Despues de unas cuantas largas y confusas indicaciones por parte de Jennie, logramos llegar a donde los bolos. Ambas bajamos de mi motocicleta que dejé en un pequeño estacionamiento que encontré a los costados del lugar.
Al ingresar al lugar, puedo ver a al distancia a Jungkook, Jisoo y Rosé sentados en un sofá, ellos nos hacen ademán de que nos acerquemos. Las dos nos acercamos a donde ellos, y mientras que nos sentamos a su lado, puedo darme cuenta de que no hay nadie a excepción de nosotros.
— ¿Por qué solo estamos nosotros?
— Es lo que hace en dinero, por más feo que suene —murmura Jisoo.
Yo solo asiento a medias.
— Bueno, ¿Ya vamos a jugar? —escucho una voz a mis espaldas, y al girarme me encuentro con Wendy. Sonriendo me acerco hacia ella. La había invitado pero no estaba segura de que fuera a venir.
Me recorro hasta dejar un espacio libre a mi lado, donde le indico a la pelinegra que se siente.
— ¿Jugaremos ya o planean quedarse ahí sentadas todo el día?
— Concuerdo con la rata —dice Jisoo.
— ¿Por qué siempre me dices rata?
— Es un bonito apodo, Kook.
— Ya déjense de payasadas —vocifera Jennie— ¿Alguien más va a venir?
— Eh, bueno —Jisoo agacha la cabeza.
— ¿Qué?
— Antes que nada, quiero que sepas que no fue mi idea ¿Bien?
— ¿De qué estas hablando?
En ese momento las puertas del lugar se abren, dejando ver consigo a un chico rubio, de ojos claros y alto. Quien se dirige a donde nosotros con una sutil sonrisa. Era atractivo, bastante, incluso podía notar una sorpresa en los ojos de Rosé que estaba sentada al otro lado. Pero al mirar a donde Jennie, su rostro demostraba una sola cosa; enfado.
— ¿Por qué, Jisoo?
— No pude decirle que no...
— Nunca puedes decirle que no.
— Jen, es mi hermano.
— Pero tu más que nadie sabes lo que pasó.
¿Lo que pasó? Mentiria si dijera que no tenía curiosidad sobre que había pasado.
Jennie choca su cabeza contra la mesa, y la deja ahí por unos momentos. Hasta que de nuevo la vuelve alzar y dejar caer, así lo hizo unas tres veces más.
— Hey, ten cuidado —dice Jungkook levantandole la cabeza y empujándola contra el respaldo del sofá.
— Jennie —dice una voz a mis espaldas. Era el rubio, quien tenía una sonrisa satisfactoria plasmada en sus labios—, es un gusto volver a verte.
La castaña ni siquiera lo mira.
— ¿Todavia hay rencor?
— Solo cállate, Jimin, ni siquiera deberías sentirte con el derecho de aparecer aquí como si nada.
— Como sea —murmura—. Hola hermanita —dice dirigiéndose a Jisoo.
— Hola...
El se sienta a su lado, y parece entonces percatarse de la presencia de los demás.
— ¿Quienes son tus amigas?
— Ellas son Lisa y Rosé, nuevas en la academia —sonríe—. El es mi hermano Jimin.
— Un placer —el se levanta e intenta sujetar mi mano. Jennie, que parecía molesta, al instante lo evita y quita su mano lanzandola al otro lado de la mesa.
— Déjala —espeta sorprendiéndonos a todos—. Solo juguemos de una buena vez.
— Ya no deberías sentir celos por mi, Jennie.
— No tengo celos.
— Bien, basta —interrumpe Jungkook—. Hagamos los equipos.
— Esperen, Tae y Joy no han llegado.
— Les guardaremos un lugar.
Al final ideamos dos equipos, en uno están; Rosé, Jennie, Taehyun y yo, en el otro; Jimin, Jungkook, Jisoo, Wendy y Joy.
Cuando todos se acomodan junto a los de su equipo, puedo notar a Jennie suspirar a mi lado.
— ¿No te agrada hacer equipo conmigo?—le pregunto al notarla desanimada.
Ella se gira hacia mi y su mirada se suaviza al instante en que sus ojos se posan sobre mi.
