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Giyu Tomioka

Avance lento, quizás sea triste.
Puede que haya spoiler sobre el pasado de Giyu, nada importante que no sepamos ya pero aún así aviso.

—¿Lo admiras? Bueno... Todos los pilares son dignos de admirar.

—Admiro a todos pero no sé, he visto a Tomioka y creo que eso es lo que más me atrae a él. De todos los pilares, sólo lo he visto a él.

Hiriko, tu amiga volteó a verte tras darle una última mordida a su dango. Ella suspiró y después frunció el ceño mientras negaba, limpios sus manos y puso una de ella sobre tu hombro derecho. No había dicho palabra alguna ni tampoco te respondió a lo que le dijiste, por lo cual esperabas algún reproche o algo por el estilo, ella al ser tu mejor y única amiga te conoce perfectamente, al igual que tú a ella así que suponías lo que está por decirte.

—Entiendo que te propongas metas y las logres —habló. —Gracias a ti las dos estamos aquí, pero piensa mejor lo que te propones.

—¿De qué hablas? —preguntaste confundida.

—Ya no somos unas chicas normales en Japón, _______ —suspiró. —Matamos demonios, nuestras vidas están en riesgo a cada momento. Si consigues algo con Tomioka, algún pilar u otro cazador, nada te asegura que él día de mañana siga vivo.

—¡Tampoco debemos de ser tan pesimistas! —alzaste la voz. —Mis metas tampoco son imposibles, no es como si estuviera soñando.

La castaña cerró los ojos, y una sonrisa gentil apareció en su rostro luego de que quitaste su mano de tu hombro. Ella estaba tranquila pero al parecer tú te habías exaltado un poco. Hiriko tomó tu mano, te la pensaste mucho sobre como reaccionar pero te calmaste al instante, no hizo ningún movimiento brusco... Entonces ¿por qué reaccionarías mal? Seguías afectada por la muerte de todas las personas importantes para las dos, algo cansada simplemente.
Hiriko acarició tu mano y su otro brazo te rodeó, abrazándote. Fue entonces que te recostaste sobre su hombro y le correspondiste el abrazo.

—L-lo siento, yo...

—Shhh... Lo entiendo, pasamos por lo mismo.

Cada quien tiene su manera de luchar contra sus problemas, sin embargo la forma en la que lo haces determina que tan fuerte eres. Evadirlos durante más tiempo y fantasear sobre ello no era una opción.

Cuando terminaron su cena, salieron rumbo a buscar un lugar donde dormir. Era invierno, Diciembre cayó justo y eso hacía aún más helado el frío. Compraron los haoris más baratos que encontraron y agradecieron ser lo suficiente como para darles calor. Ir de un lado a otro como nómadas gracias a las misiones que les asignan no es de su agrado. Sin embargo mientras puedan permanecer juntas no tienes queja alguna. Hiriko cumple la función de ser tu hermana mayor pese a que son solo amigas de la infancia. Ninguna de las dos dijo algo mientras caminaban, tú aún sentías pena por la forma en la que te exaltaste y ella pensó que las palabras que dijo fueron demasiado negativas, quizás las dos tuvieron un poco de culpa.

—Aún así, sí pudiera acercarme a él... Por fin tendríamos un lugar estable donde quedarnos —hablaste con una pequeña sonrisa.

Algo esperanzada y soñadora, he de admitir.

—¿Piensas acercarte a alguien sólo por beneficio? —preguntó sin quitar la vista del camino. —Eso es peor. Ese tipo de cosas se tratan de que las dos partes ganen algo.

—¿Entonces? —preguntaste.

La castaña se detuvo, posó la mirada de sus orbes azules sobre ti y se acercó. Puso un dedo en tu frente y después dio un leve golpecito que dolió pero tampoco tanto como si te hubieran dado una paliza.

—Deja de ser egoísta y pensar en tu comodidad- —la interrumpiste.

—La comodidad de las dos.

