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❝U N O❞

—Esto es un asco de primera. ——comento el pelinegro, arrasando con la hamburguesa de sus manos. Su amigo más cercano solo asintió sin mucho interés a lo que JungKook decía, aún así, por ser educado presto atención.— ¿Puedes creer que me puso con el estúpido de Kim?.

—¿El chico maldito?. —pregunto, ahora divertido.

—Sí carajo, con ese idiota. —refuto de mala gana.— Lo peor de todo es que no puedo cambiar de tutor, tampoco pedirle a mi padre que hable con el decano o el profesor porque desde hace días me dijo que no volvería a meter las manos en mis estudios. —dijo con amargura, recordando que su padre lo había amenazado con quitarle las comodidades si no se ponía a estudiar como se debía.— Estoy arruinado.

—Claro que no lo estás, solo debes pedirle a Kim que te haga las tareas a cambio dale algo. —propuso el otro. JungKook lo pensó por un momento, no sonaba para nada mal esa idea.

—No voy a follar con el, claro está que no. Le daré dinero. —el amigo le hizo una señal de complicidad.— ¿Sabes dónde está?.

—Preguntale a Park, el parece hablarle al chico maldito. —menciono, a la vez que señalo hacia las bancas donde un pelirubio estaba sentado comiendo acompañado siempre de su otro amigo Jung.— Anda ve y pregúntale, de paso le dices que me invite a salir. —JungKook rió de mala gana, dispuesto a ir donde aquellos dos pares de cerebritos. El pelinegro se paro delante de los dos sujetos, hizo un ruido con la boca para llamar la atención de los mismos. Park levanto la mirada del libro que leía, a la vez que tomaba de la cajita de refresco, vio con suma repulsión a JungKook.

—¿Qué? —pregunto rudo, JungKook trago en seco, sintiéndose intimidado, no solo por Park, sino también por el amigo que ya estaba a punto de levantarse.— ¿Se te perdió algo niño rico? —pregunto de nuevo. JungKook se sintió humillado al escuchar el apodo que se había ganado departe de Park desde la primera vez que se vieron.

—Solo quiero preguntar si sabes ¿dónde puedo encontrar al chico maldito? —el semblante del rubio cambio completamente, su ceño se frunció, Jeon tuvo que retroceder cuando el rubio aplastó entre sus manos el refresco que tomaba.

—¿Cómo lo llamaste?. —pregunto.

—¡Argh! Habló de Kim TaeHyung, ¿Sabes dónde puedo encontrarlo?. —si volvia a llamarlo por aquel apodo de seguro el amigo de ese rubio lo golpearía.

—¿Para que quieres saber dónde está? Deja de molestar a TaeHyung, él no te ha hecho nada y si no quieres que te desfigure la cara a golpes será mejor que hagas caso. —el pelinegro hizo una mueca, al recordar que unos meses atrás ese rubio le dio la golpiza de su vida cuando estaban en una fiesta clandestina de la universidad.

—Es mi tutor, pero no sé dónde encontrarlo. —El rubio y el otro se vieron confundidos, casi tontos, porque no podían creer eso.— Por favor JiMin, dime dónde encontrarlo.

—En la biblioteca. —respondio Jung.— Eso si, si llego a enterarme que lo volviste a molestar yo mismo iré a molerte a golpes en vez de JiMin. —JungKook asintió, dando unos cuantos pasos atrás. Vio de nuevo a ese par, que sin dudas daban mucho a temer, observó cómo su amigo se reía unas bancas alejado.

—Por cierto Park, dice mi amigo que lo invites a salir. —El rubio le vio con molestia, después desvió la mirada hacia aquel chico pálido de cabellera morada.

—No. —respondio fríamente, siguió con su lectura pero JungKook estaba parado aún ahí.— Dile al tonto de YoonGi que se consiga un novio y me deje de joder, no voy a meter mi polla en su culo nunca. —respondio ahora más severo para que le quedará en claro a ese tonto. JungKook se sintió mal, ya que sabía que su amigo estaba perdidamente enamorado de ese rubio de actitud fría. A pasos lentos se alejó, caminando de regreso a su banca, donde lo esperaba un pelimorado, con un bello sonrojo. Sin duda YoonGi era lindo, solo que la gente se alejaba de el, porque tenía como amigo a un idiota como el.

—¿Y bien?. —pregunto entusiasmado.

—Esta en la biblioteca. —YoonGi sonrió en grande, esperando a que terminará, JungKook no podía decirle lo que Park había dicho.— Y sobre lo otro, dijo que lo pensara. —las mejillas del contrario se tiñeron de un carmín notorio.— Bueno, te dejo, iré con mi tutor a hacer negocios.

—Suerte Jeon. —dijo más animado. JungKook se sintió mal, era su amigo, y le había mentido.

