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006

-Cuéntame más sobre ti, ¿Qué es lo que te gusta hacer?- pregunto el chico

-La escritura es mi pasión, me gustaría dedicarme a ello, pero no lo se- dudo con una mueca

-Lamento si te molesto que preguntara- se disculpo Mitsuya deteniendo el paso

-No, es solo que...suelo sumergirme en mis pensamientos, eso es todo- respondió la peliblanca restándole importancia, mientras le brindaba una sonrisa para calmarlo

-¿Y en que piensas?, digo, si se puede saber-

Oyuki lo pensó unos segundos. No conocía casi nada de ellos, pero todos habían sido muy amables con ella, al menos hasta ahora. Y si de algo podía estar segura era de que la estadía de aquellos chicos en su vida aun tenia para rato. O al menos eso esperaba.

Y justo cuando Mitsuya iba a volver a disculparse, ella volteo a verlo directo a los ojos. Llenando de nervios al costurero.

-Cuando se trata del futuro no puedo evitar el sentirme agobiada- dio un suave suspiro, y el ojilila no pudo evitar mirarla embobado por su accionar -a veces quisiera ser una adolescente por siempre- soltó una risita

El chico se acerco un paso más a ella para poder acariciar su mejilla, sonrojándola en el acto.

-Yo también quisiera seguir así por siempre- murmuró chocando con su nariz, dándole un beso esquimal -pero también se que el futuro puede ser mejor, sobre todo si vas a estar tú en el, Oyuki-

La ojiazul no pudo evitar sentir pequeños revoltijos en el estomago. Se sentía halagada, sorprendida, y de alguna manera, embelesada.

Sus labios. Takashi no pudo evitar mirarlos, perdiendo un poco la cordura al tenerlos tan cerca. Iba a besarla, claro que lo haría.

¿Acaso el destino era tan gentil?

Yo diría que no.

A pocos centímetros de unirse el sonido de un vidrio rompiéndose los hizo bajar de aquella nube. Para ser mas específicos una botella había sido arrojada a los pies del chico.

Con todas las intenciones de lastimarlo.

-¡¿Estas bien?!- pregunto el chico desesperado, buscando alguna herida en la chica

-Tranquilo estoy bien, ¿pero y tú?- preguntó de vuelta escaneando al chico con la mirada

-E-Estoy bien, pensé que te habían llegado a ti- tartamudeo ante la intensa mirada de Oyuki

-¿De donde salió esa botella?- preguntó confundida, ignorando el hecho de que casi se besan minutos atrás

-No tengo idea, pero mejor vayámonos antes de que lleguen más de esas- respondió mientras volvía a tomar la mano de la ojiazul -¿segura que estás bien?-

-Lo estoy, te lo prometo- sonrío achinando los ojos

Acto seguido siguieron su camino, sin dejar de estar alertas. Sabían que no había sido un accidente.

En cambio por otro lado.

-Tienes una puntería de mierda, ¿lo sabías?- bufo Koko al ver cómo el chico que había contratado apenas y había rosado al pelilila

-¿Me vas a pagar?- preguntó este con descaro

-Desaparece antes de que te golpee- amenazo masajeando el puente de su nariz -¡lárgate!- gritó enojado levantando su puño contra el asustado chico que salió corriendo lo más rápido que dieron sus piernas

-Tú mismo le dijiste que no le hiciera daño- Inui, quien había estado observando todo el silencio, decidió hablar tras un par de minutos en silencio

-¡Lo sé!- suspiró -ya lo sé- apretó los puños -es solo que el jefe se molestara si no hacemos bien nuestro trabajo- desvío la mirada

-¿Desde cuando te ha preocupado no hacer bien tu trabajo?- preguntó interesado en la respuesta

Sin embargo no recibió respuesta, pues el pelinegro camino a paso rápido alejándose lo más que podía del lugar.

Estaba frustrado, enojado y con ansias de eliminar al capitán de la segunda división de Touman.

No lo entendía. Aunque tampoco es como si quisiera entenderlo, pero el ver al ojilila tan cerca de Oyuki, simplemente le causaba repulsión.

¿Que diablos le pasaba?

Dato: No hay día en el que Akira Okinori, tía biológica de Oyuki, se sintiera mal por ocultarle la verdad.

