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— 015.—
El pelimorado movió el bolígrafo entre sus dedos, observando el asiento frente a él, donde se encontraba sentado Shoto, sin embargo, el mitad mitad no era lo que le había llamado la atención, sino los recuerdos que llegaron a su mente en aquel momento.
El año anterior a ese, cuando empezó el año escolar en Yūei y Shinso aún se encontraba en la clase C, Majakutsu era la chica que se sentaba delante de él, usualmente ella solo se sumia en su propia vida, ignorando por completo a las personas a su alrededor, pero un día ella se interesó lo suficiente como para darle palabras de apoyo el día del festival deportivo.
— Shinso-san, para mi tu eres el campeón, estoy segura de que el próximo año ganaras porque tu Quirk es genial. Te estaré apoyando.— En aquel momento el interés de Shino por Majakutsu también despertó, pero, a diferencia de la actualidad ella no solía sonreír.
Era algo nostálgico para Hitoshi, en aquellos momentos él solo pensaba en ser un héroe, era su sueño, pero luego de recibir aquellas palabras de una chica tan fría como ella, no pudo evitar pensar en ella. Hitoshi solía observarla desde la distancia, admirando la elegante belleza de la femenina, buscando algún sentimiento en su inexpresivo rostro.
Hasta entonces solo era interés y curiosidad, así fue como pasó la mitad del primer semestre, solo observandola como un lindo adorno.
Uno de los días en los que Shinso se encontraba observandola desde lejos fue cuando lo vio por primera vez, ella se había encontrado a un pequeño gato en una caja, había intentando tomarlo entre sus manos, pero este solo las rasguñó; él estaba a punto de acercarse a ver si estaba bien, pero en ese momento la vio por primera vez, la vio sonreír, era una sonrisa algo triste, pero era algo tan raro para que que quedó completamente anonadado en aquel momento.
Después de eso ella le dejó su sombrilla, la que siembre llevaba a la escuela ya que últimamente hacía mucho calor, aquella solo era un protección del sol, cuando lo hizo el pequeño gato parecía estar agredicido y la dejó acariciarlo.
La amplitud y la felicidad en la sonrisa de la azabache no tenían precio.
En ese momento fue cuando Shinso se interesó de otra forma más allá de la curiosidad, más allá de la amistad, la deseaba, y pronto, entre más la observaba, ese deseo se fue convirtiendo en amor, llegando a tener un amor platónico en aquella azabache.
Incluso decidió adoptar a aquel gato al que ella le había dado su sombrilla, guardando esta, esperando tener el valor de dársela.
Al inicio de este, su segundo año en Yūei, Hitoshi fue transferido al departamento de heroes, específicamente la clase A, pero eso no le impedía seguir observandola desde lejos, admirando su belleza, disfrutando de las pocas veces en las que está hacia alguna expresión facial.
Él creía firmemente que ella estaba fuera de su liga, pensando que esta algún día se casaría con alguien importante.
Pero ese pensamiento tan lindo e idealista se quebró cuando el ojeroso la observó sonriéndole a Kaminari, el chico que, en su opinión, no merecía las sonrisas de su ex compañera o sus coqueteos para nada discretos. Hitoshi envidiaba a Denki.
La campana que indicaba que la del almuerzo había comenzado lo sacó de sus ensoñaciones y recuerdos, suspirando con pesadez al darse cuenta que habia estado distraído durante toda la clase de inglés. El pelimorado rascó su mejilla con cansancio, estirando su cuerpo antes de levantarse para ir de camino a la cafetería, como solía hacerlo todos días.
— Buenas tardes.— se escuchó decir a la voz de la chica en la que Hitoshi había estado pensando durante casi tres horas.
Shinso observó como el chico rubio que se sentaba a su lado sonreía abiertamente al observar a la azabache esperarlo en la puerta de entrada al aula con un par de bentos, sonriente, simulando que habían sido preparados por ella misma. El hecho de que Majakutsu mintiera no era lo que le molestaba a Hitoshi.
Lo que le molestaba a Shinso era que ella se tomara tantas molestias por Kaminari.
El pelimorado se levantó, dirigiéndose a la puerta mientras observaba a Denki hablar efusivamente con la azabache, quien escuchaba atentamente. Ella le había entregado un porta comidas color azul al rubio, quien lo sostenía descuidadamente, mismo descuido que Hitoshi aprovechó, empujando ligeramente a Denki con su hombro, haciendo que el porta comidas se resbalaba de las manos del de ojos ámbar.
— ¡No!— exclamó, agachandose para recoger la comida que se encontraba esparcida en el suelo.— lo siento mucho, _______-chan.
— Perdón, no te vi.— mintió Shinso, sonriendo internamente.
La azabache abrió sus labios ligeramente para luego extender sus labios y formar una sonrisa, tocando el hombro de Denki y haciendo que se levantara, ella tomó la mano del rubio amablemente y sonrió:— compartamos el mío, ¿no es eso más romántico?— dijo, haciendo sonrojar a Denki, Hitoshi y a cierta chica de cabellos castaños que observaba a la azabache desde lejos.
Kaminari no pudo contenerse y la abrazó, haciendo que las chicas de su clase se sonrojaran y observaran la escena, animadas, después de todo, si ellos se abrazaban significaba que eran relamente cercanos:— No sé que dios me favorece, pero me alegro de haberte conocido.— dijo el rubio con una sonrisa y un lijero sonrojo.
La azabache soltó una ligera risa, separándose del rubio mientras su rostro se encontraba ligeramente enrojecido:— no me veas.— dijo, colocando sus manos en su rostro, haciendo sonreír a Denki, tomando estas y apartandolas.
— Te ves aún más preciosa cuando estás sonrojada.— el chico dejó un beso en los dedos de la chica, haciendo a Shinso fruncir el ceño, observando a esta pareja con sus brazos cruzados.— iré a buscar una escoba para barrer este desastre.
— aquí te espero.— dijo ella, para luego observar como Denki se retiraba, apresurado en buscar el closet de aseo.
Cuando Denki se fue Shinso se mantuvo en su lugar, observando a la femenina, quien, al verlo, hizo una pequeña mueca con sus labios, como si quisiera reprimir una carcajada, cosa que hizo a Hitoshi sonrojarse, avergonzado, notando que quería burlarse de él. Después de todo habia descubierto sus intenciones.
El pelimorado estaba por irse, derrotado, sin embargo, la mano de la azabache lo detuvo, cosa que lo sorprendió:— La próxima vez le diré a Inuko que preparé uno para ti, como compensación por cuidar al gato.— Hitoshí levantó sus cejas con sorpresa.— también me gustaba observarte, Shinso-san.
Ante tal declaración el corazón del mencionado comenzó a latir rápidamente y la sangre se acumuló en sus mejillas, justo cuando estaba por responder aquella confesión Denki apareció con una pala y una escoba, barriendo lo que anteriormente Hitoshi le había hecho derramar.
Al terminar la azabache decidió irse con él, no sin antes decir:— puedes quedarte con el paraguas.— ella sonrió ligeramente hacia Hitoshi para luego abrazar el brazo del rubio y comenzar a caminar a su lado.
Ella acomodó su gorra y su tapabocas negro, caminado a un lado de Keigo, quien se encontraba ligeramente nervioso y reacio a obedecer a la menor, sin embargo, era lo que debía hacer, pues, como ella había dicho anteriormente, lo podía destruir en un segundo.
— ¿Conoces a Akira?— Hawks negó con la cabeza, ella suspiró.— Akira es japonesa, pero tiene un esposo ruso, su principal negocio es la mafia, específicamente la Bratva. Allá en Rusia las cosas son muy diferentes de como son en Japón.
Keigo levantó las cejas, preguntándose que era lo que alguien tan joven querría con la mafia rusa:— en una semana ella llegará a Japón, al parecer tiene familia aquí, su engendro. Pero eso no es a lo que quiero llegar.— dijo ella, con cierto fastidio, Hawks de inmediato supuso que ella tenía asuntos con el hijo de aquella mujer, o directamente con la nombrada Akira.
— cuando la semana se cumpla protegeras a dos personas.— dijo ella, haciendo un signo de amor y paz con los dedos.— una de ellas seré yo, la otra es Kayena Majishima, ese es su apellido de soltera.
El rubio asintió sin decir mucho, intentando pensar y atar lo cabos, pero, simplemente no lo lograba con la poca información que tenía, una llamada los interrumpió, razón por la cual Keigo pidió permiso para contestar, mismo que Majakutsu aceptó.
Al colgar Keigo la observó:— de la agencia, quieren que haga un informe de lo me han confesado los de la liga hasta ahora.— confesó, sabiendo que no podría ocultar nada.
La azabache asintió, observando luego cómo Keigo se alejaba volando:— Ahora...— dijo ella para si misma, re dirigiendo su mirada a una cafetería, donde se encontraba Dabi, observandola.
Ella se acercó y entró al lugar, sentándose a un lado del hombre mientras pedía un granizado de café frío:— No sabía que tenías tan malos gustos.— dijo él, observandola de brazos cruzados.
Ella lo observó con la sonrisa más hipócrita que pudo hacer:— Pues, salí contigo, así que no es nada nuevo.— dijo ella, pasando la lengua por su labio superior, provocado a Touya.
Él la observó, tomando su mano:— ¿por qué no te fuiste de Musutafu? Ese era tu plan para escapar de tu madre, tenías el dinero, pero en cambio solo te convertiste en una asesina.— preguntó el, preocupado de lo que la madre de la chica pudiera ordenarle hacer.
— Si vamos a hablar del pasado me aburriré y como diversión te quitaré tus lindos piercings uno por uno hasta desarmarte por completo.— dijo ella con una amplia sonrisa.
Touya apretó el agarre en su mano:— dímelo, _________, tenemos una historia, soy tu ex novio. Merezco al menos saber que sucedió.— dijo él.
Ella soltó una risa:— misma historia que quisiste terminar, pagándole a una prostituta para que me hiciera creer que te habías acostado con ella.— dijo ella, agradeciendo al mesero cuando este le trajo su bebida.
— Mira, Dabi.— él levantó sus cejas, después de todo ella siempre solía llamarlo por su nombre verdadero.— yo no tengo ningún ex, un novio de verdad se queda, tu no fuiste un novio real, en todo caso.
Ella bebió un poco de su café para luego seguir hablando, observandola con la mirada más fría y cortante que le había dirigido a aquel hombre:— Cuando decidiste terminar nuestra relación dejaste de existir para mi.— la azabache hablo, sin sentimiento, libre del amor que antes alguna vez sintió, de su sueño de ser libre o del dolor de su anterior corazón roto.
Ella sonrió, tomando su café y levantándose:— sé un amor y paga por mi ¿quieres?— dijo ella, caminando fuera de la tienda mientras sentía la mirada de Dabi sobre su cuerpo.
La pregunta que tanto rondaba por la cabeza de Touya no había sido respondida.
¿Por qué no habia usado el dinero que le dio Akim para escapar?
La respuesta era realmente sencilla, sin embargo, no era lo que Dabi quería escuchar.
Cuando él la dejó ella si pensó en irse, cada lugar de aquella ciudad estaba lleno de recuerdos de cuando ellos dos estaban juntos, lleno de recuerdos de sus citas, de sus escapadas. Pero entonces su madre llamó a su padre, preguntando por el dinero que este había robado para ella.
Al final ella terminó por entregarlo todo discretamente y, luego de eso, su madre había dejado de insistir con eso del dinero.
La azabache no era una buena persona, en realidad había pensado en irse sin importar nada, pero, cuando su madre llamó a su padre obtuvo algo aún mejor que su libertad.
Un objetivo, un motivo para vivir.
Se dio cuenta que realmente había sobrevalorado la libertad, se había estado subestimando a si misma y a todas las cosas que había aprendido en aquellos años que estuvo entrenando, desganada, gracias a las insistencias de su madre.
Habia reemplazado el dolor de un corazón roto por la ambición de algo aún mayor.
¿Por qué conformarse en hacer lo que quisiera fuera de los parámetros de su madre cuando podía tener el mundo entero a su pies? Porque, como su mismísima madre lo había dicho, ella era su obra maestra.
Ella quería vencer a su madre en su propio juego de dominio mundial.
Y nada ni nadie la detendría después de eso, mucho menos un hombre de cara bonita.
Tenia el tablero y había recolectado las piezas, solo faltaba que su contrincante jugara contra ella y comenzara a mover sus piezas, las cuales ella conocía a la perfección.
Una llamada entrante hizo que la azabache se distrajera un poco y contestara:— ¿tía?— preguntó.
— ¿quién más podría ser, cariño?— la azabache sonrió al mismo tiempo que se escuchó la risa de Kayena.— te tengo una linda sorpresa, o eso creo.
— Mjum.— se limitó a decir, esperando a que la mujer siguiera.
— Tus tres padres, incluso Kanaye, están aquí en la ciudad. Llegaron antes que tú madre.— al escuchar aquello la de orbes ónix suspiró.
Ella comenzó a jugar con uno de los cabellos de su flequillo, acomodando este un poco:— ¿algo más?— dijo, restandole importancia al asunto.
— Si, pero antes de decirlo, pensé que te importaría más. No has visto a Kanaye desde que tienes once años.— ella se detuvo, después de todo habia llegado a la entrada de su residencia.
— por eso mismo, es prácticamente un desconocido, tía. Mis padres no se han comunicado directamente conmigo desde hace mucho.— comentó, entrando y saludando formalmente a algunos de sus compañeros, indicando que no la molestarnos porque estaba hablando por teléfono.— son prácticamente extraños, a excepción de mi padre, Akim, claro. Él me manda correos de buenos días cada mañana.
— Sabes que Tiago estaba atareado por los pedidos de tu madre...— comentó Kayena.
— Si, lo sé, no es nada personal tía. Es solo que siento que no los conozco.— comentó, quitándose el cubre bocas al entrar a su habitación.— en fin, siempre hemos sido tu y yo. Ahora, ¿cuál es la otra noticia?
— Bueno, alguien más vino con ellos.— dijo Kayena con una sonrisa.— mañana lo descubrirás.
La azabache odiaba las sorpresas, razón por la cual, fastidiada, soltó un suspiro.
● 🥀 ●
Buenas ✨
¿Como están hermosos seres?
Espero que bien.
En unos dos o tres caps podrán por fin conocer a la villana en la vida de la prota, su madre.
Además, siento que la canción de multimedia representa un poco a Dabi y la prota ahora xd.
Espero hayan disfrutado este capitulo, no olviden dejarme un comentario con su opinión.
Gracias por los 10k ❤
Gracias por leer.
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