En realidad no me lo podía creer. ¿En serio habíamos ganado entre todos los alumnos de la académia que de habían presentado?

Se sentía tan irreal pensar en eso. En que las cosas que me había propuesto desde que era una niña de a poco se iban cumpliendo, y es que ¿cuantas posibilidades habían de que eso sucediera? Teniendo en cuenta muchos factores eran casi nulas, sin embargo, ahí estaba, cumpliendo cada cosa que desee siempre.

— Felicitaciones a ambas —dice la directora sacándome de mi trance debido a la sorpresa—. Las espero en mi oficina —ella sale de la oficina causando gran ruido al pisar con sus tacones.

Nada más sale, el profesor Abraham nos hace ademán a Jennie y a mi de que nos acerquemos. Ambas vamos a donde se encuentra. El nos recibe con una sonrisa.

— ¿Ocurre algo profesor? —pregunté yo.

— En realidad nada —responde—. Solo quería decirles que lo han hecho muy bien y su coreografía me ha sorprendido mucho. Han hecho un trabajo estupendo.

— Gracias —digo con algo de timidez.

— Bueno, vayan para lo qué tenga que decirles.

— Claro.

Jennie y yo salimos del aula. Caminamos por los pasillos de la academia hasta estar frente a la puerta de la oficina de la directora. Al tocarla, escucho un "adelante" casi al instante.

La directora nos esperaba sentada en la silla de su escritorio y con unas cuantas hojas siendo sostenidas por sus manos.

— Tomen asiento, por favor.

Tanto Jennie como yo obedecemos su indicación y nos sentamos en las dos sillas sobrantes.

— ¿Cuál es la indicación para la competición? —pregunta Jennie sin dudar. Parece querer ir al grano.

— La competición consistirá de tres rondas que serán dividas en tres días. La primera el 16 de enero, la segunda el 18 de enero y la última el 20 de enero .

— Es muy poco tiempo para elaborar tres coreografías —dijo Jennie.

— Lo sé. Pero deben tener en cuenta que ya tienen una lista, pues podrán utilizar con la que participaron aquí. Solo les queda hacer dos.

La directora decía aquello como si nada, pero yo no podía estar más nerviosa por el hecho de tener que hacer dos coreografías en ese corto lapso de tiempo.

— ¿Por qué se nos da tan poco tiempo?

— Hubo un problema con la mala organización del concurso este año y repentinamente cambiaron las fechas de la competencia. Anteriormente empezaría el 3 de marzo pero bueno, ya vemos para cuando lo han adelantado.

— ¿Hay algo más que debamos de saber? —preguntó mi compañera.

— Parece apurada señorita Kim —dice la directora con cierto sarcasmo presente en su voz.

— Lo estoy, madre —responde con tranquilidad Jennie.

Por un momento había olvidado que la directora era su madre. Entonces no puedo evitar hacerme una pregunta que no me deja en paz ni cuando salimos de su oficina.

Mientras que camino junto a Jennie por los pasillos, no dejo de darle vueltas al mismo asunto, hasta tal punto en que me comienza a hacer sentir mal.

— ¿Ocurre algo? —me pregunta la castaña, pareciendo notar como mi animo decayó en cuestión de minutos.

— Esto, no —ella no luce muy convencida de mi respuesta—. Bueno, lo que pasa es que...

— ¿Qué?

— ¿Crees que tú madre nos eligió solo por qué eres su hija?

Jennie suelta una risa seca.

— No, ella nunca haría algo como eso. De hecho, es lo más absurdo que he oído.

— Estás mintiendo.

Dije lo último sin pensar. Pero simplemente no podía creer que el hecho de que fuese su hija no hubiera influido tan siquiera un poco en su decisión. Era imposible no pensar en dicha posibilidad.

— ¿Cómo lo sabes, Lisa? ¿Cómo puedes saber que miento?

— Porque...—me detengo, sin saber que decir—porque es casi imposible que ella no haya dejado que su amor por ti influyera.

Estoy segura de que pude notar como ella hacía una sonrisa burlesca ante mi último comentario.

— Mi madre nunca me pondría antes que su academia.

Deja de caminar y se gira hacia mi.

— Ella nunca haría algo que pudiera perjudicar a la academia, ni siquiera algo por mi, su hija. Créeme que si nos eligió, Lisa, es porque lo hicimos, porque tu lo hiciste bien —dice lo último con dulzura—. Mi madre nunca haría tanto por mi.

No puedo evitar pensar en sus palabras.
"Mi madre nunca haría tanto por mi".

Es su madre, ¿de verdad cree que no haría eso por ella?

— Entiende, Manoban, si la reputación de la academia está en juego, ella no dejaría que sus...sentimientos se interpongan —ella pone una de sus manos sobre mi hombro, dandome ánimos, y no puedo evitar sentirme pequeña bajo su toque—. Asi que siéntete orgullosa, porque esto te lo has ganado tú.

— Gracias, Kim.

Ella sonrie y seguimos caminando en dirección a la clase del profesor Abraham. Antes de que Jennie pueda abrir la puerta la detengo.

— entend Jen —ella se gira—. El día de la competencia es tu cumpleaños ¿no? 16 de enero.

— Asi es, ¿por qué lo dices?

— Estaremos ahí en la competición, no podrás celebrarlo.

— Ya lo he dicho anteriormente, no es algo que me importe mucho. Mi cumpleaños no me parece la gran cosa, así que no hay de que preocuparse —hago una mueca. Ella la nota y se acerca hasta mi para tomar mi mano—. Aun así estaré contigo, así que será un buen día.

No puedo evitar sonreír. Jennie se acerca y me da un pequeño beso en la mejilla.

Entramos al aula donde Abraham da su clase para recoger nuestras cosas e irnos a la otra habitación de baile que se encuentra libre. Debido a que participaremos en esta competición tenemos la mayor parte de clases libres y exclusivas para preparnos como se debe. Sobre todo ahora que el tiempo es poco. Poco menos de dos semanas.

Jennie y yo practicamos algunas cosas para nuestra primera presentación. En esta usaremos la que ya tenemos listas, sin embargo la intentamos perfeccionar un poco e ir viendo como haremos otras dos coreografias. Finalmente decidimos en que en una de ellas bailaremos Jazz, por lo que vamos probando algunos pasos y algo de música.

El tiempo parece ir muy rápido, pues ni siquiera nos damos cuenta de cuando se hace de noche, si no hasta que el profesor Abraham entra al aula y nos lo hace saber. Jennie y yo teníamos nuestras manos unidas antes de dicho acontecimiento, pero en cuanto el abrió la puerta la castaña me soltó abruptamente, tomándome por sorpresa.

¿Por qué llevamos nuestra relación como un secreto?

Es algo que no comprendo pero que tampoco me he atrevido a preguntarle, pues llevamos juntas Oficialmente menos de veinticuatro horas. Sé que esto es nuevo para las dos, pero a mi no me avergüenza y ahora mismo me pregunto si es que Jennie si la siente.

— ¿Como van con la coreografía? —pregunta el profesor Abraham.

— Estamos en eso —le responde la castaña poniéndose de pie con la tablet en mano—. De hecho ahora mismo estábamos discutiendo sobre la música que usaremos.

— Oh, ¿todavia no lo deciden?

— Tenemos unas tres opciones que quedan con lo que tenemos en mente, pero todavía no estamos seguras.

— Está bien, pero creo que lo mejor seria que se fueran ya a casa. Es tarde, deberían descansar, y yo mismo las ayudaré mañana temprano a elegir la música y darles algunas ideas.

Accedemos y nos despedimos de el para ir a guardar nuestras cosas. Mientras que guardo mis cosas en la mochila Jennie se tira al suelo.

— Ah, estoy muy cansada —murmura—. Solo quiero ir a casa a dormir.

— Yo también, estoy muy cansada.

Ella se levanta y me observa.

— Lisa, ¿Estás feliz por participar en esta competencia?

— Mucho.

— Eso hace que practicar por horas valga la pena.

No puedo evitar sonreír. Me siento junto a ella y la abrazo.

— Gracias por esto —le digo. Nos quedamos un rato abrazadas, hasta que veo la hora en mi celular y me doy cuenta de que ya se me hace tarde—. Me tengo que ir.

— ¿Por qué? —parece algo decepcionada.

— Debo hacer trabajos pendientes de mis otras clases.

— Ah, tienes razón —suelta un suspiro—. Yo también tengo cosas que hacer.

— Entonces nos vemos mañana.

— Espera —ella me detiene del brazo—. Déjame llevarte a casa.

— Puedo caminar, me queda bastante cerca, de hecho.

— Es tarde, no deberías ir sola a estas horas.

— Está bien —digo terminando por acceder.

Jennie me lleva en su auto hasta la residencia de la academia. Antes de bajarme le doy un corto beso en la mejilla como despedida, pero ella rueda los ojos y me lo da en los labios.