𝑻𝒓𝒆𝒔
-¡Suerte!-desearon ambos hermanos Park antes de irse en su auto de aquel lugar.
SoRa suspiró y miró una última vez el retrato hablado en su celular antes de entrar al bar.
Wild Thoughts de Rihanna, Bryson Tiller y DJ Khaled era la canción que la acompañaba mientras daba entaconados pasos dentro de aquel lugar, llamando la atención de muchos.
Y no era para menos. HaNa se había esmerado arreglándola.
Su castaño cabello había sido recogido en un desgreñado pero elegante moño que dejaba algo de su flequillo a cada lado de su cara. Portaba un maquillaje natural del cual reslataban, por mucho, sus gruesos labios tintados de rojo.
Su cuerpo era arropado por un vestido beige con una escotadura en la cual muchos tenían clavados los ojos, que definía muy bien su cintura, cadera y muslos, y hacía un gran contraste con sus tacones finos y monedero negros.
Paseó sus naturales y grisáceos ojos por todo el lugar y sonrió victoriosa cuando encontró la masculina figura que tanto buscaba y que tan pronto halló.
Se sentó en una de las mesas libres y cercanas a "su presa" y se decidió a pedir un trago. Un whiskey.
Mientras esperaba su bebida, se decidió a analizar al muchacho que debía seducir esa noche.
Cabello largo y negro, traje, también negro, robusto y con un rostro bonito.
Sin dudas, aquel chico le resultaba muy atractivo, incluso mucho más que su marido.
Tan sólo pensar en HonSeok la hizo bajar la cabeza y dudar de lo que estaba haciendo.
Mas luego recordó sus descubrimientos esa mañana.
Si él había tenido los cojones de engañarla, entonces ella también los tendría.
Después de todo, "su presa" no era más que un muchacho extremadamente apuesto y sensual que con tan sólo darle una mirada te incitaba a pecar.
Le sonrió a la camarera que le llevó su trago y, mientras daba un sorbo a su bebida, miraba fijamente al que sería su conquista esa noche.
Tal parece que el muchacho sintió la mirada sobre su persona y volteó a verla.
Sus ojos coincidieron y SoRa alzó su vaso, a la par de él, a modo de saludo y sonrió porque sabía, por las ajenas miradas que recibía, que estaba avanzando, y no sólo en su misión.
Estuvieron un tiempo intercambiando miradas y cuando la melodía de Go Fuck Yourself de Two Feet hizo aparición, SoRa se levantó de su mesa dejando el vaso vacío de su trago sobre la misma.
El muchacho no despegó su mirada de ella en ningún momento y una sonrisa ladina hizo aparición en su rostro cuando la vió acercarse.
Cuando llegó a su lado, los ojos de los acompañantes del muchacho se posaron en ella y la manera en la que inclinaba la espalda para luego susurrar algo a su oído.
-¿Crees que tus compañeros se enojen si te robo por unos momentos?
El pelinegro sonrió en su dirección, mostrando por competo su blanca dentadura y luego negó con la cabeza.
Tomando su saco, se levantó de la mesa y le envió una mirada a su amigo, quien simplemente le sonrió y asintió, dejándolo ir.
Caminaron en silencio y entre cómplices miradas hasta que llegaron a una de las barras, la cual estaba prácticamente vacía y se sentaron en las butacas, siendo atendidos casi de inmediato por el bartender.
-Hum...ví que estabas tomando whiskey-le habla ella y el chico asiente-¿Te gustaría eso u otra cosa?
-Lo dejo a tu elección-se encoge de hombros-. Sorpréndeme.
Con una ladina sonrisa, SoRa se volteó al bartender y pidió:
-Dos Margaritas, por favor
El bartender asintió y se dispuso a preparar ambos cócteles mientras ella volvía su vista a su acompañante.
-Park SooRa-se presentó y extendió su mano. Estaba en una misión. No iba a decir su verdadero nombre.
-Jeon JungKook-con una amable sonrisa, tomó la femenina mano apenas cubierta por un par de anillos y besó el dorso de la misma-. Disculpa pero, suelo frecuentar este bar y jamás te había visto por aquí.
-Es mi primera vez-responde, cruzándose de piernas, dejando su monedero sobre las mismas-. Mis amigos me recomendaron este lugar y la verdad que lo veo bastante acorde a mis gustos.
-¿Viniste sola?
-Agradezco mucho haberlo hecho-le guiñó un ojo-, así eres tú mi compañía. Y lamento si suena egoísta de mi parte, pero no tengo pelos en la lengua y supongo que tú eres lo suficientemente inteligente como para saber que cuando me interesa algo, voy a por ello. Aunque aún estás a tiempo de volver con tus compañeros si quieres.
JungKook dejó escapar una risilla y negó con la cabeza.
-Ma lady, tú compañía me es mucho más grata que la de mis compañeras de trabajo que no dejan de suspirar con cada mínimo movimiento que hago.
SoRa sonrió, encantada por el apodo impuesto por el chico.
Desde su punto de vista, JungKook, definitivamente, sabía muy bien cómo jugar con el coqueteo.
-Tus compañeras tienen sus razones para estar así ¿no crees?-se cruzó de brazos y enarcó una ceja cuando escuchó la carcajada de su acompañante.
-Mi amigo suele decirme que soy el tipo de hombre con el cuerpo sobre el que toda mujer desearía saltar-ahora era el turno de SoRa de largar una carcajada-. Es en serio-agregó risueño.
-Supongo que te ves en un espejo todas las mañanas ¿verdad?-el chico, algo confuso, asintió-¿Y no ves que lo que dice tu amigo es cierto?
El pelinegro sonrió de lado y negó con la cabeza, desviando momentáneamente, al igual que ella, la atención a los tragos que el mesero recién colocaba sobre la mesa.
-Es más-se animó a hablar ella-, por mi deseo egoísta de tenerte a tí exclusivamente como compañía y haberte sacado de tu mesa, yo pago los tragos esta noche.
-¿Qué? No-negó sonriente-. No sería educado de mi parte dejar que pagaras todo tú.
-Lo que no sería educado de tu parte es el no dejarme cumplir mis deseos-murmuró, apoyando sus manos sobre los muslos contrarios, acercando considerablemente ambos rostros.
JungKook quedó en blanco por un par de segundos hasta que SoRa se alejó y llevó sus manos a su copa.
-Por cierto, lindos y fuertes muslos-JungKook rió ante el halago y tomó también su trago.
Ambas copas se acercaron y chocaron sutilmente.
-Salud-sonrió él, recibiendo el mismo gesto por parte de su contraria.
-Salud.
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