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-043.-

Este capítulo contiene pensamientos obsesivos, sexo y violencia, se recomienda discreción. No romanticen los pensamientos y conductas de los personajes. Si no revientan los comentarios me suicido.

043. —

Denki Kaminari.

Abrí mis ojos, acostumbrándome de nuevo a la oscuridad de mi habitación, lo primero que pude notar fueron mis dedos manchados de tinta. La impresora había estado jodiendo mucho últimamente.

Sonrió felizmente al recordar la razón detrás de mi lucha con la impresora.

Con pesades, me arrastré hasta el borde de mi cama, donde me senté y tomé mi teléfono, el cual, descansaba sobre mi mesita de noche. Al ver mi a mi ama en mi fondo de pantalla no pude evitar sonreír.

Después de responder algunos mensajes —Siendo la mayoría de Kirishima y Sero para que bajara a cenar— me estiré y me levanté de la cama para dirigirme hacia mi computadora, la cual estaba encendida. Con cuidado, teclee un par de cosas antes de quitar mi atención de esta y dirigirla a la impresora, revisando aquello que había dejado mientras tomaba una pequeña siesta.

— Perfecto —susurré para mi mismo al ver que la tinta salía a la perfección y las imágenes se encontraban realmente bien impresas.

Levanté mi vista por un momento, bufé, ya no tenía espacio por ningún lugar.

Las ventanas no son realmente necesarias.

Una sonrisa se plantó en mi rostro, tomé las impresiones que habia hecho antes, junto a un rollo de cinta transparente y me dirigí hacia mi venta, abriendo la cortina y comenzando a pegar las diferentes imágenes, con cuidado para que ninguna sufriera ningún daño. Al terminar, me senté en la silla fé mi escritorio y admiré la decoración de las paredes de mi habitación.

Recortes y fotos de _________ forraban las paredes casi a la perfección, por lo cual, podía ver si bello rostro desde diferentes ángulos y en todas partes. Era simplemente hermoso.

Me alarmé al escuchar como alguien giraba la perilla de mi puerta, sin embargo, me relajé un poco al recordar que había tomado el hábito de ponerle seguro:— Kaminari, baja a cenar o Mineta se comerá tu porción —dijo Mina desde afuera.

Eran cerca de las ocho de la noche, por lo cual, relamente debía bajar a cenar o tendría que prepararme algo yo mismo.

Tomé las llaves de mi habitación y mi teléfono, el cual vibró, lo cual significaba que me había llegado un mensaje. Prendí mi teléfono y observé la barra de notificaciones con la pantalla bloqueada, sonrojandome de inmediato al ver quien me había enviado un mensaje.

¡Oh por Dios! Es ella.

Sonreí, desbloqueando mi teléfono y leyendo el mensaje de inmediato.

Mañana nos veremos a la hora del almuerzo, escaparemos y jugaremos un rato.

Últimamente siendo como si me estuviera volviendo loco, todo por ella, por la manera en la que debo de luchar por su atención contra personas que creía mis amigos, aunque ellos no son el problema, la manera en la que me ignoraba antes me hace sentirme indeseado.

Aunque deben ser solo ideas mías.

¡Por supuesto! Haré todo lo que me pidas.

Te adoro.♡

Está bien, no lo olvides.

Es algo confuso aveces, pero sé que ella me quiere, si no me quisiera ¿por qué me quitaría la virginidad? Así sea solo para saciar su libido, seria una forma de querer, ¿no? Ojalá me dijera que me quiere o por lo menos que me necesita.

Si es ella le permitiré lastimarme como quiera si se queda a mi lado.

Solo espero que ningún idiota se le acerqué con otras intenciones si ella no lo desea, mataré a cualquier desgraciado que intente tocarla.

Debería matar a Bakugo, solo para asegurarme de que no se acerque a ella, se nota mucho que la ve con ojos morbosos y eso no me gusta nada.

Sacudí mi cabeza, intentando disipar aquellos raros pensamientos, aunque, medianamente acertados a lo que siento.

Salí de mi habitación y le puse llave, dirigiéndome a la cocina, donde Bakugo, Sero, Kirishima y Mina se encontraban sentados comiendo tranquilamente:— ¿Que pasa Kacchan? Usualmente estarías dormido a esta hora —me burlé, intentando ocultar lo curioso que me encontraba por ver com quien charlaba, después de todo, sonreía mientras ojeaba el teléfono.

Si está acosando a mi ama...