—Sigue siendo lo mismo, yo no pido que hagas ese tipo de cosas por mí. Tienes que ser una buena persona, ¡preocuparte por todos los que puedas! Y saber renunciar cuando no haya más opción... Grrr, que frío —se abrazó a si misma. —Hay que apurarnos.

Seguiste caminando detrás de ella.

—Puedo darte mi haori si tienes mucho frío —le dijiste poniéndote a su lado.

—No lo necesito, está bien.

Desviste la mirada. Ella lo dijo bien sin embargo ahora estabas molesta contigo misma.

• • •

Ibas caminando junto con tu amiga hacia una misión que les habían dado. Los cuervos de las dos llegaron en el momento más inoportuno y debido a ello, tuvieron que dejar la comodidad de la posada en la que se encontraban. Subir la montaña era difícil mientras más se adentraban en el bosque. Tenían que ir a revisar para matar al demonio que ahí se encontrara, mismo que estaba atormentando a un pueblo del sur, cerca de donde se habían quedado. No solo se iba haciendo más oscuro y frío, comenzaba a dar miedo y se sentía una mala vibra demasiado para ser verdad. Casi tropiezas por algo que pisaste sin querer.

—__-___-____ —Hiriko tartamudeó mientras señalaba a lo que habías pisado.

Tragaste saliva y casi das un brinco.

—Es un cuerpo... —caminaste rodeándolo. —No somos las primeras que vienen aquí.

—Hay que mantenernos juntas... —murmuró tu amiga.

Asentiste, las dos siguieron caminando pero debido a la penumbra del lugar les era difícil. Fue entonces que escucharon un sonido; un grito. La castaña desenfundó su espada y empezó a caminar enfrente tuyo, también sacaste tu espada y caminaste a su lado.

—Quédate detrás de mí —te indicó ella.

—¿De qué hablas? Eres una miedosa, dejame ir en frente o tan siquiera a tu lado —le murmuraste devuelta.

—No digas tonterías, _______.

—¡Pon atención al camino! —le dijiste debido a que había volteado a verte.

Los ruidos se hacían más y más notorios, los arbustos se movían con fuerza y se escuchaban ramas crujiendo. Fue entonces que alguien te empujó con fuerza y caíste al no esperarte tal acción. Seguido de eso escuchaste otro grito, se trataba de Hiriko. Te levantaste rápidamente y tomaste tu espada que estaba a un lado tuyo, no podrías imaginar que a tu amiga le estaba pasando algo malo, no querías aceptarlo.

—¡Oye tú, estúpido demonio! Yo estoy aquí —intentaste provocarlo.

Escuchaste algo caer detrás tuyo, no volteaste porque pensaste que era una trampa y te atacarían por la espalda. Creíste muy bien, un ataque directo llegó a ti desde enfrente. Lo bloqueaste con la espada e hiciste un contraataque.

—No eres tan tonta como esa otra chica —la voz del demonio resonó por todo el lugar.

—¡No le digas tonta a Riko! —la llamaste por su apodo, casi demostrando tu enojo.

Él demonio aprovechando tu momento de furia debido a sus palabras, aprovechó tu distracción. Se acercó a ti con el propósito de atacarte pero le cortaste la mano. Tenías que estar enfocada, ahora mismo tu respiración no tenía que estar agitada, inhalar, exhalar... Concentrate en el demonio.

—No seas tonta niña, ¡acepta tu muerte de una vez! —ese demonio te hizo retroceder.

Un paso atrás.

Dos pasos atrás.

Tres pasos atrás.

Cuatro pasos atrás.

«¿Qué es esto?» Tu pie izquierdo topó con algo y terminaste cayendo encima de eso al intentar defenderte de el ataque del demonio.

—H-Hiriko... —volteaste a verla.

El demonio se acercó aún más a ti.

Septima postura: gotas de lluvia penetrantes...

Cuando escuchaste otra voz, el demonio cayó y comenzó a desintegrarse. Cerraste los ojos y los volviste a abrir con sorpresa, fue entonces que tus lágrimas se desataron, comenzaste a llorar sin consuelo.

—Hiriko, ella... —te era difícil hablar.

