CAPÍTULO UNO:
nerviosa.

      —Luces terrible, papá—, se burló Cassadee mientras esperaban que Bella estuviera lista.

      —Gracias, hija. Realmente sabes cómo hacer sentir querido a un hombre—, Charlie rodó los ojos.

      —Solo intento alegrarte—, animó Cassadee, sonriéndole a su padre —. ¿Cómo te sientes?

      —Mis dos hijas están casadas, o están a punto de estarlo, y se mudaron. Todo en un mes—, suspiró Charlie, sus hombros cayendo notablemente —. ¿Cómo te sentirías tú?

      —Te ves como te sientes, entonces—, resumió Cassadee, asintiendo —. Solo estamos a unos minutos de viaje, papá. Nunca nos perderás.

       —Ya ha sido extraño no tenerte alrededor todo el tiempo—, confesó Charlie, mirando a su hija —. Nunca creí que diría esto, pero extraño ver los Jóvenes Titanes contigo, Cass.

      Cassadee iba a decir algo que regresaría tan pronto como volviera de su luna de miel, pero se decidió a no hacerlo. Él sentía que estaba perdiendo a sus hijas y su hija mayor no podía evitar sentir lástima por él.

      —Si lo extrañas tanto, entonces iré mañana para verlo.

      — ¿Con o sin... tu esposo?—, preguntó Charlie, rodando los ojos ante la última palabra. No odiaba a Jasper, en realidad le caía bien, mucho más que Edward. Solo odiaba el hecho de que Jasper se había casado con su Cassie Atrevida. Cassadee casi rió ante la expresión de su padre.

      —Amo a Jasper, pero no necesito estar con él cada segundo de día. Puede que estemos casados, pero él nunca verá dibujos animados conmigo—, prometió, apretando el hombro de su padre —. Eso es nuestro, papá. ¡No somos C al cuadrado por nada!

      Charlie rió ante el apodo y agregó —. Es lindo saberlo.

      Bella bajó las escaleras unos momentos después, y aunque sonreía, Cassadee prácticamente podía sentir los nervios de su hermana.

      — ¿Tú estuviste tan nerviosa?—, preguntó Bella cuando se acercó a su familia.

      —Tal vez un poco menos—, sonrió Cassadee antes de abrazarla —. Luces hermosa, B.

      —Gracias—, sonrió Bella y tomó una bocanada de aire —. Creo que estoy más nerviosa por caerme—, confesó, mirando a Charlie —. No dejes que suceda.

      —Nunca—, prometió Charlie.

      Cassadee abrazó a Charlie antes de tomar su lugar en la fila del frente junto a Jasper, asegurándose de dejar el espacio suficiente entre ella y Renee para Charlie. Casi inmediatamente después de que ella se sentara, el público se levantó, mirando a Bella y Charlie en la puerta. Bella nunca quitó sus ojos de sobre los de Edward mientras caminaba hacia el altar, y Cassadee no pudo evitar sonreír al notar que sus nervios desaparecían y eran reemplazados por felicidad.

      El público volvió a sentarse cuando Charlie le entregó la mano de Bella a Edward y tomó asiento entre Renee y Cassadee. El mismo ministro que casó a Cassadee y Jasper se paraba frente a Bella y Edward. Los votos de la pareja fueron casi idénticos a los de Cassadee y Jasper. Una vez que ambos se besaron y fueron presentados como señor y señora Cullen, el público se levantó y festejó. La pareja bajó los escalones con grandes sonrisas, sin separarse el uno del otro.

      El público lentamente siguió a la pareja hasta la recepción, lo que solo se trataba de otra sección del patio de los Cullen.

      Cassadee besó a Jasper antes de que ambos tomaran diferentes caminos. Alice quería llevar a la pareja dentro de la casa para que la ayuden con algo que tenía que ver con la recepción, pero Cassadee rápidamente se las arregló para encontrar a alguien que pudiera al menos lucir lo bastante ocupada como para ayudar. Acababa de encontrar a Charlie, Billy, Seth, y Sue Clearwater hablando a los recién casados cuando se congeló. La visión volvió todo a su alrededor en negro, y se aferró a una silla para evitar caer.

      Solo había un latido, uno débil e irregular como el de Cassadee, junto con la pelea de los Cullen.

      —Ni siquiera sabemos qué es eso—, escupió Jasper, el veneno de su tono casi asustando a Cassadee.

      —No puedo ver nada—, confesó Alice.

      —Todo estará bien.

      —Esto podría matarte. A todos nosotros.

      —No lo hará.