Bakugo gruñó ante mí comentario mientras Sero solo rió:— Aparentemente está hablando con Majakutsu, desde la declaración pública que Bakugo le hizo la semana pasada han estado hablando mucho y, como ella es una persona nocturna, suelen hablar más a estas horas —explicó Kirishima, pareciendo algo molesto con lo que decía.

¿Como sabe que mi ama es una persona nocturna?

Tomé un vaso de agua que se encontraba en la mesa, luego me senté y comencé a beber agua para tranquilizarme, últimamente soy un poco sobre protector si se habla de Majakutsu, no tengo idea de porque.

— Deberias dejar de escribirle, no tiene caso, nunca aceptará estar contigo —dijo Todoroki desde el sofá, yo asentí, sonriente.

— ¿Y tú qué sabes, bastardo mitad-mitad? Por lo que sé nunca has estado con una mujer —No le tomé mucha atención a ello, después de todo, desde que terminé con mi ama Todoroki se había comportado algo extraño conmigo, casi hostil, diría yo.

Cuando, hace unos días, ella me dijo que estaban comprometidos porque su madre la había obligado, entendí la razón.

— De hecho, estoy comprometido —soltó, escupí el agua que bebía en aquel momento.

¿En serio lo dirá?

Bakugo rió, yo los observé a ambos con el ceño fruncido:— Me pregunto quien será la pobre chica de mala suerte —por un segundo, pude jurar que Todoroki sonrió con superioridad.

Maldito.

— Supongo entonces que ________ tiene muy mala suerte —dijo, neutro, pero pude notar algo de diversión en su voz.

En aquel momento sentí como si me ahogara en mis propios celos.

Bakugo quedó boquiabierto, al igual que todo aquel que lo escuchó, por lo cual, me ví en obligación de intervenir:— Tecnicamente tiene mala suerte, seria solo un matrimonio para unir sus familias, sin amor de por medio. Seguramente sus familias los obligaron —intenté decir con una sonrisa y cierto gesto juguetón—. Un compromiso puede romperse.

Bakugo parecía apoyarme, por lo cual, me enojé aún más. Él la quiere tener, pero ella jamás le pertenecerá nadie.

Estoy tan cansado de ellos.

Sin quererlo, activé mi Quirk y terminé por romper el vaso en mis manos, pero, estaba muy enojado como para notarlo en aquel momento. Mi sonrisa aún se mantenía sobre mis labios, pero, sentí como si en cualquier momento me daría un tic en el ojo.

Quiero matarlos.

Mordí el interior de mi mejilla, reprimiendome, sintiendo como los pedazos de vidrio se incrustan en mi piel.

— ¡Kaminari! ¿Estás bien? —escuché la voz de Mina a mi lado, pero, no le presté mucha atención.

Estoy demasiado cansado de ellos.

— Si, estoy bien —La necesito, necesito que mi ama me controle.

Quité los pedazos de vidrio y me fui del lugar en dirección a mi habitación, allí tendía un botiquín, a demas, podría tranquilizarme mientras veo las fotos de mi ama.

Al llegar a mi habitación sonreí, relajado al observarla por todos lados, tomé un marcador rojo y dibujé varios corazones en una de las fotos, al rededor de su rostro, no podía ensuciar aquellas fotos con su hermoso rostro de mi asquerosa sangre.

Limpié mi herida y vendé, últimamente era necesario que tuviera un botiquín en mi habitación gracias a las cortadas con papel que tenía gracias a la urgencia con la que movia los papeles en que imprimía las fotos de mi amada Majakutsu.

Noté, en los últimos meses, que por más que sonría, parecía incómoda cada vez que usaba su nombre, así que dejé de hacerlo.

Al terminar, guardé todo en su lugar y me dirigí a mi mesita de noche, de donde saqué una pijama de ______ que había tomado la última vez que estuvimos en su habitación.

Mi miembro se puso duro solo al pensar en su precioso cuerpo desnudo.

— Si tan solo estuviera aquí —llevé la tela a mi nariz, por lo cual, el olor de mi ama llega hasta mi y empiezo a tocarme lentamente, imaginándo que ella está sobre mi, besando mis labios—. Ama —suspiro, empezando a aumentar el ritmo, mientras los minutos pasan e imagino su cuerpo sobre el mio.

Jadeo antes de llegar al éxtasis.

Estoy enfermo, pero no interesa.

Me arrojó a la cama y mantengo la pijama de Majakutsu en mi puño, hasta que el eco de su voz fuera de mi habitación me deja inmóvil.

