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ᴅɪᴇᴄɪꜱéɪꜱ 🦋


JiMin no tardó mucho en despertar, tanteó con su mano el lado izquierdo de la cama pero éste se encontraba vacío. Abrió solo un ojo para confirmar que sí, Jungkook se había ido de su lado.

Y no sabe cómo describir el vacío tan grande que sintió cuando no vio la cabellera rizada contra la almohada.

Se acostó boca arriba y extendió sus brazos por todo lo largo de la cama, le costó un poco acostumbrarse a la luz pero cuando lo hizo soltó un suspiro a la par que abrió los ojos.

Y así se quedó por unos minutos, su mente siempre rondando en hermoso chico de cabello rizado y ojos hermosos como el universo. No tiene idea de en qué momento todo se convirtió tan serio con él, pero a decir verdad tampoco le importa mucho, solo sabe que está feliz de que haya pasado.

Luego pensó en Hyuna, ella le había dejado en claro que quería que encontrara el amor de nuevo, que viviera nuevas experiencias, que conociera personas, y… a pesar de que él le había casi jurado que sería imposible encontrar el amor de nuevo, ahora no está muy seguro de eso.

Ahora JiMin está comenzando a amar unos ojos ojod que no son lo de Hyuna, ama unos labios carnosos y rosados que no son los de Hyuna, ama a alguien que no es Hyuna.

Y eso se siente bien, por primera vez siente bien el hecho de fijarse en alguien.

Y no malinterpreten, el no dejó de querer a Hyuna ni dejará de hacerlo nunca, le tiene un amor y respeto infinito a la mujer que lo hizo padre de tres hermosos niños.

Sin embargo, aprendió a soltar.

Así que, este Lunes por la mañana del mes de enero Park JiMin a decidió que era hora de dejar libre a Hyuna, decidió que merecía ser feliz con la persona que quiere a su lado justo ahora y sobre todo, decidió amar y ser amado nuevamente.

Porque todos son merecedores de amor.

[…]

—HoSeok, no le des pastel a Lili y a Felix hasta que desayunen— regañó Jungkook.

—Pero, Koo ¡Es pastel de coco! —Lloriqueo Felix.

—Si, y lo tendrán cuando desayunen.

Jungkook ignoró como HoSeok les dio un pequeño trozo a ambos niños según él a escondidas, solo lo dejó pasar porque le pareció  gracioso su intento de disimulo.

Taehyung rodó los ojos con diversión al ver al ver al mayor ser tan obvio pero de igual forma no dijo nada para no terminar de delatarlo.

Rose entró a la cocina poco tiempo después, una sonrisa enorme adornaba su rostro y sus ojos brillaba como nunca.

—¡Koo! Aquí estas, tengo que hablar contigo. — la chica comenzó a tirar de su brazo para sacarlo de la cocina.

—Yo no tomé tu labial rojo, fue... ¡Lisa!

Rose frenó de golpe y ladeó la cabeza.

—¿Que?

—¿Qué? — Jungkook sonrió como si nada. —¿Qué querías decirme?

Rose sonrió otra vez —¡Oh, sí! Eun me invitó a salir y necesito que convenzas a papá para que me deje ir. — lo miró suplicante.

Jungkook hizó una ceja. —¿Y quién es Eun? — claro que también podía ser celoso.

—Uh... El chico que estuvo aquí en la reunión qué hizo papá cuando recién entraste a trabajar aquí. — murmuró.

—Oh, así que tu primer beso, ¿Ese Eun? — Rose asintió. — Bien, veré que puedo hacer. — la rubia comenzó a saltar de alegría y dejó varios besos en la cara de Jungkook después de muchos "gracias".

Se quedaron en silencio cuando vieron a JiMin vestido con uno de sus tantos trajes, bajando las escaleras. Ambos le dieron una sonrisa inocente al mayor, aunque si a JiMin le preguntan fue escalofriante.

—¿Qué rompieron? — fue lo primero que dijo el castaño una vez que vio aquella sonrisa tan sospechosa.

Rose se encogió de hombros y salió del lugar rápido, ambos adultos la siguieron con la mirada hasta que no pudieron más y luego volvieron a verse.

—¿Jungkook? — JiMin alzó una ceja.

El rizado soltó una risita y se acercó más al mayor. —Lo único que se romperá será mi corazón si no me das los buenos días.

Y con esas palabras JiMin pareció olvidar todo, tomó al menor por la cintura y lo apegó a él, le dio un casto beso en la mejilla y luego sonrió.

—Buenos días. —murmuró muy cerca de él.

Jungkook devolvió el beso en la mejilla y sonrió. —Buenos días, Jiminie. El desayuno está listo. — murmuró de la misma manera.

El castaño cerró los ojos por un momento y aquel sentimiento cálido se albergó en su pecho. "Creo que podré acostumbrarme a despertar de esta manera”, pensó.

Volvió a abrir los ojos al sentir una caricia en su mejilla, encontrándose con esos ojos grandes que no salen de su mente ni siquiera cuando duerme. Su sonrisa se hizo más grande, marcando las arruguitas al lado de sus ojos.

—¿Todo en orden, señor Park? — Jungkook alzó una ceja. —Parece que te has desconectado por unos momentos. —dijo con burla.

—Por Dios, realmente me haces sentir muy viejo cada vez que me llamas así. — se quejó el castaño.

—Lo siento, señor Park. — se burló de nuevo.

—Ya está, despedido.

Jungkook abrió la boca ofendido. — No encontrarás a ninguna otra niñera como yo. — se cruzó de brazos.

JiMin soltó una carcajada echando su cabeza para atrás y volvió a e pegar al rizado a su cuerpo. — No, nunca.

[…]

La mañana había pasado un poco rápido, los niños estaban en la escuela, Hoseok y Taehyung habían salido, Irene no se encontraba para fastidiar y hace una hora que JiMin se encerró en su oficina como siempre.

El aburrimiento de Jungkook está que sobrepasa sus límites.

Así que sin muchas opciones, caminó hasta la oficina del castaño y después de tocar la puerta, entró.

— Estoy aburrido. — hizo un puchero.

JiMin se quito los lentes de sus ojos e hizo a un lado las hojas que estaba leyendo, sonrió de lado al ver al menor con una de sus muchas faldas y un suéter holgado.

— ¿Quieres ayudarme con esto? — Señaló los montones de papeles que tenía en su escritorio.

Jungkook camino hasta estar al lado de JiMin y se sentó en el escritorio, dejando una muy buena vista de sus piernas para el mayor. Largas, pálidas y tonificadas, sino fuera por la voz del menor el realmente se hubiera quedado todo el día viéndolas.

— ¿Qué tengo que hacer? — Preguntó viendo la pila de papeles a su lado.

JiMin salió de su trance y tomo una de las pilas de papeles — Estos son contratos, algunos están firmados y otros no, aparte unos son dirigidos hacia mí, otros hacia Irene y otros hacia ambos. Necesito que los separes. — Jungkook asintió y comenzó a hacerlo.

Después de unos minutos en silencio Jungkook volvió a hablar.

— Sabes… Rose ha conseguido amigos

JiMin lo miró por arriba de sus lentes y luego volvió a lo que estaba haciendo. — ¿De verdad? Me da gusto.

—Sí, uhm… Me ha hablado de un chico, EunWoo. — JiMin esta vez dejó lo que hacia y llevó toda su atención a Jungkook.

— Y...

—La invitó a salir.

—No.

Jungkook suspiró. — Es la primera vez que alguien la invita a salir, de verdad está emocionada. — miró al castaño suplicante

JiMin suspiró. —¿De dónde es ese tal EunWoo?

—Elchicoquelabesóenlareuniónconlosinversionistas. — Habló rápido y cerró sus ojos con fuerza.

—¿Qué? Cariño, no te entendí nada ¿Puedes repetirlo? — El menor suspiró.

—Es el chico que la besó en la reunión con los inversionistas. — murmuró.

—No, de ninguna manera

—Pero, JiMinie…— Alargó la última palabra. — Es su primera cita, ¿Qué acaso nunca tuviste una en la adolescencia?

—Sabes, ahora que lo mencionas, tuve una cita muy agradable cuando tenía 17.

—¿Lo ves? Las citas son lindas.

—Sí… Nueve meses después nació Rose, así que de ninguna jodida manera.

Jungkook brió la boca, ok mucha información.

—¿Qué? ¿A los 17 tú…? No puede ser ¡Tienes 32 justo ahora!

JiMin alzó la ceja divertido — ¿Creíste que sería más viejo?

—¡Claro que sí! Eres millonario, tienes tres hijos y un mayordomo ¿Quién podría tener todo eso a los 32 años?

—Yo, al parecer.

—Bueno, al menos ya no me sentiré culpable por meterme con un hombre mayor. — JiMin se carcajeó.

—Son solo 5 años de diferencia.

— 6 aún tengo 26. — corrigió.

—En menos de un mes cumples 27. — JiMin rodó los ojos divertido.

—¿Cómo lo sabes?

—Estaba en tu currículum escrito con lápiz labial. — Jungkook rió al recordar eso.

—Fue el mejor currículum que has recibido en tu vida, acéptalo.

—Fue… Muy original, sí. — JiMin sonrió a la par que devolvía su vista a su trabajo.

—Bueno, entonces ¿Dejarás ir a Rose? — JiMin suspiró y masajeó su puente de la nariz.

—Lo haré. — Jungkook celebró. —Pero tú irás con ella. — paró de celebrar.

—¿Qué? JiMin no puedo ir con ella, eso sería muy vergonzoso

—Claro que no. Eres su niñero, solo estás cuidando de ella. — Jungkook rodó los ojos.

—Las citas funcionan de dos personas.

—Eso es todo, Jungkook. Irás tú con ella o no irá. —JiMin habló decidido, dándole una corta mirada con sus ojos azules penetrantes.

Jungkook bufó. — Bien.

[…]

Jungkook y HoSeok se apuraron a servir la comida, sabían que los niños estaban por llegar de la escuela y siempre llegaban con hambre. No pasó mucho cuando la puerta principal fue abierta y Jungkook fue cubierto por tres pares de brazos y besos en sus mejillas.

HoSeon bufó. —Nunca hay saludo para HoSeok. — los niños soltaron una risita y luego se lanzaron hacia el, llenándolo de besos al igual que con Jungkook. Se separaron luego de unos segundos y HoSeok limpió sus mejillas. —Ugh, ahora recuerdo el por qué. — hizo una mueca de asco a manera de broma.

Jungkook rió y sintió como si brazo fue jalado por cierta chica rubia.

—¿Qué te dijo papá? — preguntó impaciente.

—Bueno… Sí conseguí el permiso pero- — Rose comenzó a saltar y gritar de alegría.

—¡Eres el mejor papá del mundo. — El pelinegro abrió los ojos a tope. — D-digo eres… Unm el m-mejor niñero, sí, e-eso. — las mejillas de la rubia se tornaron rojizas y le costó articular las palabras.

Jungkook sonrió y no dijo nada al respecto, prefirió no hacerlo. — Escucha, solo hay una condición. — Rose asintió atenta. —Yo tengo que ir contigo”

El rostro de la menor se deformó en una mueca. —Hablas de que será mi primera cita y… ¿Tú estarás ahí?— Jungkook asintió lento y tímido —¡Eso es asombroso! Realmente me sentiría perdida si tú no estuvieras ahí. — la sonrisa de Rose se hizo más grande.

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