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𝘂𝗻𝗶𝗾𝘂𝗲

Jennie no podía evitar pensar cosas impuras cada que veía a Roseanne ejercitarse.

adaptación autorizada
chaennie/one shot +18
rosé top g!p, jen bottom

-◍○✿○◍-

A Jennie sinceramente no le interesaba mucho (aparte de que le da flojera) ir al gimnasio. Prefiere quedare con su yoga y no sudar litros de sudor más.

No sabe que le hizo decir 'voy contigo' al ver a Roseanne tomar su sudadera y bolso antes de salir del departamento. Posiblemente fue como se marcó el brazo de la mencionada al tomar sus cosas, posiblemente.

(Cabe decir que su novia quedo muy sorprendida con su cambio de opinión)

Ahora se encuentra en un gimnasio que pensó que olería horrible y se sentiría sofocante, lo cual no es completa mentira pero se siente agradable, tal vez porque fueron en una hora donde no hay tantas personas.

Su bonita novia fue tan amable de enseñarles unos ejercicios básicos, aunque se lo tuvo que repetir dos veces porque se quedó distraída viendo como sus músculos se marcaban con ciertos movimientos.

Exhalando rudamente, bajo los brazos, sintiendo el alivio instalarse en sus músculos de inmediato. Se quedó jadeando, con su rostro completamente sonrojado. Sinceramente ya se arrepintió de venir; un recuerdo fugaz de su familia diciéndole que le faltaba un poco de musculo le llego a la mente, al igual un recuerdo de Roseanne bromeando con su falta de fuerza.

Pensando en Roseanne, busca a esta con la mirada. Se había concentrado tanto en sus ejercicios que olvido momentáneamente la presencia de su novia.

Esperando a que sus piernas le respondan, comenzó su búsqueda. El gimnasio era grande, bastante, pero no estaba lleno de gente, por lo que encontrar a la rubia no fue gran reto.

Su boca se entreabrió al ver la escena, se sentía sedienta y cierto estimulo recorrió su cuerpo. Sus mejillas seguían sonrosadas y las piernas le temblaban por el esfuerzo físico, pero nada de eso importaba.

Mierda.

Su adorable novia estaba haciendo algo en una barra, no recuerda el nombre del ejercicio, solamente puede concentrarse en los músculos de los brazos marcándose ferozmente con cada flexión.

Se le había olvidado que le encantaba ver a su novia hacer ejercicio.

Esta bañada en sudor, y eso le daría un poco de asco sino fuera porque las gotas escurriéndose por su abdomen marcado hacían ver más apetitoso este, la llamaban a besar y marcar ese abdomen. Su piel brillaba de una manera que la atraía más de lo normal, puede que sea su calentura en asenso.

Bendita sea la decisión de Roseanne de usar un top, así también podía ver su espalda contraerse por el cristal, sus omoplatos moverse, el rostro sonrojado de Park y su mandíbula apretada, tanto que su cuello y una vena llegaba a marcarse de una manera muy vistosa. Como le gustaría pasar la lengua ahí, aspirar su atractivo olor femenino, acomodar su flequillo húmedo pegado a su frente, sentirse segura en sus fuertes brazos, clavar las uñas en su espalda, tomar soporte en sus muslos tonificados, ver su abdomen marcarse por el esfuerzo, escucharla jadear contra su oído, golpear con fuerza dentro de ella.

Oh mierda, ya se mojo.

Se tapó la boca y se obligó a subir su mandíbula, sus piernas temblaban pero ahora por otro motivo.

Esa jodida imagen no iba a desaparecer nunca de su cabeza.

◍◍◍

— ¡Amor! —un grito desde el piso de arriba la detuvo de sacar un vaso de agua.

Rápidamente acudió al llamado de su novia, pensando en un plan.

Días han pasado desde que fueron al gimnasio y esa imagen perdura en su mente con bastante recelo. Han estado ocupada este tiempo que Jennie sigue sin lograr su cometido, pero tiene un plan, claro que lo tiene.

Sus pies se quedaron estancados al abrir la puerta, su boca se secó pero se sentía tan sedienta y un escalofrió recorrió su espina dorsal.