      — ¿Cassie?—, llamó Rosalie, atrayendo a la castaña de vuelta a la realidad —. ¿Qué sucede?

      —Nada—, mintió instantáneamente, insegura de saber de qué se trataba su visión, si podía llamarlo eso.

      —Obviamente es algo—, insistió Rosalie, cruzando sus brazos por sobre su pecho —. Sé que sentiste algo. Tus ojos se pusieron dorados.

      —Escuché algo, pero no sé qué fue—, confesó Cassadee al encogerse de hombros —. Me preocuparé luego—, dijo antes de dejar a la rubia caminando hacia su familia.

      —Bueno, yo planeó emborracharme—, anunció Charlie cuando Cassadee alcanzó el grupo —. Están sirviendo una champaña elegante. Sue, ¿te alcanzo un vaso?—, ofreció. Cassadee y Bella se miraron, ambas preguntándose cuándo su padre había comenzado a tener algo con ella.

      —Agua con fuego chispeante—, respondió Billy antes de que Sue tuviera la oportunidad, girando su silla para encarar a Charlie.

      —Ahí está, señorita Hale—, sonrió Jasper, y envolvió su cintura con un brazo —. Tal vez deberíamos ir a otro lugar—, sugirió, alejando a su esposa de Carmen, Eleazar, Tanya y Kate que iban a felicitar a Bella y Edward. Aunque Jasper le hablaba a Cassadee, él no la miraba. Sino que miraba a la rubia, que Cassadee asumió que era Irina, que la miraba fijamente a ella.

      El clan Denali había asistido a la boda de Cassadee y Jasper. A excepción de Irina, quién la castaña luego supo que era la pareja de Laurent. Cassadee se sintió mal por haber matado a su pareja, pero el sentimiento se alejó rápidamente cuando recordó que él quería matar a su hermana.

      —Irina, ven a conocer a Bella—, comandó dulcemente Carmen. Iriana avanzó unos pasos, pero se mantuvo detrás de su familia, sin quitar sus ojos de sobre Cassadee.

      —La invitaron.

      —Irina, es la hermana de Bella—, señaló Edward.

      —Y mi esposa—, intervino Jasper, mirando fijamente a Irina mientras ésta se acercaba a él y Cassadee.

      —Ella mató a Laurent.

      —Él intentó matar a Bella—, informó Cassadee.

      —No te creo—, negó Irina, intentando acercársele más, pero Jasper rápidamente se interpuso entre ambas —. Él quería ser como nosotros. Vivir en paz con los humanos.

      —Siento tu pérdida—, se disculpó Cassadee —. Pero no lamento haber protegido a mi hermana—, agregó e Irina siguió mirándola por un momento antes de mirar a los demás e irse enojada.

      —Idiota sobreprotector—, murmuró Cassadee a Jasper, mirándolo —. ¿Realmente creíste que intentaría algo frente a tantas personas?

      —No—, negó Jasper, mirando a su esposa —. Pero aún así no me arriesgaré—, Cassadee abrió su boca para hablar, pero Jasper ya sabía qué diría —. Sé malditamente bien que eres capaz de cuidarte a ti misma, pero eso no significa que no te protegeré.

      Cassadee rodó los ojos, y Alice llegó con una sonrisa —. La cena está por ser servida—, anunció antes de guiar a las parejas a sus respectivas mesas.

      Cassadee no comió. Aunque podía hacerlo e incluso la disfrutaba a diferencia de los vampiros, no tenía hambre en lo más mínimo. Estaba demasiado molesta con lo que había oído. Jasper la miró, esperando que le contara qué sucedía, pero ella se encogió de hombros y le sonrió.

      Cassadee agradeció cuando Emmett subió para dar un discurso, sabiendo que esa sería la única forma en la que Jasper no le preguntaría.

      —Me gustaría proponer un brindis—, anunció Emmett, levantando la copa llena de champaña —. A mi nueva hermana. Bella, espero que hayas dormido lo suficiente estos años, porque no obtendrás un buen sueño por un rato—, rió, y Charlie suspiró y tomó un largo trago de champaña. Emmett terminó su discurso y, con eso, Jessica tomó su lugar.

      —Bueno, Bella era como todas las demás, totalmente babeando por Edward—, comenzó Jessica —. O 'El Galán', como yo le llamo. Y de repente, Edward solo quiere estar con Bella. Aunque ella no es la capitana del equipo de voleyball—, dijo, consiguiendo un risa de la audiencia —. Solo bromeo... o la presidenta del consejo estudiantil.