[•••]

El pelinegro camino cansado por los grandes pasillos de la biblioteca, buscando en cada uno de los mismos, por donde estaba ese bicho raro, ese lugar estaba desolado. A excepción de aquellos que iban ahí solo a follar en secreto o fumar marihuana. Se detuvo unos metros alejado de aquel castaño, quien leía con suma concentración algún libro, tenía los audífonos puestos, con la música a todo volumen, (la cual se escuchaba muy buen gracias al gran silencio del lugar), parecía preocupado, ya que en lo que leía escribía en su cuaderno. JungKook solo rodó los ojos, porque ese idiota era el típico estudiante aplicado, al que los profesores adulaban. Camino serio y sin inmutarse, hasta que quedó cerca del otro. TaeHyung sintió una precencia a su lado, vio hacia arriba y solo se encontró con el estúpido de Jeon parado con aires de  grandeza delante suyo.— ¿Qué? —JungKook lo miro raro. TaeHyung hablaba casi igual que Park, con ese tono serio. El castaño se quitó los audífonos y miró serio al chico.— ¿Vienes a pedir ayuda en alguna cosa que no comprendas?.

—No. —respondio.

—Entonces lárgate. —dijo el castaño, dispuesto a seguir con los suyo, JungKook jalo sus audífonos rompiendolos en el acto, TaeHyung solo se mantuvo quieto, observando su preciados audífonos rotos en sus manos.

—Te estoy hablando, no seas maleducado maldito idiota. —TaeHyung siguió viendo sus auriculares, esos que habían sido el último regalo que le dio su hermano menor. La ira subio por su cuerpo, a la vez esas punzadas de dolor que siempre aparecían al recordar a algún miembro de su familia. Evito llorar, no quería que lo vieran siendo débil.

—¿Entonces que es lo que quieres? Estoy ocupado. —dijo, sonando tranquilo, aunque por dentro estuviera molesto y dolido.

—Vengo a proponerte algo.

—¿Qué cosa?.

—Te pagaré a cambio que hagas mis tareas, así nos evitamos cualquier roce entre tú y yo, ¿Qué opinas? Te parece. —estaba seguro que diría que si. Pero el silencio del otro empezaba a molestarle.— No puedes hacerte del rogar, tu necesitas el dinero más que yo, o no, becado.

TaeHyung se trago cualquier insulto, no era de los que discutían con ignorantes como Jeon.— No, no haré tus tareas. —fue su decisión.— No necesito que me des del dinero de tu padre, no me vas a comprar. —JungKook no tenía palabras para expresar lo que estaba sintiendo, nunca nadie había rechazado alguna propuesta de él.

—Tu y tú orgullo estúpido, por eso mismo nadie te habla. —otro golpe para TaeHyung.— Tenían razón en decir que estás Maldito, por eso mismo no quiero tener nada que ver contigo. —TaeHyung no le vio, mantuvo la compostura, sabiendo de antemano que JungKook se ponía así con el siempre que lo enfrentaba.— Como sea, igual no te pediré ayuda en nada, vete despidiendo de tus puntos extras. —dijo por último, salió hecho furia, no queriendo ver a nadie en el camino. Estaba demasiado molesto.

TaeHyung solo suspiro y siguió con lo suyo.

[•••]

JungKook sabía que estaba jodido, lo supo en el momento en que su hermano le dijo que su padre quería hablar con él en privado, sus nervios estaban a flor de piel, podía escuchar los latidos de su corazón acelerarse a cada segundo. Con tan solo decir que sentía que se orinaria encima, pero aún así toco a la puerta esperando paciente a que su padre abriera, cosa que no tardó mucho en suceder, JungKook entro al estudio de su padre, se sentó en el sofá, claro que alejado del mismo. El señor Jeon leía tranquilamente el periódico, parecía estar cansado de lo mismo.— Hijo mío. —dijo por fin. El menor se sintió pequeño por la imponente voz de su progenitor.— Te amo, eres mi más grande tesoro, tú y tu hermano son lo único que me quedo de mi amada esposa antes de que partiera a mejor vida. —el corazón de ambos se oprimió al recordar a la dama que quisieron tanto.— Por eso mismo, sabes bien que no me gusta para nada darte estos castigos severos.

—Padre... —el señor le hizo una seña de que no dijera nada.

—Tus maestros me han dicho que no estás cumpliendo con lo que te pidieron, a este paso terminaras perdiendo el semestre, y sabes muy bien que si lo haces no pagare más tu universidad. Lo harás tú.

—Padre, yo estoy dispuesto a ponerme al día en mis clases, lo que no estoy dispuesto es a qué me pongan de tutor a ese idiota. —el señor Jeon no comprendió.

—¿Qué tiene de malo el tutor que te han dado?. —JungKook no supo que responder en sí, ya que la verdad era que TaeHyung no le había hecho nada.— Habla.

—Solo, él no es de mi agrado.

—¿Y?. —pregunto con sorna.— El está para ayudarte no para que tú seas del agrado de él, ni tú del suyo. ¿A caso crees que bromeó? ¿No te quedó claro con que te haya quitado la mesada?. ¿Quieres que te quite también la ayuda para que compres los útiles necesarios?.  —interrogo, de brazos cruzados y mirada retadora. El pobre pelinegro negó con un leve sonrojo, ya que su papá tenía toda la razón.

