Sanemi Shinazugawa
-Yo realmente no estoy aquí por algún tipo de tragedia -le dijiste al de ojos amatista. -Mis padres me corrieron de casa debido a mi sueño, aquí encontré una familia que me apoya...
A Sanemi en un principio le valió todo. Fue enviado a una misión con una cazadora novata quien no paraba de hablar, ahora cuando le contaste tu historia empezó a poner atención inconscientemente. Los dos se encontraban caminando por las calles de un pueblo, esperando a que sea de noche para atrapar al demonio. Debido a la gran diferencia de nivel y experiencia, casi tenías que rogarle que te esperara, iban 3 días difíciles en los que simplemente no podían y esperaban hoy fuera diferente. Casi no hablaron durante ese tiempo, fue apenas que te atreviste a contarle tu historia a Sanemi aunque no le interesara, sólo querías conversar con él y romper el hielo de buena manera.
-¿Tu sueño? -preguntó por primera vez, te emocionaste.
-¡Yo realmente quiero convertirme en escritora! Es difícil sin embargo, no recibo algún tipo de apoyo y mi primer contacto con un demonio fue cuando era niña. Iba caminando con mi padre a algún lugar y vi sus ojos aterradores -reíste.
-¿Cómo te lo puedes tomar tan bien? -lo escuchaste con atención, sonreíste ante su pregunta.
-Quiero una vida tranquila -tu respuesta lo confundió. -Pienso que todo lo que estoy pasando ahora, me va a llevar directo a esa tranquilidad que anhelo.
-Es una estupidez -soltó.
-Quizás... Pero no sólo es por eso, escribir es mi pasión. Si escribo en base a experiencias podrán tener emociones verdaderas, hasta sentimientos al leer mis escritos. Sólo quiero que todo esto termine, sentarme a escribir e intentar publicar un libro. Si alguien de mi familia aún me quisiera, me encantaría pasar tiempo de calidad con esa persona. Es horrible cuando nadie te quiere.
Sanemi no hizo más preguntas, se quedó callado pensando en todas tus respuestas. Tú respondías al instante, no lo pensabas mucho por lo cual lo que salía de tu boca era más honesto y real. El pilar quería hablar más contigo pero no sabía que decir, en realidad ni siquiera sabía como sacar tema de conversación. Tuvo que pensar en todo lo anterior que habías dicho para tratar de formular un buen tema de plática. Libros, familia, escritura... ¡Exacto! Escritura. Se esperó un poco más, abrió la boca para hablar pero las palabras no salían de ahí, suspiró por lo tonto que se estaba sintiendo. No fue hasta que llegaron al lugar donde comerían que se atrevió a hablar una vez estaban esperando su comida.
-Dijiste que te gusta escribir -habló mirándote.
Te sorprendió que te hablara.
-Así es, me encuentro escribiendo una historia. -Respondiste con una sonrisa.
-¿Podría leerla? -soltó sin pensarlo.
-Oh -eso te sorprendió aún más.
-...
Sanemi ni siquiera se dio cuenta de cuándo dijo eso, sólo salió de su boca, ni lo pensó. Su corazón empezó a latir rápido y se sentía raro por la emoción. Extraño en él. Intentó corregir.
-Claro, si no quieres no importa.
Se formó una sonrisita en tu boca. Lo tomaste de las manos y mientras cerrabas los ojos dijiste con emoción: "¡Por favor!" En la boca de Sanemi también se formó una pequeña sonrisa, algo chiquito pero lindo.
Esa fue la primer sonrisa que te dio.
• • •
Estabas tirada en la tierra, querías descansar del entrenamiento. Sentías como el pasto acariciaba tu rostro y te daba cosquillas. Estabas entrenando sola debido a que tu maestro había salido pero quieres que se sienta orgulloso de ti al ver que entrenaste aunque no estuviera él. Ya no sueles saltarte los entrenamientos como antes, aunque eso te dé menos tiempo para escribir, aprecias con mucho cariño todo lo que Shinazugawa te da. En este tiempo también comenzaste una amistad con su hermano, él suele agradecerte de que le cuentes sobre el estado de Sanemi.
Tenías los ojos cerrados para que el sol no los lastimara pero sentiste la presencia de alguien y los abriste rápido.
-¡Bienvenido! -le dijiste al peliblanco mientras te parabas e ibas corriendo hacia donde él. -¡Por fin regresaste!
-Siempre regreso -respondió.
-Eso me alegra, estoy alegre de poder verte -respondiste mientras sonreías y lo rodeabas con tus brazos.
Este se sorprendió pero no se negó al abrazo.
-También estoy alegre de verte... -murmuró correspondiendo.
Esas pequeñas sonrisas que aparecían en su rostro, ni siquiera él estaba conciente de que sucedía. Simplemente hacías que pasara y Sanemi a veces no se daba cuenta de ello.
-¿Qué estabas haciendo? -preguntó cuando se separaron. -¿Avanzaste con tu escrito?
Negaste.
-¿Por qué?
-Estaba entrenando.
Tu respuesta se le hizo raro, negó mientras se separaba y volvía a ese semblante serio de siempre.