Roseanne quito las manos detrás de su cabeza y se apoyó en sus codos, alzándose un poco para sonreírle. Su cuerpo comenzaba a tener una capa de sudor encima, sus piernas esbeltas estaban prácticamente al aire por el diminuto short que está utilizando y solo un sostén deportivo cubre sus bonitos senos.

Jennie ya sentía como su centro comenzaba a pedir atención, más que nada porque bajo la mirada y las piernas abiertas de Roseanne la recibieron.

— Cariño, ayúdame, ya sabes que cuando hago abdominales casi nunca puedo mantener mis pies en el suelo. —Soltó una pequeña risa, distrayendo a la castaña ante tan bonito sonido, su enamoramiento puede más que su calor.

Asintió con una pequeña sonrisa y cerró la puerta, pero mientras se acercaba tuvo la necesidad de cruzar sus piernas, su mente comenzó a imaginar bastantes escenarios muy sexuales.

Se arrodillo a los pies de Roseanne y la tomo de los tobillos, mordiendo su labio inferior y tragando pesado en cuanto la rubia inicio sus ejercicios, no podía despegar sus ojos del abdomen contrario.

Intento distraerse, un poco de preocupación y curiosidad llenaron su mente. — ¿No deberías estar descansando? —Roseanne por fin había conseguido sus tan anheladas vacaciones.

¿O follandome? Se avergonzó ante su propio pensamiento y bajo la mirada, captando en primeras instancia el bulto en la entrepierna de su novia. Esta dormido, pero no está vistiendo nada más que dos capas delgadas de ropa, es obvio que se marcaria.

— Me aburro con facilidad, lo sabes. —Respondió agitada, exhalando fuerte. Jennie no pudo evitar recordar que así habla cuando estaba cavando en su interior, provocando una punzada que la hizo juntar sus muslos. — Y no tengo nada mejor que hacer, aparte de pasar tiempo contigo —aclaro antes de que la mayor se ofendiera con sus palabras, regalándole una sonrisa.

Jennie ya no supo que más decir, toda su atención se la estaba llevando el espectacular y jodidamente caliente cuerpo de Roseanne. Se enamoró de ella por su torpe y dulce personalidad, claro, pero tampoco podía negar que su fisco le llamo bastante la atención después de conocerla y fue lo segundo por lo que cayo rendida ante la menor.

Era como una tortura, estar arrodillada solo para ayudar a Roseanne y no por otros motivos, su cuerpo anhelaba cada vez más el toque de la rubia en su piel, necesitaba que ella hiciera algo antes de volverse loca.

En cuestiones de sexo, Roseanne casi siempre inicia todo, Jennie aún es algo reservada y tímida en ese sentido (aunque luego se suelta por completo y es la parte favorita de Park cuando sucede). Cuando Jennie es la que da el primer paso es porque estaba siendo llevada a su límite y Roseanne no ha hecho nada para consolarla, por lo que se ve en la desesperación de iniciar todo.

Como ahora, simplemente no aguanto más y en menos de dos segundos ya se había sentado en el regazo de Roseanne, buscando con discreción un poco de consuelo para su coño.

Roseanne se sorprendió un poco, pero al subir la mirada y encontrarse con el rostro sonrojado de su adorable novia, entendió en un santiamén las cosas (le encanta desesperar a Jennie ya que esta tiende a ser muy tranquila y paciente, es un lado que ama ver en su pareja)

Lentamente poso sus palmas en los muslos de su novia, acariciando con sus manos calientes. — Creo que he dejado desentendida mis obligaciones. —Murmuro, recorriendo el cuerpo de la baja sin pudor alguno.

— Roseanne —Jennie imploro, meneando las caderas de forma inconsciente. Bajo el torso, besando a la menor con desespero, siendo recibida con total gusto. Apoyo las manos en el pecho contrario y abrió la boca para que una habilidosa lengua se hiciera camino por su cavidad bucal.

Soltó un pequeño jadeo, moviendo las caderas con más fuerza al sentir un pequeño bulto tomando más tamaño con el pasar de los segundos.

Roseanne se separó con un jadeo, sonriendo ladinamente — ¿Mmh? ¿Qué pasa, Nini? —Se burló, dando una pequeña estocada que provoco que la mayor soltara un bajo gemido, llenándola de regocijo ante lo necesitada que se oye.— Ay, mi amor, debes decirme las cosas ¿sí? No puedo leer lo que pasa por tu mente. —Su tono divertido jamás se fue, apretando la cintura ajena con fuerza, ya estaba dura.

Volvió a besar a su novia, comenzando a levantarse. Se estaba guardando sus propios jadeos, Jennie no dejaba de restregarse contra ella con total vehemencia que sus ganas de desesperarla se estaban yendo al carajo.

Y se fueron al carajo.

— Bájate — Ordeno con la voz profunda sin antes proporcionarle una erótica mordida a su labio inferior.

Jennie se bajó de inmediato, sintiendo sus piernas temblorosas. Roseanne poso una mano en la espalda de la baja y otra en una de sus piernas, y en menos de lo esperado la cargo, llevándola hasta la cama de ambas, recostándole con suavidad para luego aplastarla parcialmente con su peso, reclamando los labios rojizos de la castaña con fuerza, dando pequeños empujones contra su vagina.

— ¿Qué tan mojada estarás? —No pregunto para que le respondiera, pero igual lo hizo, viendo como la desnudaban con rapidez.

— Lo suficiente para que entres sin complicaciones — Respondió con la voz agitada, expectante.

Roseanne la miro profundamente, su pene dio un tirón de solo imaginarse en el caliente y apretado coño de su pequeña novia, entrando de golpe.

Quito de forma agresiva las bragas de Kim, pasando a desnudarse a su misma. — Eso espero, porque no estoy para juegos ahora, Jennie.

La mencionada sintió sus paredes contraerse solo por el tono en el que le hablo, lamiéndose los labios al ver el falo de su novia libre, tan duro y con la punta rojiza, brillando por su liquido pre seminal.

Roseanne la jalo más al centro de la cama para poder ella subirse al colchón, tirando al piso otra prenda más. Se arrodillo y llevo las piernas de Jennie sobre sus muslos, tomando con una mano su pequeña cintura y con la otra la base de su miembro.

Llevo la punta hacia su centro y acaricio su clítoris, sonriendo para sus adentros al escucharla gimotear. Sin perder más tiempo se hundió en ella ni lenta ni perezosa, siendo considerada para no lastimarla.

Podría venirse en estos precisos momentos, impresionada con la facilidad que se deslizo dentro de su pareja hasta el final.

— Oh mierda, te abriste tan fácil. —Gimió con regocijo, gruñendo ante el apretón que sus paredes vaginales le dieron— Pero sigues apretando con fuerza.

Roseanne comenzó a moverse, sacando su miembro hasta la mitad y volviéndolo a meter, en poco tiempo sus caderas tomaron un ritmo normal, procurando ver las reacciones de su novia por lo sensible que es en momentos como estos.

Jennie dio un gemido entrecortado y fuerte, lanzando la cabeza hacia atrás y jadeando con más fuerza. Roseanne elevó su pierna por la parte trasera de su rodilla y dió penetraciones más profundas, posando su mano disponible en la cadera de la mayor, notando como su piel rápidamente se ponía rojiza.

— Más, más... —Jennie gimió, completamente extasiada.

Sonrió de medio lado, incrédula y divertida — ¿Más? —Comenzó a dar estocadas más fuertes, provocando que el golpe entre sus pieles fuese más violento— ¿Tan desesperada, bebé? —Una vena en su cuello se marcó, la tensión en su abdomen se hizo evidente.

Pego la pierna de la baja a su pecho y bajo su mano hasta la unión de sus cuerpos, con malicia pellizco suavemente el clítoris de Jennie, jugueteando con su pequeño botón hasta que provoco un temblor en el cuerpo de su novia y se deleitó con su grito tembloroso, sonriendo

Vio como apretó su propio seno, removiéndose entre las sabanas. — Pareces perra en celo, Nini —Se burló, notando sus pestañas húmedas y el color rojizo adornando su rostro y parte de su cuello. Soltó su pierna y atrapo la cadera ajena con ambas manos, golpeando en su interior lo más rápido que podía, buscando su propia liberación— Vamos, no me dejes esperando.