-Antes de entrar quiero que sepas...que puede estar un poco desordenado- hablo el pelilila rascando su nuca con su única mano libre

-Ese no es un problema para mi, Mitsuya- Oyuki dio un apretón en el agarre entre sus manos como muestra de seguridad

Sin esperar más, Takashi procedió a abrir la puerta, pasando primero para después jalar a la chica suavemente.

-¡Estoy en casa!- gritó un poco fuerte
-¡Luna, Mana!- llamó

Se escucharon pasitos cerca de lo que parecía ser la cocina, cada vez más veloces. Hasta que dos niñitas aparecieron frente a ellos

-¡Onii-chan!- gritó la más grande antes de lanzarse contra su el chico, que cayó al piso, llevándose a Oyuki con él

En cambio la más pequeña se acercó a paso lento, hasta que se tiró sobre la linda chica de cabellos blancos. Dejándola sin aire por un momento.

-Ellas son tus hermanitas- afirmó la chica riendo mientras se sentaba para colocar a Mana sobre sus piernas

-Oyuki, ellas son Luna y Mana- presentó señalando a cada una -niñas, ella es Oyuki-

-¿Onii-chan tiene novia?- preguntó la mayor mirando con sorpresa a la ojiazul

-¡Luna!- regaño Mitsuya -lamentó eso- se disculpo mirando a la chica

Aunque en realidad no lo sentía.

El chico se deleitó con el sonrojo que crecía en las mejillas de la fémina.

-D-Descuida- dirigió su mirada hacia la pequeña que tenía sobre sus piernas -eres una de las cositas más adorables que he visto- chillo emocionada mientras la abrazaba despacio

-Yo...Mana- se señaló para luego mirarla intensamente

-Oh....yo Oyuki- respondió imitando su acción

-Yo soy Luna, eres muy linda- sonrío la otra pequeña acercándose hacia donde estaba su hermana

-Muchas gracias Luna, pero en definitiva ustedes son mucho más preciosas que yo- halago con una gran sonrisa

Tratando de hacer el menor ruido posible. Takashi se dirigió hacia una de las habitaciones.

-¿Donde estás?- murmuraba revolviendo entre algunas cajas y telas

Hasta que visualizo una caja violeta entre las demás. Y sin poder evitarlo, recordó la noche en donde la conoció, desde ese día había empezado a trabajar en una sorpresa para ella.

Pasó noches enteras confeccionándolo, incluso sin dormir, aunque claro,siempre estaba al tanto de sus hermanas.

-¡Chicas!- llamaba paseando por su hogar en busca de ellas

Pues al llegar a la sala de estar no se encontraban ahí. Aunque las risillas y murmullos provenientes de la cocina las delataban sin querer.

-¿Qué están......- su boca quedó un poco abierta una vez levantó su mirada

Oyuki tenía puesto el delantal que él siempre solía usar para cocinarle a sus hermanitas, había recogido su largo cabello en una coleta alta. Descubriendo así que en su oreja derecha tenía cerca de tres perforaciones.

La peliblanca mecía su cuerpo al ritmo de la melodía que ella misma tarareaba a la vez que empezaba a picar un par de verduras. A un costado podía ver cómo sus hermanas ayudaban en recoger sus juguetes, para después pedir la atención de la chica, quien las recibió con una gran sonrisa.

Si, él quería esto. Quería esto y más.

Y teniendo la mirada fija en Oyuki se perdió de nuevo en sus pensamientos.

"Una mujer peliblanca caminaba hacia el altar, con un gran vestido blanco, diseñado por su futuro esposo. Y aunque se veía precioso en él, la mirada del pelilila no estaba en otro lugar que no fuera la gran sonrisa que le regalaba a él.

Solo a él.

Los invitados no dejaban de murmurar a su alrededor, pero poco le importaba. La ceremonia pasó demasiado rápida a su parecer, hasta que la melodiosa voz de su futura esposa lo sacó de su trance.

-Yo, Oyuki Okinori te quiero a ti como legítimo esposo y me entrego a ti- sonrío -prometo serte fiel en las alegrías y las penas, en la salud y en la enfermedad todos los días de mi vida- terminó soltando un ligero sollozo mientras sonreía

-Yo, Takashi Mitsuya, te quiero a ti como legítima esposa y me entrego a ti- suspiró enamorado -primero serte fiel en las alegrías y penas, en la salud y en la enfermedad todos los días de mi vida- terminó por decir mientras acariciaba la mejilla de la mujer

-Con el poder que me conceden, y ante Dios, los declaró marido y mujer- el padre señaló -Ya puedes besar a tu esposa, hijo-

No tuvo que decirlo dos veces antes de que se lanzara a besar a la peliblanca."