— Denki —escuché un susurro, casi un gemido, por lo cual, me puse bien los pantalones y corrí hacia la puerta.

Al asomarme, noté que no había nadie.

¿que me está pasando?

Narrador omnisciente.

La azabache observó el cigarro entre sus dedos por un momento, ella solía comprar paquetes solo para que, al final, terminara desechando aquel cilindro con tabaco por el simple hecho de no atreverse a envenenar su cuerpo con aquellas sustancias.

De hecho, ella nunca había probado ninguna clase de drogas, a pesar de que parte del negocio de su madre se basara en el narcotráfico.

《Quiero vivir un largo tiempo, no matarme lentamente.》, se dijo a si misma, intentando usar aquello de justificación mientras desechaba aquel cigarrillo.

Aunque lo cierto era que temia depender de alguna sustancia, ya sea marihuana, cocaína o tabaco, prefería seguir con su vida de aquella manera.

Debes venir al cuartel de la liga, ¿acaso no piensas seguir trabajando?

Aquel mensaje de texto de Giran la hizo fruncir el ceño, poniéndo los ojos en blanco antes de contestar, evidentemente fastidiada por aquello.

Trabajar está sobrevalorado.

Ella ya era millonaria, podía retirarse y derrochar todo su dinero, y aún así, cuando muriera, quedaría demasiado. Las balas antiquirk estaban terminadas, Chisaki ya tenía sus brazos de vuelta, era la dueña de Dabi y Hawks. Incluso había hecho que Shigaraki dependiera emocionalmente de ella.

En resumidas cuentas, ya no los necesitaba, no necesitaba hacer nada de aquello.

Solo necesitaba una bala y un momento, toda su pesadilla se iría cuando le quitara su particularidad a su madre, pero, una parte de ella no tardaba en dudar, su parte piadosa, la parte que Sakura e Inuko habían alimentado con su presencia, haciéndola dudar realmente si debía quitarle su particularidad a su madre.

— Esto es una mierda.

Le dio un sorbo a su cerveza de cherry, notando que apenas había dado dos tragos, a pesar de lo deliciosa que estaba. Miró a un lado como Hawks y Dabi dormían plácidamente.

De alguna manera aquellos dos hombres habían logrado escabullirse hacia su habitación sin ser vistos.

La azabache se levantó se la cama, desnuda, siendo su cabello largo lo único que tapaba sus pechos, aunque, a ella no le importaba que no lo hiciera, después de todo no se avergozanaba de su cuerpo.

Con pereza, tomó una toalla y salió de su habitación, envolviendo su cuerpo en esta mientras caminaba por los vacíos pasillos, después de todo, era realmente tarde, por lo que la mayoría de sus compañeros dormían.

Al estar en la sala común, no pudo evitar observar con curiosidad como alguien caminaba hacia la puerta de entrada y daba dos toques en esta. Al acercarse y abrirla, puedo visualizar al hijo menor de Endeavor:— Shoto —dijo, genuinamente sorprendida.

— Yo...le dije a todos que estábamos comprometidos —ella se apoyó en la puerta, notando el nerviosismo en el muchacho poco expresivo.

《Justo cuando menos me importa.》, pensó, bostezando.

— Está bien, ¿eso era todo? —Shoto negó.

— Queria verte —confesó, mirándola con una lijero sonrojo, notando que su prometida solo llevaba una toalla.

Ella, por otra parte, al ver varias luces de linternas, de quien suponía era Aizawa, tomó la mano de Shoto y cerró la puerta, acorralando al más alto contra este mientras pegaba su cuerpo al suyo. Aquello no era solo una provocación, era una forma para no ser vistos.

Shoto tragó duro al bajar la mirada y observar los pechos poco cubiertos de su prometida.

— _________...— suspiró, ella lo calló, colocando uno de sus dedos sobre los labios de mitad-mitad.

— Alguien podría escucharte, Shoto —el susurro de su nombre por parte de ella hizo que una electricidad subiera por el cuerpo del mayor, sonrojandose al notar lo que pasaba en su cuerpo.

Habia tenido una erección.

Ella lo miró a los ojos, empeorando la situación, sus ojos misteriosos y seductores eran el mejor afrodisiaco. Cuando la azabache se separó y lo observó, acariciando su cuello hasta llegar a sus pechos, observando la ventana mientras se aseguraba que el maestro de Shoto se hubiera ido, Shoto desvió la mirada intentando calmarse. Inocentemente creía que su prometida no había notado el problema en sus pantalones.