Tomioka suspiró, no sabía que hacer. Se acercó a ti y te dio la mano. Debido a que, por su cabeza pasó un recuerdo de Shinobu diciéndole que considerara más sus emociones y empatía. Sin embargo no tomaste su mano, seguías llorando.

—Ella me empujó y me salvó...

Esas palabras fueron directo al corazón de Giyu; le recordó a Sabito y lo que hizo por él. Tú estabas tirada al lado del cuerpo de tu amiga, tu uniforme manchado de lodo y algo de sangre de tu compañera, la situación de Tomioka empeoró, ¿qué tiene que hacer?

—No la conozco pero si te salvó no fue para que estuvieras tirada y llorando —habló mientras quitaba su mano y se agachaba a tu altura. —No hagas que el sacrificio de tus amigos sea en vano, honra su nombre.

Lo volteaste a ver, te limpiaste las lágrimas de los ojos y sorbiste el moco que te había salido debido al llanto. Te encontraste con los profundos ojos celeste de Tomioka y luego volteaste a ver el cuerpo de tu amiga. Las lágrimas aún salían de tus ojos pero ahora llorabas en silencio. Giyu te observaba con detenimiento. Le quitaste el pasador que solía usar, también su haori y katana. La acomodaste e hiciste que se recargara en una piedra, cerraste sus ojos y te quedaste en silencio durante unos minutos.

«¿Por que diablos sigo aquí?» Se preguntó Giyu mientras se levantaba, suspiró. Se iba a ir cuando volteaste y lo llamaste, haciendo que se detuviera.

—Ya no tengo a nadie... Quiero tomar el atrevimiento de pedirte algo.

Tomioka se metió en un problema grande.

• • •

Te levantaste temprano, aún no amanecía. Sólo intentas cumplir la única condición que Tomioka te puso, pulir y mejorar tu habilidad. Tan sólo tiene 20 años y es tan inteligente, suspiraste.
Aún tenías sueño, todavía no te acostumbrabas del todo a levantarte temprano para entrenar.

—Tampoco quiero que te enfermes —escuchaste su voz proveniente de la entrada a su hogar.

Volteaste a ver y le viste sentado, ya cambiado.

—N-no me voy a enfermar —respondiste nerviosa volteando a verlo. —¡Estoy bien! Siempre he sido alguien sana.

—Si vas a hacer algo, tan siquiera considera hacerlo bien.

Aunque la formulación de la oración la hizo sonar como un reproche, lo dijo con buenas intenciones. Se levantó para acercarse a ti, tomó la otra espada de madera y mientras se colocó a tu lado te enseñó la pose correcta.

—Dijiste que no sabías todas las posturas, ¿verdad? Es porque no te colocas de la forma correcta.

—Oh... —imitaste su postura.

—Después debes hacer esto.

Y lo seguiste.

—Me hubiese sentido como una tonta si no hubiera podido aprender un aliento relativamente fácil —comentaste con una leve risita.

—Sigues afectada por lo de tu amiga, ¿verdad?

Suspiraste.

—Solo un poco. Esa noche antes de ir ahí, habíamos planeado que cenaríamos el día siguiente. Casi nos la pasamos peleando todo el día.

El mayor desvió la mirada, las mismas palabras de aquella vez se repitieron en su cabeza. Intentaba reconsiderar más sus sentimientos y su forma de ser empático. Una idea pasó por su cabeza y las palabras salieron de su boca sin siquiera ser procesadas por su cerebro, fue un acto del que no pensó mucho sólo dejó que sucediera. ¿Qué mejor que intentar mejorar junto a una persona que no te conoce del todo? Quizás si hubiera llegado con Shinobu a preguntarle cómo está o qué tal su día, ella se habría extrañado y la "plática" habría sido terminada con una burla por parte de la pilar del insecto.

—¿Qué te parece si pensamos en que cenar esta noche? Tengo estos días libres así que...

Cuando se detuvo fue porque ya no se le ocurrió que más decir.

—¿Pensar que vamos a cenar? —preguntaste extrañada y nerviosa.