Dato: El mismo día en que Oyuki conoció a los chicos de Touman empezó a actualizar más seguido su autobiografía.

-¡Auch!- se quejó en voz alta el pelilila

-Lo siento, lo siento- se disculpaba la peliblanca nerviosa -fue mi culpa-

-Yo estaba distraído, así que no lo fue, tranquila- trató de calmarla

La verdad era que Oyuki se sintió observada cuando le estaba haciendo de comer a las niñas y no tuvo mejor idea que lanzar un cucharón de metal hacia atrás. Dándole en la cabeza al pobre pelilila.

Ahora mismo se encontraban en el cuarto del chico, pues Oyuki decidió cargarlo hasta su cama. Segundos después el había despertado.

-Me asuste cuando no despertabas- murmuró con una mueca -pensé que te había matado-

-Estoy bien, esto es solo un golpe- señaló su cabeza -ademas me alegró que fueras lo primero que vi al despertar-

"Ese sueño se sintió tan real"

-No digas esas cosas tan a la ligera- desvío la mirada -¡hey!, no te levantes- regaño al ver cómo este se sentaba

-Tranquila- sonrío atrayéndola a él -gracias por preocuparte, pero estoy bien- beso su frente

-B-Bueno, t-tengo que regresar a la cocina- se excusó tratando de separarse, más un agarre en su cintura la detuvo

-Quédate aquí, solo un poco más- murmuró mirando sus labios -por favor- pidió mientras la distancia no hacía más que desaparecer

-Y-Yo no...nunca he hecho esto- murmuró avergonzada mientras tiraba la cabeza hacia atrás

Los ojos de Mitsuya brillaron. Y detuvo todo tipo de acciones.

Soltó la cintura de Oyuki y atinó a dejar un beso en su mejilla.

-No pienso quitarte algo tan preciado como tu primer beso- dijo sonriendo de lado -yo esperaré hasta que estés segura de que quieras que sea conmigo-

-Mitsuya....- el estómago de la ojiazul se contrajo

-Yo tampoco he hecho esto antes- confesó ruborizándose

Oyeron el crujido de la puerta y voltearon la vista inmediatamente. Luna y Mana estaban observando por un pequeño orificio.

-Pasen pequeñas- dijo la peliblanca mientras se sentaba a un lado de Mitsuya

-¿Qué estaban haciendo?- preguntó Luna ladeando la cabeza

-S-Solo estaba terminando de curar a su hermano- respondió riendo nerviosa -y adivinen, ya está muy bien-

-¿Onii-chan no ha a morir?- preguntó Mana con inocencia

-No linda, no va a morir- acarició su mejilla

-Ah si, Hakkai está abajo con una chica linda- dijo Luna al recordar la razón por la que fueron

Ambos adolescentes saltaron en sus lugares y se levantaron con rapidez para ir a la sala.

-Hasta que llegan- se quejo Yuzuha mirándolos fijamente

-Lo sentimos, no sabíamos que habían llegado- respondió Oyuki yendo a abrazar a su amiga

Inmediatamente toda la duda o emoji abandonó el cuerpo de la castaña. Correspondió el abrazo con fuerza.

-Hola Hakkai, es lindo verte de nuevo- saludó la peliblanca

Este solo le sonrío y revolvió su cabello.

Yuzuha lo miro confundida.
Mitsuya lo miro con una ceja alzada.
Luna y Mana, bueno, ellas solo miraban a los mayores con sus grandes ojitos.

Quién diría que los mejores amigos, capitán y sub capitán de la segunda división, terminaría atrayéndoles de la misma persona.

Vaya rollo.

Wenas, wenas señoras!!

Ahhhhh quiero llorar, mañana sale otro capítulo del manga y no estoy lista.

Wakui ten cuidado de a quien se te ocurre matar. Que yo puedo investigar donde vives 👁

¡¡Estamos cerca de llegar a las mil vistas, waaaaa!!

Muchas gracias por ello, les quiero mucho. Recuerden que pueden comentar cualquier duda que yo con gusto la respondo.

No olviden votar, GRACIAS!!

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