EPILOGUE.
EPÍLOGO:
la siguiente generación.
—Chicos, sé que ustedes no suelen comer, ¿pero los mataría tener comida en la casa?
—Lamento tanto la inconveniencia—, replicó Cassadee de forma condescendiente —. Tenemos este molesto problema con licántropos comiendo más aquí de lo que lo hacen en sus propias casas—, ella tomó la bolsa de papas y se la quitó a Paul de las manos —. Esas son par después.
—Si crees que un paquete de papas va a alimentar a todos aquí, tendrás un largo día.
— ¿Cómo puede ser que Eden traiga a su novia requiere una fiesta pero cuando comencé a salir con Lincoln apenas nos miraban?—, dijo Valentina Menendez, la mejor amiga de Eden y la novia de Lincoln.
—Cariño, todos da abismos que pasaría eventualmente—, Cassadee acarició la cabeza de la chica —. Y no es una fiesta—, aclaró antes de enviar una mirada a Paul —. Sus tíos siempre vienen cuando saben que habrá comida.
—Me ofende que creas que eso es todo lo que nos importa—, habló Embry al entrar a la cocina, pasando su mano por el cabello de Valentina y despeinándola al pasar —. Debemos asegurarnos que nuestra princesa Eden sea bien tratada.
Ahora Jared también ingresó a la habitación —. Pero ya que mencionaste la comida, ¿qué cenaremos?
—Realmente debemos comenzar a cerrar la puerta con llave—, murmuró Cassadee para sí misma —. Espero que ustedes, perros, se percaten que no tenemos suficiente comida o espacio para ustedes.
—Es bueno entonces que ustedes no comen, chupa-sangres.
—En caso que lo hayas olvidado, debemos fingir que somos humanos hoy.
Después de la casi batalla con los Volturi, el clan Cullen se las arregló para mantenerse fuera del radar y no atraer más atención a ellos. Se quedaron en Forks para seguir en contacto con Charlie, que era justo lo que Cassadee quería.
Unos meses después de la visita de los Volturi, Cassadee dio a luz a su primer y único hijo varón: Lincoln. Él era casi idéntico a Cassadee físicamente, y su personalidad era parecida a la de Jasper. Ocho años después, Cassadee tuvo a su última hija: Gemma. La menor era la perfecta combinación de sus padres, tanto física como mentalmente.
Cassadee se convirtió en abogada y era la única presente en la pequeña ciudad hasta ese entonces. Se había decidido que permanecerían allí hasta que Charlie falleciera. Entonces, la familia completa se mudaría. Charlie y Sue se casaron y, con el tiempo, él descubrió la existencia de los vampiros. Ahora que sabía el secreto, todo tenía sentido.
Eden, Lincoln y Renesmee asistieron a la escuela de Forks. La institución seguía luciendo exactamente igual a cuando Cassadee había asistido dieciséis años atrás.
Renesmee y Jacb habían comenzado a salir recientemente, algo que todos sabían que se avecinaban gracias a las visiones de Alice. Por otro lado, la vampira que parecía un hada encontró a su pareja en la tía de Nahuel, Helene. Ellas se turnaban para pasar tiempo tanto en Forks como en Brasil.
Leah eventualmente imprimó, y él era la persona perfecta para lidiar con su carácter. La mayoría de las manadas Uley y Black habían formado sus propias familias, pero eso no evitaba que las manadas y los Cullen se juntaran al menos una vez a la semana para tener una cena familiar. Incluso cuando eso significaba que los adultos se volvían locos porque había alrededor de veinte niños y adolescentes corriendo de un lado al otro.
—Cariño, estamos en casa—, anunció Eden tan pronto como ingresó a la casa con Gemma. Jasper las siguió, cargando varias bolsas —. ¿Qué hacen todos ustedes aquí?—, inquirió a sus tíos licántropos —. Creí que habíamos acordado que sólo seríamos nosotros.
—Bueno, lo hicimos. Pero aparentemente tus tíos no están de acuerdo—, Cassadee se encogió de hombros antes de besar a Jasper sobre los labios una vez que él había terminado de colocar las bolsas sobre la mesada.
— ¿Cuándo somos sólo nosotros?—, preguntó Lincoln, bajando las escaleras —. Raramente somos sólo nosotros incluso cuando estamos durmiendo—, besó la cabeza de Valentina al pasar a su lado, tomando el paquete de papas fritas que su madre le había quitado a Paul previamente.
—Nunca voy a traer a nadie para que los conozca—, sentenció Gemma, colocando su mano dentro del jarro de galletas —. Ustedes son demasiado vergonzosos.
—Yo soy el menos vergonzoso, ¿cierto?—, preguntó Emmett al entrar a la cocina y el resto de la familia Cullen ingresó justo detrás de él.
—En realidad, el tío Jake es el menos vergonzoso—, corrigió Gemma, consiguiendo que el mencionado chocara los cinco con ella.
