017
-Quédate quieta, ya estoy por terminar- pidió el pelilila peinando el largo cabello de la peliblanca
-Se siente extraño, jamás creí estar en esta posición- respondió la chica con los ojos cerrados -aún cuando lo hicieron Takemichi y Chifuyu se sentía así, el día más feliz de mi vida dicen- habló con sarcasmo
Takashi largo una carcajada.
-Mírale el lado bueno, tendrás experiencia para cuando en verdad te cases- dijo el chico parándose frente a ella
-El lado bueno, ¿eh?- murmuró la chica
-En un futuro encontrarás a alguien con quien querrás compartir tu vida, o quien sabe tal vez ya lo encontraste- habló en chico acercándose a su oído derecho
Oyuki pegó un respingo. Eso de tener los ojos cerrados era una clara desventaja. Mitsuya se lo había pedido desde que iniciaron los preparativos, quería que todo fuera una sorpresa.
-No hagas eso- regaño la chica restregando su odio en su hombro -existe la sensibilidad, ¿sabias?-
Takashi acercó su mano hacia la mejilla de la chica, pero al estar a tan sólo unos centímetros la alejo.
-Ven, ya tienes que ponerte el vestido, pero aún no habrás los ojos- advirtió el chico cerrando la puerta del baño
Oyuki quedó confundida.
¿Como rayos se pondría el vestido con los ojos cerrados?
-Primero el derecho....luego esto....no así no- murmuraba la chica haciendo el mayor esfuerzo posible en no dañar su maquillaje
Y luego de varios intentos, pudo ponerse el vestido, soltando un suspiro de alivio. Aunque luego su cara de terror volvió.
-¡Taka-chan...!- gritó tratando de llamar al pelilila, al escuchar la puerta ser abierta se apresuró en hablar -no llegó al cierre, ayúdame por favor- pidió volteando a cualquier lugar, ni siquiera sabía donde estaba parada
Mitsuya tomó el pequeño cierre y empezó a subirlo, siéndole imposible no ver el seguro del brazier de la chica. Blanco como su cabello.
-¿Listo?- preguntó la chica al sentir una respiración en su cuello, estaba nerviosa para que negarlo
Takashi tardó unos segundos en contestar.
-Si, ya es hora de la revelación- dijo divertido jalándola delicadamente por la muñeca -a la cuenta de tres abres los ojos- murmuró cerca de su oído antes de alejarse, dejándole una cierta sensación de frío -uno, dos...tres-
Suavemente sus ojos se abrieron, acostumbrándose un poco a la luz del gran ventanal que tenía en frente, para después de unos segundos posar su mirada en aquel espejo de cuerpo completo.
-Vaya.....- murmuró ante lo que sus ojos veían
El vestido, ademas de ser muy bonito, se adecuaba muy bien a su cuerpo. Acentuado en su cintura, sus hombros quedaban al descubierto gracias a que las mangas era algo caídas, dejando sus notorias clavículas al aire. La parte inferior del vestido era una gran falda, como la de las princesas de los cuentos infantiles. Y para complementar un collar con una piedra del color de sus ojos caía sobre su cuello.
Acomodo uno de sus mechones ondulados de su rostros y sonrío.
Se sentía igual que una princesa.
-Me veo...aceptable- murmuró riendo nerviosa al ver cómo el chico la observaba a través del espejo
Takashi rió negando con la cabeza.
-Te ves perfecta- aseguro acercándose, tomándola por la cintura desde atrás -eres perfecta- murmuró dejando un beso en su cuello
Oyuki se estremeció. Mitsuya se había estado comportando raro desde que había llegado.
-¿Lista para tu boda?- preguntó Takashi burlón
Luego de un par de segundos ambos estallaron a carcajadas.
Sería la boda del año.
-¿Por que tenemos que hacer esto?- preguntó Chifuyu entre quejas
-Porque ustedes fueron quienes se metieron en este problema para empezar- respondió Takashi suspirando
Desde que ambos rubios despertaron de sus temperamento iba igual que una montaña rusa.
-Creo que lo que Mitsuya quiere decir...es que a ustedes es menos probable de que Taiju los reconozca- se apresuró en explicar la chica
Chifuyu la miro, siéndole casi imposible el no sonreír. Imaginar que Oyuki caminaba hacia el altar, con la diferencia de que él sería el novio le causaba una linda sensación en su corazón.
-¿TakeMicchi?- llamo Chifuyu girando hacia el ojiazul
Este solo atinó a murmurar algo.
-De acuerdo- se rindió
"Todo sea por un mejor futuro" pensó.
-¡Seremos la carnada, yei!- celebró el de ojos cían con sarcasmo -si nos golpean vivirán con eso- dramatizó tocando su pecho con exageración
Y aunque supiera que era una broma, Oyuki no pudo evitar sentir un pinchazo en su corazón.
Ellos siempre resultaban lastimados, pero ahora que una pelea entre pandillas se acercaba la culpa caería en ella.