—Lamento haber sido impertinente, pondré todo mi esfuerzo para que vuelvas a confiar en mí.

—Yo confío en ti hijo mío. Solo haz está mínima cosa que te digo. La única herencia que de verdad es de valor es la educación que un padre le da a sus hijos. —menciono más calmado. Volvió a tomar su periódico dispuesto a seguir su lectura.— Es todo, ve y estudia. —pidio amablemente. JungKook se levanto de su asiento, mucho más calmado. Tenía que hacer lo que le pidió su padre, era algo simple. Concentrarse en sus estudios. Solo eso, no era un gran peso para el. Aunque si era un gran peso tener que estar con el chico de la maldición y que todos sus amigos lo vieran, sin duda su reputación se vería afectada.

O eso pensaba JungKook. Qué la apariencia lo era todo, pero que gran error era ese.

[•••]

TaeHyung sintió una mirada sobre el, (de nuevo), por lo general pasada desapercibido entre sus compañeros y alumnos de la universidad, eso para el estaba bien, no tenía que hacer gran esfuerzo en destacar. Pero eso cambiaba cuando los estúpidos chicos y chicas populares hablaban de él a sus espaldas, murmurando y creando rumores que lo molestaban.— ¿Qué sucede TaeHyung?. —pregunto ese rubio que siempre se sentaba a su lado a la hora del almuerzo, JiMin era su nombre.

—Sí, ¿Qué sucede TaeHyung?. —pregunto de igual manera HoSeok, sentandose también a su lado. TaeHyung no estaba incómodo, al principio sí, porque no entendía porque esos dos se sentaban con el.

—No, no es nada. —respondio cohibido. Comiendo de su almuerzo, los dos amigos se vieron entre sí, dándose miradas inquisidores.

JiMin carraspeo un poco llamando su atención.— TaeTae... ¿Podrías por favor decirme por qué mierda aceptaste ser el tutor de Jeon JungKook?. —sintio un escalofrío bien feo por todo su cuerpo, JiMin se veía molesto y sin comentar también HoSeok.

—Me darán puntos extras. —respondio cortante.

—Pudiste decir que no, sabes bien que ese tonto se la pasa molestándote con lo de tu... ya sabes a lo que me refiero. —dijo amargamente.— Solo te va a lastimar.

—Ustedes también se volvieron tutores o no, y tú de Min, no eres el indicado para darme un sermón. En todo caso aceptaré un regaño de HoSeok pero de ti —menciono viendo mal al rubio.—, no puedes decirme nada. —afirmo. JiMin gruño llevandose una papita frita a la boca.

—Yo no escogí a Min, el muy sinvergüenza le imploro a su papi el decano que fuera yo su tutor. —rechino los dientes.— Sabes que si decia que no, pondría en riesgo mi beca en esta universidad.

—Vez, estamos igual, a mi me ofrecieron una recomendación a cualquier empresa que pida, incluso una plaza aquí. No estaba dispuesto a perderlo.  —JiMin se quedó pensativo, asintió más convencido notando que HoSeok ni siquiera les prestaba atención, estaba más entretenido jugando en su teléfono.

—Si te molesta no dudes en decirme y le partiré la cara.

—Yo también. —comento HoSeok, con la mirada fija al juego.— Somos amigos, recuerda eso, aunque tú lo niegues lo somos. —El castaño bajo la mirada a su comida.

—Somos socios, no amigos. —dijo con gracia, JiMin y HoSeok rieron, acostumbrados a ese trato entre ellos tres.

—Socios, claro, somos tus mejores socios entonces. —ellos siguieron hablando, sacándole tímidas sonrisas a TaeHyung, más alejado de ellos estaban JungKook, sentado al lado de YoonGi y NamJoon, su otro amigo. El pelinegro entrecerraba los ojos viendo como ese trio hablaba tan amenamente.

—Simplemente sigo sin creer que de verdad no acepto que le pagarás. —hablo divertido el pelimorado.— ¿Y si le pagas con sexo?.

—Nunca, igual se negaría. —YoonGi rió divertido.

—Solo lleva la fiesta en paz con el. —por otro lado NamJoon siempre era la voz de la razón en estos casos.— Kim no es un mal sujeto, es educado si tú lo eres con el. Pero si lo fastidias se vuelve igual de fastidioso que tú.

—Es el chico maldito del que hablamos. —se excuso. NamJoon le vio severo.

—JungKook, deja de decir esa tontería, sabes muy bien que nada es cierto.

—¿De qué lado estás?. —ataco.

—Del lado que crea justo, eso siempre será así, y en este caso no es el tuyo. Tu comportamiento es como el de un niño, siempre molestas a Kim TaeHyung, con el mismo tema. Yo diría y aseguró que te gusta y por eso lo haces. —JungKook abrió los ojos con sorpresa, YoonGi mejor se quedó callado, comiendo y sin siquiera meterse, era un tabú sacar ese tema.

—Kim TaeHyung no me gusta. Solo es el bicho raro de la universidad.

—Sí, el bicho raro que te gusta.

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