—Oh, es mala idea, claro... Podrías olvidarlo —volvió a su semblante serio. —Deberí-...

Lo interrumpiste.

—¡Es una idea perfecta!, ¿qué tal si salimos a comer algo que te guste, Giyu-san? Yo invito, quiero conocer tus gustos.

—Está bien.

De nuevo tenemos a un Tomioka inexperto en estas cosas.

Llegó la noche, cada quien dejó las cosas que se encontraban haciendo y fue entonces que se encontraron. Salieron con su típico uniforme, de alguna manera resaltaban. Los dos tenían un haori de diferentes diseños (idea proporcionada por tu maestro, Tomioka). Entonces buscaron un buen lugar en un pueblo cercano, cuando lo encontraron dejaste que Giyu pidiera por los dos.¹ Entonces en lo que esperaban pensaste que sacar tema sería una buena opción.

—Ha pasado un tiempo pero en verdad quiero volver a agradecerte.

El azabache te puso atención. Sus ojos se encontraron con los tuyos y casi te pierdes en su color.

—Y-yo realmente pensé que te negarías... —debido al contacto visual te pusiste nerviosa.

—Estaba por hacerlo, realmente no sabía que hacer —respondió de manera honesta mientras desviaba su mirada a la ventana. —Pero me recordaste a mí...

Lo último lo murmuró pero siguió siendo audible.

—¿A ti?

—Es normal que en este punto cualquiera pase por cosas así, ¿no? —volteó a verte. —Que alguien sacrifique su vida por salvar a otra persona.

—Al parecer sí es así... —respondiste jugando con tus dedos. —Ella era como mi hermana mayor.

Esas palabras hicieron que Tomioka se identificara más. Algo así como le había sucedido.

—Solíamos pelear mucho pero era de manera amistosa, éramos amigas desde la niñez pero nos considerábamos hermanas. Siempre fue una miedosa pero tenía sueños y buenas metas en su vida. Ella no quería unirse a la organización sin embargo lo hizo por mí...

—_______ —te habló.

Saliste de tus pensamientos y le miraste.

—¿Sí? —respondiste rápido.

—No te deprimas por ello, de seguro eras muy importante para ella —sonreíste.

—Claro, es sólo que a veces me siento culpable.

—Deja de culparte, tú no tuviste la culpa —habló con un tono serio.

Suspiraste.

—¿Te ha pasado algo igual? Pa-...

Se detuviste en cuanto trajeron la comida, preferiste quedarte en silencio. Los dos agradecieron, sí, definitivamente era malo hablar sobre momentos desafortunados del pasado. Mientras tanto Giyu se lo pensó un poco, de alguna manera estaba diciéndote palabras de apoyo que él necesitó en su momento, fue casi igual de alguna forma. Sin embargo después de eso él no tuvo a alguien en quien apoyarse completamente, y luego vinieron las burlas de Shinobu que de alguna manera pusieron en duda al chico. Algunas cosas que ella decía sí se las tomaba en serio y por eso está aquí, contigo.

Porque gracias a las palabras de Shinobu encontró a alguien parecido a él.

—Sucedió con mi hermana y mi amigo. —Comenzó a hablar.

Llegando a casa te acostaste sobre tu futón, dabas vueltas y vueltas pensando en todo lo que había sucedido en este tiempo. Como al principio sentías admiración/atracción hacia Giyu, cuando lo conociste te diste cuenta de que era totalmente diferente a como lo imaginabas. Y esta noche que te contó su historia, le entendiste mejor. Lo habías idealizado, sí pero... A diferencia de ti, él aunque sigue culpándose pasó por cosas más duras al perder a dos personas importantes, aunque eso no le restaba importancia a lo tuyo. Te diste cuenta que tu forma de luchar contra tus problemas, no era evadirlos. Tomioka hizo que te dieras cuenta de eso.

—Ah... Ahora te conozco más y no sé que siento por ti —suspiraste mientras veías el techo.

