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T R E I N T A Y S I E T E

— No

— ¿Este? —me enseña una foto de su teléfono.

— No Lisa, ese tampoco — Digo por milésima vez.

— Eres imposible, Kim, ya te mostré demasiadas fotos de pasteles para la fiesta.

— Ninguno me gusta, Manobal —respondo dando un mordisco a uno de los snacks.

— Nada te gusta.

— Tu si me gustas , solo digo — le respondo de manera inofensiva.

— ¿Entonces quieres un pastel con mi cara?

— Muy buena idea.

Ella rueda los ojos y se sienta en el sofá de mi habitación.

— Creo que de momento me voy a rendir con eso del pastel —dice, para después tirar su teléfono encima del escritorio—. Pero bueno, al menos ya tenemos la comida y el lugar para hacer la fiesta, aquí.

— Sigo sorprendida de que hayas logrado convencer a mi madre.

— Diría que la más sorprendida fue ella al saber que querías una fiesta de cumpleaños —estuve a punto de reclamarle, pero ella me detuvo—. Si, ya se que la idea fue mía y que tu estas un poco obligada, pero no importa.

— Igual, intentaré disfrutarla lo más que pueda.

Lisa bosteza y se estira en la silla. Yo solo escucho como sus huesos crujen.

— Tomaré un descanso.

— Buena decisión —confieso mientras me recuesto sobre las almohadas— ¿No quieres tomarte tu descanso aquí conmigo?

Lisa no lo piensa ni dos veces y se acuesta a mi lado. Me da un beso en los labios y después me abraza, acariciando mi cabello mientras habla.

— Ahora que lo pienso, no me has dicho quienes saben de nuestra relación —hago una mueca—. Sería bueno saberlo ¿sabes? así sabré con quien no debo fingir.

— Mi abuela es una —puedo ver la sorpresa en su rostro. Y no la pudo juzgar, pero sin mi abuela no estaríamos aqui.

— De acuerdo —asiente— ¿Quién más?

— Mi hermano.

— ¿Tienes un hermano?

— Más bien, hermanastro, pero lo considero mi hermano. Pero bueno, no es importante porque ni siquiera vive aquí —digo—. Y por último, Jungkook, que bueno, el no es que lo sepa tal cual. Si no que el se dio cuenta de que me gustabas y hasta esa parte de la historia llegó.

— Oh, y ¿Jisoo no lo sabe?

— Eh no, de hecho, ella no sabe absolutamente nada —respondí. Recién me había dado cuenta de que no le conté nada.

— Deberías de contárselo, ¿No te parece? —me pregunta.

—Se que debería pero...no lo se. Creo que no tengo excusa, aunque ahora que lo pienso, que pienso en contarselo, me asusta.

— ¿Por qué? ¿Piensas que quizá no te apoye?

— No lo sé.

Ella parece comprender que ya no quiero hablar más al respecto, y deja el tema de lado. Lo cual agradezco internamente.

— Lisa

— ¿Si?

— ¿Cómo reacciono Rosé cuando...ya sabes le explicaste de nuestra relación?

— Ella no lo tomo bien complemente —frunzo los labios—. Pero no porque tuviera otro tipo de ideas y pensara mal de nuestra relacion. En realidad, estaba feliz por mi, pero le molestó que yo no tuviera esa confianza de contarle que me gustabas, porque a ella le hubiera gustado apoyarme y aconsejarme. Pero creo que tú y yo por un momento nos olvidamos de todos ¿sabes?

No podia estar más de acuerdo. Desde que Lisa había llegado a París, me olvidé de todos. Solo pensaba en ella y en lo mucho que anhelaba estar cerca suyo.

— Lo fue. Supongo que nos sumergimos en nuestra burbuja de felicidad.

Durante unos minutos nos hemos quedado en silencio, mirando a la ventana de mi habitación que daba hacia afuera, donde llovía con un poco de intensidad.

— ¿Has escuchado como se forma un arcoíris?

— Solamente cuando llueve y sale el sol al mismo tiempo — respondió.

— El sol representa la felicidad, es aquello que nos ilumina día a día, con un color eternamente vivo — Lisa me observaba con gran curiosidad — en cambio, la lluvia representa tristeza, nostalgia y un color apagado.

Me detuve un momento, esperando si Lisa decia algo al respecto, pero en cambio, ella siguió mirándome sin articular palabra alguna.

— La lluvia y el sol, son cosas completamente diferentes la una a la otra. Ambos son lo contrario del otro, pero que cuando se fusionan, algo hermoso florece.

— Un arcoíris — apuntó ella.

— Exactamente.

— Pero no comprendo, Kim. ¿Por qué me dices esto?

— Tu eres el sol, Lisa —la rubia, al escucharme, me observa con cierta confusión — Porque llegaste Y la iluminaste, así como el sol ilumina nuestro día con día, hiciste que me distrajera, que me soltara más y disfrutase mi vida, mis amigos. Volviste a hacerme sentir, a sentir un poco de felicidad, y probablemente eso era algo que necesitaba.

— ¿Por qué tu te consideras lluvia?

— Digamos que tu eres la persona alegres, que saluda a todo mundo y que por alguna razón ve todo hermoso, y siempre intentas verle el lado positivo a las cosas —suspiré —Yo soy lluvia porque soy esa persona que te da tu vuelta a la realidad, por así decirlo. Yo casi no salgo, aborrezco las fiestas y por ello lo soy. Somos bastantes diferentes, complejas, pero en un intento de entender a la otra.

Recargué mi espalda contra el respaldo de la cama de mi habitación, donde en aquellos momentos, ambas nos encontrábamos sentadas, charlando, ella escuchando mis ideas, más bien.

— El arcoíris es nuestra relación, tan extenso, hermoso e interminable — alcé mi brazo en representación de ello — pero que si termina, lo cuál, dicen, es casi imposible. Encontrarás un tesoro, un tesoro que te acompañará toda tu vida y solo valientes, podrán vivir con ello.

— ¿De donde sacaste esto, Jennie?

— El otro día — respondí — vi un arcoíris y no pude evitar pensar en ti, y por alguna razón, estas ideas, de que tu eres sol y yo soy lluvia, vinieron a mi mente. Necesitaba contártelo.

— Me encanta — ella recargó su cabeza contra mi hombro y cerró sus ojos.

— Tu eres sol y yo soy lluvia juntas creamos un hermoso arcoíris que puede tentar a acabarse o a terminarse.

— Mi hermosa lluvia.

— Mi resplandeciente sol.

— Te prometo que nuestro arcoíris nunca va a terminar, y va a ser tan extenso como la vida misma.

[•••]

Mi charla con Lisa me había dejado toda la mañana pensando en Jisoo, en que era mi mejor amiga y no había sido capaz de contarle sobre mi relación, sobre como me había sentido las últimas semanas. Debía contarle.

Aun así, me atemorizaba, y me sentía culpable por pensar mal de ella. Se que Jisoo no es así, pero aun así no podía evitar pensar en esa posibilidad.

Había hecho una reservación en nuestro restaurante favorito; La table de colette.

Probablemente eso sería una señal para ella de saber que, o algo andaba mal o debía contarle algo importante. Porque usualmente solo íbamos a ese restaurante en ocasiones especiales.

Nada más llegar, le di mi nombre al recepcionista y este me llevó hasta la mesa correspondiente, donde Jisoo ya se encontraba esperándome. Había llegado temprano.

Bonjour, Jennie —saludó en cuando tomé asiento.

Bonjour —respondí— ¿Qué te parece si ordenamos?

— ¿Lo de siempre?

Oui

Jisoo llamó al mesero y le pidió lo mismo de siempre. Ya ni siquiera nos tomamos la molestia de mirar la carta, ya sabemos que pedir aunque sea lo mismo cada vez. Se trata de un menú de 7 tiempos, que tiene entrada, plato fuerte, postre y más. Es delicioso.

— ¿Cómo va todo? —he preguntado. No puedo negar que estaba nerviosa.

— He estado bien. Me he centrado mucho en la academia y he estado haciendo otras cosas.

— ¿Qué ha pasado con la carrera universitaria que querías estudiar? ¿Te inscribiste?

— Así es, de hecho, justo vengo de dejar mis documentos. El examen es dentro de unos meses.

— Si apruebas ¿Empiezas en agosto?

— Así es, y estudiaré solo los sabados. Será un poco más complicado, pero no quiero dejar de lado la academia.

— El horario está muy bien.

— Exactamente, por eso he decidido hacerlo. Los fines de semana me dedico a la universidad; el resto de la semana a la academia —asiento— ¿Nunca has pensado en estudiarlo tu también?

— ¿Yo? — Pregunto confundida.

Oui, tú. Yo lo estudiaré porque ya sabes que mi padre tiene muchos negocios y una empresa, así que en un futuro me gustaría ayudarle con eso, pero sin tener que dejar el violín y—en ese momento llega el mesero con nuestras bebidas y el primer platillo. Ambas agradecemos, y cuando se retira, Jisoo continúa—. Jennie, en un futuro vas a tener una academia bajo tu mano ¿No crees que estudiar una carrera así te ayudaría para poder manejarla correctamente?

Mientras que pienso en lo que dice, doy un sorbo a mi bebida.

— ¿No es lo que estudió tu madre?

— Así es, mi madre estudió eso —hice una mueca—. Sinceramente no lo había pensado, y ahora que lo dices...no parece mala idea.

A pesar de que pienso que estudiar esa carrera podría ayudarme, pienso que ahora mismo no es el momento.

— Piensalo Jennie, de igual forma tienes hasta mayo.

— ¿Hasta entonces cierran las inscripciones?

— Exacto —dice después de darle un bocado a su plato—, y el examen es en junio.

Seguimos conversando y cada plato va llegando poco a poco a nuestra mesa.  Fue una comida bastante relajante hablando sobre la academia y otras cosas triviales. Estuve contándole a Jisoo toda la experiencia de la competencia, claro, omitiendo los detalles junto a Lisa.

Cuando el mesero se ha llevado nuestro último plato, Jisoo se cruza de brazos y me observa fijamente.

Ahí se viene...

— Entonces,  ¿Ya me vas a decir la razón de esta salida?

No podia hacerme la tonta, yo sabia y ella sabía.

— Hay algo que necesito hablar contigo, Jisoo.

— ¿Qué es?

— Lisa y yo somos novias.

La verdad era que después de pensar mucho en mil formas de decirselo, me di cuenta de que solo debía ser directa y decir lo que quería decir así sin más.

—¿Podrías repetirlo? —la cara de jisoo era de sorpresa pura—. Te juro que no estoy captando, Jennie, explícame.

— Lo que escuchaste, no hay nada que explicar. Lisa y yo somos novias.

— Vaya, Jennie, eso realmente no me lo esperaba—puedo ver como se acomoda el cabello, nerviosa—. Digo, eran muy amigas, pero pensé que era solo eso, que tenían buena química para los bailes y así. ¿Desde cuándo...?

— Sinceramente, tiene tiempo que Lisa me gustaba, pero ella y yo nos hicimos novias, oficialmente, hace ¿unas dos semanas aproximadamente?

— Oh, ya veo...

— ¿Qué opinas?

— ¿Qué opino? —pregunta, de nuevo, sorprendida. Yo me limito a asentir con la cabeza—. ¿Qué puedo opinar Lisa? Me alegro, espero que esto te haga feliz, sinceramente es todo lo que deseo y opino.

Sonrio, me siento más tranquila.

— Aunque, si que me hubiera gustado saberlo antes.

— Lo siento, no sé por qué razón no te conté antes —respondo sintiéndome algo culpable.

— No pasa nada, Jen, supongo que estando enamorada lo último que te vino a la mente fue contarme —me sonrojé, y temí que lo notara, porque probablemente me lo recordaría toda la vida, sin embargo ni siquiera se dio cuenta porque después pareció muy preocupada por otra cosa—. Espera...¿Jungkook lo sabe?

— Eh...bueno digamos que...—guardo silencio, pero la mirada asesina de Jisoo me pone tan nerviosa que sigo hablando—digamos que si sabía que me gustaba.

— ¿Cómo vas a decirle a el antes que a mi?—pregunta ofendida—. Eso si no te lo perdono.

— El es muy observador y se dio cuenta y no pude negarselo, Jisoo —se cruza de brazos.

— Aun así, es muy humillante.

— No seas tan dramática.

Ella solamente ríe, sé que no lo dice en serio.

Finalmente pagamos la cuenta y salimos del restaurante para caminar por ahí.

— Deberías decirle a Jungkook que ya son pareja  —me dice Jisoo—, ya sabes que se va a poner peor que yo al saber que yo me enteré antes que el de que son pareja.

— ¿Tu crees?

— No lo creo, Jennie, lo sé. Así que mejor decirlo lo más pronto que se pueda.

— Lo voy a llamar para que le digamos juntas.

— Me voy a reír tanto de el —confiesa Jisoo.

Llamo a jungkook y quedamos de vernos en una cafetería que le gusta. Decido comprarle un postre que le gusta —para que no reaccione tan mal— y en cuanto llega se lo doy.

— ¿Qué celebramos hoy? —pregunta.

— Tu funeral —le responde Jisoo—. Te ves horrible jungkook.

— Basta, tuve una fiesta anoche y tomé mucho, me acabo de despertar.

A pesar de eso no se veía mal, llevaba unos pantalones formales que le quedaban un poco holgados, una camiseta blanca sencilla y encima una chaqueta que le llegaba hasta las mejillas. Pero cuando se levantó los lentes negros que llevaba, pude ver unas grandes ojeras y un morete en una de sus mejillas.

— Confirmo, se festeja tu funeral —dije esta ves yo.

— Para que lo digas tu, en serio me veo horrible —dice, bajando nuevamente sus lentes para que le tapen parte del morete y ojeras.

— ¿Qué te pasó?— pregunto mientras nos sentamos en una de las mesas y el comienza a comerse el postre.

— Me besé con una chica. Spoiler; tenía novio.

— Que golpe te dieron —dice Jisoo riéndose—. Perdóname, Kook, es que me da mucha risa.

— Bueno, ya que se rieron de mi ¿Para qué me citaron aquí? —pregunta—. Me compraron mi postre favorito, así que algo habrán hecho.

— Te quería contar que Lisa y yo somos novias —Jungkook se atraganta con el pan.

Fils de pute  —murmura, y Jisoo le da un golpe en la cabeza. Siempre lo regaña cuando dice malas palabras—. Perdón, me sorprendí. ¿Desde hace cuánto,  Jen?

— Dos semanas.

— ¿Y apenas me voy enterando? — se ve muy ofendido—. Espera ¿Ella supo antes que yo? —pregunta señalando a jisoo.

— Así es, Kookie —le responde burlesca

— Eso es injusto.

— Mira que estamos a mano, porque tu te enteraste antes que yo que a Jennie le gustaba.

— Bueno.

— ¿Entonces todo bien? — Le pregunto temerosa ante lo que pueda decir.

— Todo bien, Jen, me alegra por ti.

Al final, esa tarde la pasamos muy bien en esa pastelería. Pedimos otros postres y bebidas, terminamos hablando por horas, y sentí que fue un buen día.

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