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ᴄɪɴᴄᴏ🦋


Dos meses pasaron desde que JungKook volvió nuevamente a trabajar a la mansión Park, pudo mejorar su relación con los niños, con HoSeok y con JiMin, con Irene... No tanto, pero lo suficiente para compartir algunas palabras, aunque no siempre la veía y cuando lo hacía eran a penas unos minutos.

Sí, corría con esa suerte y él estaba realmente agradecido.

Como cada mañana, JungKook tomó un baño, se envolvió en su bata una vez que terminó y bajó para tomar el desayuno. Entró al comedor, saludó con su característica sonrisa y se sentó en el comedor, justo donde HoSeok puso un plato de comida delante. Afortunadamente, los miembros de la familia Park pudieron acostumbrarse a que el rizado desayunara con ellos, ya no lo encontraban raro ni fuera de lugar, ni siquiera JiMin lo hacía. De hecho, el castaño esperó hasta que Jungkook estuvo sentado a su lado para comenzar a ingerir su desayuno.

Todo marchaba cómo acostumbraba, JiMin preguntado acerca de alguna novedad sobre los estudios de sus hijos o sobre la terapia de Lisa, seguido por anécdotas divertidas del rizado que hacían estallar a carcajadas a los menores y lograr sacar alguna que otra risa silenciosa de parte de HoSeok y de JiMin.

Conforme el tiempo pasaba, el cabello mojado de Jungkook debido a su antigua ducha se fue secando y sus rizos se fueron marcando aún más. JiMin observó curioso como eso pasaba y como el cabello ya no se veía tan largo debido a lo antes mencionado.

—¿Son reales? — pensó en voz alta, todos lo miraron con confusión sin saber a qué se refería. — Tus rizos... Todo el tiempo creí que tú los hacías con plancha o algo así. — Explicó paciente, sus hijos rápidamente contuvieron su carcajada y voltearon a ver a JungKook divertidos.

HoSeok negó con la cabeza y espero a que Jungkook simplemente... Explotara.

—¿Perdón? Yo creo que mi cabello se ve bastante real. — le respondió indignado, ¿Cómo fue capaz de meterse con su cabello? Su lindo y hermoso cabello.

—Ya, lo siento, solo fue una confusión. — JiMin rodó los ojos, sabía que JungKook podía llegar a ser muy dramático si así lo quisiera.

JungKook entrecerró sus ojos en dirección al castaño y sin decir nada más devolvió si vista a su plato y continuó comiendo en silencio.

Los menores rieron por lo bajo, los tres estaban más que acostumbrados a aquellas peleas tontas durante el desayuno. Si el café debe ser dulce o amargo, si el pan debe llevar mantequilla o no, si es mejor el frío o el calor, y ahora; los rizos de Jungkook son falsos o verdaderos.

A ninguno le importaba a decir verdad, sabían que nunca era algo grave ya que todo terminaba siempre en lo mismo; JiMin pidiéndole disculpas a JungKook, y aunque no siempre lo hacía delante de ellos, los tres escucharon por lo menos una vez como JiMin llamaba a JungKook a su oficina o a cualquier otro lugar donde él estuviera para disculparse sobre "lo que dijo esa mañana”, y al siguiente día se volvía a repetir.

Jungkook observó con desacuerdo como los niños se reían de él y los fulminó a los tres. — Recuerden que yo tengo el control sobre sus permisos. — Las risas cesaron de inmediato, y JiMin tuvo que esconder su sonrisa detrás de su taza de café.

[...]

Después del desayuno, todos se prepararon para salir de la mansión; los chicos iban al colegio, JiMin a una reunión importante con un inversionista y Jungkook visitaría a su mejor amigo.

HoSeok, al escuchar que todos se acercaban, se dirigió a la puerta y la abrió, justo en ese momento entró Irene.

—¡Vaya, HoSeok! Hasta que haces algo bien. — se burló la castaña a medida que entraba y quitaba sus lentes de sol

HoSeok rodó los ojos y respondió. — Ni se emocione, solo es mi obra de caridad del día.

JungKook llegó a su lado un segundo después, con muchas cosas en sus manos que HoSeok se preguntaba cómo era capaz de cargar todo eso y no tirar nada. —¿Aún no bajan? — Le preguntó impaciente a HoSeok y él le respondió negando con la cabeza. Jungkook bufó y se aproximó a las escaleras. — ¡Vamos Park's, no tienen todo el día! ¡Llegaran tarde! — Gritó en dirección al segundo piso.

Como si eso fuera lo que estaban esperando, los pasos se hicieron presentes en el piso de arriba y se escucharon puertas cerrarse. Jungkook volvió satisfecho al lado de HoSeok

—Por Dios, Jeon. ¿Tienes que gritar así? — se quejó Irene, tapado sus oídos de forma exagerada. JungKook se sobresaltó al verla, ni siquiera se dio  Preguntó Jungkook, ignorando por completo lo que Irene le dijo antes.

—Acabo de llegar.

—Oh... Que bueno que yo ya me voy. — respondió fingiendo alivio, y HoSeok esta vez no pudo contener si risa, haciendo enojar más a Irene.

Los menores y JiMin se hicieron presentes luego, saludaron a JungKook y él se dispuso a repartir las cosas que tenía entre sus manos; a los tres les entregó su almuerzo, a Rosé una cartulina, a Félix una maqueta del sistema solar y a Lisa un cuadro pintado a mano. Los tres se despidieron de Jungkook con un beso en la mejilla y salieron del lugar.

Seguido de eso, JungKook abrió el armario que tenía al lado para sacar el portafolios de JiMin, se aseguró se que estuviera bien cerrado y luego se lo entregó, JiMin le sonrió agradecido.

—Recuerde que no puede sobornar a nadie si no quiere problemas legales. — Le dijo mientras deshacía la corbata mal puesta y la volvía a poner de forma correcta.

JiMin bufó. — Claro que puedo.

JungKook negó divertido y terminó de poner la corbata.

JungKook ya iba a dejarlo ir pero lo detuvo por una mancha en su mejilla, lamió un poco uno de sus pulgares y lo pasó por la mejilla de JiMin hasta que la mancha desapareció.

—¿Él limpió su mejilla con... Saliva? — Preguntó Irene en un susurro, viendo incrédula la escena delante de ella, había pasado tan poco tiempo y ¿Jungkook ya podía estar tan cerca de él? Que injusto.

—Pasa todos los días, ya se acostumbrará. — Molestó el rubio, ganándose una mirada asesina de parte de la castaña. — Tal como una pareja ¿No lo cree? — HoSeok subió y bajó sus cejas rápidamente y justo cuando Irene estaba por quejarse, JiMin la interrumpió.

—Los papeles que necesitas están en una carpeta en mi escritorio, ya están separados y ordenados. Yo iré con el señor Cha así que necesito que cuando vuelva de esa junta los traigas de vuelta para poder sacar copias y ordenarlos junto con los contratos que firme esta mañana. — Le habló firme a la castaña y ella solo asintió, aún un poco cohibida por la escena antes vista. — Bien. me voy.

—¡JiMin, espera! — Irene lo detuvo rápidamente. JiMin, un poco confundido, volvió hasta donde la castaña con una ceja alzada, esperando por lo que quiere decir. Sin embargo ella no dijo nada, sólo lamió su pulgar y lo pasó por la mejilla de JiMin.  — Tienes una mancha aquí.

JiMin se alejó rápido del tacto. — ¿Pero qué haces? — Preguntó extrañado y limpiando su mejilla de todos los rastros de saliva. Jungkook y HoSeok reían despacito a sus espaldas, les encantaba hacer enojar a Irene.

—¿Qué? ¡Él lo hizo primero! — Se quejó señalando al rizado. Jungkook y JiMin rodaron los ojos casi sincronizados.

—Tengo que irme, no tengo tiempo para eso. — JiMjn volvió a caminar hacia la puerta, donde HoSeok y Jungkook seguían ahí de pie. — JungKook, no olvides volver para cuando los chicos salgan del colegio, por favor. Y HoSeok, si llama alguien importante pásalos con Irene. — ambos asintieron antes de que JiMin saliera y cerrara la puerta detrás de él

—¿Qué pasa Irene?, Que yo también a veces limpio la cocina y la sala ¿No quieres limpiar eso también? Le quitas un peso de encima a HoSeok. — se burló el menor pasando por su lado, tomó su celular, sus llaves y sus lentes de sol para después caminar hasta la puerta de nuevo.

La castaña miró de mala gana a los dos que se reían de ella. — Jodanse. — JungKook y HoSeok volvieron a reír.

[...]

JiMin volvió a su casa antes de lo que esperaba, ni sus hijos ni JungKook habían vuelto y tal parece que Irene se había marchado, así que sólo lo recibió HoSeok. Y como era costumbre, después de saludarlo caminó directamente hacia su oficina y se encerró en ella.

Después de algunos minutos llamó a HoSeok  para que le llevara un café y casi de inmediato el rubio ya se encontraba pidiendo permiso para entrar. Dejó el café delante del castaño junto con un bizcocho que él mismo hizo, JiMin le dio las gracias y tomó eso como una puerta para retirarse, sin embargo, JiMin lo detuvo.

—Sabes que no tenemos que tomarnos formalidades cuando estamos en privado. — JiMin habló sereno y amable. Era cierto que más allá de la relación que mantenían como jefe-empleado, había una amistad.

—Lo sé, pero después de acostumbrarme 4 años es difícil dirigirme como "tú".— JiMin rodó los ojos divertido.

—No piensas eso cuando vienes aquí a exigirme un aumento por haber cuidado a mis hijos dos horas. — se burló el castaño, dándole un sorbo a su café y esperando la respuesta de HoSeok después de que él también haya reído.

—Son medidas desesperadas, no me culpes. — levantó sus manos en señal de rendición. — Tengo suerte que ahora JungKook esté aquí.

—Sí... Él está haciendo bien su trabajo. — Habló despacio sin despegar mucho la taza de sus labios. HoSeok esperó a que dijera algo más pero eso no pasó, así que decidió hablar él.

—Y también sabe poner corbatas ¿Eh? — Los ojos de JiMin rápidamente se conectaron con los suyos. — Sí... No creas que no noté que pusiste tu corbata mal, tal vez ¿Apropósito? No lo sé, llevas poniendo tu corbata por años y nunca lo haces mal. — acusó con diversión y con una ceja alzada.

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