Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

- 013.-

— 013.—


La azabache observó el cielo desde la ventana de su escuela que daba al exterior, notando las varias nueves grises que yacían en este, la noche anterior ella había discutido con uno de sus padres, razón por la cual lo último que quería hacer era regresar a aquella ostentosa casa.

Al sonar el timbre que indicaba el fin de la jornada ella se levantó como siempre, recogiendo sus cosas y saliendo rápidamente de su escuela, debía comer algo rápido o terminaría desmayandose.

Gracias a su pelea no tuvo el tiempo para esperar su almuerzo y mucho menos tomar dinero para comprar este. Al estar fuera de la escuela ella intentó correr lo más rápido que pudo, sin embargo, alguien había tomado su mochila por detrás, impidiendo que ella pudiera hacer siquiera un movimiento.

— Como te gusta joderme la vida.— dijo ella con molestia, observando al albino que la miraba con diversión.

— Yo diría que es todo lo contrario.— dijo él, soltando a su novia, aunque ella realmente no sabia que lo era, y abrazandola por los hombros.— Creo que se te olvidó que vengo por ti todos los días ¿a donde vamos con tanta prisa?

La azabache suspiró con pesadez, dejando que su estómago contestara por ella cuando este soltó un ruido del que usualmente las personas se avergüenzan:— a llenar mi agujero negro.— el de ojos azules apretó sus labios, reprimiendo una risa al tomar aquella frase con doble sentido.

— Por aquí cerca hay una pizzería, vamos allí, pedimos para llevar y te llevo a casa.— el hombre comenzó a caminar mientras abrazaba a la menor, cuyos músculos se pensaron al escuchar que Touya la llevaría a casa.

— Touya, hoy no iré a casa. — confesó.— pelee con uno de mis padres y quiero quedarme afuera por hoy. Solo entraré a casa discretamente para tomar dinero y luego iré a un hotel.

El albino levantó sus cejas, sorprendido, a pesar se su aparente sorpresa el solo se encogió de hombros:— No vayas, yo pago la pizza y por hoy te quedas en mi departamento.— se limitó a decir, ella sonrió y asintió, abrazando su cintura y sonriendo ligeramente mientras ambos caminaban rumbo a la pizzería.

A Dabi nunca le molestó dormir en moteles, nunca buscó realmente un lugar al que llamar hogar por el simple hecho de querer centrarse en su venganza, pero, cuando empezó a notar sus sentimientos por aquella chica a la que él se atrevía a llamar su novia, no pudo evitar querer comprar un lugar apropiado en donde esta lo pudiese visitar y pudieran tener tiempo a solas.

Al llegar a la pizzería ambos se sentaron en una mesa, ordenando una pizza sencilla para llevar:— Ahora que somos pareja supongo que tendré que darte una copia de la llave del departamento.— dijo el de ojos azules, pasando la lengua por su labio superior.

La azabache levantó las cejas y abrió su boca, sorprendida:— ¿Somos pareja?— Dabi la observó, respirando hondo, si bien era consciente de la inexperiencia de Majakutsu en el amor aveces era algo frustrante.

— Claro que somos pareja, nos besamos y tenemos citas.— él hombre se abrazó a si mismo y observó a la menor con sospecha.— a menos que tu concepto de cita sea algo más íntimo.

— Ya cállate, Touya.— dijo ella con un lijero sonrojo, jugando con un mechón de su cabello negro.— me hubieras avisado antes.

El albino sonrió:— supongo que entonces tendré que ser más claro contigo.— él tomó la mano de su novia, sonriendo cual hombre enamorado que era.

Majakutsu soltó una risa, observando como Dabi se ahogaba con refresco luego de haberla escuchado decir que profesión ejercían sus padres y su madre:— Creo que este es el fin de Touya.— dijo el albino, intentando hacer reír a su novia.

— No seas exagerado, yo te defenderé de todos.— dijo la azabache, plantando un beso en la mejilla de su novio.

El sonido de la lluvia era relajante para ambos, casi tanto como la compañía del otro, ambos estaban fascinados por aquel cálido sentimiento en sus pechos cuando se miraban, cuando notaban que los sentimientos eran correspondidos, ambos tenían aquel cariño que no habían obtenido de cierto familiar. Ambos eran el héroe del otro.

Lo cual era curioso ya que ambos técnicamente se convertirían en villanos.

Él la observó, observó aquellos ojos negros y hermosos que tanto adoraba, detallando el lunar que tenía cerca de su ojo izquierdo, derritiéndose ante aquella mirada centelleante que lo hacía sentir empalagoso.

Las respiraciones de ambos comenzaron a mezclarse a medida que se acercaban, el primero en cortar la distancia fue Touya, besando a la pelinegra con necesidad notoria. Sus dedos agarraron el rostro de la chica con cariño. Sus labios se tocaron una y otra vez, sus lenguas jugueteaban, parecía que ambos competían por ver quién era más rápido y quien lo hacía más placentero, dejando atrás los besos delicados. La azabache soltó un gemido y se separó unos segundos para tomar aire, notando como la cálida mano izquierda de Dabi se introducía bajo su camisa. No tardaron más que unos instantes en volver a unir sus bocas. Esta vez siendo un beso lento y profundo que solo los hacia desearse más.

Touya se quitó su camisa cuando ambos tomaron un segundo para respirar, observando a la chica y esperando que ella estuviera segura de lo que harían. Ambos continuaron besándose mientras con lentitud se despojaban del resto de su ropa, quedando ambos solo en ropa interior, el hombre se separó de la azabache, observando sus ojos, sus grandes y brillantes ojos, paseando luego su mirada por las curvas de su cuervo, y, con dulzura dijo:— Eres preciosa, _______. ― la mencionada se sonrojó, mordiendo su labio inferior y desviando la mirada, con delicadeza el albinl volvió a besar a la de orbes ónix mientras que sus manos se paseaban por todo el cuerpo de esta, acariciándola con deseo, sin dejar de proyectar todo el amor que sentía por ella.

Luego de un tiempo Touya fue de a poco bajando sus besos hasta llegar a los pechos de la pelinegra, besando estos por sobre la tela del sostén, luego retirando este y comenzar a repartir besos y chupones en uno de ellos mientras que el otro lo masajeaba, aquello hizo a la azabache soltar un jadeo, aquel sentimiento era realmente desconocido para ella, pero era realmente placentero. Cuando los besos del hombre comenzaron a bajar por su abdomen. Mientras mantenía sus labios unidos con los de su novia el hombre de a poco bajó su mano hasta la intimidad de la chica, metiendo esta debajo de sus bragas y comenzando a estimularla. El dedo pulgar del albino comenzó a hacer movimientos circulares sobre la clítoris de la pelinegra, los cuales la hicieron arquear su espalda gracias a las descargas de placer, sintiendo como los labios de Touya buscaban cada vez más seguir besándola, subiendo la velocidad en la que se movía su dedo.

Sus movimientos eran inexpertos, sin embargo, eso no quitaba el placer que le brindaba a la azabache.

Los gemidos ahogados por los besos del hombre salían de los labios de la azabache cada vez más, haciendo los cosquilleos en la parte baja de su abdomen más constantes, llegando a su primer orgasmo. Al suceder esto Dabi termino por retirar la ropa interior de la peliverde, admirándola completamente desnuda, sonrojada y por sobre todo suya.

Dabi se dirigió hacia la mesita de noche al lado de su cama, rebuscando entre los cajones un condón, el habia comenzado a comprar aquel tipo de protecciones y pastillas luego de comenzar a salir con la azabache, después de todo el realmente no tenía una vida sexual activa:― pensé que este momento llegaría aunque no creí que fuese ahora. ― dijo él, sin tardar mucho en abrir el pequeño sobre y colocar aquella funda de látex en su miembro.

Él observó a la de ojos negros, presionando sus labios contra los suyos, solo introduciendo su miembro dentro de ella luego de que la azabache le dijera que estaba preparada. Aquello hizo que esta soltara un jadeo de dolor, después de todo era su primera vez, el hombre se quedó ahí por un momento, esperando a que la chica le diera una señal para comenzar a moverse, cuando esta asintió con la cabeza luego de unos minutos acostumbrándose a aquel extraño sentimiento el comenzó a moverse suavemente, teniendo cuidado de no lastimar a su novia, sin embargo, cuando los jadeos de dolor fueron cambiados por gemidos placenteros el albino aumento la velocidad de sus embestidas, así, llegando ambos a disfrutar un paraíso de sensaciones nuevas para los dos al llegar al orgasmo al mismo tiempo.

Cualquiera diría que Touya era sexualmente activo, cosa que no era realmente cierta, si bien tuvo varias oportunidades nunca le dio demasiada relevancia a ese tipo de cosas, tenía sus necesidades, si, pero no las suplirá con cualquiera que se cruce en su camino.

