06.: Confesión + Regreso
TaeHyung observaba de vez en cuando el cómic que JiSoo había dejado sobre la cama. Recorría una tras otra cada página, raro, así lo sentía. Leerte a tí mismo sabiendo que no estás precisamente allí, y ni siquiera aparece tu imagen en este. ¿De verdad deseaba regresar o sólo buscaba una excusa para seguir viviendo en el mundo real?.
—Hey! ¡He llegado!.—anuncia JiSoo desde la primer planta.
El azabache deja el cómic en su lugar, saliendo de la habitación, baja las escaleras rápidamente para así ayudar a su compañera con las bolsas de comida.
—Bienvenida, Chu.—sonríe cargando con el peso de éstas, JiSoo aprovecha ese momento y deposita un beso en la mejilla de TaeHyung, por supuesto, él sonríe estúpidamente gracias a ese acto sorpresa. Siguiendo a la platinada hacía la cocina cual mascota a su dueño.
—¿Todo bien?.—expresa JiSoo notando la mirada del azabache sobre ella.
TaeHyung no responde en el instante, es más, sólo tarda segundos en volver a la realidad. Aclarando su voz, procede a guardar los alimentos en sus respectivos lugares.
—¿Sucedió algo en mi corta ausencia?.—cuestiona JiSoo poniéndose frente al alto azabache.
—¿Por qué no debería estarlo?.—refutó TaeHyung de regreso. JiSoo encoge sus hombros.
—Simple curiosidad. Ten.—responde extendiendo el resto de cosas.
Por supuesto, el silencio no se hizo esperar entre los dos. JiSoo temiendo que TaeHyung hubiese descubierto la manera de regresar a su mundo, decide romper el hielo.
—Oye...—pronuncia llamando la atención de V—. ¿Seguro no te pasa nada?.
—De hecho sí—dice deteniendose frente a JiSoo, eso alarma a la platinada—. Estos días me he estado preguntado una cosa, bueno, varias.
—¿Cómo cuáles?.
—Dime JiSoo, qué dirías si te dijera que no quiero volver a mi mundo y que ahora mismo te esté anunciando mis sentimientos por tí.
JiSoo frunce el ceño sin entender, claro que TaeHyung era una cajita de sorpresas pero esto sinceramente la tomó desprevenida. Y más siendo observada por esos ojos verdes intensos.
Procesar tal confesión así de repente si era para quedarse de piedra.
—¿Qué?.—es lo único que su tonto cerebro pudo pensar.
V deja salir un suspiro a la vez que formaba una mueca, se había dejado llevar por sus impulsos.—Olvidalo, sólo olvidalo.—pidió. Aunque dentro suyo, la decepción no tardó en aparecer.
—No—dice JiSoo sosteniendo su muñeca, impidiendo que huya y dejará las cosas así—. ¿De verdad quieres quedarte aquí? ¿Sientes algo por mí?.—sonrió esperanzada, no podía negar que los nervios estaban a flote pero eso era lo de menos, después de aclarar su mente finalmente logró reaccionar.
TaeHyung ve ese brillo especial en los ojos de JiSoo. Ese mismo que empezó hiciera a los suyos imitarlo.
—Sé que no debería pero sí, todo cambió desde nuestra primera salida. O quizá desde antes, no sé con exactitud cuándo sin embargo sé que estando contigo todo es diferente. Tú eres una chica sensacional.—confiesa.
Una sonrisa apareció en ellos, si a JiSoo tiempo atrás le dijeran que estaría parada frente a su personaje favorito de cómic y el cual le confiesa tener sentimientos profundos hacía su persona, probablemente se burlaría. No obstante, ahora que lo estaba viviendo en carne propia no podía dejar pasar tal momento.
—Y si yo también te menciono que llevo tiempo enamorada de tí...—mordió sus labios a la vez que agacha su cabeza.
JiSoo oye reír a TaeHyung, eso genera que levante su cabeza de inmediato.
—Ya lo sabía—comenta sonriente—. Eres fácil de leer, Kim JiSoo.
Sintiéndose indignada por ello, golpea el hombro de TaeHyung con fuerza.
—Por arruinar el mágico momento, idiota—ríe junto al azabache—. Entonces si soy fácil de leer, también percibiste mis segundas intenciones contigo.—alza sus cejas seductoramente.
—Así es, desde que me viste el trasero apenas llegué a tu mundo, supe de tus intenciones oscuras.—dijo simple cruzando sus brazos.
JiSoo emite una risa por haber sido descubierta. Y es que, era inevitable para ella no mirarle el trasero a TaeHyung. El desgraciado si sabía cómo mantenerlo.
