❝N U E V E❞
—Adelante. —dijo TaeHyung, dándole entrada a su pequeño pero cómodo apartamento al pelinegro.
JungKook parecía un niño, admirando y observando todo a su alrededor, el departamento de TaeHyung era pequeño pero realmente se sentía hogareño, con colores calmantes, fotografías de paisajes y algunas de personas colgadas en las paredes.
—No sabía que te gustaba la fotografía. —comento JungKook, por su parte TaeHyung rió por lo bajo mientras se quitaba el saco y caminaba a la mini cocina, donde le hizo señas al pelinegro de que lo siguiera.
—JungKook, yo estudio fotografía en la universidad. —dijo de buen humor— Parece que no te habías dado cuenta.
—La verdad... pensé que estudiabas alguna carrera de empresas o algo así, bueno, yo eso estudio y como compartimos algunas clases. —susurro, le causaba pena estar tanto tiempo en compañía de Kim TaeHyung, y más estando en su departamento con la excusa de que le prestaria una sudadera.
—Bueno, también estudió eso, quiero trabajar en una empresa digna de mis habilidades, no cualquiera es digno de Kim TaeHyung. —se halago así mismo, ese pequeño acto le pareció tierno a JungKook, porque el castaño tenía la confianza para decirle cosas como esas.— ¿Quieres algo de tomar?.
—Cualquier cosa está bien, menos café, no me gusta el café.
—A mi tampoco me gusta el café. —la cocina quedó unos segundos en silencio, JungKook sonrió tímidamente al notar el leve sonrojo en las mejillas contrarias— No te atreves a decirlo —mascullo sin verle.
—Tenemos algo en común. —pero igual lo dijo, provocando que el sonrojo en el castañito se elevará a tal punto de ponerlo nervioso por la risa de JungKook.
—Eres de esas personas que cuando les dicen que no hagan algo, con más ganas lo hacen.
—Y tú eres de esas personas que cuando alguien te dice no, tu inmediatamente insistes para obtener un si. —ataco, no discutidan, parecían más bien disfrutar de llevarse la contraria todo el tiempo.
—Bueno, al parecer tenemos otra cosa en común. No nos gusta que nos digan que hacer. —esta vez Kim TaeHyung lo había dicho con sinceridad, porque en gran parte si era cierto.— ¿Un té de manzana está bien?.
—Con dos cucharadas de azúcar por favor. —dicto divertido, mirando como el castaño bufaba.— Que bonito cachorro~ —el castaño miro con detenimiento como JungKook se tiró al suelo, en como sus manos atrajeron al su perro pomeranian y lo apresó en sus brazos. — ¡Es hermoso!.
—Asustas a Yeontan. —el cachorro ladró moviendo la colita y su lengua de fuera, la mera imagen le causó ternura a JungKook.
—¡Es que es tan bonito que no puedo evitar apapacharlo!. ¿Desde hace cuánto lo tienes?. —pregunto acariciando el pelaje de Yeontan.
—Desde hace cuatro años. —su voz se escucho diminuta, casi como un susurro. JungKook dejo de jugar con el perrito para mirar fijamente la expresión de tristeza en los ojos contrarios.— Mamá lo compro para mí...
—TaeHyung —dijo sintiéndose culpable— Lamento haberte hecho recordar algo así. —el sabía perfectamente lo que a la familia del castaño le había ocurrido. Un incendió en su hogar provocó la muerte de sus padres y de sus dos hermano menores.
—Esta bien, eso pasó hace mucho. —persuadio con una sonrisa fingida.— El té está listo.
—De verdad lo lamento. —menciono de nuevo, gran parte de la disculpa era por lo que había dicho de la familia de Kim.
—Ya te dije que no pasa nada, tranquilo Jeon. —el castaño estaba de espaldas, sirviendo con esmero el té para JungKook. Aunque, Jeon JungKook le miraba con detenimiento, el pecho le dolía o mejor dicho, sentía su corazón latir rápido mientras contenía el oxígeno.
—Lo lamento TaeHyung —volvio a decir, su voz salio ronca, los movimientos del castaño se detuvieron, aún sin voltear a verlo—, lamento todo lo que dije de tu familia, lamento haberte hecho pasar malos ratos, lamento incluso haberme atrevido a menospreciarte. Lamento haber sido solo un completo patán contigo... porque todo este tiempo yo, yo solo actúe por cobardía sin medir mis actos. Perdóname, por favor perdóname Kim TaeHyung. —cada palabra había salido del alma, mordía sus labios con impotencia, sintiéndose un completo idiota ahí parado, pero, tarde o temprano tendría que aceptar las consecuencias de sus actos. Y quizá esa consecuencia era, alejarse de TaeHyung si se lo pedía.— Perdóname, me iré ahora mismo. Se que no soy de tu agrado. Solo quería decirte todo esto, no enmendare nada, lo sé y yo... yo, solo puedo pedir disculpas. —apreto sus nudillos, sin atravesé a ver al castaño, solo se dio la vuelta para salir de su departamento, era lo mejor, el pensaba eso.
Al llegar a la puerta principal, justo cuando iba a darle la vuelta al pomo, escucho unos sollozos, los sollozos de TaeHyung. Una parte de él quería irse de ahí y llorar toda la noche, su otra parte quería ir y abrazar al chico y consolarlo. Pero no podía hacer nada, su cuerpo no le respondía, hasta que escucho algo quebrarse, más bien, algo ser arrojado a la pared que estaba a un costado de él. La taza de té con el líquido yacían en el suelo, completamente destruidos.
Su cabeza se movió por sobre su hombro, buscando al causante de eso. TaeHyung estaba en la entrada de la cocina, su cuerpo tenzo, sus manos empuñadas, y sus ojos, aquellos bonitos ojos que tanto le gustaban, llenos de lágrimas— T-Tae...
—¡¿Quién dijo que te podías ir?! —grito colérico, incluso su mascota pareció asustarse y por eso mismo corrió a su casita a esconderse.
JungKook ni siquiera sabía qué hacer ahora. ¿Irse o quedarse? Pero, ¿Por qué irse si podía quedarse, o por qué quedarse si podía irse?.
No podía decidirse por ninguna, aunque, Kim TaeHyung no le dejo escoger.
—¿No comprendo...?. —murmuro, su cuerpo siguió sin responderle, sintió pavor cuando TaeHyung se aproximo a pasos rápidos hacia el, trago saliva y cerro sus ojos, esperando ser golpeado, se lo merecía así que no pondría resistencia.
TaeHyung podía hacer con el lo que quisiera.
Esperaba cualquier cosa, un golpe en el rostro, una bofetada, patadas, puñetazos, hasta incluso ser asesinado, quizá ser insultado o humillado. Tal vez obligado a hacer algo, o solo rechazado vilmente.
Pero no.
Fue abrazado, tan calurosamente y fuertemente que todas aquellas opciones que su cabeza le habían mostrado quedaron en segundo plano. Porque el chico del cual había estado enamorado por casi tres años, le estaba abrazando, lo tenía arrinconado en el pasillo del departamento, lo escuchaba llorar como un niño pequeño, aferrado a él, escondiendo su rostro en su cuello.— ¡No... ti-tienes derecho ha i-irte... tu, vas a ha-hacerte responsable de mis sentimientos por ti, no te irás, no huiras más Jeon JungKook!.
A JungKook solo le quedó asentir, porque el tampoco quería alejarse, ya no quería huir.— Aquí estoy, y aquí estaré siempre. —se aferró a aquel abrazo, ni siquiera sabía que más decir, no habían palabras para expresar lo que sentía en esos momentos.
¿Felicidad? Quizá, pueda que si.
¿Temor? Obviamente también.
¿Comprensión? Sí, porque comprendía a TaeHyung, y de seguro, Kim TaeHyung también lo comprendía.
—Tu... Me gustas. —susurro tan bajo que casi no logro escucharlo— P-Pero eras tan hiriente que yo solo podía defenderme. —le dolió escuchar eso— aún así, una parte de mi entendía tu comportamiento, a veces no sabemos cómo expresar lo que sentimos y terminamos lastimando a los demás. —JungKook solo podía escucharlo hablar, su vista estaba perdida en el techo del apartamento, sus brazos aferrados a la cintura pequeña del castaño— Aunque, me tomo por sorpresa saber que también te gustaba, solo te pido que no me falles. —pidio con mucha ansiedad— No me dejes, no te rindas conmigo. No lo hagas porque yo no lo he hecho.
—¿Por qué me estás dando una oportunidad? Yo fui una mierda de persona contigo. —su voz salio rota, no podía creer que de verdad el chico que tanto le gustaba estuviera ahí, dándole una oportunidad.
—Todos merecemos una segunda oportunidad.
—No todos TaeHyung, hay gente que no la merece.
—Pero tú si la mereces. —confronto seriamente. Sus miradas se encontraron, TaeHyung le sonrió un poco, JungKook suspiro atontado.
—Aún así, no caigas en el típico cliché de perdonar y enamorarte del chico malo. —menciono JungKook, por su parte TaeHyung no pudo evitar reírse por eso.
—¿En serio te crees un chico malo? JungKook, no eres un chico malo, eres un tonto que son cosas diferentes. —las mejillas del pelinegro se coloraron— Además, yo recuerdo perfectamente cuando te conocí, eras un mocoso tímido, solo te volviste popular. Puedo con eso.
—¿Estas seguro?. —pregunto con la duda.
—Más que nunca. No te prometo que seremos novios ya, conquistame, enamorame. Y yo, haré también lo mismo, te conquistare, te enamorare. —no era necesario ser más claro, con esas simples palabras, Kim TaeHyung lo había convencido.
—Entonces yo, me esforzaré por ser digno de ti.
—Nos esforzaremos juntos. Juntos amor.
[•••]
NamJoon miraba con una ceja alzada a cada uno de sus compañeros presentes.
Habían pasado un par de semanas en las que casi no había visto a alguno, pero claramente ahora estaba más que sorprendido.
Como siempre, a la hora del almuerzo estaban sentados en la banca del patio.
HoSeok en el teléfono como siempre, ignorando a cada uno de ellos como normalmente hacia.
A JiMin, a su lado pero con la única diferencia de que su rostro descansaba en el hombro derecho de YoonGi. Ambos estaban tan entretenidos hablando entre sí, y sus manos, pues bueno, entrelazadas.
Y por último, miro a JungKook y TaeHyung, los dos chicos lucian inmersos en su propio mundo, TaeHyung le explicaba más de algo al pelinegro y este asentía con una sonrisa de oreja a oreja, mientras que las mejillas del castaño se sonrojaban cada que Jeon se acercaba a su oído y le decía más de algo. ¿Desde cuando ese par se llevaba bien? No, mejor dicho, ¿Desde cuando ellos seis se llevaban tan bien?.
Era algo que no se miraba todos los días, pero le agrado, porque todos esos chicos le caían super bien.
Esto se lo tenía que contar a su novio, claro que sí, SeokJin tenía que enterarse que su primo, el mocoso Jeon estaba haciendo las cosas bien, y más que bien, iba de maravilla.
—Sí bueno, todo muy bonito, pero la verdad es que necesito saber si no habrá otra pelea entre ustedes, digo, solo para ir alistando las palomitas. —comento NamJoon, todos los presentes parecieron disfrutar de aquel comentario.
—Media vez no me molesten no hay problema comigo. —-hablo HoSeok, aún con la vista en el teléfono.
—Lo mismo opino, aunque... Jeon y yo ya resolvimos nuestros asuntos. Borron y cuenta nueva. —dijo está vez JiMin. Miro suspicaz al pelinegro, ambos se sonrieron altaneros, porque, si, habían resuelto sus asuntos, justo como hacen los hombres... a puñetazos. En fin, ya le habían dado vuelta a la página.
—Yo nunca tuve problemas con ninguno de ustedes, así que mejh. —comento YoonGi de buen humor— Soy pacifico de nacimiento.
—Opino lo mismo —hablo TaeHyung, los demás empezaron a reír porque el castaño se sonrojo al decir eso— Bu-Bueno, JungKook y yo ya resolvimos nuestras diferencias.
—Así es, como todo matrimonio hace cada que discuten. Una noche de pasión. —se burló HoSeok, eso solo hizo que TaeHyung se sonrojara más.
—¡No somos novios!. —exclamo apenado.
JungKook se hizo el ofendido.— ¿Cómo les mientes así a las criaturas?. —todos volvieron a reír, JungKook sabía cómo avergonzar al castaño.
—Aún no somos novios, pero si sigues fastidiandome nunca lo seremos.
—¡TaeHyung!.
—¡Cállate, no vas a lograr nada con un berrinche, hijo de papi!.
—¡Eso no es justo, dijiste que seríamos novios, no puedes solo echarte para atrás!. —decia JungKook con un puchero. TaeHyung le puso el cuaderno en el rostro para ya no verlo, era débil ante los gestos de ternura del pelinegro.
—Gana el semestre primero. Y ya veremos después. —con eso dicho, la sonrisa reluciente del pelinegro regreso.
—Como mi tutor Kim TaeHyung ordené.
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......................(1)....
¡Bebus, perdón por tardar!.
No me gusta dar excusas, por eso mismo en ofrenda de paz subiré el último capítulo en unos minutos.
Estamos por terminar. Gracias por las mil vistas de este mini Fanfic.
Siguiente capítulo, Smutt.
One fuera.
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