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C U A R E N T A

Ya había pasado tres días desde mi fiesta de cumpleaños, y había que decir que nada había mejorado. Seguía sintiéndome como aquel día. Aunque tener a Lisa a mi lado, apoyandome era un gran consuelo. Solo que no era suficiente para que yo dejara de pensar en lo ocurrido ese día. Siempre mi mente terminaba con esa escena; con las palabras de Jimin; con la mirada de Jisoo.

Soy tan ridicula.

¿Cómo esto podía afectarme así?

— Lisa —le llamo de repente.

— ¿Wi? —pregunta, y yo levanto mi cabeza que tenía sobre sus piernas.

Nos encontrabamos sentadas en el sofá, mirando una película juntas; correcion, Lisa era quien veía la película, puesto que yo me encontraba inmersa en mis tortuosos pensamientos.

— Dejemos de ir a fiestas en un largo tiempo. O si es posible, no quiero volver a ir a ninguna.

—Está bien, Kim —asiento con la cabeza y vuelvo a recostarme sobre sus piernas.

Intenté ver la pelicula y entender acerca de qué trataba, ya que no tenía idea. De ves en cuando le preguntaba cosas al respecto a Lisa, y ella me explicaba todo con total calma y siempre ofreciéndome una sonrisa.

Trataba de prestar atención a la pantalla pero...seguía pensando en Jisoo

La nostalgia venía a mi cuando pensaba en el hecho de que no faltaba mucho para San Valentín. Catorce de febrero estaba a tan solo unos dias y la verdad es que sería el primero que no pasaría con Jisoo. Esta fecha era muy especial para nosotras, y me sentía frustrada por todo lo que ocurria.

De momento no estaba segura de lo que sentía, de si podría perdonar a Jisoo, pero lo que si sabía es que todavía no era capaz de verla.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta del momento exacto en que Lisa acercó su rostro al mio. Mirandome.

— ¿En qué piensas? —pregunta.

— Nada interesante—puedo darme cuenta de que no cree mucho en mis palabras. Suspiro— Estoy bien, Manobal, no te preocupes.

Lisa sonríe, y aunque estoy segura de que mis palabras no la convencen, ella acerca sus labios a los míos y los funde en un dulce beso. Solo necesitó eso para hacerme olvidar de todo. No pensaba en nada más que en el beso que estaba ocurriendo.

De repente, se escuchó el sonido de la puerta abriéndose.

Cuando las dos hemos volteado para ver quién está entrando por la puerta, obviamente me imaginé ver a Rosé, ya que ella vive ahí junto a Lisa, sin embargo, vaya sorpresa me llevé al no solo ver a la rubia en la entrada, si no que ella estaba junto a una pelinegra que yo conocia muy bien.

Jisoo.

Quien quedó estática al verme.

No sabría explicar como me siento, solo pude quedarme mirandola y sin decir nada. Sinceramente no me molestaba verla ahí, porque en realidad yo no estaba enojada con ella, lo que sentía era decepción, tristesa de lo que había ocurrida, lo cual consideraba que era peor que sentir molestia.

— Y-yo me voy a tu habitación —murmuré hacia Lisa, a quien no le permití decirme algo. Me puse de pie, yendo directamente hacia la puerta. Sin embargo, antes de poder ingresar a la habitación, pude sentir como Jisoo me sujetaba del brazo.

— Jennie, tenemos que hablar —dice—. Solamente te pido que me dej-

No dejé que terminara de hablar y, más bruscamente de lo que me hubiera gustado, quité su mano de mi brazo.

— No, Jisoo —intentaba hablar con seguridad, pero podia sentir como mi voz temblaba— No estoy lista, al menos no todavía.

Ella asiente, con calma.

— Esta bien, entonces me iré.

— No —respondí—. No quiero que esto afecte la amistad de ustedes, quienes tienen un problema somos tu y yo, Lisa y Rosé quedan fuera de esto. Yo estoy bien contigo aquí, no me incomoda, pero simplemente te ignoraré y espero que hagas lo mismo. De ser así todo estará bien.

No quise ni verla más. Porque pese a todo, me dolía ver la tristeza que sus ojos transmiten. Era mi amiga de toda la vida, me importaba a final de cuentas y quería que estuviera bien.

Al entrar en la habitación de Lisa, me senté sobre la cama. Encorvada, alboroto mi cabello con desespero. Esto me esta volviendo loca.

¿Por qué tiene que ser tan complicado?

— ¿Por qué vinieron? —escuché entonces la voz de Lisa fuera de la habitación, logrando captar mi atención—. Saben que Jennie no la está pasando bien, no debían venir para alterarla.

— Te juro que no tenía idea de que estaba aquí —murmura Rosé, pero hablando todavía lo suficientemente alto para que pueda escucharla.

— Tienes razón, debemos organizarnos mejor para la próxima, así no pasamos momentos incómodos como estos.

Escucho como hacen simples planes para evitar que Jisoo y yo nos crucemos, al menos en su departamento. Lo agradecía, en verdad lo hacia, porque yo necesitaba mi tiempo.

Lisa entra a la habitación sin hacer mucho ruido. Al verme, sonríe. Se sienta a mi lado y acaricia mi cabello con gentileza.

— ¿Qué haremos en San Valentín? —pregunta de repente—. Es el primero que pasaremos juntas, Kim.

— Si, será el primero de muchos juntas —sonrio, algo nerviosa. La verdad es que tengo algo planeado para ella ese día, porque aunque a mi este tipo de fechas no me interesa demasiado, sé que a Lisa si, así que quiero sorprenderla. Intentaré hacerme la loca  para que no sospeche—. Ya planearemos algo después.

— Quiero que sea algo especial —dice ella, emocionada—. Nunca he pasado este día con nadie, y de verdad me emociona pasarlo este año contigo. Entonces no sé que esperar de este día ¿Deberia comprárte algo caro? ¿Preparar una sorpresa? ¿Cocinarte algo?

— Tranquila, tranquila—murmuro— . No requieres comprarme, ni cocinarme nada, con que ese día me regales tu simple presencia, sería el mejor regalo que podrías darme.

Continué ahí en su habitación durante un par de horas, intentando distraerme de aquellos pensamientos que me atormentaban respecto a Jisoo, y en realidad funcionó. Simplemente en algún punto se hizo bastante tarde y yo debía de regresar a la academia a practicar.

La academia quedaba a menos de diez minutos caminando. Asi que llegué bastante rápido. Fui directamente al aula de música, y antes de poder siquiera abrir la puerta me di cuenta de quien se encontraba ahí y me arrepentí internamente de haber ido precisamente en aquel momento.

Momo.

Tenía tiempo que no hablaba con ella. Ni siquiera había asistido a mi fiesta de cumpleaños pese a que estaba invitada, aunque bueno, la realidad era que no me interesaba demasiado su presencia.

— Hola, Jennie —dijo ella en cuanto escuchó la puerta del aula abrirse.

— Hola —respondo amablemente—. Hace tiempo que no te veía. Ni siquiera en mi fiesta de cumpleaños.

— Lo sé, una lastima, la verdad  me entusiasmaba asistir, por supuesto, pero estaba fuera de la ciudad en esos días —se puso de pie, acercándose a donde yo me encontraba. Sonrió—. Sin embargo, me enteré de lo ocurrido con ya sabes...

— Claro —la interrumpí antes de que pudiera mencionar el nombre de alguno de los dos hermanos—. La verdad prefiero evitar ese tema, Momo.

Ella no dijo nada más, y yo me dispuse a dejar mis cosas en uno de los bancos. Fue entonces cuando ella soltó la bomba.

— Me enteré de tu relación con Manobal —me quedé estática, pero intenté no demostrarlo lo suficiente que eso me afectaba, ya que era consciente de que ella quería ver mi reacción para saber si era cierto o no. Y fue algo que confirmé al girarme y notar como ella me analizaba.

— No se de que me estás hablando.

Soltó una risa.

— Por favor, te conozco lo suficiente como para saber lo que tu reacción significa —sonrio de nuevo—. Felicidades, hacen bonita pareja.

Si me había desprevenida, así que supongo que fui muy obvio.

— ¿Cómo lo has sabido? —pregunto, intentando parecer lo más tranquila.

— Tengo mis fuentes, JenJen, y estas no se revelan.

— ¿Jisoo? —me odié nada más pregunté  aquello. Pensar en esa posibilidad, me dejaba decepcionada de mi misma.

— ¿Tu mejor amiga Jen? ¿En verdad crees que ella me diría algo como eso? —mordí mi labio, culpable— ¿Asi de mal están las cosas entre ustedes?

Debia sacarme esas ideas de la cabeza. Pero muy pocos sabían al respecto y Lisa y yo estábamos siendo lo suficientemente cuidadosas, ¿Cómo podría haberse enterado?

Era una duda que me carcomia, pero que claro, no averiguaria pronto.

— Mejor me voy, Momo, no tengo tiempo para tus juegos —agarré mi bolsa, dispuesta a irme, pero entonces la escuché.

— Te va a romper el corazón —la escuché, y no pude evitar reír.

— ¿Por qué piensas eso? —pregunté, muy curiosa por su respuesta.

— Simplemente lo sé, ella no es todo lo que crees.

— Lisa jamás me lastimaria, no hables de algo que no sabes.

— Lo hará creelo —Lo decía con tanta seguridad que me sorprendia—. Ademas, no es suficiente para ti.

— ¿Y quién si lo es? —pregunté, burlona— ¿Tú?

Ella asintió, con seguridad.

—La verdad es que si, lo soy, soy mejor que ella en muchos aspectos. Tengo dinero, más talento y más belleza. No hay nada que discutir.

No pude evitar reír.

—Y ¿Sabes qué? —continuó Momo—. Cuando lo haga, cuando ella te rompa el corazón, yo voy a estar ahí para ti, no te preocupes, estaré para consolarte y demostrarte todo mi amor. Todo el amor que yo te tengo a ti desde hace tiempo. Estaré para escucharte llorar y espero que después de eso te des cuenta de que me amas.

— No te amo, Momo, y es algo que deberías de haber entendido desde hace tiempo.  Creeme, nunca he estado tan segura de algo como de eso y de que nunca te amaré, ni estaremos juntas.

No comprendía su afán por tenerme. Cuando mil y una vez le había dejado claro que no la quería y la había lastimado. No quería lastimarla, pero esto ya parecía más obsesión que un amor hacia mi persona. Ella era hermosa, conseguiría alguien más, pero yo no era ese alguien.

— Me vas a amar, Kim —más que otra cosa, me da pena escucharla decir esas cosas—. Lo harás cuando ella te deje, y yo esperaré. Te esperaré si es necesario toda la eternidad.

— No me va a dejar, ella nunca podría lastimarme —respondí firmemente. Me molestaba que hablara así de ella—. Y aunque lo hiciera, cosa que claramente no ocurrirá, eso no provocará que yo me enamore de ti. Deja de esperarme, nunca estaría contigo.

Abro la puerta, y antes de que me vaya de ahí, escuchó que dice a mis espaldas:

— Eso ya lo veremos.

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