—No hay forma en que esta casa haya sido construida para albergar a tantas personas—, señaló Jasper, mirando a su esposa —. Tendríamos que haber hecho esto en la casa de Carlisle y Esme.
—Aunque amo a todos y cada uno de ustedes—, comenzó Esme, dando una pausa para mirar a todos los presentes —. Sigo intentado redecorar desde nuestra última reunión.
— ¿Cuántas pizzas compraste, Jazz?—, preguntó Cassadee a su esposo, sin parar de sacar pizzas mientras ya había formado una pila de siete cajas —. Ya tengo dos en el horno.
—Supuse que serían una para cada perro y nuestros hijos que son pozos sin fondo. El resto es para que nosotros lo compartiéramos.
—Qué atrevido el asumir que no puedo comerme una pizza yo sola—, replicó Cassadee.
— ¿A quién llamas perro, chupa-sangre?—, preguntó Sam mientras Emily y Conner, su hijo adolescente, se unían a la reunión en la cocina.
— ¿Pueden ustedes al menos actuar como si se agradaran?—, cuestionó Eden a su familia —. ¿Por qué tenemos que ser de esas familias que muestran su amor al insultarnos el uno al otro?
—Pienso sobre ello de esta forma: si ella se queda después de conocernos, es la indicada—, señaló Sam a Eden, abrazándola por sus hombros —. No cualquiera puede soportarnos.
—Por favor, por el amor de todo lo que es bueno y santo, no me avergüencen—, rogó la adolescente rubia a sus padres, mayormente centrando su vista en su madre.
Cassadee colocó su mano sobre su pecho en un shock burlón —. No tengo idea de a qué te refieres, querida hija mía—, ella dejó caer su mano cuando Eden rodó los ojos —. Bueno. Yo prometo no avergonzarte. Pero no puedo hablar por tu padre, ni por Papá Charlie, ni por ninguno de tus tíos porque, seamos honestas, todos son embarazosos a su forma.
Eden gimió y arrojó su cabeza sobre la mesa. Ella amaba a su familia, realmente lo hacía. Y ella amaba que casi nunca había un momento artificial con ellos pero, en este momento, ella deseó que su familia no fuera ni ligeramente interesante.
—Cariño, ten cuidado—, advirtió Cassadee a Eden —. Romperás la mesa si la golpeas un poco más fuerte con tu cabeza.
—Y no queremos que seas más tonta de lo que ya lo eres—, molestó Lincoln, consiguiendo un golpe en el brazo por parte de Gemma.
— ¡Los chicos son más tontos que las chicas!—, debatió Gemma —. ¿Por qué crees que las mujeres viven más tiempo? Nosotras no hacemos ni la mitad de las mismas decisiones estúpidas que ustedes hacen.
—Y ellas saben cómo esconder un asesinato—, espetó Conner, consiguiendo una carcajada de la habitación.
—Oh, por Dios—, volvió a gemir Eden cuando Charlie y Sue ingresaron a la casa, su ansiedad aumentando incluso más cuando se percató de lo repleta de personas que estaba su hogar —. ¿Papá y la abuela Sue realmente tenían que venir? Es sólo mi amiga viniendo a comer.
—Pero es tu novia—, mencionó Charlie mientras besaba la frente de sus nietas —. ¡Es importante!
—Honestamente, Eden, sólo estate agradecida que la abuela Renee no está aquí—, habló Bella —. Ella lo haría un asunto mucho más grande de lo que nosotros lo hacemos.
—Traje pie—, anunció Sue, colocándolo sobre la mesa de la cocina —. Habría traído más, pero Seth y Leah comieron todo lo que cociné.
—No es nuestra culpa que seas una increíble cocinera—, se defendió Seth, comiendo su tercer sandwich desde que llegó a la residencia Swan-Hale.
Todos detuvieron lo que estaban haciendo cuando escucharon un auto estacionar frente a la casa. Y cuando el timbre sonó, todos se miraron entre ellos.
—Si alguno de ustedes me ama en lo absoluto, mantendrán sus bocas cerradas—, dijo Eden a su familia antes de ir a atender la puerta, sus nervios nunca tan altos durante su existencia. Ella sintió una calma abrumarla cuando llegó a la puerta, y le envió una sonrisa a su padre como agradecimiento. Eden abrió la puerta mientras Josephine Simmons se peinaba con las manos, intentando calmar sus rulos marrón oscuro —. Oh, hola.
—Hola—, Eden dejó entrar a la chica de piel oliva a la casa antes de darle un rápido beso sobre los labios —. ¿Estás segura que quieres hacer esto?
El rostro de Josephine se iluminó después del beso, su sonrisa ocupando todo su rostro —. Estaré bien, E. Seguro que los amaré tanto como te amo a ti.
— ¿Ya están diciendo te amo?—, cuestionó Emmett, su voz lo suficientemente baja para que Josephine no le escuchara —. ¿No se conocieron como hace una semana?
—Han estado saliendo por cuatro meses, Em—, corrigió Rosalie a su esposo.
