ꜱᴇɪꜱ🦋
—¿Cómo te va en tu nuevo hogar prestigioso? — Taehyung meneó un poco su bebida con la pajilla y después le dio un sorbo, manteniendo la vista en su rizado amigo. — ¿Tu jefe ya descubrió que tienes un crush con él? — se burló ganándose una mirada de desaprobación de parte del contrario.
JungKook le dio una probada a su comida antes de hablar. —Claro que no lo sabe, tonto. — rodó sus ojos. — Aún quiero conservar mi trabajo. Me he encariñado mucho con los niños y ahora no quiero dejarlos. — un puchero se formó en sus labios de tan solo pensarlo, pero desapareció cuando tomó de su bebida.
—Ya, pero puedes terminar siendo su otro papá.— se burló de nuevo, ganando que Jungkook le lanzara un pedazo se pollo de su plato. Taehyung rio, tomó el pedazo de pollo que cayó en su plato y lo llevó a su boca.
—¡Taehyung! Ya deja de meterme ideas en la cabeza que luego tengo que desechar. — Jungkook hizo un puchero de nuevo y cruzó sus brazos. — Aparte, yo iba a comerme ese pollo de vuelta. — se quejó.
—¿Desechar por qué? Son ideas estupendas. Es más, deberías besarme el cerebro. — Taehyung se halagó a sí mismo y continuó comiendo, observando el puchero adorable en los labios de su mejor amigo.
—¿Cómo que por qué? Taehyung, creo que el hecho de que sea viudo y que tenga tres hijos me deja muy fuera del juego… Más que fuera ¡Estoy exiliado! — exageró llevando sus manos al aire y luego las bajó para seguir comiendo. — Además, es sólo un crush como cualquier otro, también los tuve con mis antiguos jefes. — le restó importancia.
—Solo has tenido dos trabajos antes de éste y el primero no cuenta porque fingiste con Jackson sólo para que te pagara más, y tú segundo jefe es tu ex prometido. — lo miró incrédulo. — Eso quiere decir que dentro de un tiempo tendrás una mejor paga o estaré acompañándote a ver arreglos de boda, ¡Pero, eh! Cualquier opción es bienvenida. — Jungkook rio esta vez porque su amigo tenía toda la razón; nadie le creería que no es nada importante, mucho menos Taehyung. Aún así decidió ignorar el tema.
—¿Ya terminaste de comer? Iré a pagar la cuenta para poder irnos. — se levantó de su silla y sacudió sus manos. Miró a su amigo quien lo miraba con una ceja alzada. — ¿Qué?
—No te librarás de esta conversación tan fácil. — acusó su amigo apuntándole con su dedo índice y después se puso a buscar algo en la pequeña mochila que llevaba con él
—¿Qué haces? — le preguntó Jungkook confundido, ignorando por completo lo que su amigo le dijo antes.
—Busco mi cartera, genio.
—Yo pagaré, yo te he invitado. — Jungkook sonrió y su amigo volvió a mirarlo con una ceja alzada. — ¡Deja de mirarme así! Me siento regañado. — se quejó, alejándose un poco de la mesa para dirigirse al mostrador.
—¿Entonces la paga es buena? ¿Debería ir viendo trajes para la boda? — se burló Taehyung hablando un poco alto para que Jungkook pudiera oírlo.
—¡Me estoy yendo! — le gritó el rizado de vuelta, dando a entender que ya no podía oírlo. Taehyung rio más alto y negó repetidas veces con su cabeza.
[…]
—No tengo idea de qué me estás hablando. — JiMin habló rápido antes de darle un sorbo a su café, arrepintiéndose de inmediato por lo caliente que estaba. Lo alejó y colocó una servilleta en su boca haciendo un poco de presión para aliviar el ardor.
—Oh no te preocupes, yo también olvido hacer las cosas. — HoSeok tranquilizó. — De hecho, el otro día olvidé como atar las agujetas de mis zapatos, aún cuando sé hacerlo desde hace 22 años aproximadamente. Tuve que llamarle a Jungkook para que me echara una mano. — se burló el rubio, sacando un bufido de los labios de su jefe.
—Ya, pero no te burles tanto que sigo siendo tu jefe. — regañó al hombre sentado delante de él y luego resopló con pesadez, dejando caer su cabeza en el escritorio. — Estoy tan confundido. — confesó de forma lenta y casi susurrando.
—¿Confundido por qué? Es bueno que después de un tiempo alguien te haya interesado, mejor aún cuando es alguien que quiere a tus hijos. — alentó HoSeok con una suave sonrisa, tratando de darle confianza.
—Sí, pero ese alguien es… Hombre. — volvió a hablar despacito, esta vez saliendo de su escondite y mirando a HoSeok delante suyo, quien le sonrió con cariño.
—Y… ¿A ti te molesta que sea hombre?— preguntó el rubio con cautela, sin dejar de mirarlo un segundo.
—No… — respondió la pregunta de su amigo en un susurro tembloroso, y cerro sus ojos con fuerza antes de volver a abrirlos y encontrar la misma sonrisa del rubio en su rostro, aunque un poco más grande que la anterior.
—Entonces no veo el problema por ningún lado. — aclaró como si aquello haya resuelto todo. — Tus hijos no te juzgaran, yo tampoco lo haré… No te voy a mentir diciendo que nadie lo hará porque lamentablemente siempre habrá personas con mentes cerradas y todo eso, pero si es algo que tú quieres no tiene por que atormentar tu sueño, menos si es algo como esto. — el rubio se levantó de la silla y le dio un par de palmadas en la espalda a JiMin de forma amistosa. — El amor es algo muy lindo para esconderlo dentro de un clóset.
[…]
—¡Llegué! — Jungkook gritó, cerrando la puerta detrás de él
—Por Dios, ¿Siempre tienes que gritar tanto? — la voz de Irene lo hizo sobresaltarse, ¿Qué acaso se escondía para asustarlo de esa forma?
—¿Ya te vas? — preguntó Jungkook amable y como siempre, ignorando lo que la castaña le dice.
—Acabo de llegar. — respondió de mala gana. Jungkook hizo una mueca y saludó a HoSeok quien se acercó a ellos con una sonrisa en su rostro.
—Que mal que yo también. — el rizado susurro cerca de HoSeok solo para que él pudiera escucharlo y rieran juntos. Luego de eso, JiMin se hizo presente y se paró justo a su lado.
—No sabía que todavía estabas aquí, Irene ¿Ya te vas? — se dirigió amable a la castaña delante de ellos, ella sonrió enseguida y dejó lo que estaba haciendo para hablar con JiMin.
—Acabo de llegar. — respondió con voz melosa y un poco más aguda de lo normal. Jungkook rodó los ojos y HoSeok rio por el gesto del rizado.
—Oh… Que mal que vivo aquí.— susurró JiMin muy bajito, aunque no fue lo suficiente para que sus empleados no lo escucharan. HoSeok y Jungkook se miraron con los ojos bien abiertos y sin importarles mucho estallaron a carcajadas, mientras que Irene los miraba confundida y JiMin un poco divertido.
—Como sea… Sólo venía a entregarte los papeles que me pediste esta mañana. — la castaña le entregó una carpeta y JiMin asintió en forma de agradecimiento. — Ya me voy antes de que tus empleados me den migraña. — se quejó llevando sus manos a sus sienes, masajeando un poco en aquella área.
HoSeok y JungKook rieron más fuerte y entre disculpas y risas ambos entraron a la cocina, aunque aún así sus risas se hacían presentes probablemente en toda la mansión.
JiMin negó un poco con su cabeza y cubrió su sonrisa rascando un poco su nariz con su dedo índice, luego se dio cuenta que la castaña seguía hablando así que le puso atención a ella… Pero lo hizo muy tarde al parecer.
—Entonces ¿Qué opinas? — preguntó Irene con una sonrisa. JiMin torció los labios y tosió un poco sin saber que responder.
—¿Qué… Opinas tú? — devolvió la pregunta. La castaña frunció el ceño confundida y luego volvió a hablar.
—Bueno… Una cena con Mark Robinson suena bien, podríamos establecer una amistad y tener un inversionista para nuestro próximo proyecto.
Explicó.
—Correcto, entonces… Agéndalo. — habló, de nuevo sin prestarle mucha atención, ya que JungKook se hizo presente de nuevo en su campo se visión.
Él ni siquiera lo miraba de vuelta, solo iba subiendo las escaleras tranquilamente, pero tal parece que la mirada de JiMin era tan intensa que lo hizo voltear. Lamentablemente no fue la mejor vista pues Irene ya se estaba despidiendo de él, y bueno, un beso cerca de los labios no fue algo que se esperara. JungKook frunció el ceño casi inconscientemente y presente de nuevo en su campo se visión.
Él ni siquiera lo miraba de vuelta, solo iba subiendo las escaleras tranquilamente, pero tal parece que la mirada de JiMin era tan intensa que lo hizo voltear. Lamentablemente no fue la mejor vista pues Irene ya se estaba despidiendo de él, y bueno, un beso cerca de los labios no fue algo que se esperara. JungKook frunció el ceño casi inconscientemente y siguió subiendo al segundo piso, JiMin se golpeó internamente por no haberse apartado pero cuando reaccionó Irene ya ni siquiera estaba dentro de la casa.
Casi de inmediato, sus tres hijos entraron por la misma puerta por la que salió Irene y saludaron JiMin luego de que él les preguntara como les había ido en su día.
—Papá, ¿Dónde está JungKookie? Lo necesito para contarle algo. — preguntó Rosé un poco impaciente por no ver la cabellera rizada por ningún lado.
—Yo lo necesito para que me ayude con mi tarea de arte. — dijo Félix de la misma forma que su hermana, mirando a los lados en busca del rizado.
—Y yo sólo quiero verlo. — Lisa sonrió de una manera que hizo derretir el corazón de JiMin. Sonrió enternecido por la manera en la que sus hijos habían dependido tanto de él como de Jungkook en los últimos dos meses.
—Creo que JungKookie está en su habitación, vayan con él y díganle que no tarde en bajar porque ya casi es la hora de la comida. — sus hijos sonrieron y corrieron escaleras arriba, llamando al nombre del rizado a cada paso que daban.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro