03.: Vista
Si fuera por JiSoo en estos momentos, estaría durmiendo suavemente sobre su adorable cama ó leyendo otro capítulo de Expediente V si no fuera porque el protagonista principal estuviera en su mundo haciendo ejercicio al aire libre frente a todos sus vecinos.
No iba a negarlo, ella también estaba igual de mirona que las demás mujeres que pasaban por la vereda de su patio quedando maravilladas con tal vista. JiSoo comía o trataba de comer un trozo de su sándwich pero los comentarios más esas miradas pervertidas no ayudaban. Por ende, ya se encontraba bajando las escaleras rápidamente con el único propósito de aullar a dichos malestares.
—Tae, amor. ¿Por qué no esperaste por mí?.
El susodicho se detuvo, alzando una ceja lleno de confusión. JiSoo sonrió acercándose a él, así mismo poniéndose de puntillas, tomó entre ambas manos el rostro masculino para acto seguido besar su mejilla logrando no sólo impactar a TaeHyung sino al resto.
—Ven, debes estar cansado de tanto ejercicio. Tu linda novia te hará unos suavecitos y esponjosos masajes.—dijo agarrando la mano masculina uniendo ésta a la suya. Increíble el tamaño de diferencia, pensó JiSoo.
—¿Qué haces?.—cuestionó en un murmuro bajo.
—¿No es obvio, amor?. Trato de cuidar lo mío de ojos fisgones—respondió sonriente, abrazando fuertemente su brazo—. Además haz estado más de una hora aquí, necesitas un baño. Estás sudado—habló aprovechando a tocar parte de su torso desnudo—, si quieres, yo te ayudo a ducharte.
TaeHyung quedó totalmente asombrado del descaro de JiSoo. Miró hacía atrás encontrándose a muchas mujeres dispersarse debido a la llegada de Kim. Sin embargo, nuevamente se dejó llevar por ella, no entendiendo dicha razón del porqué no movía un dedo para apartarla de él.
—Increíble.—mencionó TaeHyung dentro.
—Lo sé, soy además de increíble, muy sensacional. Esas arpías ya no volverán a mirarte tan pervertidamente.
—JiSoo, deberías entender que ese es otro de mis dones. Así que, si me disculpas...—trató de volver a su rutina de ejercicios pero la de cabello platinado no lo permitió, colocándose frente como si fuera un muro.
—No, no saldrás de nuevo—dictaminó firme—. Deja de reír, idiota.
Imposible, así creyó Kim viendo la manera tan infantil que JiSoo mostraba delante suyo. Si fuera porque apenas se conocían, creería que ésta estaba celosa. O quizá si estaba pero quería ocultarlo bajo ese comportamiento desinteresado. TaeHyung no era ciego ni mucho menos estúpido para no darse cuenta de lo que pasaba con ella.
—¿Por qué?.—abstuvo a preguntar más ya intuía la respuesta.
—¿Por qué, qué?. Estoy protegiendote de tipas hormonales que buscan una compañía de noche para únicamente follar y....
Su respiración se detuvo en el instante que TaeHyung acercó poco a poco su rostro quedando a escasos centímetros del suyo. JiSoo por inercia retrocedió hasta chocar con la puerta.
—¿Qué tiene de malo eso?—preguntó divertido—. Tampoco es que fuera a casarme.
—¿Dices esto de verdad?. ¡Puedes contraer una enfermedad, Kim!. Ni de chiste puedo permitir eso, ¿oíste?. No quiero un viroso en mi propia casa.
—¿Viroso?.—repitió riéndose.
JiSoo asiente, cerrando sus ojos evita mirar el torso masculino. Sus mejillas a punto de volverse un completo tomate.
—Ya escuchaste, ahora déjame ir a preparar el almuerzo.—dijo desviando la mirada del contrario.
TaeHyung sin borrar su sonrisa burlona, logra alejarse de ella. JiSoo sintió su alma volver de golpe, instando a correr directo a la cocina mientras que el azabache reía por su reacción.
Tan tierna.
No queriendo perder tiempo, TaeHyung sube las escaleras para poder ducharse.
Tonta, tonta. Pensaba JiSoo abanicando su rostro todo sonrojado.
—Eres terrible, Kim.—murmuró para si misma tratando de ordenar sus pensamientos.
Tan pronto como terminaron de almorzar, JiSoo levantó la mesa en silencio. En todo momento no quiso tocar el tema de hace unas horas mientras que TaeHyung simulaba o más bien evitaba burlarse de la situación.
De sólo pensarlo, una sonrisa sumamente amplia venía a él. JiSoo, aquella ruidosa y molesta chica se había puesto celosa. Si apenas llevaban dos semanas conviviendo juntos, no es que fuera a enamorarse de un día a otro, sería absurdo.
—¿Te encuentras bien?.
—Uhm, ¿por qué?.—inquirió fingiendo demencia.
Ambos se hallaban en la cocina, JiSoo lavando los platos mientras que TaeHyung ayudaba a cercarlos y guardarlos en su lugar.