— ¿Cuatro meses? ¿Y recién la está trayendo a casa?—, inquirió Embry —. Indignante.
—Creo que es lo que las personas normales suelen esperar.
— ¡Noticias, Bella! No somos normales, ¡ni siquiera somos humanos!
Eden escuchó un golpe, sin duda proveniente de su madre mientras golpeaba a Paul —. Cállate, ¡la humana podría escucharnos!
—No es tarde para echarse atrás—, instó Eden a Josephine, casi rogándole que se fuera después de escuchar a su familia —. No me voy a enojar, ¡lo prometo!
Josephine rió y caminó dentro de la cocina, prácticamente arrastrando a Eden con ella —. ¿Por qué estás tan nerviosa? Es sólo tu familia—, dijo al entrar, parando cuando vio al grupo numeroso —. No mencionaste que tu familia era tan grande.
—Sí, tengo como veinte tíos—, se encogió Eden, nerviosamente mirando alrededor y atrayendo a Josephine más cerca a su cuerpo —. Chicos, ella es Josephine, mi novia.
—Hola todos—, Josephine alzó su mano libre y la sacudió —. Pueden llamarme Jo.
Cassadee no pudo evitar que una sonrisa enorme ocupara su rostro al ver a su hija y Josephine juntas —. ¡Son adorables!—, ella se giró a Jasper, quién tenía su ceño fruncido —. Oh, anímate, cariño. Nuestra hija está enamorada.
—Te acostumbrarás—, asintió Edward a Jasper, desviando su mirada hacia su hija que estaba prácticamente sentada sobre las piernas de Jacob —. Aunque toma un tiempo.
Cassadee colocó su atención en su hija mayor y su novia —. ¡Bienvenida a la familia, Jo!—, ella caminó hacia la adolescente, colocando un brazo sobre sus hombros y guiándola hacia la mesa —. Espero que te guste la pizza. Aparentemente, esa es la única comida que el padre de Eden cree que existe.
— ¿Quién no ama la pizza?—, contestó Josephine, su ansiedad comenzando a desaparecer con la aceptación de Cassadee.
Mientras las pizzas salían del horno, todos tomaron asiento alrededor de la larga mesa en el comedor. Y con todos allí presentes, no habían posibilidad para que el espacio personal existiera durante la cena.
—Entonces, Josephine—, empezó Jasper, mirando a la novia de su hija —. ¿Cuáles son tus intenciones con mi hija?
—Oh, por Dios—, gimió Eden, junto con todos los presentes en la mesa —. ¿En serio, papá?
—En serio, cariño. Ni mi papá hizo eso contigo o con Eddie—, rodó los ojos Cassadee, mirando a Josephine —. No respondas eso, linda.
Charlie miró a Josephine —. Sólo recuerda que solía ser jefe de la policía, sé cómo esconder un cuerpo y salirme con ello.
—Voy a meter mi cabeza entre el horno para escapar de mi miseria—, anunció Eden, levantándose de su lugar.
—Tengo el presentimiento que Jo estará con nosotros por un largo tiempo—, comentó Alice, guiñándole un ojo a Eden mientras Josephine la hacía volver a sentarse.
Cassadee sonrió ante su familia. Ella nunca imaginó que su vida terminaría en la forma en la que lo hizo. Especialmente cuando se mudó a Forks. No creyó que conocería al amor de su vida, y por supuesto que nunca pensó que conocería a criaturas sobrenaturales, mucho menos convertirse en una. Nunca esperó pasar por todo lo que tuvo que pasar. Pero, ¿quién lo hace? A pesar de todo, si tuviera la oportunidad de hacerlo, decidiría no cambiar nada en lo absoluto.
—Mira el lado bueno—, comenzó Emmett —. Al menos Eden no puede quedar embarazada.
—Jesucristo, Emmett—, Rosalie prácticamente regañó a su esposo mientras Valentina escupía su agua.
—¿Ya le dieron la charla?—, preguntó Charlie a Cassadee y Jasper antes de mirar a su nieta —. ¿Ustedes son... de la vieja escuela?
Los rostros de Valentina y Gemma demostraban asco y horror —. ¿Qué significa eso?
— ¿Por qué estamos teniendo esta conversación justo ahora?—, cuestionaron Bella y Cassadee al unísono, ambas colocando su cabeza entre sus manos mientras los rostros de Eden y Josephine permanecían teñidos de rojo.
—Bien—, habló Eden, levantándose de su asiento una vez más —. Realmente voy a poner mi cabeza en el horno ahora.
— ¿Sabes qué? Creo que te seguiré, E—, asintió Lincoln, imitando la acción de su hermana.
—Yo también iré—, siguió Gemma a sus hermanos mayores —. Será un hermoso recuerdo.
Cassadee suspiró y miró a sus hijos —. ¿Podemos ser considerados y no cometer un suicidio masivo hasta que nuestra invitada se haya ido?
Y ELLOS VIVIERON SIENDO ATREVIDOS Y SARCÁSTICOS POR SIEMPRE.
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