— N-no pienses eso, no estoy así por el acomodo de equipos. Solo que la presencia de alguien me molesta.
— ¿Por qué te incomoda tanto que Jimin esté aquí?
Ambos parecían perros y gatos, cuando cruzaban mirada temía que desencadenaran una discusión.
— Larga história que, de momento, preferiría no contar.
— Bueno.
Pasados unos minutos, Joy y Taehyun hacen acto de presencia y se acomodan en sus equipos correspondientes.
— ¿Quién comienza?
— Nosotros — Dice Jimin. La castaña a mi lado rueda los ojos al escucharlo. El rubio se levanta y va hasta donde las bolas, pero antes de agarrar una, Jisoo le interrumpe.
— Antes que nada —Jisoo hace una seña a una de las chicas del lugar que se encontraban tras el mostrador—. Ya pueden irse, solo denme las llaves del lugar —la chica le entrega las llaves sonriendo, pareciera que ya quiere irse— ¿Han dejado la comida lista?
— Sûr. Están en la barra.
— Bien, son libres.
La chica asiente y se va junto a las demás. Quienes después de recoger sus cosas salen por la puerta.
— ¿Las echaste? —pregunta Rose.
— Su papá es dueño del lugar, puede hacer lo que quiera —responde Jungkook.
Jimin tira la bola directo hacia los bolos, y esta, a una gran velocidad recorre todo el camino de madera hasta llegar a donde los bolos y hacer que todos caigan.
— Uh, Buena ¿No es así?
Vamos por orden tirando los bolos mientras que en una pantalla de arriba se van marcando los puntajes de cada equipo. Cuando llego mi turno no logré tumbarlos todos, pero si su mayoría. Ya había jugado a esto en ocasiones pasados y nunca se me dio bien. Después de mi fue Jennie, quien tampoco logró tirarlos todos. Ella llego a sentarse a mi lado suspirando.
— Tranquila, yo tampoco soy muy buena y he jugado cientos de veces.
— Es la primera vez que juego a esto.
— ¿Qué? ¿En serio? El padre de tu mejor amiga es dueño del lugar ¿Y es la primera vez que vienes?
— He venido muchas veces, pero nunca me quedo.
— Para ser tu primera vez, lo has hecho incluso mejor que yo.
Eso apreció animarla debido a que sonrió.
Al final nuestro equipo ganó, pero he de decir que tendría que darle la mayor parte del mérito a Rosé y Taehyun, quienes a lo que vi eran realmente buenos y lograron los mayores puntajes.
— Tengo algo de hambre...¿Hay algo más de comida? —pregunta Rosé.
—Oui, está en la cocina, ahora iré por ella —se levanta del sofá y antes de avanzar pregunta:— Hay juegos de mesa por ahí ¿Quieren jugar alguno? Digo, es temprano y podríamos seguir aquí un rato más.
— No es mi idea favorita, Jisoo.
— Vamos, Jennie, ¿Acaso no te diviertes?
La castaña se gira hacia donde Jimin y le dedica una mirada aterradora.
— A mi me gusta la idea —dice Wendy.
— Están en la bodega —Jisoo le lanza unas llaves a Jennie, quien las atrapa—. Ve con Lisa por las cajas.
Las dos vamos a donde la bodega. La puerta tiene un letrero que dice "Solo personal autorizado". Jennie mete la llave en la cerradura y abre la puerta. Ambas nos adentramos al pequeño cuarto.
Hay cajas por todos lados. Algunas tienen etiquetas que indican su contenido, pero otras no tienen nada pegado. La castaña y yo comenzamos a buscar entre las etiquetas alguna que tenga el nombre de "Juegos de mesa" o siquiera algo similar. Sin embargo, terminamos por no encontrar nada y encima hacer un inmenso desastre. Así que tenemos que buscar entre las cajas que no tienen etiquetas. Despues de una larga búsqueda logramos dar con los juegos de mesa tan anhelados.
— ¿Con estos bastará?
— Supongo, aunque de no serlo no nos pondría a buscar más, ya nos deben estar esperando y lo último que quiero es quedarme más tiempo aquí.