—Supongo que tus amigos de atrás no se comparan a tu amigo del frente.—aludió.
Captando la referencia, TaeHyung explotó en carcajadas. Por supuesto, un sonrojo vino a sus mejillas debido al lado pervertido de JiSoo.
—¿Cómo es que pasamos de una declaración romántica a otra totalmente random?.—añadió.
—Somos randoms.—dijo la platinada divertida.
Claro que sí.
—¿Y ahora, qué procede?.
—¿Qué propones?.
—¿Besarnos?—rascó su nuca nervioso—, digo eso hacen en los doramas y películas cuando se confiesan.
—Definitivamente eres todo un experto en tu mundo pero aquí lo contrario—suspira JiSoo llevando sus manos hacia las mejillas de Kim—. No obstante, me gusta la idea. ¿Me enseñas a cómo dar un beso verdadero?.
TaeHyung en asentimiento, sonríe y no duda un segundo en atacar los labios de JiSoo, llevando sus grandes manos a la cintura de ésta con el fin de apegarla más a él. Un beso que empezó lento, suave y romántico, terminó por volverse en una completa adicción para ambos. Ahora más que nunca, TaeHyung estaba convencido de que su hogar está junto a JiSoo.
O eso creía.
De acorde a los meses transcurridos desde ese día en que los dos se confesaron de una manera totalmente distinta y peculiar, sus sonrisas no desaparecían ni tampoco sus provocaciones que además de terminar en una guerra de cosquillas se le agregaban besos dulces pero a veces unos sumamente húmedos y pasionales.
Por supuesto, iban paso a paso. No toda su rutina se basaba en ver películas o hacer la comida juntos. También incluyan sus salidas a Lotte World o a cualquier lugar que ellos disfrutaban visitar.
TaeHyung utilizando sus dones, ayudó a que la cafetería en la cual JiSoo y ChaeYoung trabajan, tuviera una alta demanda de clientes. El jefe de éstas no podía estar más que agradecido con el azabache, literalmente lo había salvado de una posible quiebra.
—Ah, que bonito es verlos así—chilló Chae limpiando sus lágrimas de madre orgullosa—. Algún día llegará mi príncipe azul. De preferencia que sea un personaje ficticio.—dijo bebiendo su zumo de naranja.
—Mira tú como cambian las personas, increíble—espetó JiSoo acurrucada entre los brazos de TaeHyung—. Hace meses me dijiste que preferias un hombre nacido del vientre de su madre.—le recuerda.
—¡Oye!—exclama ChaeYoung con ofensa—. No me avergüences frente a mi nuero.—dijo señalando a TaeHyung.
—Pufff, quién te entiende Park. No obstante, dudo que encuentres a alguien igual de guapo, atractivo, inteligente, encantador y especial como mi TaeTae. Es único en su especie.—agrega sonriente.
—¿Especie?—repite el azabache. JiSoo asiente orgullosa—. Que manera tan tierna de tratar así a tu novio, me pierdes Kim.
Los tres reían mientras desayunaban amenamente. En ello, YeonJun apareció junto a su novia, YeJi.
—Tiempo sin vernos, ¿cómo están?.—pregunta Choi sentándose a la par de ChaeYoung.
—Lo mismo digo querido primo, y respecto a tu pregunta, muy bien.—dice JiSoo abrazando el brazo de TaeHyung.
—Woah! Finalmente ustedes son...
—¡Exacto! Mis niños crecen tan rápido.—menciona Chae.
—¿Sigues soltera, unnie?.—cuestiona YeJi sorprendida.
—Así es, nadie es digno de mí.
—O no has querido darle una oportunidad a sabes quién.
Chae bufa y ríe en negación.—Vamos, Chan-oppa es agradable pero no es mi tipo. Además hace poco me enteré que está detrás de Jihyo, y resumiendo todo, moriré soltera.—alude con tono exagerado.
Los cuatro restantes sólo suspiran y niegan divertidos.
—¿Han tenido noticias de Jennie-noona?.—dijo YeonJun.
—No, y es raro que aún no haya dado rastro de vida.—añade Park.
—¿Alguien pregunta por mí?.—pronuncia Jennie detrás de estos.
Como si de un fantasma se tratara, giran en torno a la aludida. Quedándose impactados no sólo por su cambio de look sino que también traía con ella a un acompañante.
¿Qué rayos?. Pensó JiSoo observando al chico rubio. Tenía el presentimiento de haberlo visto antes pero, ¿de dónde?.
—Hemos regresado, TaeHyungie.—sonríe Jennie en dirección al azabache.
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