-No seas tonta -te dio un golpecito en la frente, no dolió. -Sé muy bien que a ti no te gusta esto, si no quieres entrenar cuando yo no esté, está bien.
Esas palabras fueron directo a tu corazón, suspiraste desviando la mirada. Tu corazón se aceleró y sentiste un calor en tus mejillas, de alguna manera logró ponerte nerviosa con esas palabras tan lindas. Él se dio cuenta de tu estado pero no supo que sucedía, pensó que había dicho algo malo y justo cuando iba a volver a hablar para arreglarlo, tú le ganaste.
-Me haces muy feliz... -murmuraste mientras reías. -¡Gracias!
Lo tomaste de la mano para llevarlo adentro.
-Quizás no escribí mucho pero sí avancé.
• • •
Te encontrabas en tu cuarto esperando a que fuera hora de cenar, inesperadamente llegó tu cuervo con un mensaje. Era una carta que estaba amarrada a su pata, frunciste el ceño al no entender que sucedía, él tampoco decía nada. Se sentó en tu escritorio, le quitaste la carta y abriste el papel para empezar a leer. Te quedaste sin palabras a media lectura, tragaste saliva mientras seguías leyendo. Respiraste hondo al terminar, no lo podías creer e incluso se te hizo raro. Habían pasado 4 años desde que tu familia te dejó y ahora se toma el atrevimiento de mandar un mensaje después de todas las atrocidades que te dijeron. Lamentaste tener un corazón tan sensible.
Guardaste el papel, intentaste no hacerle caso y bajaste a revisar si ya estaba la cena.
No querías decirle nada a Sanemi, quizás lo ibas a preocupar.
"Te encontramos gracias a un contacto de tu abuelo. Sabemos a lo que te dedicas, hija. Estamos alegres de que hagas algo de provecho. Tu abuelo en su momento también fue un cazador de demonios."
Eso explica porque pudiste aprender un aliento de una manera fácil, hubo alguien en tu familia que ya lo sabía. No podías quitarte esas palabras de la mente, ibas divagando tanto en tus pensamientos que no sabías que sucedía en tu entorno. Lo que más te dolía era que les siguiera importando poco.
Al llegar te serviste comida y te sentaste a cenar. Sanemi había comido más temprano para poder ir a descansar, había estado mucho tiempo afuera y después de un montón de insistencia de tu parte, cedió. Fue a dormir más temprano y tú te quedaste escribiendo así que ya es algo tarde. La comida ya ni sabía bien, aquel mensaje que llegó... Querías que no sucediera, la pregunta que más te hacías era: ¿cómo lograron mandarme eso? Este es uno de esos momentos donde deseabas que los demonios no existiera, pero de alguna manera lo agradeces. Gracias a todo esto fue que conociste a Sanemi y al amor verdadero... Ojalá pudieras decírselo.
Tus pensamientos se vieron interrumpidos nuevamente debido a tu compañero alado.
"¡Hay una misión! Saldrás mañana"
Avisó y tú suspiraste.
• • •
-¿Sabes qué me gustaría? -tomaste a Sanemi de la mano, acariciando las cicatrices que tenía en esta.
-¿Qué?
-Una vida tranquila a tu lado -respondiste con una risita mientras te tirabas al pasto.
El de orbes amatista se echó a un lado tuyo, mirándote. Su otra mano fue hacía tu cabeza y acarició con suavidad, una sonrisa se formó en su boca mientras te veía feliz. Volteaste en el momento exacto y lo viste, lo viste a él sonriendo. Imitaste su expresión, soltaste su mano y le diste un beso en la mejilla, cosa que lo sorprendió pero tampoco hizo nada. Sanemi se quedó esperando que fueras a hacer algo más. Sólo cerraste los ojos mientras sonreías.
-Realmente me gustaría una vida tranquila con una familia a quien pueda amar y que ellos me amen a mí.
-______ -habló. -También quiero algo así a tu lado...
Ey, despierta.
Abre los ojos, aún puedes.
Con las pocas fuerzas que te quedaban tomaste la pequeña libreta donde solías escribir, buscaste algo que sirviera para lo mismo... Terminaste usando tu sangre y una rama muy pequeña de árbol. Querías que antes de que fuera muy tarde, por lo menos Sanemi alcanzara a leer el final: "Nao tomó impulsó, sintió los latios acelerados de su corazón y como sus mejillas se sonrojaban. Abrió la boca y tomó aire. «-¡Me gustas, Migu!» Preparada para el rechazo cerró los ojos. Lágrimas empezaron a salir de ellos cuando sintió unas caricias en su cabeza». Es el final, ¿no? Con una sonrisa mientras llorabas escribiste al final.
Tú también me gustas, Nemi.
Me tardé porque no sabía como terminarlo, perdÓn. 😔👊🏻
Este se parece a los de Tanjiro XD me di cuenta después, perdÓn. X2
Sé que pidieron de Uzui pero me cuesta un chingo imaginarlo, pero lo tendrán... Tarde o temprano. uwu También creo que el siguiente que publicaré será de Sanemi o si no, será la segunda parte de algún OS pasado porque necesito ideas.
Pero tendrán actualización de ley. >:0<3
PD: sé que se ve flojo, denme un tiempo y tendrán la misma o mejor calidad que antes u.u
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro