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La azabache mordió su hamburguesa,disfrutando de su sabor, el sabor de la carne que tanto disfrutaba, sin embargo, su felicidad no duró mucho, después de todo habia sido interrumpida por una llamada entrante que llegaba a su teléfono, al observar el nombre del número de la persona que la llamaba soltó un suspiro largo.

— Madre.— dijo ella, metiendo una papa frita a su boca mientras observaba el televisor del sitio de comidas rápidas.

— ______, ¿qué te dije de comer comida chatarra? Eso le hace daño a tu figura, esta semana debes hacer más ejercicios, le diré a Akim que te supervise.— la de orbes ónix le dio una ojeada al lugar, buscando a la persona que la seguía.— Estoy decepcionada que no lo hayas notado, también le diré a tu padre que aumente el rigurosidad de tus entrenamientos, debes ser perfecta. Florecilla.

La chica dejó salir un largo suspiro, recostandose en el espaldar de la silla en la que estaba sentada:— ¿Que sucede? Madre, no creo que me hayas llamado para algo tan banal, ¿o si?— dijo ella, tomando de su refresco, esperando respuesta de su presunta madre.

— Que lista, nunca te llamaría solo para algo como eso, ¿recuerdas a Giran? es un nombre bien conocido en el inframundo. Él está bien informado sobre las tendencias actuales y también es excelente para explorar villanos potenciales. Quiero que le muestres tus habilidades para que el me informe, además, el te dará un buen debut.— habló la mujer a travez de la línea telefónica.

— Sabes que nunca me opongo a tus decisiones, sin embargo, madre, no planeo ser una simple villana.— la risa de la mujer no tardó en escucharse.

— de verdad eres mi hija, amo que no te conformes con poco, tranquila florecilla. Mamá te dará el mundo, pero, tienes que ganartelo.— la azabache frunció el ceño, mordiendo su labio inferior con molestia.

Ella no quería nada de eso, no tenía los mismos intereses retorcidos de su madre, sin embargo, por ahora, lo único que podía hacer era obedecer hasta ser mayor de edad o tener el dinero suficiente para escapar de aquella vida que tanto odiaba llevar. Escapar de la mujer que la amaba y la usaba.

— Por cierto, florecilla, he notado que no has gastado mucho de tu presupuesto mensual.— siguió la mujer, haciendo a la chica soltar un suspiro.

— No necesito muchas cosas, madre, apenas estoy en secundaria y padre me da todo lo que necesito.— un "Ja" se escuchó a lo lejos, la voz era tenue, pero, se podía notar el recelo en su tono.

— Hablando de tu padre, Akim llevará a unas personas importantes hoy a casa, tengo entendido que irá con un niño presuntamente poderoso. Demuestrale quien manda, ya sea con tu Kosei o con las habilidades que te enseñe, solo haz que sea inolvidable.— dijo la mujer.— intenta no estorbar a nadie, cuida tu imagen y recuerda que la reunión con Giran es en la noche, Tiago te dirá la dirección.

— papá sabe sobre esto, supongo.— dijo la chica haciendo bolita una servilleta y metiendo esta en el vaso, ya vacío, de refresco.

Una risa se escuchó:— ¿Por qué tendría que decirle a tus padres lo que hago?— dijo la mujer entre risas, como si su hija hubiera dicho algo realmente gracioso.

— ¿Sabes cómo se llama el chico?— dijo ella como una última pregunta, quería colgar lo más rápido posible.

La mujer detuvo sus risas, lista para responder a la pregunta de la menor, la cual se encontraba saliendo del lugar de comidas rápidas mientras miraba a sus alrededores, esperando a cruzar su mirada con ciertos ojos color zafiro que había espero ver desde hace un mes.

— Kai Chisaki.—

La de cabellos negros observó con curiosidad su reflejo en el espejo mientras tocaba sus labios, había entrado a hurtadillas a su casa, aunque no era la primera vez, algo le decía que debía haberse anunciado antes de entrar a su casa. Por otra parte, un joven Chisaki observaba al entonces jefe de la Yakusa conversar animadamente con un hombre cabellos rubios, aparentemente ruso, no le importaba, sin embargo, su jefe había dicho que aquella persona frente a el era alguien de tener y, sin embargo, no era quien estaba al mando

— Señor Majakutsu, de verdad, gracias por darme esta oportunidad para hablar con usted.— el rubio, quien observaba al hombre mayor con indiferencia, asintió.

El joven castaño observó al hombre mayor con el ceño fruncido, no entendía porque se rebajaba tanto ante alguien a quien, desde su perspectiva, el podría destruir en un instante:— ¡Estoy en casa!— se escuchó decir a una voz femenina, cosa que intrigó a los dos hombres que estaban allí a excepción del rubio.

— Estoy en el salón de té.— dijo el rubio, haciendo que rato después frente a ellos se encontrara una chica de cortos cabellos y ojos negros, labios rosados y piel que parecía porcelana.

Chisaki abrió sus labios ligeramente, observando a la azabache quien, a propósito, cruzó miradas con el por un largo rato, dándole una ligera sonrisa:— Buenas tardes, padre.— dijo ella mientras desviaba su mirada hacia Akim, el cual se removió incómodo al escuchar aquel apodo tan formal.

— Es idéntica a su madre.— dijo el jefe de la Yakuza, impresionado. Al escuchar eso la chica de orbes ónix se estremeció disimulando esto con una sonrisa.— Señor Majakutsu, ¿qué tal si los niños salen y exploran la casa mientras los adultos hablan?

El rubio observó fríamente al anciano:— mi hija es muy capaz, señor, ella será la sucesora de mi esposa así que pido que la trate como tal. Con el respeto que se merece.— el hombre se estremeció mientras observaba al rubio acariciar el cabello de su hija.

La chica, notando el semblante asustado del mayor, tomó la mano de su padre, haciendo que la atención del de ojos negros cayera sobre ella:— Está bien, me gustaría dar un paseo con el joven, no te preocupes por pequeñeces. Padre.— el rubio soltó un suspiro, observando al castaño, el cual cual se encontraba observando a su hija como si detallara cada parte de su rostro.

— Si así lo quieres, ve.— Akim observó al jefe de la Yakuza, el cual le indicaba a Kai que no debía cometer ningún error frente a aquella chica, cosa que a la hija de Akim le pareció divertido, después de todo se podía notar el miedo en su voz.

El castaño se levantó junto a la azabache, saliendo del lugar, dándole una última mirada a los dos hombres antes de cerrar la puerta corrediza que era decorada con rosas rojas que de a poco se convertían en rosas negras, cosa que hizo sonreír a la de ojos negros, depsues de todo este habia sido uno de los dibujos que le había regalado recientemente a Akim.

— Me llamo Kai, Chisaki Kai.— dijo en castaño de repente, haciendo a la chica devolver su atención a el, el chico de ojos cafés tomó una de las manos de la chica, besando el dorso de esta depsues de presentarse.

La de ojos negros dejó escapar una risa:— Vaya, lindo nombre, Chisaki-san.— la menor observó al más alto con curiosidad, intentando averiguar que lo hacía tan especial.— Mi nombre es _____, supongo que ya sabes mi apellido.

La azabache subió sus medias un poco por encima de la rodilla, atrallendo la mirada del, entonces, joven Chisaki, el cual observó estas cual estupido, intentando adivinar que había más arriba, al notar lo estupidos y pervertidos que eran sus pensamientos el rubio cerró sus ojos, alejando aquello que pasaba por su mente. Al notar que lo que había hecho había dado efecto la azabache sonrió.

— ¿Que quieres ver? Chisaki-san.— la chica enganchó su brazo con el del más alto, haciendo a este desviar la mirada con nerviosismo.

Al sentir con la más baja arrecostaba un poco su brazo contra sus pechos el chico se sonrojó, en ese entonces sus pechos eran un poco más pequeños, a pesar de eso, seguían siendo pechos:— Tal vez, si quieres, podemos merendar en el jardín. Ahí no se alcanza a escuchar como entrenan los soldados de mi padre.— al escuchar la palabra "soldado" el chico se enderezó.

— Supongo que son los hombres que los cuidan y están unidos a la mafia de su padre.— la chica inclinó su cabeza con confucion.

— ¿Tu jefe no te lo dijo? Mi padre es un General y mariscal del ejército ruso.— la chica sonrió.— no solo son unos cuantos soldados, es todo un batallón, la élite que decidió venir a Japon y ser leales a mi padre.

Kai quedó impresionado ante el perfil del hombre rubio que se encontraba hablando con su jefe:— Con quien quiere hablar tu jefe realmente es con mi madre, mi padre Akim  maneja esos asuntos porque ella y mi padre Kanaye están fuera.— Chisaki inclinó la cabeza, confundido, mientras caminaba siendo guiado por la chica, finalmente sentándose en una mesa del gran jardín de la casa de estilo japonés.

— Tengo cuatro padres.— dijo ella, jugando con una flor que se encontraba sobre la pequeña mesa mientras sonreía con nostalgia.— aunque uno de ellos está muerto, así que, supongo que tengo tres.

— Lo siento.— dijo Kai mientras observaba a la chica, la cual le dio una sonrisa, sin embargo, podía anotarse lo forzada que esta era.

La azabache levantó una de sus manos, llamando a una de las mucamas de la casa:— Sora, ¿puedes decirle a Juno que traiga dos tés y dos cheesecakes? Gracias.— dijo ella con una sonrisa mientras observaba a la mujer.— dime, ¿qué hay sobre ti?, Chisaki Kai, ¿quién eres?

El castaño levantó sus cejas ante tal pregunta:— No soy nadie, realmente, el jefe me encontró y me salvó. Me dio algo por lo que vivir.— la chica entre abrió sus labios, como si estuviera a punto de decir algo, intrigando al chico.

— No te subestimes, tal vez, termines siendo el dolor de trasero de alguien importante algún día.— dijo ella para luego soltar una risa.— creo que tu jefe vio algo en ti, por eso te trajo consigo y no a alguien más, podrías incluso ser el futuro líder de la Yakuza. Nunca de sabe. Tal vez te termines enamorando locamente de alguien.

La chica sonrió, era una sonrisa de que hacía relucir sus dientes, haciendo que, por primera vez, Chisaki pudiera ver una sonrisa relmanete sincera en la boca de la chica, sin embargo, esto no duró mucho ya que fueron interrumpidos por una de las mucamas que atendían a la azabache.

— Aquí está su merienda, señorita, espero la disfrute.— la mucama se retiró no sin antes recibir su merecido "gracias" por parte de la menor.

— De futura líder a posible líder ¿qué me recomiendas?— la chica observó a el castaño con curiosidad.

— ¿No te ofende que la que herede todo el imperio de mi familia sea yo?— la azabache inclinó su cabeza con confusión.— usualmente siempre me observan con desprecio cuando se enteran que seré la heredera, los únicos que no lo hacen son los soldados de mi padre y mi madre.

El castaño se encogió de hombros:— No se porqué debería ofenderme.— dijo él, procediendo a beber un poco del té que había sido preparado para los dos, frunciendo la nariz al saborear la amargura de este.

La de orbes negros, notando esto, depósito tres terrones de azúcar en este, revolviendo la azucar con una pequeña cuchara:— prueba ahora.— dijo ella con una pequeña sonrisa burlona, después de todo habia notado la mueca del mayor.

El chico, obedeciendo, llevo el borde de la taza hacia sus labios, bebiendo más de aquel té, saboreando el, ahora, dulce liquido que pasaba suavemente por su garganta:— gracias.— dijo por lo bajo, depositando la taza sobre el sueño pequeño plato que la sostenía.

— No hay de que. — dijo ella, acariciando el borde de su taza mientras observaba a Kai.— sobre el consejo que me pediste, mi madre siempre me dice "La piedad es debilidad." Supongo que eso es lo que debo decirte, debes recordar que gracias a los heroes son los culpables que la degradación de las mafias, así que, no te dejes manipular de ninguno.

Le azabache observó el té, notando que le daba a Chisaki un consejo que no pensaba ejercer en un futuro, después de todo, ella no planeaba ser líder de ningún clan, ejército o mafia, ella solo tenía un deseo, un deseo que seguramente su madre no cumpliría, un deseo que ninguno de sus padres podría cumplir sin morir en el intento.

Ella quería huir y ser libre.

— Aunque, si quieres hacer algo más como viajar, no te limites y hazlo, aventurate y haz lo que quieras, la vida es corta y es mejor morir sin arrepentimientos.— la chica cerró sus ojos, bebiendo de aquel té suavizado con leche y miel.

Por un momento Kai pudo notar como el párpado inferior de la chica se enrojeciá, era como si quisiera llorar o decir algo más, a pesar de eso, el solo apartó aquellos pensamientos de su mente, después de todo se notaba que amaba a sus padres y ¿quién sería infeliz teniendo tanto dinero?

La chica levantó la mirada, observando el cielo, observando como este se iba tiñendo de un lindo color anaranjado, recordando lo que le había encomendado su madre antes de volver a casa. Con pesadez la chica terminó de comer su trozo de cheesecake y bebió su último trago de té.

— Chisaki-san, lo siento, de verdad estoy pasando un buen momento contigo, pero, debo irme.— la chica observó su reloj de muñeca con amargura.— espero nos volvemos a ver pronto.

Aquella última frase fue dicha con una sonrisa, cosa que hizo que Kai se levantara de su asiento rápidamente, tirando la silla sin querer, con nerviosismo el castaño levantó la silla para luego acercarse a la azabache y observar sus facciones, esta solo esperaba que se despidiera, sin embargo, no podía evitar imitarlo, después de todo debía admitir que aquel chico era realmente guapo.

— Puedo acompañarte si necesitas ir a algún lugar.— el castaño observó a la chica morder su labio, razón por la cual se sonrojó un poco y desvió la mirada.

La azabache se deslizó por las escaleras de incendio de un edificio, llegando al lugar que su madre le había indicado, aquella no era más que una simple azotea de un edificio medianamente abandonado, con incomodado la chica se abrazó a sí misma, observando a su al rededor, esperando a que el hombre mayor saliera de algún lugar. Para esperar a que llegara Giran la de ojos negros comenzó a usar un pequeño teléfono, revisando su teléfono y contando para ver cuánto dinero le faltaba para poder tener una buena vida luego de escapar de su madre.

— A este paso si sigo con trabajos normales no podré salir de aquí antes de los veinticinco.— la chica mordió su labio con molestia mientras fruncia el ceño.

Nadie aceptaría que una niña de trece años trabajara en su empresa o tienda, razón por la cual mentía sobre su edad, sin embargo, nunca obtenía la cantidad de dinero mensual que realmente requería para irse de casa antes o cuando cumpliera dieciocho.

— ¿Que haces aquí?— preguntó una voz profunda detrás de ella, una voz que, por más que no la conociera mucho, reconoció enseguida.

La azabache se giró, sin embargo, al hacerlo dabi tomó si garganta con una de sus manos, apretandola:— Eso no es asunto tuyo.— dijo ella, pateando la rodilla del hombre y librándose fácilmente de su agarre.— ¿Tan obsesionado estás conmigo que me seguiste hasta aquí? Acosador.

A pesar de sus palabras ella estaba aliviada de ver al hombre de cabellos blancos, después de todo, ella no había tenido señales de vida de él desde hace ya dos meses, Touya chasqueó su lengua, frunciendo el ceño mientras observaba a la más baja:— nadie acosaría a una plana como tu.— el hombre colocó su mano en el rostro de la chica, limitando su campo de visión.

— Primero, déjame decirte que apuntar al aspecto físico de las personas cuando discutes con ellas solo evidencia tu limitada capacidad cerebral, segundo, tengo trece años y sigo en crecimiento, que tenga esta cantidad de pecho es normal, por otro lado, lastimosamente la estupidez no es algo que tenga solución, aún no tenemos tales avances médicos.— respondió la azabache.

El albino calló, intentando activar su Quirk para quemar viva a la azabache, cosa que no funcionó ya que este nunca se activó.

— ¡Oh! Ya llegaron los dos.— exclamó Giran con su habitual sonrisa.

Con aparente sorpresa Touya observó a la chica, la cual, en aquel momento mantuvo un semblante serio:— No demos vueltas, Señor Giran, yo no quiero hacerlo. Dígale a mi madre que tengo mucho potencia y todos seremos felices.— comenzó a hablar ella mientras que Touya se limitaba a quedarse callado.

— No hace falta, pequeña, llegue cuando el bruto frente a ti intentó asesinarte. Preséntate correctamente.— dijo albino con una sonrisa mientras se acercaba a los dos más jóvenes.

El albino observó a la menor con molestia y cierta gota de curiosidad:— Dabi.— se limitó a decir su nuevo nombre.

— ________.— dijo ella observando con indiferencia a un punto dijo en el edificio en la calle de enfrente.— Giran, no sabía que usted era tan unido a mi madre como para tener uno de sus guardias.

El mencionado expandió su sonrisa:— Te equivocas, él es tuyo, recuerda que eres su princesa. Eres su única hija.— al escuchar esto último ella frunció los labios con molestia.

— No discutiré de asuntos familiares con usted.— se limitó a decir la azabache mientras echaba un poco de su cabello hacia atrás con cansancio.— dígale a mi madre que la próxima vez vea ella misma cuanto a avanzado mi particularidad.

Con rapidez la chica de acercó a la escalera de incendios que llevaba desde la azotea hasta el final de edificio, dándole un último vistazo Dabi, quien solo la observaba sin expresiones, cosa que se debía a la curiosidad que tenía con respecto a la chica ahbia intentando asesinar. El queria saber quien era realmente.

Luego de un rato, al alejarse lo suficiente, encontrándose sola en un parque, la chica se chica se recostó sobre el césped, observando el oscuro cielo de la noche, las nubes blancas y otras negras causadas por la contaminación, si encontraba dos estrellas aquella noche era demasiado, después de todo usualmente no encontraba ninguna, si algún día podía escapar de su madre realmente querría vivir en una mansión en el campo, alejada de todos y con buena conexión a internet.

Estaba cansada.

Ella estaba cansada de tener que forzar su personalidad para agradar a los demás, estaba cansada de tener que forzar su personalidad para tener que agradarle a su madre, se sentía vacía, después de todo ella tenía un sueño que no podría cumplir si no se alejaba de su familia y, por más que amara a algunos miembros, ya estaba cansada de sufrir y anteponer las necesidades de otros a las suyas.

No le importaba matar, sin embargo, no quería hacer eso para vivir.

No se equivoquen, ser una heroína tampoco era su sueño, realmente despreciaba a los heroes:— ¿Es mucho pedir una vida tranquila y corriente? — susurró ella para si misma mientras tapaba sus ojos con su antebrazo.

Queria gritar y eso fue lo que hizo.

Gritó todo lo que sus pulmones le permitieron, gritó hasta que su garganta se secó, gritó hasta que sintió su corazón doler de lo rápido que latía.

Extra:

Touya, quien seguía a la azabache con intenciones de saber donde vivía, carbonizó al hombre que había sido enviado para vigilarla, después de todo este estaba a punto de reportar lo que ella hacía, tirada en el césped de un parque, gritando.

— Si no puedo matarte me entretendras hasta que me aburra.— dijo él, observando a la azabache que golpeaba violentamente un árbol luego de gritar por un prolongado tiempo.

_____________

Pasito a pasito suave suavecito.

Como siempre hay una foto de la Rayis en multimedia y aquí les dejo unas fotos de Akim, uno de los cuatro padre de la Rayis.

luego voy a explicar porque son 4 padres, solo que no quiero decirlo todo enseguida como en la mayoría de las historias que te dan un perfil completo en el primer cap

Espero les hayas gustado el capítulo, por favor no olviden dejarme un comentario sobre su opinión. ^^

Siempre leo los comentarios y me hace muy feliz leerlos.

Gracias por leer ♡

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