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Luego de que Jungkook se fuera, Taehyung notó que su laptop estaba encendida sobre el césped. No quiso ser entrometido, pero se acercó a mirar, tenía que apagarla para que no se gastara la batería.

—Taehyung no mires, no mires, es el libro de Jungkook y no puedes leer spoilers... ¿O si? Quizás solo un poco —murmuró para sí mismo leyendo las últimas palabras que había escrito el menor.

"Quédate conmigo hasta que vuelva a abrir las alas y pueda volar otra vez. Te necesito a mi lado. Tan solo no me animo a pedirtelo, pero por favor, abrázame el corazón. Solo eso."

El sentimiento de inseguridad se apoderó de Taehyung, ¿Qué pasaría si Jungkook nunca supera a su antiguo amor? ¿algún día lo llegaría a querer como lo quiso a el?

No quería parecer chismoso pero regresó un par de páginas hacia atrás y leyó un pequeño párrafo más de las primeras hojas del libro.

"No te enamores de mí, estoy roto y hundido, y lo roto corta, y lo hundido solo ahoga."

Intentó ahuyentar esos malos pensamientos que comenzaban a rondar en su mente y apagó la computadora. Después se recostó sobre el césped y cerró los ojos hasta quedarse dormido.

Realmente no supo cuánto tiempo pasó ahí, pero se sobresaltó tanto cuando sintió un cuerpo impactar contra el. Se trataba de su mejor amigo quien se le había lanzado encima.

—¿Jimin?

—Hyung, no sabes lo preocupado que estaba, pensé que te había pasado algo malo, yo...

—Jimin... ¿cómo llegaste hasta aquí? —preguntó Taehyung correspondiendo al efusivo abrazo del menor.

—Pasaron diez días hyung y yo no pude con la angustia, fui a buscar al representante de Jeon y el me trajo aquí —respondió Jimin quitándose de encima. Luego señaló a Yoongi quien miraba la escena a unos cuantos pasos de ahí—. Me contó que no sabía que tú estabas dentro de la camioneta ni sabía que te quedaste cuando partió de aquí, de lo contrario te habría llevado con el de regreso.

—Hola, soy Min Yoongi —saludo agitando su mano.

—Soy Kim Taehyung —contestó tímidamente—. Estoy en problemas, ¿cierto?

—Pues... no ví que Jungkook quisiera levantar cargos en su contra, pero ya lo hablaremos después, lo importante ahora es que su amigo ya vino por usted y puede volver a casa —contestó Yoongi con voz neutra—. Jeon es un poco difícil de tratar, espero que no haya tenido tantos problemas con el y también espero un poco de discreción, no queremos armar un escándalo.

—Descuide, yo no diré nada.

—Bueno, siendo así... ya pueden volver a casa.

—Hyung, en el tiempo que estuviste ausente hice mi prueba de manejo y pasé. Vine en tu coche hasta aquí, detrás del joven Min —comentó Jimin con entusiasmo—. Podemos irnos ya, antes de que anochezca, porque estamos bastante lejos de la ciudad.

—¿En dónde está Jungkook? —preguntó Taehyung dirigiendo su mirada hasta Yoongi.

—El está hablando con una persona ahora mismo, pero no se preocupe, le diré que tuvieron que irse. Yo tengo que quedarme esta noche, no sé si Jungkook quiera irse o esperar a que se cumplan las dos semanas. De todos modos aunque quisiera irse ahora no podría, porque tenemos que empacar —explicó Yoongi con serenidad—. Vayan tranquilos jovenes. El joven Park ya sabe el camino de regreso.

—Claro... —murmuró Taehyung sin estar muy convencido.

¿Así es como terminaría todo? Se iría a continuar con su vida como si nada hubiese pasado, ¿Jungkook al menos lo recordaría?

"Que difícil es soltarte después de habernos enredado tanto..."

Los tres caminaron de regreso a la cabaña en silencio. Taehyung observó el lugar detalladamente a su alrededor con nostalgia, seguramente nunca volvería y eso hizo que se le encogiera un poco el corazón. Aunque hayan sido solo diez días, ya había tomado cariño.

Taehyung se había quedado atrás justo cuando estaban a punto de llegar y se desvio un poco del camino, quería buscar a Jungkook, quería abrazarlo y besarlo por última vez, quería hacerle saber que lo amaba antes de marcharse.

Si bien ya se sentía triste por su pronta partida, su corazón terminó por romperse cuando encontró a Jungkook besándose con otro hombre en la parte trasera de la cabaña. Sus lágrimas brotaron de sus ojos sin poder evitarlo, sentía como si le hubiesen clavado una estaca en su pecho.

Se sintió insuficiente... todo lo que hizo no fue suficiente, el nunca lo iba a querer de la misma forma. Y le dolía.

Cuando Jungkook rompió el beso con aquel hombre, se susurraron un par de cosas y cuando se giró, su cuerpo quedó completamente paralizado al divisar a Taehyung con las lágrimas descendiendo sobre sus mejillas.

—Taehyung... puedo explicarlo —intentó acercarse, pero el retrocedió.

—No te acerques, ya no. Heriste a la única persona que se detuvo para sacarte de tu pecera y llevarte al mar —murmuró Taehyung limpiándose las lágrimas con la manga de su camiseta—. Ya lo entendi, por fin lo entendi.

—Realmente no es lo que parece, eso fue un error.

—No, el error fue mio, porque fui a buscar al amor de mi vida a un sitio donde no hay amor, ni hay vida —contestó Taehyung logrando que los ojos del escritor se volvieran cristalinos—. ¿Yo también fui un error para ti? Anda, dime. Te besaste y acostaste conmigo por error también—. Jungkook no fue capaz de responder, estaba sin habla—. Se miente con las palabras, pero también con el silencio.

—No te vayas... —fue lo único que fue capaz de susurrar.

—Dame una razón para quedarme, porque para irme ya me diste demasiadas —espetó Taehyung con hilo de esperanza pero lo único que recibió fue un rotundo silencio—. ¿Sabes qué? Olvídalo, no tener una razón para quedarse es una buena razón para irse. Yo sabía que me romperías el corazón, pero aún así decidí quedarme contigo hasta que lo hicieras, solo que nunca me imaginé que me iba a doler tanto.

—Hyung, ¿Qué pasa? —Jimin llegó por detrás, alarmado de ver a Taehyung vuelto un mar de lágrimas. Detrás de el se unió Yoongi, quien estaba igual o más desconcertado por la situación—. ¿Por qué lloras?

—Taehyung... —Jungkook hizo un último intento por acercarse al mayor.

—Te amé hasta donde pude, te amé hasta el límite de mi dignidad. Te amé hasta que me vacíe y ahora ya no queda nada. No me lo merecía y me hiciste pensar que sí. No haré ningún esfuerzo más, que te vaya bien —habló Taehyung con la voz rota—. Sé feliz con quien quieras, me rindo...

Taehyung tomó la mano de Jimin y lo llevó directamente hasta su auto. Quería irse de ahí lo más pronto posible sin mirar atrás, pues si veía al escritor llorar, seguramente correría de regreso a sus brazos. Pero no lo merecía, el no podía amarlo de la misma forma en que lo hacía el.

Jungkook no apartó la mirada del vehículo hasta que lo vió perderse entre los árboles. Sus lágrimas seguían descendiendo sobre sus mejillas.

—Adiós estrella fugaz que tocó mi cielo... fue un placer coincidir contigo.

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