      —Esa chica estará en su lecho de muerte y seguirá celosa—, comentó Cassadee, rodando los ojos e ignorando los discursos de los humanos hasta que Charlie se levantó. Él suspiró, de pie frente al micrófono.

      —Edward será un buen esposo. Y lo sé porque soy un policía. Sé cosas. Por ejemplo, cómo perseguir a alguien hasta el final de la tierra—, dijo, consiguiendo que el público riera —. Y sé usar una pistola.

      Cassadee rió y miró a Edward cuando Charlie terminó su discurso —. Realmente no le agradas.

      —Asombrosa observación, Cassie—, replicó Edward, resultando en que Cassadee arrojara su servilleta juguetonamente a su rostro mientras Charlie volvía a su asiento.

      —Ahora que eres mi hermana, tendrás que superar tu aversión a la moda—, comenzó Alice, mirando a Bella —. Faldas, zapatos, bolsos—, enumeró —. Quiero decir, estoy feliz por ambos y todo, pero estoy aún más feliz de tenerte como hermana Bella. Mayormente porque tendré a otra persona a la que vestir aparte de Cassadee—, el público rió mientras Alice volvía a su asiento y fue el turno de Renee, y aunque no estaba llorando como lo hizo con Cassadee, estaba a punto de hacerlo.

      —Ve a dormir, mi amor—, cantó Renee, sus hijas y Charlie se miraron entre ellos. Charlie rodó los ojos mientras sus hijas reían —. Ve a dormir. Cuando despiertes, allí me verás.

      —Me gustaría agradecer a Renee y Charlie por haber traído a Bella al mundo y a nuestras vidas. La querremos y protegeremos para siempre—, dijo Esme, manteniendo su discurso corto y dulce antes de volver a la mesa, y Cassadee se levantó.

      —Por favor, dime que tu discurso no me avergonzará—, imploró Bella.

      — ¿Qué clase de hermana sería si no te avergonzara?—, rió Cassadee —. Además, los Swan adoramos avergonzarnos el uno al otro.

      —Como Bella dijo antes, conocemos mejor a la que que a nosotras mismas—, comenzó Cassadee —. Hemos pasado por un montón de cosas, especialmente desde que nos mudamos aquí. Y aunque odie decirlo, creo que Bella y Edward están hechos el uno para el otro—, admitió, rodando los ojos y, aunque no bromeaba, varios rieron —. Sé que se aman el uno al otro, y que Edward no la lastimará. Porque si lo hace, tendrá que lidiar conmigo, y todos sabemos que puedo acabarlo en cuestión de segundos—, terminó con una sonrisa dulce, consiguiendo una risa de todos menos de Edward.

      —No dudo eso por un segundo—, dijo Edward cuando pasó a su lado, él dirigiéndose al escenario mientras ella iba en dirección a su lugar.

      —Es algo extraordinario el conocer a alguien con el que puedes desnudar tu alma—, comenzó Edward, sin quitar los ojos de los de su esposa —. Y quién te aceptará por lo que eres. He estado esperando, lo que luce como un largo rato. Y con Bella, siento como si pudiera comenzar finalmente. Entonces, me gustaría proponer un brindis por mi hermosa esposa. Ninguna cantidad de tiempo será lo suficiente para pasar contigo. Pero comencemos con para siempre.

      No mucho después de que Edward terminara su discurso, las personas comenzaron a ir en dirección al garaje, listos para despedir a los recién casados. Jasper se levantó para seguir a la multidad después de que Bella y Edward se hayan ido, pero se sentó cuando notó que Cassadee no se había movido y, de alguna forma, se las ingenió para lucir inclusive más pálida que él mientras su ansiedad la tomaba.

      —Estoy bien, Jazz—, mintió Cassadee, sacudiendo la cabeza la notar lo poco creíble que sonaba.

      —Cassadee—, dijo Jasper, su tono lleno de angustia al sentarse a su lado —. Aunque no pudiera sentir tus nervios, me daría cuenta que estás mintiendo.

      —Odio cuando haces eso—, gruño Cassadee, posando su cabeza sobre sus manos.

      —Oye—, llamó Jasper, acercándose más a su esposa y acariciando su espalda —. Sea lo que sea, puedes decírmelo. Somos un equipo ahora, ¿recuerdas?

      —Lo sé, solo necesito decirlo—, Cassadee respiró profundamente, aunque no ayudaba con su ansiedad. Ni siquiera Jasper lograba calmarla.

      —Estás comenzando a asustarme, Cass—, dijo Jasper, sus ceño fruncido mientras tomaba sus manos —. Nunca he sentido tanta ansiedad.

      —Creo que estoy embarazada.