—Has estado rara, ¿tienes fiebre?.
—No, estoy perfectamente bien.—atinó a responder sin mirarlo.
—Ya veo, bien entonces podríamos salir.—sugirió en voz alta, llamando la atención de JiSoo.
—¿Qué?.
TaeHyung vuelve a repetir todo en su mente, queriendo darse una facepalm por hablar lo que pensaba en voz alta. No obstante, trató de actuar normalmente aclarando su garganta.
—Sí, podemos invitar a tus amigas y a tu primo. Digo, es sólo una idea... Si no quieres, entonces podemos...
—Es una maravillosa idea. Llamaré a YeonJun y las chicas, quizás estén desocupadas.
Huyendo de él nuevamente, JiSoo esbozó levemente una sonrisita. Tocó su pecho, verificando que su corazón estuviese latiendo regularmente. Entre sus cosas, halló el celular y sin perder tiempo, llamó.
TaeHyung aguardaba por ella, repitiéndose una tras otra la imprudencia cometida producto de sus palabras. ¿Cómo no pudo detener tal pensamiento? Parecía un idiota de primera si alguien ajeno lo viera.
—ChaeYoung no puede venir, YeonJun está ocupado y Jennie viene en camino.
—Oh si, está bien.—mencionó volviendo a la realidad.
—Iré a cambiarme de ropa, ¿puedes abrirle a Jennie si llega antes?.
—Dalo por hecho.
JiSoo agradeciendo tal gesto, se dio la vuelta para así, dirigirse a su habitación.
En ello, TaeHyung quedó en silencio observando un punto fijo de la cocina hasta que el timbre sonó dando a entender que Jennie habría llegado.
—Ya voy.—expresó poniendo su mano en la perilla. Allí, giró ésta y abrió para encontrarse otra vez con esa chica de aura extraño que en ningún dejó de mirarlo hace dos semanas durante el desayuno.
Jennie pasó alcanzando a rozar su mano con la de TaeHyung al cerrar la puerta. Por supuesto, Kim apartó rápidamente la misma.
—Hola TaeHyungie. Gusto de verte de nuevo.—parpadeó sus pestañas a la vez que sonreía.
—Hola Jennie-ssi.—saludó cordialmente sin mucha gracia de verla.
Segundos de silencio invadieron el espacio entre ambos. Segundos en los que TaeHyung buscaba no mirarla más JiSoo apareció como si de un ángel se tratara. El azabache sonríe de lado al verla vestida con una falda blanca junto a un crop top celeste.
—¿Voy bien?.
—Preciosa.—chilló Jennie.
Demasiado hermosa. Pensó TaeHyung, sin embargo no lo dijo.
—Oh si, vas bien... Muy bien, demasiado bien.—afirmó encantado.
JiSoo agachó su cabeza formulando una sonrisa dulce que no pretendía que él notase.
—Hora de irnos, conozco buenos lugares para darles un vistazo y pasarla genial.—añadió Jennie, abrazando el brazo de TaeHyung con intención de no soltarse.
JiSoo sólo pudo acatar, escondiendo muy dentro suyo ese malestar de ver a su amiga pegada a TaeHyung.
Saliendo de casa, subieron al auto de Jennie en dónde los tres disfrutarían o más bien harían un intento.
—¿Les parece si vamos primero a N Seoul Tower?.
Tanto JiSoo como TaeHyung estuvieron de acuerdo. Jennie aceleró un poco logrando traspasar el esperado tránsito sin problemas, llegaron en menos de lo esperado.
—No hay tiempo que perder, hora de divertirnos.
—Jennie...—quiso hablar JiSoo pero la aludida ya había llevado con ella a TaeHyung dejándola completamente atrás. Cosa que no le gustó a la chica de baja estatura.
JiSoo se sorprendió de ver a TaeHyung dejarse llevar por Jennie, parecía más una cita que una salida de amigos y claro, ella era la que sobraba.
Un puchero apareció en sus acorazonados labios. Parecía que no existiera allí y eso, eso la incomodaba mucho. En sus años de amistad, jamás vio a Jennie interesarse tanto por alguien y ahora que TaeHyung llegó pareció cambiar.
—Hey! No te quedes atrás.—la voz masculina de Kim hizo a JiSoo reaccionar. El azabache ofrece su mano invitando a que ella la tomase, cosa que asombró a la platinada.
—Y-yo...
—Vamos, acepta y ayúdame a alejar a tu amiga de mí.—pidió suplicante.
—Tae.
—Tú misma mencionaste que debes cuidar lo tuyo de ojos fisgones.
Las mejillas de JiSoo casi explotan ante el recuerdo. —Idiota.—respondió de todas maneras, aceptando tomar su mano.
Todo a vista de una cuestionable Jennie.
Jsjsjsjs, espero les esté gustando mucho. <3
Lxs amodoro musho mis poshuelitos lindxs!!!!!!!!!.💗💗💗
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