Jennie va directo a la puerta e intenta abrirla. Al no obtener respuesta por parte de la manija comienza a instaurar más fuerza para girarla, pero nada.
— ¿Qué sucede?
Ella no responde.
— ¿Jennie?
— Se cerró la puerta.
— Pero ¿Le has puesto llave?
— No, pero solo se abre por fuera, es un problema con esta manija que simplemente no arreglan.
— Hay que llamarlos para que nos abran.
— Dejé mi celular en la mesa.
Rebusco en el bolsillo de mi pantalón, pero tampoco lo he traído.
— Yo también lo he dejado allá.
— Perfecto, estamos encerradas.
— ¿Tan malo es estar encerrada conmigo?
— ¿Por qué crees que cuando algo te involucra me molesta, Manoban?
— No lo sé.
— Pues no, no es malo estar encerrada contigo pero tampoco es lo mejor del mundo. ¿O acaso a ti te gusta que estemos encerradas?
— No, pero tampoco es lo peor.
— ¿Lo ves? No es nada contra ti, simplemente quiero irme a casa.
— ¿De verdad? Parecías animada de venir antes, digo, cuando veníamos en mi motocicleta parecías feliz, y ahora no.
— Simplemente no estoy cómoda con la presencia de las personas de allá fuera.
— Entonces, si el problema son ellos ¿Qué tiene de malo estar aquí conmigo?
— Que aun así el hecho de su presencia ya me ha arruinado la noche.
— Lo dices por Jimin.
— ¡Claro que lo digo por el! —exclamó— ¿Por quien más iba a ser?
— ¿Por qué tanto odio a el?
— ¡Porque es un cretino! —gritó.
Al instante callé. Me sorprendió la manera en la que ahora había comenzado a comportarse. Jennie me miró y pareció notar mi estado, así que suspiró.
— Es mi ex novio —comenzó a hablar con más tranquilidad, y dejandome algo atónita—. Como habrás oído es el hermano de Jisoo y desde que terminamos he intentado evitarlo lo más que he podido, solo que hay situaciones en las que no puedo.
— Entiendo, quizá algunas personas no pueden con eso de ver a sus ex novios pero no creo que sea excusa para ponerte así.
— Manoban, no solo terminamos por problemas de pareja, él me engañó —murmuró—. Lo descubrí un día que iba de compras con Jisoo a un centro comercial, él se estaba besando con una chica. Eso me afectó mucho ¿Sabes?, lo único que me preguntaba era ¿Qué tenía esa chica que yo no? ¿Me había engañado porque ella era mas bonita que yo? me sentí tan insuficiente por mucho tiempo que, en verdad fue complicado el seguir adelante después de eso. Mi madre no me creyó cuando se lo dije, ella estaba cegada por Jimin, literalmente lo amaba, o bueno, lo ama todavía. Ella me decía que debía valorar que el estuviera conmigo, agradecérselo, que debía de casarme con el y cientos más de cosas que solía decirme. Puede que esté exagerando respecto a mi manera de reaccionar, pero no fue solo el hecho de haberme engañado, si no también que ni mi propia madre me apoyó. Jisoo sabe lo que sucedió, pero es su hermano ¿Cómo podría pedirle que deje de hablarle?
— Lo siento…
— No importa, quien debería disculparse soy yo. Seguramente no te importa mi vida y yo aquí contándotela.
— No me molesta que lo hagas —dije—. En realidad yo-
La puerta fue abierta con brusquedad, hasta tal punto de que esta logró golpearme la espalda.
— Auch —murmuré sobando mi espalda.
— ¿Qué les pasó?
— Nos quedamos encerradas —dice Jennie mientras que se pone de pie y me ayuda a mi a levantarme.
— Eso veo, ya nos habíamos preocupado porque tardaban mucho.
Los tres salimos de la bodega y fuimos a donde los demás.
— Si que tardaron bastante con las cosas.
Jennie deja las cajas sobre la mesa soltando un suspiro.
— Siendo sincera ahora tengo aun menos ganas de jugar a esto —vociferó la castaña— ¿Podríamos solo terminar de comer e irnos?
— Está bien, Jen —respondió Jisoo.
Nos sentamos a comer lo que había quedado en los platos mientras que hablábamos, y al terminar lo limpiamos todo.
Al salir Jennie se quedó hablando con Jungkook en una esquina, Jisoo fue a por su auto junto a Rosé y los demás. Ya que todos se irían con ella. Solo me quedé yo sola, o bueno, no tan sola, puesto que Jimin también se había quedado a esperar a los demás a mi lado.
— ¿Eres de aquí? —me Pregunta.
— No, soy de Tailandia — Digo con indiferencia.
— Oh, ya he ido, la comida es exquisita.
— Es bueno que te guste la gastronomía de mi país.
He de decir que ahora intentaba alejarme, después de haber escuchado lo de Jennie, no tenía especiales ganas de tenerlo cerca.
— También hay chicas lindas allá —¿A qué venia ese comentario?—. Un ejemplo eres tú.
— Eh, aléjate —murmuré al ver como se acercaba a mi— Tienes novia, ¿Qué te pasa?
— No es como que si te besara ella se llegue a enterar.
De nuevo intenta acercarse a mi, pero a como puedo me las arreglo para alejarlo, y es cuando escucho a alguien carraspear a nuestras espaldas.
—¿Interrumpo algo? — pregunta Jennie con cara de disgusto.
— Diria que sí, Jen, y bastante.
— No me llames Jen.
— Bueno, debo decirte que estaba en una conversación importante con tu amiga.
— ¿Interesante? Se nota a leguas que te quiere lejos, así que quítate de encima suyo.
Él se ha alejado de mi. Así que he aprovechado para irme al lado opuesto de el, que era donde Jennie se encontraba.
— Iré por mi motocicleta, ya vengo.
Fui por mi vehiculo y volví a los pocos minutos. Jennie estaba de pie en la acera, y Jimin ya no estaba ahí. La castaña se sube, y coloca el casco.
Acelero e intento seguir el camino por el que hemos venido, pero en ocasiones Jennie me guiaba. En una ocasión nos quedamos paradas debido a que el semáforo se puso en rojo. Así que aproveché para decirle algo.
— Jennie —llamé.
— ¿Sí?
— No me molesta que me hayas contado lo que sucedió. Entiendo que te has querido desahogar, y no me molesta que quieras hacerlo conmigo.
No le doy tiempo a responder y de nuevo acelero. En cuanto llegamos a su casa ella se baja y yo apago el motor de mi vehículo.
— Gracias por traerme, Manoban —dice mientras se quita el casco.
— No hay de qué.
— Oh, antes de que te vayas, quiero darte algo.
— Bien, te espero.
Ella se va en dirección a la puerta de su edificio, y tarda unos cuantos minutos en salir de nuevo, esta vez con una caja entre sus manos.
— Abrela —dice mientras que me la da.
— ¿Qué es?
— Abrela para saberlo.
Hago lo que dice, y al hacerlo me encuentro unos zapatos dentro la caja.
— ¿Zapatillas de ballet? —digo mientras lo saco de la caja.
— Así es.
— ¿Para qué es esto?
— Es porque quiero incluir ballet en nuestra coreografía para la clase del profesor Abraham —abro los ojos sorprendida—. Dime que sabes bailarlo, porque si no, habrá sido una perdida de tiempo comprarlas.
— Claro que si se ballet, Kim, he practicado todos la mayoría de estilos de baile —digo sonriendo—, pero me sorprende que tu sepas ballet.
— Larga história —murmura.
— Jennie, siendo sincera no creo ser capaz de bailar ballet. No soy especialmente buena pese a saber hacer lo básico.
— Manoban, te gusta bailar y eres buena en todo lo que haces, dudo que en el ballet, siendo algo que sabes, no puedas hacerlo bien.
— No tengo más opcion más que aceptar ¿No? —ella sonríe.
— Solo te queda aceptar.
— Bien, haré mi mayor esfuerzo.
— Hasta luego, Manoban. Gracias por traerme.
Mientras que me colocaba mi casco pude escuchar su voz llamándome.
— Ah, y Lisa —mi mirada cayó sobre ella de nuevo—. Tu también puedes acudir a mi si deseas desahogarte respecto a cualquier cosa.
Ella sonríe antes de marcharse.
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