Después de un tierno beso en los labios, Touya se dejó a caer a un lado de la azabache, tomando la mano de esta y atrayéndola más hasta su cuerpo, abrazandola: ― Te amo.— dijeron ambos al unísono, cosa que los hizo reír.

— ¿quieres leer algo?— sugirió ella, cosa a la que Dabi no se negó.

Aunque ellos no lo sabían compartían una intimidad relamente increíble, porque a pesar de la opinión común, la intimidad no solo se alcanza cuando le entregas tu cuerpo a alguien más, la intimidad se alcanza cuando después de ello eres capaz de hablar y sonreír junto con esa persona mientras yacen desnudos aún luego de hacer el amor.

Ambos se mantuvieron así un largo tiempo, ella leía en voz alta mientras usaba el pecho de Touya como almohada, el albino escuchaba atento y hacía preguntas de vez en cuando. Era tan Pacífico que no podían evitar querer que ese momento no terminara nunca.

— Entonces, tienes un novio.— dijo Sakura, coqueta.— ¿desde cuándo?

— Bueno, casi será año ahora que lo pienso.— dijo ella con una sonrisa.— nos conocimos el año pasado y a principios de este año comenzamos a salir.

La rubia sonrió:— ¿Eres feliz? — la azabache asintió con una sonrisa, desde que era novia de Touya sus sonrisas salían con más facilidad.

— Entonces me alegro mucho por ti.— la rubia abrazó a su mejor amiga.— debemos prepararnos para la ceremonia de clausura de mañana, no puedo creer que el próximo año sea nuestro último año de preparatoria y todas cumpliremos quince.

Inuko jadeo con horror al ver como la azabache se comía el pan que había guardado:— ¡Traicion!— dijo la castaña, ignorando las palabras de Sakura, quien reia por la exageración de la más alta.

La campana que indicaba el fin de la jornada escolar se escuchó, haciendo que la azabache corriera hacia la salida, tomando sus cosas, Dabi solía ir a recogerla todos los días a la escuela, nunca faltaba y, aquel día, no era la excepción.

— Hola.— dijo el albino con una sonrisa, recibiendo a su novia con los brazos abiertos, la cual se lanzó sobre él.

— ¡Tengo vacaciones! ¿A donde quieres ir? — el albino sonrió, dispuesto a responder, sin embargo, antes de poder siquiera formular una palabra el tono de llamada del teléfono de la menor sonó.

Ella no pudo evitar molestarse ante aquello, tomando aquel aparato con fastidio, mismo sentimiento que luego fue remplazado por otro, miedo, la llamada entrante era de su madre, quien había dejado de llamarla hace casi un año, haciendo que ella pudiera llevar una vida prácticamente normal.

Dabi la miró, aún no entendía mucho de la situación, pero sabía que para su novia era bastante atemorizante hablar con su madre:— Si quieres puedes ponerlo en alta voz, vamos a un sitio más privado.— él la arrastró hasta un pequeño callejón, donde ella por fin pudo contestar la llamada, permitiéndole a su novio escucharla.

— ________.— la fria y elegante voz de su madre nombrandola hizo que ella tomara la mano de Dabi, buscando una apoyo.— Si creíste que no me iba a enterar de tu noviecito estas equivocada, no vas a tirar todos mis...nuestros planes por la borda solo por un muchacho, desde que el chico Chisaki desapareció te deje tener cierta libertad, pero te estás volviendo débil.

— Madre, creo que si tu puedes tener tres esposos yo puedo tener un novio.— respondió ella, observando al susodicho, quien acariciaba su cabello intentando tranquilizarla.

— Mi niña, se que amas a ese muchacho, ¿crees que yo amo a tus padres?— la mujer soltó una risa.

La azabache frunció el ceño con molestia:— Bueno, madre, creo que puedo nombrar a una persona que amaste.

La mujer aclaró su garganta:— entonces, ya sabes como terminó todo, ahorrame las molestias, te daré un año para que sigan jugando a la pareja felizmente enamorada. Luego de eso veo que sigues enamorada manejare este asunto por mi mano.— dijo la mujer antes de colgar.

La azabache se separó de su novio, lanzando aquel teléfono con rabia, no le importaba ya que tenía el dinero para comprar otro:— Touya, iré a casa.— dijo ella, intentando alejarse, sin embargo, el mencionado tomó su mano antes de que se fuera.

— Siempre dices que la odias, no tienes porque obedecer lo que diga, ¿no dijiste que me protegerías de tu familia? ¿Como me protegerás si no estamos juntos?— preguntó, en un intento desesperado para mantenerla a su lado.

— Alejandome es como te protegeré.— el albino la abrazó, disfrutando del dulce aroma que emanaba su cabello.— la única alternativa que veo es irnos de Musutafu.

La azabache observó los ojos de su novio, esperando una reacción:— tengo bastante dinero, suficiente para que tengamos una vida cómoda en cualquier lugar apartado que encontremos.— solo había un problema con eso, Touya no podía irse, no sin antes vengarse de su progenitor.

— Eres muy fuerte, ¿qué tal la vencemos juntos y liberamos también al resto de su familia?— dijo Touya evadiendo el tema.

La menor lo observó por un momento:— Lo he pensado muchas veces, créeme, su particularidad no me afecta a mi pero di a todos los demás. Puedo ser un escudo para ti y mis padres pero no para otras personas.— dijo ella, mordiendo su labio y recordando a aquel chico que ella no había podido salvar de su madre.

— Uno de mis padres está con ella, a parte de otra persona, entre ellos tres y todo el ejército que mi madre controla no la podremos vencer.— la aclaró su garganta, sacudiendo la cabeza al sentir como sus ojos ardían.— iré a hablar con mis padres, iré a tu departamento en la tarde y hablaremos del viaje, nos vemos.

Y así fue como ella desapareció de la vista del mayor, solo había dos alternativas, dejarla ir o ir con ella, la amaba, debía admitirlo, la amaba con locura, pero su sed de sangre le ganaba al amor, su sed de venganza hacia su padre, quien le había hecho tanto daño. Dabi sabía que si terminaba con su novia ella seguramente lo cuidaría desde la distancia, eso no era lo que él quería, Touya conocía sus sueños, todas las experiencias que ella quería vivir cuando fuera libre, por eso no podía permitirse que él la hiciera aferrarse a quedarse en Musutafu.

Aquello lo cegó, llevándolo a tomar la decisión de la que de arrepentiría por el resto de su vida.

Majakutsu observó la puerta de entrada al departamento de Dabi, tomando su llave, la cual su novio se había encargado de pintar de su color favorito. Antes de llegar a aquel lugar ella había hablado con sus padres, quienes no hicieron más que incitar a que huyera junto a Touya, con quien hablaría del tema en aquel momento.

Tenia los medio, solo faltaba que su novio hiciera sus maletas.

A pesar de ello, al entrar a aquel lugar solo se encontró con una vista que rompió su corazón en miles de pedazos, haciendo que el dolor se encarnará incluso en su mismísima alma. Touya se encontraba desnudo al lado de otra mujer, esta se sorprendió al verla, observando al albino con curiosidad.

"Rosa que una vez fue roja, de tanto falso amor que le dieron se volvió negra, volviéndose efímera. Oh, rosa del jardín roto, nada es para siempre todo es pasajero, debes olvidar la maja hierba."

La azabache se abrazó a sí misma como un mecanismo de defensa:— vaya, de verdad, lo intenté todo para estar contigo, pero evidentemente ya tomaste tu decisión.— ella soltó una larga risa, burlándose del dolor que sentía, burlándose de si misma.

— No merezco esto, no soy tu perrita faldera para que me trates con tan poca importancia y me faltes el respeto de esta manera.— la menor colocó delicadamente las llaves del departamento frente a Touya.— Te amo, Te amo demasiado Touya, evidentemente parece que tu realmente no me amas, o por lo menos no de la misma manera que yo a ti.

La mujer, quien se vestía, observó al mencionado, quien solo observaba a la más pequeña con ojos, repletos de arrepentimiento y dolor:— ¿disfrutaste acostarte con ella mientras te burlabas de nuestra relación? Dime ¿quién fue mejor?— el tono burlón de la azabache no le quitaba el veneno a sus palabras.

La mujer salió del departamento, dejando a la expareja solos:— Solo te haré una pregunta más Touya, luego de eso me iré y cada quien seguirá con su vida, ¿por qué hiciste algo como esto si dijiste que amabas?— ella apretó sus labios, ansiosa por la respuesta del albino.

— Digo muchas cosas.— se limitó a decir.

Ella se acercó al hombre, tomando su rostro con una se sus manos, obligandolo a observarla:— Si vas a decir algo así por lo menos ten el coraje de decírmelo a la cara.— dijo ella con seriedad.

— Ya no te amo.— dijo el albino, era difícil decir a cual de los dos le dolió más aquella frase, si a quien la dijo o a quien le rompió a un mas el corazón.