• • •

Te encontrabas frente al ojiazul, le habías detenido por un momento. Él estaba por salir y no sabías cuando iba a volver, iría a una reunión con sus demás compañeros, los otros pilares. Ahora antes de que partiera, le detuviste.
Él estaba parado, confundido por tu acción pero aún ninguno de los dos decía nada.

—Ayer dijiste que podía pedirte cualquier cosa.

—Eso hice.

—Dame un abrazo.

Abriste los brazos y él se sorprendió. Fue tan sorpresivo que no supo que hacer, simplemente imitó tu acción y abrió los brazos, rodeándote e hiciste lo mismo. Vaya tranquilidad, que bien se siente... El corazon de el pilar del agua comenzó a latir más rápido. Cuando te ibas a separar los brazos de Giyu no te dejaron escapar.

—Hay que estar así un rato más —habló en tono tranquilo. —Me gusta estar así contigo.

Sus palabras hicieron que te avergonzaras, lo abrazaste con más fuerza y luego cuando Giyu te soltó, tomó tu rostro y dejó un beso sobre tu frente.

Sí, tomó el atrevimiento y la valentía de hacer eso.

—Giyu... —murmuraste su nombre con sorpresa.

—Puede que vuelva en la noche, espérame necesito decirte algo importante —te dijo.

Asentiste, te despediste y viste como se iba.

Todo el día te mantuviste pensando en porque hizo eso, las palabras que Hiriko te dijo pasaron por tu mente sin embargo esta vez estabas segura de tus sentimientos, ya no era admiración hacia alguien a quien no conocías por completo. Este sentimiento había cambiado y ahora era algo diferente pero imaginar que algo así sucedería realmente, te hace imaginar cosas raras. Aún más pensar que los labios de Giyu tocaron tu frente, pudo haber sido tus labios o... ¡Bueno ya! Tan solo imaginar todas estas posibilidades, en un pasado era como tener una fantasía, ahora se estaba volviendo realidad.

Espera... ¿Si lo que te quería decir no era lo que tú piensas?, ¿Qué tal si sólo te estás haciendo ilusiones y fantasías? Suspiraste irritada.

Ya era de noche, estabas sentada afuera viendo apreciando el paisaje. Había un gato que solía visitarlos y ahora te estaba acompañando.

—¿Qué haces aquí afuera? —escuchaste a Tomioka quien apareció a tu lado asustándote.

—Oh, veo el paisaje —respondiste. —También te estaba esperando.

En cuanto Tomioka escuchó lo último, se avergonzó tal cual. Se sentó a tu lado y vio el gato que tienes en tu regazo. También lo acarició.

—Es tarde, ¿no tienes frío?

—No es tan tarde —volteaste a ver los ojos del gato. —Son las 7, mira las pupilas del gato.

—¿Cómo sabes eso?

—Oh, mi bisabuelo era ninja, eso decía mi padre —desviaste la mirada. —Me enseñó una técnica muy útil, se llama "nekome jutsu"². Las pupilas de los gatos cambian gracias a la sensibilidad que tiene a la luz.²

Volteaste a ver a Giyu y este se encontraba sonriendo. El gato que estaba contigo maulló y se fue, dejándolos a los dos solos.

—¿Qué me ibas a decir? —preguntaste.

—Te amo, _______.

Soltó sin más.

—Al parecer ganaste —reíste.

Te lanzaste a abrazarlo.

—Igual yo.

ESTE SÍ ME GUSTÓ.
Lo iba a escribir ayer en la noche pero una prima me visitó, mi mamá no me dejó dormirme en el sillón y por culpa de mi prima dormí tarde y con mi hermano :'u

La idea duró y el producto final fue de calidad. Hace mucho que no escribía 3000 palabras, estoy súper feliz. (〃'▽'〃)

Les gustó? A mí sí ah

Quiero escribir uno acá bien soulmate, almas gemelas, hilo rojo alv xD
¿Personajes?
Denme recomendaciones ʚ🙈ɞ

Solo por ver Dr. Stone en Cartoon Network duermo tarde pero no es lo único, también me volvió a gustar el pendejo de Senku, ayudAaaA.

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