Jennie tomo sus muñecas con fuerza, incapaz de cerrar su boca o decir algo coherente, dejando que sus gemidos y jadeos sean escuchados con total claridad. Arqueo su espalda y logro identificar los pequeños gemidos de Roseanne al tiempo que la penetro con más fuerza, fue su detonante para un orgasmo agresivo tomara posesión de su pequeño cuerpo, removiéndose con fuerza y queriendo que su pareja se detuviera, no creía poder seguir aguantando.

Roseanne al sentir esos líquidos calientes abrasar su pene hizo que en poco segundos se corriera dentro de Jennie, parando todo movimiento suyo, esperando que sus espasmos y los de la mayor terminaran.

Con una respiración agitada soltó su cadera y apoyo las manos en el colchón, haciendo que Jennie posara las manos en su propio abdomen. Tomo grandes bocanadas de aire mientras veía a su novia destrozada. Sacudió la cabeza, intentando despegar su flequillo de su frente húmeda.

Jennie no podía estar más contenta, sintiendo aun las manos de Roseanne en su cadera, aunque solo era el calor que le habían otorgado y la evidencia de la fuerza que la rubia posee, lo más posible es que quede con marcas en su piel. Sus muslos aún siguen temblando, pero nada de eso importa.

Sus ojos somnolientos se posan en el rostro de su novia, luciendo tan sexy con las mejillas rojas y el cuerpo sudado. Dirigió sus brazos al cuello ajeno y quiso que bajara para que la besara, pero no lo hizo.

— Sabes que me molesta que crean que soy estúpida, Jennie. —Hablo seriamente, mirándola sin expresión alguna. La mayor no entendía a que se refería y claramente estaba confundida, así que Roseanne sonrió— ¿Creíste que no lo notaria? Los días pasados vi cómo te me querías lanzar encima, como una puta. —Comparo con voz inocente.

Su dedo índice se posó en medio del valle de sus senos, bajando lentamente por su plano abdomen, provocándole un escalofrió.

— Quien diría que te podía tener tan necesitada solo por verme hacer ejercicio. —Expuso, bajando lentamente hasta topar con su clítoris y presionarlo ligeramente. Jennie se sobresaltó y se mordió el labio inferior para no jadear— Tan sensible. —Murmuro.

Jugo con aquel nervio con dos dedos, logrando que la respiración de su novia se volviera a acelerar.

— Roseanne...

— ¿Qué? ¿Más? —Sonrió en grande al verla asentir tímidamente— ¿Segura? Posiblemente no vayas a caminar como la otra vez. —Antes de que Jennie respondiera se inclinó hacia adelante y le robo un pequeño beso, gimiendo al unísono al moverse por su acción— A tus órdenes.

Para la mala fortuna de Jennie, Roseanne se separó y con ello salió de su interior. Antes de siquiera poder quejarse, la rubia la jalo de un brazo con fuerza, logrando que se sentara en la cama.

— Recuerdo cuando te burlabas por mi falta de fuerza —Bastantes veces sus amigas hicieron demasiado hincapié a que sus músculos solo eran para deleite visual, no podía ni cargar a su propia novia en la espalda por más de cinco segundos.

Roseanne la cargo como una bebe, obligándola a enrollar las piernas en su cintura y abrazar sus hombros. Su cuerpo se llenó de anticipación por la posición en la que lo harían ahora.

Roseanne le sonrió con tal arrogancia, cargándola como si nada y acomodándola. — Ya pasaron años, pero no es mal momento para vengarme —Mordisqueo su cuello juguetonamente y bajo las manos hasta el trasero de la mayor, amasando con fuerza— ¿Ya te he dicho lo mucho que amo tu culo?

La rubia no tenía ningún problema en ser así de directa y vulgar, a Jennie le encanta que hable de tal manera, aunque algunas veces la avergüence en público.