Cada golpe, sería culpa.
Cada rasguño, sería su culpa.
Y si ocurría algo aún peor sería todo su culpa.
Trago saliva. No, lo último que ella querría sería que algo así les pasara a esos chicos. No lo merecían.
¿Pero cómo?
¿Que podría hace-......
Claro, eso era. La solución a todo estaba frente a sus ojos. Siempre lo estuvo. El miedo ya no podía consumirla otra vez, si quería que esos chicos resultaran intactos solo había una cosa que hacer.
Vio a los chicos sonreír, y bromear entre ellos. No podía dejar las cosas así.
Estaba segura, lo haría.
Aceptaría ese matrimonio a voluntad.
-¿Cuanto tiempo más debemos esperar?- preguntó Oyuki mordiendo la uña de su dedo meñique
-Ya deberían haber llamado, tal vez deb-......-
El tono de llamada del teléfono del pelilila los alertó para responder inmediatamente. La peliblanca expulsó el aire retenido.
Ese había sido un buen susto.
-¿Están hablando enserio?- escucho decir a Takashi
Decido no meterse mucho en la conversación, Mitsuya se veía irritado y no quería fastidiarlo.
-Hay buenas y malas noticias- habló el pelilila una vez corto la llamada -la buena es que podemos salir sin problema alguno, Taiju ya no está en la casa-
-¿Y-Y la mala?- preguntó en un tartamudeo ante la posible respuesta
-La mala es qué hay cerca de cinco guardaespaldas esperando por ti abajo, tienen la orden directa de llevarte hacia la iglesia- suspiró -pero tranquila, no dejaré que te vayas con ellos-
Los ojos azules de Oyuki siguieron al chico por toda la habitación. Desde que agarró una de las maletas, hasta que se comenzó a retirar la blusa que llevaba como disfraz.
Supo que debía girarse en ese momento. Y se regañaba mentalmente por querer voltear cada cinco segundos.
Hasta que escucho una risa por parte de Takashi.
-Puedes voltear- habló alzando la voz
Obedeciendo lo hizo lentamente, con sus sentidos al máximo, para regresar a la misma posición rápidamente de ser necesario. Pero se relajó al ver al chico con su uniforme de pandilla.
-Tenemos que irnos ahora- apuró Takashi tomándola de la mano
Era bastante cómico a decir verdad, corrían por las escaleras de emergencia que daba directo al sótano. Siendo perseguidos por tres musculosos guardaespaldas. Ella vestida de novia y el como pandillero.
-¿Confías en mi?- preguntó Takashi al ver cómo Oyuki se detenía para mirar a quienes los seguían
-Por supuesto que si- respondió antes de subirse a la motocicleta y abrazarlo por la espalda, dejando que el pelilila acelerara a todo dar
Era igual que una película de amor, una de amor imposible. Aunque claro, aún faltaba el trágico nudo de la historia.
Aproximadamente quince minutos después se encontraban estacionándose frente a la iglesia.
En esos cortos pero eternos quince minutos Oyuki tuvo tiempo de meditar para encontrar las palabras correctas a lo que diría.
¿Era acaso tan dicho? Tal vez no. Pero no quería arriesgarse a cometer algún error.
"Hey Mitsuya, voy a aceptar casarme con el tipo del que ustedes estuvieron cuidándome todo este tiempo". Eso sonaba asquerosamente horrible.
-¿Qué piensas tanto?- preguntó el chico con preocupación, había notado lo diferente que estaba la chica
-Si uno sabe que está por hacer lo correcto, aunque a muchos les disguste la idea, ¿tú que harías?- preguntó evitando contestarle
-Hay una gran diferencia entre hacer lo correcto y en creer qué haces lo correcto- aclaró Takashi -¿qué es lo que te atormenta, Oyuki?-
-Tal vez sería mejor aceptar el casarme con Taiju- respondió mirando como el chico frenaba su caminar, justo frente al gran portón -no quiero que nadie más salga lastimado por una batalla que me pertenece- suspiró -ademas ustedes estarían si eso pasara-
-¡¿Crees que quiero ver cómo te casas?!- gritó Takashi con una mueca, entre confusión y enojo
-Claro que no...pero...¿Y si así es más fácil para todos?- preguntó Oyuki mirando las grandes puertas que tenían en frente -ustedes no tendrán porque meterse en problemas, y yo encontraré la manera de huir de Taiju- sonrío
-No, ¡Eso es lo más estúpido que he oído!- gritó
-¡Estoy tratando de evitar una masacre!- gritó la chica perdiendo la paciencia
-¡¿Cuanto han hecho ustedes por mi?! ¡Dime!- gritó lanzando el ramo hacia el pelilila -apreció demasiado todo lo que han hecho por mi, enserio lo hago- sollozó -pero no he hecho más que ser una carga, ¡una que no les concierne!-
A paso lento se acercó a uno de los vitrales, reteniendo un sollozo al ver cómo Keisuke tenía sangre bajando por su cabeza.
-¡Es suficiente!, aceptaré mi destino- dijo volteando en dirección de Mitsuya -no quiero que alguno de ustedes.....Taiju no se está conteniendo-
-Ese fue un riesgo que decidimos tomar, todos los que estamos aquí hoy vinimos por voluntad propia, vinimos por ti-
Respondió girándola para que mirase de nuevo al interior de la iglesia. La sangre se esparcía por el piso, el fuerte sonido los golpes llegaban a sus oídos. Obligándola a cerrar los ojos.
-¡¿Pero por qué?!- sollozó la chica -no me conocen lo suficiente como para arriesgar sus vidas por mi, no es algo que merezca- susurró bajando la cabeza
Takashi se acercó a ella, tomando sus hombros, haciendo que se exaltara y subiera la cabeza para mirarlo. Y sin más que esperar el capitán de la segunda división de Touman chocó sus labios con los de ella.
Oyuki quedó pasmada, se hubiera esperado cualquier cosa, TODO, pero no un beso. Su primer beso.
Cerró los ojos dejándose llevar por las nuevas y explosivas sensaciones que estaba experimentando, como un hermoso sueño. Se acercó más al chico y colocó suavemente sus manos en sus hombros. Takashi por otra parte, tomó su cintura con una mano y con la otra empujó la nuca de Oyuki en busca de profundidad.
¿Mariposas? No, eran como unos hambrientos tigres en sus entrañas. En las de ambos en realidad.
La peliblanca se separó en busca de aire, juntando sus frentes con una sonrisa. Y a pesar de que Mitsuya quería buscar contacto de nuevo, no lo hizo.
-Lamentó no haber esperado como lo prometí- murmuró el chico sonriendo
-¿Y lo dices ahora?- preguntó la chica en un tono divertido, sacando una risita de parte de su acompañante -oh, una señora nos está mirando- dijo separándose un poco de él
Takashi volteó la mirada en su dirección. Una señora junto a un pequeño de unos cinco o seis años los miraba fijamente. Pero no de buena manera. Aunque había que admitir qué tal vez no era la mejor de las escenas.
Oyuki tenía puesto un vestido de novia, él tenía su uniforme de pandilla. Estaban fuera de una iglesia, donde la chica estaba apunto de "casarse". Si, en definitiva no daba una buena imagen.
Luego de compartir una sonrisa y largar un suspiro, Oyuki se alejó del pelilila.
Compartieron una mirada.
Ya sabían que hacer. O al menos uno de ellos.
Yuzuha Shiba, hermana del medio de la familia Shiba. La única mujer en su familia después de la muerte de su madre.
Defensora de los abusos de su hermano mayor hacía su hermano menor.
Buena estudiante. Una gran amiga, pero sobretodo una gran persona...bueno, a los ojos de las demás personas.
Yuzuha Shiba era la perfecta descripción de una moneda.
Tenía dos caras.
La primera solía mostrárselas a sus más allegados, solidaria, amable, amorosa. Aunque esta última solo se mostraba con Oyuki. Amaba a su hermano menor, claro que si, pero el tipo de amor que sentía hacia la peliblanca era muy diferente.
Cariño.
Amor.
Obsesión.
Hacia un tiempo que ya no sabía en cual se encontraba.
La segunda cara era para quienes interferían en sus planes. Quienes se metían en su camino hacia la felicidad con su amada chica de ojos azules como el mar.
Había pedido la cuenta de a cuantas chicas y chicos había golpeado. A cuantos amenazo y a cuantos llego a lastimar a un punto grave.
Jamás había matado a alguien.
Pero ya sabes lo que dicen.
Nunca digas nunca.
-Yuzuha, ya es hora- dijo Hakkai sacándola de sus pensamientos
-Voy en un segundo- respondió acercándose al bolso que se encontraba en la mesa
Levantando en alto aquel arma blanca que utilizaría para acabar con la vida de Taiju Shiba, su hermano mayor.
"Si no lo haces tú...¿Quien lo hará?" recordó las palabras de aquel extraño chico que le entregó dicha navaja.
Pero tenía razón. Taiju era un gran obstáculo en su camino. Y no podía darse el lujo de perder a su otra mitad.
Wowowowooww holaaaa.
¿Cómo están? ¿Que tal su día?
Por mi parte estoy muy pero muy feliz de traerles este nuevo capítulo.
Poco a poco nos vamos acercando al arco más importante de todos. Pero regresemos a lo principal.
¡¡Oyuki se besó con Mitsuya!! ✨
Escribí varios escenarios posibles pero sin duda me quedo con este. Un beso en medio de una discusión, siento que quedó muy bien.
Aaaaa por otra parte les dejó por aquí como se vería Oyuki.
(Imagen sacada de Pinterest. Créditos a su respectivo/a autor/a)
Recuerden que cualquier duda, sugerencia o petición pueden dejarla en los comentarios.
Sin más que decir disfruten de este capítulo.
Tengan linda noche. <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro