❝C I N C O❞
Otro día más de clases, otro tortuoso día de estudios y desveladas. TaeHyung estiró su cuerpo con pesadez, últimamente se cansaba más, tal es era por las pocas horas de sueño con las que contaba, tal vez el poco alimento que consumía, o pueda ser que simplemente se excedía mucho más es el trabajo. Pero se estaba matando él solo. O eso decía JiMin cada que lo veía entrar con esas ojeras grandes a clases, pero lo que realmente le estaba sucediendo era, que no quería parar, quería seguir en movimiento y no detenerse, porque si se detenía, los recuerdos regresarían y lo golpearían con fuerza como cada vez, y no estaba para soportar más dolor.— Yeontanie, aquí está tu comida. —le dijo al cachorro que meneo la cola, agradecido y feliz con su dueño. El cual sólo sonrió un poco al ver al animalito comer con emoción.— Nos vemos en la noche, hoy regreso tarde. —le dijo al perrito, que solo ladró como dándole la razón— Cuida la casa. —dijo por último. Las clases habían terminado, pero el debía ir a casa de Jeon JungKook a ayudarle con la tarea, aún cuando su cuerpo le pedía un momento de descanso el se lo negó, salió del departamento, saludo a su anciana vecina. Cuando estuvo fuera del edificio, observó cómo siempre, en el edifico de enfrente, el cual era mucho más grande, ya que estaba diseñado para que en el vivieran familias y no solo una persona. En la esquina del edificio, se encontraba recostado en la pared Park JiMin, parecía preocupado, aunque más bien triste.— Hola Park. —saludo al rubio, quien sólo emitió un sonido afirmativo.— ¿Estás bien? —pregunto por pura cortesía, la verdad era que desde hace mucho que dejó de importarle la vida de los demás, pero con JiMin era diferente, a él lo conocía desde la infancia.
El rubio sonrió un poco, aún sin verle, fue cuando se dio cuenta que estaba llorando— Mamá está empeorando. —dijo con voz cortada. TaeHyung sin pensarlo dos veces abrazo al rubio, quien sollozo en su brazo, no era noticia nueva para TaeHyung sobre la enfermedad de la señora Park.— La quimioterapia no funcionó. Ella se rindió. —dijo con la poca voz que le quedaba.
—JiMin, no sé qué decirte. —comento sincero, JiMin sonrió por eso, en secreto admiraba siempre la manera en la que TaeHyung era honesto— Sabes que siempre estaré aquí, incluso cuando el momento llegue.
—Lo sé, pero es difícil fingir que todo está bien, más en casa cuando nos sentamos a la mesa y simplemente ignoramos el hecho de que ella va a morir. —Taehyung lo abrazo con más fuerza, casi protegiéndolo del mundo entero. JiMin solía ser un chico dulce y siempre amable, pero desde hace unos años eso cambió, desde que se enteró que su madre tenía cáncer, algo en el cambio drásticamente, era el hijo mayor y debía cuidar de su hermano y de su padre. Simplemente se obligó así mismo a crecer rápido, y eso solo lo sabían TaeHyung y HoSeok. El castaño se quedó a su lado el tiempo suficiente, hasta que JiMin dejo de llorar y solo se aferraba a su sudadera. Lo vio irse, cuando su mamá le llamo, con la excusa de que verían una película en familia.— No iré mañana a clases, me pasas los apuntes. —le dijo desde la entrada del edificio.
—Claro, no te preocupes por eso. Ve con tu familia. —contesto, despidiendo al rubio. Cuando JiMin se perdió de su vista, el emprendió su viaje a la casa de Jeon.
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Simplemente JungKook ignoro las risas de su hermano menor, aquel mocoso siempre se burlaba de el por cualquier cosa. Pero en esos momentos solo quería tomar un zapato y tirarselo en la cara.— Última advertencia, Baekhyun. —el mencionado solo siguió riéndose.
—No puedo creer que estés limpiando la casa, ¿Quién va a venir, he?. —pregunto divertido, ignorando las amenazas de su mayor. JungKook se dio la vuelta, tomo la escoba y siguió barriendo el chiquero de la sala y cocina. El hecho de que en casa solo hubiesen hombres era un gran problema, porque todo siempre estaba desordenado o sucio, su papá se había empeñado en no contratar a alguien que limpiará, los dos hijos tenían que hacerlo, no era tan difícil, pero JungKook y su hermano simplemente no lo hacían, y al señor Jeon no le importaba, el limpiaba lo que ensuciaba después de todo los que recibían visitas eran los hijos, no el, que ellos pasarán vergüenza.— Sigo sin comprender —menciono Baekhyun, limpiando la división donde estaba el televisor, (JungKook lo había obligado a ayudarlo a limpiar)— ¿Desde cuando te interesa que vean que tu casa está limpia? Los únicos que te visitan son NamJoon Hyung y YoonGi Hyung. Y a veces el primo SeokJin.
—No te importa, solo cállate y sigue limpiando. —ordeno desde la cocina, el lavaba los trastes sucios, su hermano menor lo ayudaba un poco, no sabía por qué pero el simple hecho de que Kim TaeHyung, el chico maldito fuera a su casa lo ponía sumamente nervioso, a tal punto que hasta vergüenza le dio ver su casa tan desordenada. No quería dar malas impresiones, aunque TaeHyung ya tenía una imagen de el. Un idiota.
El timbre de la entrada sonó, fue cuestión de segundos en los que su cuerpo empezó a temblar de sobremanera.— ¡Voy! —dijo el menor, JungKook lavo con más rapidez toda la losa, se quitó el delantal, sacudió un poco sus ropas, las cuales estaba llenas de polvo y suciedad, incluso limpio su cuarto, el de su papá y hermano, el baño, el estudio y el sótano.— ¡Hey hermano te busca un chico muy bonito en la puerta! —grito Baekhyun solo para molestarlo.
—D-Dile que pase. —dijo desde la cocina. Contó los segundos en los que tardó en aparecer frente a él, la imagen de un castaño con ropas holgadas y como siempre una sudadera y audífonos puestos.— Hola.
—Hola Jeon, te parece si empezamos. Tengo otras cosas que hacer. —y así fue como todo el esfuerzo de JungKook no valió nada, porque TaeHyung solo se limitó a sentarse es la barra de la cocina, delante de él, saco sus libros y cuadernos. JungKook solo lo veía, no podía apartar la vista del rostro cansado del castaño.
—¿Quieres algo de tomar?. —pregunto dudoso, TaeHyung dejo de sacar sus cosas y lo vio.
—Un vaso de agua estaría bien. —contesto amable. Aunque realmente le hubiese gustado decirle que quería un vaso de te frío helado, o tal vez café, pero el café no le gustaba, aunque no sonaba nada mal una Coca-Cola fría. JungKook con pasos torpes fue por un vaso, le sirvió agua al castaño, quien la recibió agradecido.
—S-Sí quieres algo más no dudes en pedirlo. —no sabía porque estaba tan nervioso.
—¿Eres el novio del idiota?. —una tercera voz hizo que ambos mayores voltearon a ver al hermano menor del pelinegro, quien parecía muy divertido.
—No. —respondieron a la vez. A Baekhyun le gustaba dejar en ridículo a su hermano mayor, así le pagaba todas las que le debía.
Hizo una mueca tristona, mientras se acercaba más a los dos jóvenes— Yo pensé que si —dijo con falsa tristeza— Porque JungKookie Hyung incluso limpio la casa y cocino —la cara de JungKook se puso roja de la vergüenza, TaeHyung parecía confundido— Me dijo que tenía que estar todo limpio y pulcro, pensé que quería darte una buena impresión. —dijo el menor, sonriendo tiernamente.
—Entiendo —murmuro el castaño, viendo de reojo como JungKook le hacía señas a su hermano para que se callara, por un momento sonrió— ¿Entonces preparaste comida?. —pregunto divertido.
—¡C-Claro que no, digo si, pero es para la cena, papá ya vendrá y, y ya sabes, ja, ja! —no sabía qué hacer, estaba volviendose loco, noto que TaeHyung bajo la mirada a sus cuadernos, sabía que el castaño diría que empezarán a estudiar entonces.— ¿Quieres comer con nosotros?. —las palabras salieron por si solas. Desde el corazón. Tenía miedo de escuchar un no como respuesta, pero solo escucho una diminuta risa, la cual le cautivó.
—Estaria bien. —susurro solo para JungKook.
—Yo creo que le gustas a mi hermano. —JungKook escupió la comida que tenía en su boca, TaeHyung se atraganto con el pedazo de pan. Ambos vieron sorprendidos a lo que había dicho el menor de los tres.
—¡Baekhyun cállate! —reto JungKook, quería a su hermano, pero a veces se pasaba de límite como ahora.— Si ya terminaste de comer vete a tu cuarto.
—¡No me des órdenes tonto, quiero hablar con TaeTae, el me cae bien!. —dijo en berrinches, llevaban apenas unos minutos así, y Jeon Baekhyun ya los había hecho sonrojar más de diez veces.
—No, tienes que hacer tus tareas o le diré a papá. —esa amenaza pareció funcionar, ya que el menor a punta de quejas se levanto dejando los platos en la cocina.— Y nada de estar espiando o tu colección de mangas va a desaparecer. —el menor de quince años chillo y pataleo, hiendose a su habitación. JungKook suspiro abatido, ser el hermano mayor era difícil.
—Gracias por la comida. —la voz cansada del castaño lo regreso a la realidad, TaeHyung se levanto con los platos que uso, pero JungKook fue más rápido quitándoselos.— Oye.
—Estas en mi casa, no es necesario que hagas esto. Yo los lavare después. —el castaño frunció el ceño, a ojos del pelinegro eso fue tierno.— Anda, ¿No ibas a ayudarme con la tarea?.
—Sí, si, ya voy. —murmuro. TaeHyung no entendía el comportamiento amable de Jeon, pero le daba un poco de miedito.— Bien, ¿En qué necesitas de mi ayuda?. —pregunto concentrado. El pelinegro se sentó a su lado, sacando sus cuadernos.
—Ya hice mi línea de vida, solo necesito ayuda con la historia del lenguaje. —le paso las hojas ya escritas al castaño, quien las leyó con suma concentración. Hasta un punto le daba un poco de pena que alguien leyera sobre su vida y más si esa persona era Kim TaeHyung.— ¿Está bien redactada?. —pregunto temeroso.
—Solo tiene un par de errores, pero está bien. —mismos errores que se encargó de corregir por si mismo— Lamento lo de tu mamá. —dijo en un susurro, JungKook bajo la cabeza, sintiéndose triste por un momento.— Lo lamento, no debí decirlo, entiendo. —JungKook solo negó.
—Esta bien, eso pasó hace mucho. —volteo hacia otro lado. TaeHyung sintió tristeza, porque el entendía muy bien lo que se sentía perder a los seres que amas.
—¿Te sientes igual?. —pregunto el pelinegro.
—¿A qué te refieres?.
—¿Qué si te sientes vacío al recordarlos? ¿Te duele el pecho cada que recuerdas cosas que hacían juntos? ¿Te duele incluso solo ver una foto?. —en todo momento, su vista estaba a otro lado. TaeHyung apretó fuerte sus manos.
—Sí, en todo momento. —respondio. Fue entonces que JungKook se volteó, tenía la mirada hacia abajo, miraba sus manos.
—Perdón TaeHyung. —su corazón le pedía a gritos decir esas palabras y él no era quien para impedirlo— Perdón por lo que dije, yo lo lamento.
—No es necesario que te disculpes Jeon. —ahora era él quien veia a otro lado.— Ya paso.
—¿Puedes por favor al menos reclamarme, gritarme o golpearme?, así me sentiría menos mierda. —rió sin ánimos. Honestamente odiaba la frialdad del castaño.
—¿Eso te haría sentir mejor?. —pregunto igual, sin ánimos de pelear con JungKook.
—Exacto, me haría sentir menos basura.
—Entonces. —dijo el castaño, quien se puso de pie, tomo uno de los libros, el más grueso que tenia, se paro delante del pelinegro que en ningún momento apartó la vista de aquellos ojos que reflejaban tristeza, justo como los de el.— Eres un desgraciado, siempre me molestabas, te burlabas de mi, rompiste mis audífonos, los cuales eran el último regalo que recibí de mi hermano menor —se detuvo por un momento, las lágrimas empezaron a caer, JungKook se sintió más basura— te pedí que no me molestaras, nunca te hice nada, tú siempre decías esas cosas, la gente se burlaba y tú, tú eras uno de los imbéciles que decía esas cosas —se detuvo por un momento, no quería gritar pero no pudo evitarlo— ¡Te odio tanto! ¡ERES UN MALDITO SIN SENTIMIENTOS! ¡¿Cómo te atreviste a decir que fui el causante de la muerte de mis padres?! ¡¿Por qué dijiste todo eso, por qué JungKook?! ¡¿Qué te hice?! ¡Te detesto, te detesto Jeon JungKook! —el pelinegro en ningún momento apartó la mirada del castaño, quien empezó a golpearlo sin fuerzas con el libro en el hombro, TaeHyung le gritaba, lo insultaba y lo golpeaba o al menos eso intentaba— ¡No sabes cuánto dolor me causaban tus burlas, tus malditas burlas! —siguio diciendo, JungKook solo lo dejaba ser, no levanto ni un músculo, él en el fondo sabía que se merecía todo eso— ¡Odio que me llames chico maldito, si vuelvo a escucharte llamarme así voy a golpearte JungKook! ¡¿Lo escuchaste?! —sollozo, tan alto que JungKook rápidamente lo atrajo hacia el, encondiendo el rostro de TaeHyung en su pecho— ¡Eres un idiota! ¡Un idiota JungKook! —le dio unos cuantos golpes al pecho, pero ni siquiera tenía fuerzas para que dolieran. JungKook lo apretó tan fuerte, evitaba llorar, no tenía ni siquiera el derecho de hacer eso. Un par de minutos después TaeHyung se alejó de el, limpiándose las lágrimas, restregó su nariz un poco, respirando más calmado.— ¿Ya te sientes menos basura?. —su voz salio corta.
—Sí. —fue lo único que respondió.
—Bien, entonces sigamos con tu trabajo. —dijo sin ánimos, ambos jóvenes siguieron estudiando, TaeHyung sollozaba con dolor, porque JungKook había escondido su rostro entre sus brazos, el chico pelinegro estaba llorando, como un niño pequeño que sabía que había hecho algo malo. Y él, lo acompañó en su llanto esa noche. Tal vez JungKook solo era un tonto que no sabía cómo acercarse al chico que le gustaba, y lo hizo de la manera más estúpida.
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