momento, y luego su expresión se suavizó. Caminó hacia el telescopio, como si no hubiera notado nada extraño.

—Es cierto, esta habitación tiene algo especial. Siempre me ha dado paz... como si las estrellas estuvieran protegiéndome —dijo, mirando hacia el cielo a través del cristal.

Flash la observó en silencio, la culpa apretando su pecho. Había encontrado lo que estaba buscando, pero el precio era demasiado alto. Twilight le había confiado su espacio más íntimo, su refugio, y él lo había usado para cumplir con una misión que podría destruirlo todo.

—Twilight... —dijo en voz baja, sin saber qué más decir.

Ella se giró hacia él, con una leve sonrisa. —Gracias por estar aquí, Flash. Aunque no lo diga con frecuencia, realmente aprecio tu compañía. Hace que todo sea... más soportable.

Flash sintió que su resolución flaqueaba aún más. En ese momento, decidió que tendría que tomar una decisión pronto: continuar con el plan de Sombra o proteger a Twilight a toda costa, incluso si eso significaba enfrentarse a las consecuencias.

Mientras salía de la habitación, el cristal brillante seguía grabado en su memoria. Sabía que lo había encontrado, pero ahora debía decidir cómo usarlo... y si podría vivir consigo mismo al hacerlo.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El sol se alzaba sobre el horizonte, lanzando sus primeros rayos de luz sobre el castillo de Canterlot. En el patio central, los guardias se congregaban en filas perfectas, sus armaduras brillando bajo la luz de la mañana. La tensión en el aire era palpable, un susurro colectivo que crecía entre los soldados mientras esperaban la llegada del capitán de la guardia real, Shining Armor.

Flash, ahora con su identidad como Flash Sentry, estaba de pie en la última fila. Su corazón latía con fuerza, aunque su expresión permanecía serena. Había escuchado rumores sobre la reunión especial convocada por el capitán, pero no tenía idea de qué esperar. Solo sabía que, de algún modo, estaba relacionado con la misión que había asumido.

El sonido de cascos firmes sobre el mármol anunció la llegada de Shining Armor. Vestido con su imponente armadura y con una expresión seria, el capitán caminó hacia el frente de la formación, seguido por varios de sus tenientes. Se detuvo frente a los soldados y levantó la voz, haciendo que todos guardaran silencio.

—Guardias de Canterlot, gracias por presentarse con tan poca anticipación —comenzó Shining Armor, su tono firme y autoritario—. Durante las últimas semanas, hemos notado una serie de eventos inusuales dentro del castillo y sus alrededores.

Flash sintió cómo el sudor frío comenzaba a recorrer su espalda.

—Ha habido actividad que no corresponde a nuestros protocolos habituales —continuó Shining Armor—. Se han encontrado puertas abiertas en áreas restringidas, documentos en posiciones incorrectas y rastros de movimiento en zonas que deberían estar cerradas.

El murmullo entre los guardias comenzó a crecer, pero Shining Armor levantó una pezuña, y el silencio volvió a imponerse.

—Por eso, hemos llegado a la conclusión de que podría haber un infiltrado entre nosotros —declaró, mirando directamente a las filas de soldados. Sus ojos azules se desplazaron de rostro en rostro, evaluando a cada uno.

Flash sintió que su respiración se volvía más pesada. Por un momento, temió que Shining Armor pudiera ver directamente a través de su fachada, pero rápidamente enderezó su postura, asegurándose de que su rostro no mostrara ninguna emoción sospechosa.

—Esto no es una acusación —continuó el capitán, aunque su tono severo dejaba claro que la situación era crítica—. Pero a partir de este momento, incrementaremos las medidas de seguridad. Nadie tendrá acceso a áreas restringidas sin autorización directa, y todos los turnos serán supervisados con mayor rigor.

Shining Armor dio un paso al frente, su voz resonando aún más fuerte.

—Si alguno de ustedes sabe algo, ahora es el momento de hablar. La seguridad del castillo, y de la princesa Twilight Sparkle, depende de ello.

Los guardias permanecieron en silencio, cada uno evaluando al otro con sospecha apenas disimulada. Flash mantuvo la mirada fija hacia adelante, su mente corriendo a mil por hora. Sabía que no podían descubrirlo, no ahora.

Después de unos segundos de silencio, Shining Armor asintió lentamente.

—Muy bien. Confío en que todos aquí cumplirán con su deber. Ahora, vuelvan a sus puestos y mantengan los ojos abiertos. No permitiremos que nadie comprometa la seguridad de este castillo.

Con un gesto de despedida, el capitán dio por terminada la reunión. Los guardias comenzaron a dispersarse, regresando a sus estaciones. Flash, sin embargo, permaneció quieto por un momento, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.

Mientras caminaba de regreso a su puesto, una sensación de paranoia comenzó a instalarse en él. ¿Había sido descuidado? ¿Había dejado algún rastro que pudiera delatarlo? No podía permitirse errores, no cuando estaba tan cerca de completar su misión.