Ella retiró su agarre y, con una calma impresionante, se retiró del lugar, solo se derrumbó cuando salió de aquel edificio, dejando caer un par de lágrimas mientras yacía sentada en las escaleras de entrada al lugar:— Pequeña, lo siento.— se escuchó la voz de una mujer, haciéndo a la menor levantar la mirada.

— Si te hace sentir mejor no pasó nada.— la castaña comenzó a buscar un tarjeta en su bolso, entregándosela a la pelinegra posteriormente al encontrarla.— soy prostituta, me llamo Hikari, el señor Dabi contrato mis servicios, pero cuando íbamos a empezar simplemente me dijo que me quitara la ropa y esperara. No tuvimos relaciones, si es que eso te hace sentir mejor.

La mayor tomó la tarjeta entre sus manos, limpiando sus lagrimas:— muchas gracias por preocuparse por mi, tranquila, estoy bien.— la de orbes negros se levantó y sonrió.

Puede que no la haya engañado, pero el hecho de que él haya contratado a simular que eso realmente había pasado hablaba por si solo. Él no la amaba, pensamiento que era erróneo, sin embargo, fue lo único que ella se limitó a pensar al respecto. Al llegar a casa, siendo acompañada por Hikari, la cual estaba preocupada por el estado mental de la menor, se encerró en su habitación, observando el reflejo en el espejo, observando su desastrosa apariencia.

Ella extendió su mano, tocando el vidrio reflectante del espejo, observando las lágrimas caer por sus mejillas:— No tiene sentido desperdiciar ni una lágrima más, mucho menos por él.— dijo ella para si misma.— ¿En serio creíste que estaba enamorado de ti?

La azabache inclinó un poco su cabeza:— ¿Pensaste que te quería? No, claramente no me quería, porque si me quisiera no hubiera hecho eso y en cambio estaríamos juntos saliendo de este país.— ella apretó sus labios con fuerza.

— Pero no...al final mi madre tenía razón, nunca debo dejar que los sentimientos me dominen.— ella sonrió para si misma.— Dabi era parte de un plan, nada más, me causa gracia ¿cómo pude enamorarme?

Ella limpió cualquier rastro de lagrima en sus ojos, observando con su reflejo con una sonrisa. Desde aquel entonces ella se había vuelto aún más fría de lo que jamás había sido, incluso a día de hoy, con diecisiete años aquella fue una experiencia que la marcó por completo.

En la actualidad ella se encontraba recostada en el césped de un parque, lejos de la residencia de UA, después de que pasaron años él la observaba, recostandose a su lado, la brisa era fría y la luna brillaba hermosamente.

Ella se recostó en el pecho de el, ahora, pelinegro, sintiendo la calidez, era como si sus latidos y su respiración constante la relajaran, los brazos del hombre la rodeaban, mientras con sus manos la acariciaba de tal manera que provocaba escalofríos en todo su cuerpo.

Él nunca había dejado de amarla, a pesar de no haberla visto después de todo aquel tiempo que pasó, porque por más personas que viera o tocara, al final del día, siempre era ella quien llegaba a sus pensamientos.

Ella lo observó, sonriente, él acarició su rostro, sonriendo de igual manera:— ¿Los amantes no hacen esto en sus citas cuando se van a decir que se aman?— el hombre tomó el rostro de la chica entre sus manos, buscando unir sus labios en un beso.

Sus planes fallaron cuando la azabache de largos cabellos soltó una risa, colocando su dedo índice sobre los labios del de orbes azules:— Oh, Touya, si tan solo hubiera alguien aquí que te amara.— dijo ella con una sonrisa, apartándose.

Ella no conocía bien sus sentimientos, tal vez lo seguía amando, pero no cometería el mismo error dos veces, mucho menos cuando pasó tanto tiempo y él ni siquiera se esforzó en buscarla:— No soy un juguete con el que puedes jugar cuando estás aburrido, o caliente, o solo.— comenzó a decir ella mientras sonreía juguetonamente, acariciando el rostro de del hombre con hollín en el cabello.

Ella tomó al hombre del cuello de la camisa, con evidente brusquedad y molestia, acercando sus rostros:— Si me quieres, ganame.— dijo ella, para después soltarlo y levantarse, retirándose de aquel lugar.

Y bueno, volvemos con el harem.

Espero que el capítulo les haya gustado mucho.

No olviden dejarme comentarios con sus opiniones.

Podrán encontrar el poema de rosa negra que menciono constantemente en el perfil de Twiladiangelo, le doy sus créditos ya que ella es la creadora del poema, solo lo puse allí porque es bastante similar a la situación.

Gracias por leer ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro