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Este capítulo contiene escenas obscenas y/o subidas de tono, si no te gustan este tipo de escenas no leas el penúltimo separador.

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El cielo oscuro de la noche hacia que la luna y un par de luces fueran lo único que iluminaban la residencia Majakutsu; por el portón principal entraron cinco camionetas negras, cada una de ella llevaba atrás una jaula donde, maximo, había siete lobos.

Akira soltó el humo del cigarro por su boca mientras su labios se encontraban cruzados, observando la escena, centrando su atención en la última camioneta que entraba con unos cuantos lobos:— lleven tres al laboratorio de kanaye.— dijo ella con simpleza a su asistente, quien asintió y se dirigió a hablar con el conductor de esta última camioneta.

Akira en observó a su hija, quien la observaba desde la entrada de manera inexpresiva, al ver que había cruzado miradas con su madre, al azabache no tardó en salir de la gran casa, observando con molestia al guardia que anteriormente había asesinado por intentar detenerla de salir.

El hombre con tinte negro en su cabello observó a la femenina, quien bebía plácidamente de un cóctel que Kurogiri le había preparado, ensimismado. Luego de un rato el de orbes zafiros desvió su mirada, observando la gran puerta de la que, antes de mudarse, era su habitación.

— ¿Crees que tu lindo jefe esté enojado conmigo?— preguntó ella con simpleza hacia el Nomu.

— El joven Shigaraki es algo temperamental y, dado que ocultó información importante, creo que es bastante probable que siga enojado.— respondió el Nomu de traje mientras secaba un par de copas que había lavado.

Una puerta se abrió violentamente, siendo Tomura quien la observaba despectivamente apoyándose en el marco de la puerta, ella sonrió manteniendo sus labios cerrados:— esa es mi señal.— dijo ella, tomando el cóctel que restaba en la copa y levantándose para caminar y adentrarse a la oficina del líder de la liga, quien azotó la puerta justo después de que ella entrara.

El peliceleste agarró el cuello de la femenina y azotó su espalda contra la pared más cercana, haciendo que ella soltara una risa, ligeramente adolorida por el brutal acto:— por eso no tienes novia.— dijo burlona mientras reía, enojando al hombre.

— ¿que te parece tan gracioso? Nos ocultaste información importante, riéndote en nuestras caras, ¿acaso crees que esto es un circo para satisfacer tus deseos y divertirte?— gritó el hombre con desprecio.

Ella sonrió ampliamente:— ¿Te digo la verdad o seguimos siendo socios?— él apretó el dedo de la menor, limitándose a usar solo cuatro de sus dedos para ello.

Ella soltó otra risa:— No puedo matarte, pero, eso no significa que no pueda hacerte daño.— el peliceleste tomó la mano derecha de la femenina, sorprendiéndose al notar como su particularidad no hacía efecto

— Mamá me hizo un soldado, no una princesa en apuros.— ella tomó el largo cabello de Tomura con la misma mano que este sostenía para usar su particularidad, disolviendo el exceso de este y dejándolo ligeramente corto.— recomiendo que dejes de usar tu particularidad en mi si no quieres saber que es lo que sienten tus víctimas.

El hombre soltó la mano de la azabache, quien mantenía su sonrisa de superioridad, él no se quejó, después de todo, aún seguía impresionado, no podía creer que había alguien a quien no le afectaba su particularidad.

— La próxima vez que intentes amenazarme, tu cabello no será lo único que desaparecerá.— escupió ella con desagrado.— así que, se amable conmigo, porque puedo matarte si se me antoja. No eres más que un lindo rostro que no temeré en cortar si vuelves a tratarme de esa manera.

Ella tomó al hombre del cuello de la camisa, obligándolo a encorvarse ligeramente para observarla más cerca:— Respétame o muere, maldito novato.— los fieros ojos negros y sin brillo hicieron que un frío escalofrío subiese por la espalda del villano.

Ella observó el reloj en su muñeca con pereza, recostando su cabeza en el muro en el que apoyaba su espalda, bostezando con pereza. Eran las cuatro de la madrugada y aún no había llegado el cargamento de medicamentos que debía robar para Daruma.

— Entonces, señorita Enchantress, nunca esperé que usted fuese la hija del jefe de la Bratva.— la azabache observó al hombre de sombrero de copa que había sido enviado para acompañarla y ayudarla.

— Las cosas predecibles son aburridas.— se limitó a decir ella, cerrando sus ojos e intentando agudizar su oído para poder escuchar cuando el camión llegase.

Mr. Compress sonrió:— tiene toda la razón, señorita.— se limitó a decir el hombre.

La menor suspiró, sintiendo la mirada del hombre sobre su cuerpo, analizandola, como si intentara buscar un punto débil, cosa que ella podía suponer que había sido una orden de Tomura, quien evidentemente estaría avergonzado y enojado por lo que le había hecho horas atrás.

— Tengo muchas debilidades, señor, soy humana después de todo, pero, a diferencia de ustedes, sé superarme y suplirlas con el resto de mis actitudes o con las de los demás. Después de todo, soy un soldado perfecto.— dijo ella, abriendo sus ojos y desviando su mirada a la calle, donde un camión blanco se aparcaba frente al edifico del tejado en el que ellos se encontraban.

La menor sacó rápidamente un arma con silenciador, disparando a los dos hombres que se encargarían de descargar el cargamento:— Así que, no cometa de nuevo esa estupidez, porque creo que podríamos ser amigos.— dijo ella de forma fría, observando al hombre con sus apagados ojos ónix.

Compress levantó las cejas, sorprendido, observando cómo la menor creaba pequeñas baldosas de energía rosa para poder bajar y comenzar a robar el cargamento, mismas que este usó antes que desaparecieran.

— ¿Esa es tu particularidad?— preguntó el encapuchado, parándose a un lado de la femenina, quien buscaba los medicamentos que Daruma requería para zafarse de aquella misión.

— No.— se limitó a decir, no tenia porque darle explicaciones a alguien que en algún momento sería su mascota.

Cuando ella observó ambas cajas hizo un ademán con la mano para que el villano usara su quirk, cosa que obedeció, comprimiendo aquellas cuatro grandes cajas en cuatro pequeñas esferas color Azul bondi.

Al terminar aquello ambos integrantes de la liga se alejaron caminando tranquilamente por los oscuros callejones, siendo ella quien protegía a Mr. Compress de los ladrones o matones, dejando un pequeño rastro de cadaveres que eventualmente alguien descubriría. Al llegar a un lugar apartado y medianamente seguro la menor le envió un mensaje con su ubicación a Kurogiri, quien abrió un portal con dirección al bar que usaban como cuartel.

— Terminé con mi trabajo, si no depositan el dinero en mi cuenta en media hora alguien de su lindo club morira todos los días hasta que llegue a Shigaraki o me paguen mi dinero, lo que suceda primero.— dijo ella, antes de escuchar y ver la notificación que había llegado a su teléfono.— olvídalo, ten lindo día.

Atsuhiro no entró al warp gate si no despuésu de ver como la femenina se alejaba de aquel inquietante callejón al que habían ñentrado.

— ¡Hijo de puta! — gritó al azabache mientras presionaba la herida provocada por las garras del lobo que intentaba domar.

Ella salió rápidamente de aquella habitación, cerrando la puerta y procediendo a vendar su herido brazo, siendo este el décimo rasguño que había recibido. Con evidente fastidio ella suspiró, observando por una pequeña ventanilla como el lobo caminaba en círculos, como si estuviese esperando a que volviera para atacarla.

— ¿Como vas con eso? — cuestionó Akira, llegando al lugar.

— Es más fácil amaestrarlos cuando son cachorros.— se quejó la menor, observando a su madre con desprecio.

— Pero, no me gustan las cosas fáciles, y a ti tampoco.— con rapidez Akira abrió la puerta de la habitación en la que el lobo estaba encerrado, dándole a este una patada cuando intento saltar a atacarla, provocando que la pata del animal se rompiese.

Con rapidez inhumana la menor se adentró a la habitación, colocándose frente al pobre animal que había sido maltratado por su madre, protegiéndolo:— si lo curas y lo atiendes tendrás su lealtad.— dijo la de cortos cabellos, caminando lejos y observando a su hija por encima de su hombro.— para hacer un omelet debes romper algunos huevos.

El majestuoso animal de cabellos negros gruñó ante la cercanía de la menor, solo calmándose cuando esta acarició su pata con dulzura, intentando hacerlo un poco más dócil.

— Buenas tardes.— dijo la azabache, adentrándose al laboratorio de su padre, siendo Chisaki quien sonrió de manera entusiasta al verla.

Cuando Kai aceptó ser de su pertenecía, ella hizo que aquel hombre trabajara con su padre, Kanaye al ser científico y médico especializado en genética, aceptó la petición de su hija de intentar que el castaño recuperara sus brazos.

— Señorita, ¿Que la trae por aquí?— dijo el hombre de brazos metálicos con una sonrisa.

La menor sonrió, levantando su mano y acariciando el cabello del castaño, haciendo que este botase de inmediato las vendas ensangrentadas en envolvían ambos brazos de la femenina, preocupándose de inmediato.

— Necesito que mi madre me ayude a cerrar mis heridas y arreglar la pata de uno de los lobos que mi madre quiere que entrene.— Kanaye levantó la mirada con molestia.

— ¿Acaso tu madre me ve cara de veterinario?— se quejó con molestia el albino, suspirando e intentando calmarse.— no le sigas los juegos a tu madre, puedo curarte pero no revivirte, me preocupa que algo malo te pueda pasar.

La azabache hizo una mueca, sin que alguien pudiera adivinar realmente si aquello se trataba de una sonrisa o un gesto de desagrado:— Estoy bien, ¿Como van con la reconstrucción de células y huesos?— preguntó ella mientras su padre retiraba las vendas de sus brazos.

— Aún intentó mezclar el ADN de Chisaki y mezclarlo con él de las salamandras para poder regenerar sus brazos.— ella levantó sus cejas.— tal vez pueda tener una nueva habilidad para regenerarse, pero, por lo que tengo entendido, con su particularidad ya podía hacer algo similar a eso. Es una pena que se limite a solo usar sus brazos y no sus pies.

La azabache observó a Kai, quien desvió la mirada algo incómodo, nunca le había importado mucho explorar más allá de lo que sabía de su particularidad, después de todo su objetivo principal era erradicar todos los Kosei para que así la Yakuza pudiera triunfar de nuevo por sobre la ley.

— Si, que pena.— dijo ella con simpleza, observando cómo su padre curaba sus heridas usando las células de su cuerpo y maleándolas como una especie de masa blanca. Gracias a él era que sus particularidad le permitía manipular el hierro y la energía vital en su cuerpo para crear objetos.

Kanaye podía manipular el cuerpo de las personas, él es capaz de curar y reparar heridas, también podía dañar los órganos internos de las personas, podía incluso evitar que el aire llegara a lo pulmones de su víctima.

— sería perfecta si pudiera hacer lo mismo que tu.— dijo la azabache, ensimismada en lo fácil que sería su vida si tuviera la particularidad de su padre sumada con la suya.

— para Akira eres perfecta, si hubiera sido así seguramente te idolatraría y creería que eres una bendición divina.— el albino le sonrió a su hija, dándole una paleta de sabor cereza.

— Tienes razón, no la soportaría.— dijo ella, sonriendo mientras metía la paleta a su boca.

Kai suspiró, observando cuál enamorado a aquella chica de largos cabellos, la había estado deseando por tanto tiempo que ahora no podía creer que la tenía frente a él. Realmente deseaba tocarla pero su discapacidad se lo impedía, por eso daba su máximo esfuerzo para ayudar a Kanaye, porque Kai quería poder abrazar y sentir el tacto de su suave y linda piel.

— Si no la dejas de mirar de esa manera te arrancare las piernas también.— susurró la voz de alguien en su oído, sin embargo, al girarse, no había nadie.

Kai suspiró, pensando que solo estaba agotado:— ¿No crees que se parece mucho a tu hermano? Tiene el cabello negro, la única diferencia es que uno de sus ojos es amarillo.— dijo Kanaye, observando al lobo que su hija había adentrado a su laboratorio.

— los animales negros son lo más hermoso del mundo.— dijo ella con una linda sonrisa, acariciando el pelaje del lobo que se mostraba hostil ante la presencia de los dos hombres.

No se había ganado su lealtad pero sí había conseguido un pequeño avance, había dejado de ser la fuente de su hostilidad; por más que le doliera aceptarlo su madre tenía razón, pero ella prefería ganarse la confianza de todos por medio de lindas palabras y actos.

Después de todo, a todos les gusta sentirse amados, cuando alguien te hace sentir de esa manera, usualmente, las personas suelen volver a aquel lugar.

Con elegancia, las piernas de la primogénita de Akira se cruzaron, mientras sus ojos se cerraban y su espalda se apoyaba en el espaldar de la silla, ella suspiró, masajeando el puente de su nariz, tratando de relajarse.

Con una mano desbotonó los primeros dos botones de su camisa escarlata, dejando a la vista un lindo collar de cadena delgada y corta que reposaba sobre su clavícula.

Kotaro la observó con asombro y un ligero sonrojo posado en sus mejillas:— ¿Me darás acciones de la empresa cuando sea mayor de edad?— la mayor asintió, observando los documentos en su mano de manera inexpresiva.

— Algo así, no quiero que nuestra madre te arrebate las acciones si te las doy ahora, ella sigue siendo tu represéntate legal.— con pereza ella firmó los documentos en su mano, aprobando los dos accionistas que ella misma había elegido.— naturalmente tendré la mitad de las acciones, tú tendrás el veinticinco por ciento y otras dos personas el quince, por precaución no podré decirte quiénes son. Cuando cumplas dieciocho te lo diré.

Kotaro estaba impresionado, su madre nunca quiso realmente que él heredara la empresa de Irazume, diciendo siempre que su hermana era la única con suficiente inteligencia como para manejar el imperio que su padre había dejado atrás al morir.

— Supongo que eso está bien.— tartamudeo el de orbes rubíes, manteniendo el ligero sonrojo en sus mejillas.

La azabache le regaló una sonrisa de labios cerrados, sin despegar la mirada de los documentos que revisaba con detalle, haciendo que Kotaro imitara aquella sonrisa.

Kotaro sonrió, quitándose la camisa y los pantalones para solo ponerse un cómodo pijama:— Iré a darle las buenas noches a mi hermana.— dijo el menor con una sonrisa.

El menor caminó alegremente hacia la residencia de Akira, específicamente a la habitación de su hermana, de teniéndose solo después de escuchar jadeos provenientes de esta. Entre más se acercaba a la puerta más podía escuchar él sonido de las voces provenientes del interior de la habitación. Curioso, el menor se pone de cuclillas en el suelo, acercando un ojo a la pequeña apertura de la puerta, donde él podía ver con claridad.

— Sigue así.— gimió melodiosamente la voz de su hermana mayor.

— Ahora quiero yo.— protestó una voz masculina, misma voz que Kotaro reconocía como la voz de Hawks.

Kotaro acercó más su ojo a la pequeña apertura, logrando ver como su hermana, quien se encontraba de pie, se sentaba en su cama. Sus ojos se abrieron al ver el escultural cuerpo de la femenina. Él abrió la boca con sorpresa casi al mismo tiempo en el que Hawks se agachó, abriendo las piernas de la azabache y acercándose a la intimidad de esta, lamiendo su intimida mientras ella acariciaba su cabello y susurraba frases obscenas en ruso que él podía entender a la perfección.

Kotaro sintió como su miembro erecto abultaba su pantalones cuando ella se encorvó ligeramente, gimiendo de placer por las sensaciones que Hawks le provocaba al juguetear con su clitoris. Una gota de sudor bajó por el espacio entre los pechos de la de orbes ónix; su piel pálida y sus perfectas curvas provocaban un cúmulo de sensaciones en el cuerpo del menor.

Dabi tomó a la menor y la recostó en la cama, apartando la boca de Hawks de su intimidad luego de que ella se corriera. El villano se colocó sobre la azabache y se hundió dentro de ella con un gemido ahogado. Kotaro casi imita aquel sonido al ver como ambos se corrieron tras algunos minutos de acción.

— Ahora me toca a mi.— se queja Hawks con un, en opinión de Kotaro, desagradable ronroneo.

Los odio tanto.

Pensó Kotaro para sus adentros, observando cómo el rubio se dejaba caer en la cama y la exhausta femenina que se encontraba tendida a un lado de Touya se levantó, colocándose sobre él miembro del héroe, apoyando su mano en el pecho de este para poder tener un apoyo. A diferencia de Dabi ella ahora era la dominante, haciendo que su hermano pudiese observar perfectamente a la chica saltando sobre él miembro de Hawks. Kotaro mordió su labio mientras observaba cómo los pechos de su hermana rebotaban mientras gemía y montaba al héroe con rudeza.

Los gemidos eran algo realmente difícil de ignorar, y, con la poca sensatez que le quedaba, el azabache se levantó, viendo su error al tropezar sobre sus pies, haciendo que la puerta se abriera por completo, cayendo en el suelo.