Sin embargo, otra parte de él, aquella que había crecido junto a Twilight, sentía un nudo de culpa en el pecho. Cada vez era más difícil balancear su misión con los sentimientos que había comenzado a desarrollar por ella.

Mientras patrullaba los pasillos del castillo, no podía evitar mirar hacia la torre más alta, donde sabía que Twilight estaba. Su mente era un torbellino de emociones contradictorias, y sabía que, tarde o temprano, tendría que enfrentar las consecuencias de sus acciones.

(...)

El eco de los cascos de Flash resonaba en los pasillos del castillo mientras recorría su ronda habitual. Aunque intentaba mantener la calma, su mente no dejaba de analizar cada palabra de la reunión con Shining Armor. Ahora sabía que estaban en alerta máxima y que cualquier movimiento en falso podría significar el fin de su misión... y de su nueva vida.

Mientras cruzaba un corredor que conectaba con la biblioteca, divisó a Twilight al final del pasillo. Estaba cargando un par de libros con su magia, su rostro absorto en pensamientos, como siempre. Por un momento, Flash sintió una punzada en el pecho. Era un recordatorio constante de lo que estaba arriesgando.

"Concéntrate", se dijo, ajustando su postura mientras continuaba caminando. Sin embargo, Twilight lo notó y levantó la mirada.

—Ah, Flash. —Su tono era neutro, pero había una ligera suavidad que solo él podía percibir.

—Princesa. —Flash se detuvo y le hizo una reverencia exagerada, claramente para provocarle una sonrisa.

Twilight alzó una ceja. —¿Por qué siempre haces eso? Sabes que no es necesario.

—Lo sé, pero me gusta ver cómo te frunces el ceño cuando lo hago. —Su sonrisa juguetona asomó, y aunque Twilight intentó ocultarlo, una leve curva apareció en sus labios.

Ella negó con la cabeza, pero cambió el tema rápidamente. —¿Cómo ha ido tu ronda?

—Todo tranquilo... por ahora. Aunque el capitán Shining Armor nos tiene a todos con los nervios de punta. —Flash soltó un suspiro fingido—. Hablar de infiltrados como si fuéramos un montón de sospechosos no es precisamente alentador.

Twilight se detuvo un momento, bajando los libros al suelo. Su expresión se tornó más seria. —Es por nuestra seguridad, Flash. Mi hermano tiene razón en ser cauteloso. Hay demasiado en juego.

Flash asintió, aunque no podía evitar sentirse ligeramente acusado, incluso si ella no tenía ni idea de lo que él ocultaba.

—Tiene sentido —dijo finalmente, tratando de sonar sincero—. Pero, ¿y tú? ¿Estás bien con todo esto?

Twilight lo miró, sorprendida por la pregunta. No era algo que muchos le preguntaran.

—Estoy... bien —respondió, aunque su voz no era convincente.

Flash inclinó la cabeza y dio un paso más cerca. —Twilight, eres muchas cosas, pero una pésima mentirosa es una de ellas.

Ella lo miró fijamente, claramente evaluando si quería responder o no. Finalmente, suspiró. —Es mucho para procesar. Siempre lo es. Pero estoy acostumbrada.

Flash la observó con atención, queriendo decir algo, pero sabiendo que debía medir sus palabras. Su voz salió más suave. —No tienes que llevarlo todo sola, ¿sabes?

Twilight apartó la mirada, incómoda con la vulnerabilidad que él insinuaba. —Lo hago porque debo. No es algo que pueda cambiar.

Flash quiso insistir, pero sabía que forzarla no funcionaría. En cambio, optó por un cambio de tema. —Bueno, siempre puedes contar conmigo para mantener a raya a los infiltrados. Prometo que si veo a alguien sospechoso, lo detendré de inmediato... a menos que sea un guardia demasiado grande; en ese caso, probablemente correré por mi vida.

Twilight soltó una risa inesperada, lo que hizo que Flash sonriera con satisfacción.

—No sé cómo lo haces, Flash Sentry. —Sacudió la cabeza, pero sus ojos tenían un brillo cálido.

—¿Hacer qué? —preguntó él, inclinándose ligeramente hacia ella.

—Encontrar la manera de hacerme reír, incluso en los peores momentos.

—Es un talento —respondió, con una sonrisa confiada—. Pero no le digas a nadie. Es parte de mi encanto misterioso.

Twilight rodó los ojos, pero no respondió, levantando nuevamente los libros con su magia.

—Bueno, será mejor que vuelva a mi torre. Tengo mucho que leer antes de que termine el día.

—¿Otra noche en vela? —preguntó Flash, preocupado, pero ocultándolo con un tono ligero.

Twilight se encogió de hombros. —Es parte de mi vida, ¿no?

Mientras ella comenzaba a caminar, Flash la observó, una mezcla de emociones en su interior. Sabía que estaba más cerca que nunca de obtener lo que necesitaba, pero al mismo tiempo, su lealtad comenzaba a dividirse.

Y mientras volvía a patrullar, solo podía pensar en la creciente conexión entre ellos... y lo que significaría para ambos si algún día Twilight descubría la verdad.


🌃Bightss Sentry 🌃

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro