Narrador omnisciente

30 de diciembre de 1994

En el cuarto N°123, se oyen los gritos de dolor de una mujer a punto de ser madre. Con insistencia la mujer grita tratando de llamar la atención de alguna enfermera que se pasee cerca, su bebe está a punto de ver la luz por primera vez y se encuentra sola, sin saber hacer otra cosa más que pujar para aliviar el dolor de parto.

― ¡Doctor! La señorita ha entrado en labor de parto ―se escucha a una enfermera decir desde el exterior del cuarto de la pobre mujer en agonía.

Un equipo de enfermeras guiadas por un doctor se adentra al cuarto para encontrar a la mujer sobre sus manos y rodillas, pujando con insistencia y una pequeña cabeza asomándose de entre sus piernas.

―Señorita, no siga pujando hasta estar en la posición adecuada, el bebé se podría lastimar ―dice el doctor mientras que con ayuda de las enfermeras levantan a la joven para posicionarla boca arriba en la cama.

―Ahora sí, puje ―la mujer no tardó en acatar la orden, pujó con todas las fuerzas que quedaban en su débil cuerpo, sentía que en cualquier momento daría un paso a la inconsciencia, hasta que el poderoso llanto de un bebé llenó todo el cuarto como si de una melodía se tratara.

Febrero de 1996

Un estruendo sonó en toda la casa despertando a un hombre que aparentaba inconciencia en el medio del suelo de la sala.

― ¿Qué demonios? ―el hombre gruñó con molestia para luego levantar su cuerpo del suelo. Recorrió la sala con la mirada tratando de localizar lo que causó el ruido, al no ver nada se dirigió a la cocina a beber agua, pero un sonido proveniente del pasillo lo detuvo.

Rodeado de vidrios rotos se encontraba su pequeño hijo, a este le acompañaban suaves sollozo y delgadas lágrimas que recorrían sus mejillas.

El niño de un año mientras jugaba terminó tropezando con el jarrón que decoraba el pasillo provocando que se dividiera en miles de pedazos.

―Tae, ¿Qué haces hijo mío? te puedes lastimar ―el hombre levantó entre sus brazos al pequeño que continuaba sollozando en silencio.

―Mano duele ―se pronunció el niño entre sollozos, expresándole a su padre que se encontraba herido en la palma de su mano izquierda ―Duele ―más lágrimas brotaron de sus ojos.

―Calma Taehyung, papá te curará ―con el niño en brazos se dirigió al baño para buscar el botiquín, en el recorrido noto que la madre del pequeño parecía no encontrarse en casa. ― Tae ¿Dónde está mami? ―preguntó al terminar de curar la mano herida.

―Allá ―pronunció el pequeño señalando la puerta ―Calle.

El padre del niño de inmediato supo que significaba; su esposa de nuevo estaba con aquel tipo, su amante. Hace meses descubrió que su mujer lo engañaba y también en más de una ocasión intentó renunciar a su labor de madre para escapar con aquel hombre. Pero él no está en posición de reclamar o reprochar, también la engañaba desde el instante en el que ella quedó embarazada del pequeño Taehyung.

―Ven hijo, esperemos que mami vuelva ―el hombre se recostó en el sillón y posicionó al pequeño en su pecho, el par luego de unos minutos cedieron ante el sueño, creando una atmósfera tranquila que fue rota cuando la madre de Taehyung volvió revelando una inesperada noticia.

―Embarazada ―repitió el hombre una vez su esposa le dio la noticia ―No puedes cuidar de manera adecuada a Taehyung ¿Realmente vas a tener otro niño? ―reclamó a la mujer con el rostro empapado de lágrimas.

―No pretenderás que me deshaga de él, ya tiene 3 meses ―la mujer se defendió mientras tocaba su pequeño vientre en crecimiento.

― Ni siquiera es mío, no esperes que lo acepte ―Lo que él no esperaba era terminaría comiéndose sus palabras.

Año 2006

Con el nacimiento de Jimin la felicidad se adueñó de la familia, no hubieron más peleas y el matrimonio jamás volvió a cometer adulterio, no hacían más que amarse los uno a los otros y esforzarse por darle lo mejor a sus hijos. Pero luego de un tiempo la madre de los niños murió, dejando atrás a su marido y a sus pequeños hijos de 11 y 9 años.

A pesar de los esfuerzo por parte del padre, por años ninguna mujer logro llenar el espacio vacío que dejo su difunta esposa. Hasta que reapareció Rosé, su ex-amante, era perfecta para el por lo que no dudo en comenzar una relación formal con ella.

Thighs~

DATO

La mayoría de los niños son capaces de decir 20 palabras cuando tienen aproximadamente 1 año y unos tantos meses, y unas 50 o más cuando cumplen 2 años, también empiezan a combinar dos palabras en frases muy simples, como "papá grande".