Jennie no reacciono a tiempo y Roseanne la sorprendió con una estocada hasta el fondo, un gritito gutural salió de sus labios

— ¿Te lastime? —La mayor negó con fuerza, intentando procesar— Bien.

Sin piedad cabo en su interior, ayudándola a subir y bajar con el agarre en su trasero, seguía sonriendo, encontrando bastante divertido las caras de su novia. Algo de ternura despertó en ella y no pudo evitar besar la mejilla roja de Jennie, acaparando la atención de esta.

Sus sonrisas fueron sinceras y llenas de amor hasta que a Roseanne se le fue de las manos e hizo que su novia bajara de forma rápida en su pene, haciendo entonces que la mayor cerrara los ojos y enterrara las uñas en su piel sudorosa.

La mirada de Roseanne peso aún más, detuvo sus movimientos y dio un par de pasos. A Jennie le tomo procesar lo que sucedía, pero su espalda toco la fría pared con algo de brusquedad, sacándole un jadeo que fue ahogado por los labios hambrientos de su pareja.

Comenzó a moverse con lentitud, contrastando bastante con el violento danzar de sus cerezos, algo de baba apenas escurrió de sus comisuras. Roseanne se separó, acelerando el vaivén de sus caderas.

— Mírame, Jennie. — Demando y la mencionada realmente quiso obedecerla, pero todo su cuerpo le demandaba cerrar los ojos para disfrutar a plenitud todo el placer que las expertas caderas de su novia le estaban haciendo sentir.

Estaba a punto de desfallecer de nuevo, esperaba de todo corazón que sus gemidos no traspasaran las paredes de su casa, ya tenía suficiente con que una de sus vecinas hiciera bromas de doble sentido al escucharlas una vez que lo estaban haciendo en la cocina.

— Mírame.

Grito, dejando libre la cintura de Rosdanne, dejando que sus piernas se abrieran, completamente entregada al encuentro carnal con Roseanne, a la cual le volvió a enterrar las uñas, su pobre espalda pagaba las consecuencias la mayoría de las veces.

La rubia no se iba a detener ahí, mirando fijamente a Jennie y estimulándose por las reacciones de su cuerpo. Pequeños gemidos comenzaron a escaparse de su boca, su aliento caliente golpeando la piel pálida, estaba a nada y con una última advertencia en su organismo de la aproximación de su orgasmo, acelero sus embestidas de una forma casi bestial y se corrió.

Y Jennie obtuvo otro orgasmo en cuestión de segundos.

Roseanne paro de inmediato al sentir las uñas de Jennie rasguñar un par de centímetros de su piel de un momento a otro, entendió que ya era demasiado.

Soltó un quejido que no fue escuchado, la mayor estaba más concentrada en recuperar oxígeno y sintiéndose algo avergonzada al procesar el temblor visible de sus piernas y escuchar gotear algo, los muslos de Roseanne seguramente estaban empapados.

—... Mierda. —Dejo caer su cabeza contra la pared, luchando por mantener los ojos abiertos. Logro captar que su novia no lucia tan cansada en lo absoluto— Bendita sea tu resistencia —logro articular.

Rosé soltó una risita, su pequeña lucia tan destrozada y en el fondo muy feliz; esto era a lo que se refería de forma literal al querer ser follada de forma brutal en los brazos ajenos.

— Ni se te ocurra bajarme, no voy a poder mantenerme de pien—Cerró los ojos derrotada, no quería ver la cara de victoria en Park.

— Claro que no, mi amor, pero no te prometo que no pase algo más si sigo dentro de ti. —Informo mientras avanzaba al baño, deteniéndose al escuchar un gimoteo— ¿Sensible? —Jennie se había escondido en su cuello.

— Si. —Respondió a penas. No iba a poder levantarse después si seguía los deseos de su cuerpo.

— Entonces nos quedaremos aquí un rato, pequeña, hasta que pueda bañarte —dicto sin más, besando el hombro de la baja.

Jennie realmente considero después hacer más ejercicio.

el os es una adaptación, muchas gracias a Tzupremacy por permitirme adaptar su historia.

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