Sabia que no seria fácil, porque ¡vamos!, un príncipe Alfa y un omega como yo no encajaban. Simplemente no podía ser. Pero quise arriesgarme, el lo era todo para mi y yo lo era todo para el. Ambos somos muy distintos, diferentes en varios sentidos, aunque así haya sido luchamos, dándole la cara a todo. 

El es muy pero muy educado, y yo... bueno Estoy bien, supongo.

El usa la ropa de color blanco por la pureza en su sangre y yo... bueno a mi me gusta el rojo pasión.

El fue educado de la mejor manera, viviendo con sus padres, los reyes, en el palacio, nunca salio de ahí, y sus modales fueron pulidos a la perfección.

Y yo... bueno, yo no conozco a mis padres de sangre, solo tengo a una gran y alocada familia adoptiva, con una abuela sin filtro y tres hermanos que son trillizos.

Y en definitiva, es que el y yo no tenemos nada en común, excepto un lazo, fuimos destinados a estar juntos y amarnos, porque la diosa lo quiso así.