Ella desvió la mirada, dirigiéndose a mesa con cajones que tenían cerca de la puerta principal y sacando un caja de condones. Shoto se sonrojó aún más.

— Natsume dice siempre "ante todo la seguridad" por eso cada vez que se acaban todos nos turnamos para comprar la caja provisional de condones, por si acaso a alguien le faltan en su recámara —explicó, tomando dos sobres metálicos y observando a Shoto con una sonrisa.

— Eso significa que quieres que tú y yo... —Shoto aún se encontraba apoyado contra la puerta, aquello era lo único que evitaba que cayera al suelo por el nerviosismo.

La azabache suspiró:— Estamos comprometidos, Shoto, tarde o temprano pasará. A demas, parece que realmente me necesitas —el chico con heterocromia suspiró, sonrojado, observandola.

Su risa dulce resonó en los oídos de Shoto, mientras, ella se acercó lentamente, tomandolo del cuello de la camisa y parándose sobre la punta de sus pies para poder besarlo.

Por un segundo, Shoto abrió los ojos, sorprendido, después de todo, aquel era su primer beso, aunque, no tardó mucho en corresponder aquel beso con el mismo salvajismo que su futura cónyuge.

Sus pasos vacilantes la guiaron hacia el sofá, las mejillas de ambos estaban rojas. Ella soltó un gemido al sentir las caricias de Shoto en su espalda, consiguiendo adivinar cuales eran sus puntos débiles.

Con cuidado, Shoto la recostó al sofá y se colocó sobre ella, manteniendo unidos sus labios mientras su mano intrusa se colaba debajo de la toalla y acariciaba su abdomen.

La más baja soltó un gemido al sentir los dedos de Shoto comenzar a bajar, acariciando su feminidad mientras sus labios se despegaban de los suyos y comenzabana a bajar por su cuello, repartiendo besos húmedos.

— Shoto —gimió bajo en su oído mientras el seguía tocandola.

La azabache soltó un gemido, encajando sus uñas en su espalda, mientras sentía la respiración cálida de Shoto contra su cuello.

Ella no tardó en morder el hombro de Shoto, ahogando un fuerte jadeo al sentir como Shoto metía uno de sus dedos en su interior. Su mente no tardó en ponerse en blanco cuando sintió que ya no era un dedo si no dos.

Al ver sus ojos de dos colores distintos, Majakutsu pudo notar que estaban ligeramente oscurecidos.

Shoto hizo su cabello hacia atrás, tomando el sobre metálico y liberando su miembro, colocándose el condón y entrando lentamente en el interior de su prometida.

Ella soltó un jadeo, cambiando el lugar en donde morderia para ahogar este.

《Se siente tan bien.》, pensó Shoto, cegado por la lujuria.

Shoto balanceo sus caderas una y otra vez, comenzando con las embestidas, sin ser demasiado brusco, haciendo que sonido de la piel rozandose resonará para cada rincón del lugar. La azabache mordía sus labios tratando evitar que cualquier gemido saliera de su boca, mientras, Shoto se excitaba aún más al escuchar contra su oído bajos jadeos y gemidos que ella no lograba contener.

— Shoto —gimió mientras arqueada la espalda, sintiendo como sus embestidas se volvían más duras y toscas.

Su mano comenzó a acariciar su espalda:— Uhm...Sho...—gimió al sentir como se hundía fuertemente en su interior.

Todo era placer, haciendo que ambos se olvidaran del hecho de que que estaban en la sala común de la clase c.

Mientras, Shoto marcaba su cuerpo para demostrar una sola cosa, ella era solo suya.

Su mano toma su barbilla, mientras, ella abría un poco más sus piernas para que las embestidas fueran más profundas:— ¿Vas a besarme? —susurró ella.

— Si, ________, ahora mismo todo tú es una droga para mi —susurró Shoto contra sus labios antes de unirlos en un beso aún más furioso y necesitado que el anterior mientras sus lenguas jugueteaban.

Entre el beso, Shoto gruñó. Las piernas de la muchacha temblaron cuando sintió como llegaba al orgasmo, y, justo cuando arremetió una profunda embestida en ella, Shoto soltó un largo gemido ronco luego de dejar de besarla.

— Te quiero —soltó

El cuerpo de Shoto cayó sobre el suyo, ambos se encontraban jadeantes, sus pechos subían y bajaban ante el agotamiento.

— Pareces cansado —la azabache soltó una risa.

— Y tú tienes demasiada energía —susurró Shoto mientras sonreía, mirando sus profundos orbes negros.

Por otro lado, Dabi despertó, palpando el lado de la cama en el que solía dormir la asesina, abriendo sus ojos con pereza al notar que ella no estaba. Luego de estirarse y levantarse de la cama, Dabi se vistió y salió de la habitación, emprendiendo una búsqueda para encontrar a la azabache.

Los jadeos y los gemidos ahogados al llegar a la sala común lo alertaron.

《Espero que no sea el niño raro que está obsesionado con ella.》, pensó, abriendo los ojos al ver como la chica saltaba sobre el miembro un chico de cabellos bicolor.

No le costó mucho adivinar que se trataba de su hermano menor.

El rostro de Dabi ensombreció cuando sus mirada se cruzaron, ella sonrió:— el Karma es una perra —gesticuló con sus labios, sin hablar, sin embargo Touya la entendió demasiado bien.

Ella sabía que acostarse con Hawks no le afectaba demasiado, ¿qué mejor que tener sexo con el hermano que tanto odia? Y con ello, su venganza y sus asuntos pendientes con Dabi terminaron.

《Podré ser una perra resentida, pero ahora está tan roto como yo.》, pensó, dejando salir jadeos de su boca mientras llegaba al orgasmo junto a Shoto.

Era una tarde de viernes y Kotaro observaba con pereza la pizarra de su clase, aquellos temas que ya había estudiado anteriormente en Rusia le parecían realmente tediosos, con pereza, se llevó las manos detrás de la cabeza y observó a sus alrededores.

Todas eran personas comunes y aburridas, sin embargo, una persona le llamó la atención. Ella estaba demasiado distraída, dibujando en su libreta, ignorando por completo lo que su sucedía alrededor, incluso, podía decirse que no le importaba.

Ella se encontraba sentada en la hilera al lado de la suya, prácticamente casi juntos.

El azabache chasqueó la lengua, intentando recordar el nombre de aquella chica que, en cierta medida, se parecía a su hermana, sus cabellos eran largos y lisos, su piel era ligeramente bronceada y tenía una nariz resignada, un poco más que la de su hermana mayor. A diferencia de su hermana, su mirada era dócil y casi tímida, sus mejillas eran ligeramente regordetas y tenía una contextura diferente.

— Naomi —regañó su maestro de matemáticas mientras se acercaba al pupitre de la chica que Kotaro observaba.

Ella se sobresaltó, guardando casi de inmediato la libreta en la que dibujaba y sonriendo nerviosamente mientras jugaba con sus dedos y simulaba escribir en su libreta de matemáticas.

Las orbes escarlata de Kotaro se plantaron descaradamente en ella, escaneandola de pies a cabeza, sonriendo.

《Desde que volví de Rusia no he tenido mucha diversión.》, pensó, pasando su lengua por su labios superior.

Kotaro apoyó sus brazos en su escritorio, empujando su cartucheras con su codo, haciendo que, abierta, cayera del lado que se encontraba cercano a Naomi, quien al notar aquello, pensando que no había sido intencional, intentó ayudarlo a recoger sus cosas.

— Gracias, Naomi —la mencionada se sonrojó ante el tono de voz del mencionado y la forma tan familiar en la que la había llamado por su nombre. El maestro solía hacerlo porque era un amigo de su padre, pero era totalmente extraño que aquel chico de ensueño lo hiciera.

— No... no es nada —tartamudeó mientras se sonrojaba, sobresaltadose al sentir el toque de los dedos de Kotaro sobre los suyos al tomar el mismo lápiz.

Naomi retiró su mano casi de inmediato, pasando un mechón detrás de su oreja, haciendo que Kotaro pensaba en como había hecho aquello demasiadas veces.

La mirada de Kotaro la intimidó, hambriento, siempre parecía tener la guardia baja y mantener ese semblante de depredador que lo caracterizaba y lo hacía realmente atractivo.

Todas, en el fondo, querían estar con un chico malo, y, para su desgracia o fortuna, Kotaro parecía exactamente eso.

Era sábado y Naomi se encontraba en el centro comercial, atrapada por la lluvia, había salido para comprar algunas cosas para la escuela y aclarar un poco su mente. Kotaro, como cosa realmente extraña, había estado ayudandola y charlando con ella durante la última semana.

— Otra vez tú —dijo una amable voz detrás de ella.

Naomi alzó la vista para ver al alto chico sosteniendo un paraguas, con una sonrisa divertida mientras bebía un jugo de caja sabor manzana.

— Si, hola —susurró mientras le dedicaba una leve sonrisa.

— ¿Quieres venir conmigo? Mi casa está realmente cerca —luego de unos minutos pensándolo, Naomi asintió, dudosa, sin embargo, prefería estar en un lugar cálido.

Al llegar al hogar de Kotaro, Naomi no pudo evitar sorprenderse al notar el gran tamaño de este y la gran cantidad de cosas lujosas.

— Sientate —pidió el azabache, señalando un sofá que se encontraba frente a un televisor en la sala de su residencia.

— Gracias —tartamudeó Naomi.

Kotaro, luego de hacer unas cuantas cosas en la cocina, se sentó a su lado con un plato de palomitas mientras encendía el televisor. El azabache tomó un par de cajas con jugo y le tendió una a Naomi, quien la recibió con gusto, tomando un poco.

Ninguno de los dos dijo nada, solo disponiéndose a ver el televisor.

Kotaro había puesto una película de romance, o por lo menos eso era lo que aparentaba ser, ya que, de repente, los protagonistas se encontraban besándose sobre la cama desesperadamente.

Los sonidos de gemidos resonaban mientras los protagonistas hacías el amor durante la noche en la que el protagonista masculino le habia propuesto matrimonio a la protagonista.

— Pareces incómoda —dijo Kotaro, sonriendo con burla—. ¿quieres que ponga Bod esponja?

Naomi infló sus mejillas mientras lo miraba, él tenía su ceja levantaba mientras sonreía con diversión.

— Tenemos la misma edad, Majakutsu-san, no me trates como una niña —Aclaró, mientras, él se limitó a reír sin decir nada.

《Muy lindo e incómodo.》, pensó Naomi, al ver como las escenas en el televisor eran solo sexuales.

Naomi cruzó sus piernas sin despegar la mirada del televisor, apretandolas mie tras soltaba un suspiro, no sabía si era por la película, pero se sentía ligeramente caliente.

— ¿Es la primera pelicula con escenas de adultos que ves? —preguntó Kotaro entre risas.

— No, incluso he visto hentai —susurró.

Escuché una carcajada de su parte. Yo me sonrojé, notando como los dos primeros botones de su camisa estaban desabrochados, por cual el calor no tardó en subir a mi rostro.

— No si eres ilusa o idiota —mencionó entre risas—. O tal vez lo haces a propósito.

Kotaro hizo el tazón de palomitas a un lado, al igual que la caja del jugo que había terminado, acercándose a Naomi, mientras sus rostros se encontraban a escasos centímetros.

Naomi se recostó, algo confundida, lo cual le dio paso a Kotaro para poner su pierna entre las suyas, rozando su rodilla con su feminidad, haciéndola temblar ante aquella sensación. Las manos de Kotaro tomaron sus muñecas y las posicionaron por encima de su cabeza mientras la besaba.

Sus labios, claramente más expertos que los de Naomi, se movían hábilmente mientras sus lengua se colaba en la boca de la morena en un húmedo y asfixiante beso, el cual, ella no dudó en seguir.

Al separarse, Kotaro sonrió al ver el desastre que había hecho con aquella chica.

El vaivén de sus cuerpos mantenía su temperatura corporal alta, Naomi podía sentir las manos de Kotaro recorrer rincones de su anatomía que ni siquiera ella conocía. La azabache soltó un largo jadeo al sentir su miembro adentrarse en ella.

Él había aprisionado sus muñecas por encima de su cabeza con una de sus manos, las cuales eran realmente grandes, y la retenían sin ningún problema; su otra mano, que hasta entonces solo había estado recorriendo sus curvas, se encontraban ahora sujetando fuertemente la piel de sus caderas, apretandola. El resto de su cuerpo se encontraba entre sus piernas, regalandole un frenesí de placer, siendo la primera vez que sentía algo así.

La anchura de su cuerpo permitía que Naomi mantuviera sus piernas abiertas, sin problema alguno, permitiéndole a él envestirla con comodidad, golpeando cada parte de su interior. Mientras tanto, sus labios acariciaban la oreja de la más baja, soltando jadeos y gruñidos al ritmo de sus embestidas, susurrando su nombre con frecuencia.

— _______....— sus embestidas seguían, ninguno de los dos parecía dar señales de cansancio.

Ante los altos grados de excitación, Naomi no pudo notar que Kotaro no decía su nombre.

La habitación se llenó de los sonidos lascivos de sus pieles chocar, gemidos y jadeos, gruñidos ahogados. Él no tardó mucho en comenzar a plantar besos en su cuello, dejando algunas marcas en este.

— ¡Majakutsu-san!— gritó Naomi, sintiendo como el miembro del contrario se hundía con más profundidad, haciendo sus embestidas aún más rápidas.

Ambos no tardaron en llegar al clímax, siendo él el primero en llegar al orgasmo, diciendo el nombre de la misma persona que había nombrado anteriormente, su cuerpo se desplomó sobre el de Naomi, las respiraciones de ambos estaban agitadas y el sudor recorría sus pieles.

Kotaro se desplomó a un lado de la morena, mirando al techo de su habitación mientras su pecho subía y bajaba, cansando, notando su error, abriendo sus ojos con sorpresa.

《Estoy enfermo.》, pensó, al darse cuenta que todo este tiempo había pensando que Naomi era su hermana mayor. 《Me estoy volviendo loco.》

Kotaro se giró hacia Naomi, quien dormía plácidamente, recostada a su lado. Estresado, se pasó una mano por el rostro, sintiendo como un escalofrío subía por su cuerpo mientras observaba la puerta de su habitación abrirse de repente.

— Kotaro —su hermana mayor levantó las cejas con sorpresa al encontrar a su tierno hermano de aquella manera—. Lo siento.

Cuando se hermana se fue, Kotaro se levantó casi de inmediato, cubriendo su cuerpo mientras corría detrás de ella:— Hermana —él intentó tomarla del brazo para que girara, sin embargo, ella lo apartó rápidamente.

— No me toques despues de haber tenido sexo con alguien, es asqueroso —escupió, frunciendo el ceño.

El hecho de que Kotaro tuviera sexo con otras personas no le molestaba, sin embargo, su higiene personal era relamente importante para ella.

— Lo...lo siento —tartamudeo, sintiendo un peso en su corazón, sintiendo la necesidad de justificarse.

— No hay problema, pero, no lo vuelvas a hacer —dijo, más tranquila, sonriendo— venia a invitarte a cenar, pero, puedes ir luego. Diviértete y usa protección.

La tranquilidad en su voz hizo que en cierto modo Kotaro se entristeciera.

— ¿Que es esto? —preguntó Hawks, levantando un portafolio en el que Majakutsu solía guardar sus dibujos—. Lo encontré sobre su escritorio y no quise abrirlo sin preguntar.

Ella mordió su labios, arrebatandoselo de las manos casi de inmediato, asustada, no tanto que su madre los observaba. Si había algo que no quería, era que Akira se enterase que ella gastaba su tiempo dibujando, seguramente le daría un largo discurso sobre lo inútil que era aquello.

— ¿Que es eso, _________? —preguntó su madre desde su ostentosa silla en la otra punta de la mesa.

La mencionada apretó los dibujos contra su pecho, sintiéndose acorralada, sintiendose otra vez como una niña pequeña, porque sabía que sus dibujos expondrían la parte más recóndita de su ser, la parte más amarga, más dócil, más sagaz. La parte de su ser que intentaba esconder.

Alterada, se levantó de la silla, observando la ventana como una forma de salvarse. Si lanzaba el portafolio, los dibujos se arruinarían y nadie jamás podría verlos, no sería vulnerable y nadie vería quien era en realidad.

Y, cuando estaba a punto de hacerlo, alguien la detuvo. Al girarse, con el ceño fruncido, observó a Touya sostener el portafolio lejos de ella, salvandolo de la caída.

— Prefiero que te sientas vulnerable a que te pierdas por completo —confesó el hombre—. Esto es algo que tiene que pasar.

Dabi le tendió el portafolio a Akira, quien lo observó con curiosidad:— Amor —susurró la mujer al observarlos, mismo que solo Akim logró escuchar.

La mujer no tardó en sorprenderse al abrir el portafolio, deslizando sus dedos sobre el papel de forma delicada, mirando cada detalle de cada dibujo, cada trazo, cada tono. Su hija, por otro lado, se sentía vulnerable, desnuda, sus ojos se enrojecieron ante las ganas de llorar, mientras, dabi tomaba su mano con fuerza para darle apoyo.

Ella quiso apartarla, pero eso hizo que él solo apretara su agarre.