La azabache lo observó un rato, misma acción que Touya imitó, siendo Keigo el primero en reaccionar e intentar tapar el cuerpo de la menor, abrazándola. Ella tomó una sábana, tapándose, mientras que Dabi y Hawks observaban la escena con ligera sorpresa.

— ¿pasa algo, Kotaro? — preguntó ella, amable.

— yo...quería darte las buenas noches, entonces vi por accidente y quise irme, pero tropecé.— mintió el menor mientras balbuceaba.

Ella se había dado cuenta de aquella mentira:— ¿que viste exactamente?— preguntó ella, mientras Kotaro no podía apartar la mirada de su cuello, lleno de mordidas y chupones.

— a ti encima de ese hombre.— volvió a mentir.

— Debí haber cerrado la puerta, lo siento.— dijo ella, sonriendo y acariciando el cabello del menor.— descansa, ten lindos sueños.

— Tú también.— tartamudeó el azabache al ver los pezones erectos de su hermana a través de la delgada tela de sus cabañas.

En aquel momento Kotaro casi sale corriendo cuando su hermana se quedó mucho tiempo observándolo.

Con molestia la menor frunció el ceño:— ¿un compromiso? — preguntó ella a su madre con molestia, haciendo que los cuatro hombres detrás de ella fruncieran el ceño al igual que sus padres.

— hace poco me encontré con un hombre y nos hicimos buenos amigos, su hijo tiene una buena particularidad y son de una familia adinerada, en un mes vendrán a verte usar la tuya. — la menor observó las actitudes que su madre quería que tuviera en el momento que se encontrara con su prometido, escritas en aquel papel.

Con molestia la menor soltó un jadeo desesperado:— No me casaré con nadie que tú elijas, seguramente es el hijo de algún mafioso.— la mujer soltó una risa.

— No te estoy preguntando.— dijo ella.— solo será por un tiempo, solo es mientras logro concretar mi plan.

— No voy a hacer esto.— dijo la menor, lanzando las reglas hacia la silla de su madre.

— Entonces puedes puedes ir olvidándote de las clases en Yūei.— amenazó la mujer, sonriendo.

En los labios de la de orbes ónix se dibuja una final línea, suspirando:— madre, lo sabes muy bien, no soy una sumisa y tú tampoco.— Akira levantó sus cejas, observando las reglas que su asistente había escrito.

— tienes cierta razón.— dijo ella con una larga sonrisa.

— A mi me gustan las mujeres sumisas.— inquirió el asistente de la jefa de la Bratva, observando a su pequeña hija de manera inexpresiva.

— Y a mi me gustan los penes, pero, no por eso haré que me enseñes.— dijo ella con una sonrisa hipócrita.

Akira soltó una larga risa al escuchar lo dicho por su hija, Tiago y Akim taparon su rostro, Tiago para evitar reír, Akim lo hacía gracias a la vergüenza que sentía al escuchar a su preciada hija decir algo como eso.

— ¡________! — bramó Kanaye.

— ¿Que?— preguntó ella con una sonrisa que simulaba inocencia.

Al terminar de reír Akira aclaró su garganta:—simplemente seduce al hijo del maldito y estaremos bien, si no, uno de tus padres perderá la lengua. Lo que realmente sería una pérdida para mi.— comentó ella.

La menor suspiró, levantándose, caminando fuera de la sala de juntas con Kai, Dabi, Hawks y su hermano menor caminando detrás de ella.

Hola, ¿cómo están?

Espero que bien.

Un pajarito me dijo que les gustaría el incesto con el lindo Kotaro.

Ya dije, esta es ficción oscura;  no es correcto, pero lo más probable es que haya escenas incestuosas entre los hermanos de esa familia Tan dañada.

Además Hagan shipps con parejas problemáticas, si no pues ¿donde esta la diversión?

Yo estoy algo mal y con dolor de cabeza así que lo más probable es que me duerma temprano así que subiré el capítulo ahora.

Espero hayan disfrutado el capítulo, no olviden dejarme comentarios con su opinión, siempre los leo todos, incluso las correcciones ortográficas que, por cierto, agradezco, porque me ayudan a ser mejor escritora.

Incluso me he metido a los perfiles de algunes, alta Stalker estoy hecha.

En fin, nos leemos luego.

Gracias por leer. 🥀

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