Akira levantó su mirada y suspiró:— Eres...buena —dijo, mirando a Kanaye, quien asintió, sabiendo exactamente lo que pasaba por la mente de su esposa—. Acompañame.

Akira se levantó, tomando el portafolio, mientras, su hija la seguía en silencio, esta vez, agarrando con fuerza la mano de Dabi mientras caminaba a su lado. Al llegar a su destino, ella se sorprendió al ver como estábamos frente a aquella habitación de la casa que siempre se había mantenido cerrada, aquella habitación a la que nunca se le había permitido entrar.

Akira sacó una llave de su bolsillo y abrió.

Los ojos de la mayor de sus hijos se abrieron con sorpresa al ver las pinturas de vinilo en cada pared, los cuadros en blanco que gritaban por ser llenados de pintura, las estanterías con cientos de cuadernos, pinceles, pinturas y lápices.

Sus labios se abrieron ligeramente mientras observaba con sorpresa aquel lugar.

— Cuando era joven adoraba pintar y dibujar, ese hábito no cambió cuando me casé, incluso, se volvió aún mayor cuando tu naciste —susurró la mujer, colocando el portafolio sobre uno de los taburetes— Yo...ya no tengo tiempo para este tipo de cosas, la habitación es toda tuya.

— ¿Te gustaron mis dibujos? —preguntó ella, tartamudeando, siendo alentada por Touya.

Akira suspiró, observando a Akim, Tiago y Kanaye, quienes no sabían realmente que decir:— Eres mucho mejor que yo cuando tenías mi edad, incluso creo que si te esfuerzas podrías ganar dinero con ello, pero, no le tomes mucha atención. Es un buen hobbie, pero solo debe ser eso, un pasatiempo —la menor asintió, estupefacta ante la actitud de su madre—. Volvamos a la mesa, luego le pediré Sora y Juno que limpien el polvo, se que eres alérgica.

Sus padres y su madre se fueron rápidamente, dejando a Dabi y ________ atrás, misma que aún se encontraba sin procesar lo que había pasado.

Luego de un rato, ella se llevó las manos a la boca, sorprendida, al quitarlas, rió y observó com emoción a Dabi, a quien abrazó mientras reia con emoción.

— Tu risa es mi sonido preferido —dijo Touya de repente—. La echaba de menos. Estoy orgulloso de ti.

Y entonces, Dabi se sorprendió al ver como los ojos de su amada brillaban con felicidad, era la primera vez que la veía de esa manera, sintiendo una calidez en su pecho cuando vio que lo miraba como si acabara de regalarle el mundo entero, por lo que se sintió de maravilla.

Pero, ella borró su sonrisa:— ¿Por qué haces esto? Te rompí el corazón, me acosté con tu hermano frente a ti —dijo, sin embargo, el pensó que valía la pena morir solo por volver a ver aquella sonrisa que ella había borrado.

— Rompeme el corazón, puedes romperlo mil veces, si quieres. De todos modos, desde el principio, solo ha sido tuyo desde el principio —respondió, colocando un mechón de cabello detrás de su oreja, notando como los ojos de la chica no habían dejado de brillar—. Llevo enamorado de ti desde que caíste sobre mi cuando escapabas de tu escuela y me duele tanto como si me quemara de nuevo con mis propias llamas. Aún no tengo idea de cómo hacer para que lo nuestro funcione, pero, te prometo que tendremos nuestro final feliz. Veras que volverás a enamorarte de mi.

— Las promesas son una mierda, Touya —dijo ella con una sonrisa, entrelazando sus dedos antes de unir sus labios en un tierno beso—. Pero tus intentos son bienvenidos.

Él apretó un poco sus manos, para luego agacharse y besar su cuello, dándole pequeños mordiscos, haciéndola reír, siendo este el principal propósito de aquello.

— Te amo —dijo, sonriendo cual enamorado.

Ella rió, juguetona:— Yo tambien me amo —dijo con orgullo, haciendo que el albino sonriera y revolviera su cabello, notando como ella recobraba su buen humor.

— Volvamos —dijo él, abrazandola sobre sus hombros mientras entrelazaba sus dedos con los suyos.

Hola, hola.

¿Como están? Espero que bien.

Espero que hayan disfrutado este capítulo, no olviden dejarme su opinión en los comentarios me cortaré las venas.

Ja, ja, ja *mirada sospechosa de Homero Simpson*

Bueno, en fin, creo que no tengo mucho que decir.

Gracias por leer 🥀.

Pd; aquí les dejo unas imágenes de Maja si fuera hombre ;)



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